XLIII
Intente acercarme y explicarte,
Pero ella... Parecía una sanguijuela,
No se te despegaba, ni a sol ni a sombra.
Y como no era suficiente su cinismo,
ella se acerco a hablar conmigo.
-no te acerques a el, que ahora esta conmigo,
Se que una ves me equivoque, pero esta ves lo enmendare- dijo ella.
Y la entendí, porque te veías muy feliz.
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