El viento era escaso, no había una solo hoja que se moviera, hasta que...

Uno de los columpios comenzó a mecerse lentamente al son del aterrador silencio que había en el parque, cosa que era muy rara ya que no había ni una brisa suave.

El columpio se movía más y más rápido, los demás estaban estáticos, de pronto sentí como si alguien se acercaba detrás de mi, su presencia era muy pesada y fría.

De pronto vi a los lejos, como a unas tres cuadras de donde estaba sentada, una silueta blanca y delgada que parecía acercarse rápidamente hacía mi.

La verdad tenía miedo ya que era la única persona que estaba en el parque a esas horas de la noche, podía pasarme algo malo así que giré la mirada hacia uno de los enormes árboles que estaban al lado de los solitarios columpios.

En cuestión de segundos el columpio dejó de moverse y miré hacia adonde estaba la silueta blanca, pero ella ha había desaparecido entre la espesa neblina de la noche.

De pronto sentí como unas frías manos se posaban en mi hombros para después taparme boca y me arrestrarme hacia unos arbustos.

Intenté gritar pero era imposible que alguien me oyera. Mi cuerpo se relajó al ver que la persona que me había hecho eso era nada más y nada menos que Suga.

Lo golpeé en el pecho con unas lágrimas en mis ojos ya que había pensado lo peor cuando él me jaló hacia los arbustos.
Encontramos un árbol torcido que hacía un perfecto asiento para pasar el rato con Suga. Se sentó juntó a mi y comenzamos a hablar sobre cosas que nos habían pasado antes de conocernos.

Suga me contó que adoraba viajar por todo el mundo pero que odiaba estudiar porque sus padres lo obligaban. Yo le conté que desde pequeña adoraba las casas que escondían misterios algo así cono mansiones embrujadas.

Él me dijo que conocía una mansión abandonada a unas tres horas de la universidad y me invitó para que vallamos mañana y que si quería llevara a Yuli.
Lo que me dijo me hizo poner muy feliz, iría a una verdadera mansión abandonada y quizás encuentre algo siniestro.

Así pasamos toda la noche, conversando sobre cosas que nos habían pasado, hasta que dieron las once de la noche y me tenía que ir a casa.
Suga me acompañó hasta la puerta de mi casa en donde me miró con sus misteriosos ojos y me dijo que tenía algo que decirme pero lo haría cuando estemos en la mansión.

Me enojé un poco por haberme dejado con la intriga pero así tenía que ser. Antes de que Suga se valla deposité un beso en su mejilla y este procedió a tomarme de la cintura y a darme un apasionado beso en los labios.
Sin pensarlo correspondí a sus frío y carnosos labios que me atrapadan con su encanto. Ese beso fue uno de los más largos que había dado en mi vida. Después de mirarme Suga se fue camino a casa, veía como su silueta desaparecía entre la niebla.

Esa noche no pude dormir porque estaba muy emocionada de ir a la mansión abandonada que Suga había dicho. Llamé a Yuli pero no me contestaba ni los mensajes. De tanto intentar que ese engendro me respondiera me había quedado dormida.

Al día siguiente

Me levanté algo tarde como todos los domingos, miré mi celular y había miles de mensajes de Yuli diciendo que si iría conmigo y Suga, así que fui a vertirme para estar mas cómoda.

Yuli llegó a mi casa y ambas salimos para encontrarnos en el parque cerca de la universidad para irnos con Suga.
Cuando llegamos había un auto color negro muy lindo en el que Suga estaba como piloto.

Yuli y yo subimos al auto y pasamos conversando las tres horas de camino.
Suga tenía la radio encendida en una emisora que hablanba sobre algunos crímenes misteriosos que habían sucedido durante las últimas dos semanas.

Estaban por describir un rasgo importante del asesino, cuando Suga puso una de sus manos en el botón "cambiar" de su radio. No nos dejó oír cuál era la parte más reconocible del asesino que al parecer también era un psicópata ya que mataba crudamente a sus víctimas.

Le pregunté la razón por la que había cambiado de emisora pero él solo me miró mal para después decir que era aburrido escuchar noticias. Sólo me toco aguantar la curiosidad y seguir hablando con Yuli sobre lo que me había pasado con Suga el día de ayer en la puerta de mi casa.Ella no paraba de gritar de la emoción ya que sabía que yo le gustaba a Suga.

Al cabo de unas horas llegamos a lo que seria la mansión abandonada que había dicho Suga.
Enserio esa mansión era hermosa, sus paredes rojas, sus ventanas e incluso el jardín parecía esconder algo raro en sus secas flores y oxidadas estatuas.

Baje corriendo para ir a ver la hermosa puerta, puse mi mano en ella y lentamente se abrió por si sola, acto que hizo que mi cuerpo se estremeciera.
Suga y Yuli iban detrás de mi para no perderse o aún peor que lleguen las doce de la noche y nosotros estuviéramos separados.

Llena de valor pero al mismo tiempo de miedo, asomé un poco la cabeza por la gran entrada a la mansión, por dentro todo estaba desordenado, lleno de telarañas y polvo. Le dije a ambos que entren conmigo y apenas nuestros cuerpos cruzaron la puerta esta se cerró de golpe haciendo que saltáramos del miedo.

Los tres caminamos con prosa observando todo detalle de esa majestuosa construcción.

El sol comenzaba a ponerse y la luzya era escasa dentro de la oscura mansión. El crujido de la madera antigua, el chillido del óxido, y el viento jugar con el candelabro eran los sonidos que se apoderaron del lugar.

Mientras observaba todo pasó lo que temía, mis amigos se había perdido. No estaban cerca de mi, intenté llamarlos pero ellos no respondían.

De tanto correr llegué como a un pasillo largo y oscuro donde a los lejos se veía una puerta color blanca. Intenté acercarme, pero cada que avanzaba sentía el ambiente más pesado, sentía que susurraban en mi oido cosas como

"vete" "estas en peligro" "alejate"

No les hice caso y me acerqué a la puerta blanca. Puse mi mano en la perilla y la gire lentamente. Lo que vi me dejó en shock eran varios......