Un enorme moño decorativo se encontraba colgado frente a la puerta.

—¡Oh mi dios! Nos hicieron un baby shower —chilló Nayeon emocionada.

—Los baby shower son antes de que nazca el bebé bunny —corrigió Jeong procediendo a tocar la puerta—. Seguro es una...

—¡Sorpresa! —gritaron todos sus amigos al unísono luego de que la puerta fuese abierta.

—¡Oh cielos! No me esperaba éste recibimiento —murmuró Chaeyoung observando todo el apartamento de su madre decorado con globos y regalos por doquier—. Que bello.

—¡Quiero ver a los pequeños! —gritó Momo a la par que corría directo a Nayeon y Mina quienes sostenían a los bebés en sus brazos—. Awww son tan hermosos, hasta ganas me dan de tener hijos, ¿tú qué piensas ojitos?

—¿Eh? —contestó Dahyun tragando saliva con dificultad e incluso poniéndose más pálida de lo normal—. Su-supongo que sí... sería lindo, en su momento.

—Claro que sería lindo cambiar pañales sucios y pasar noches enteras en vela por escuchar los chillidos del bebé —murmuró Tzuyu con burla para molestar a Dahyun—. Sería muy muy lindo.

—¡Yo también quiero hijos! —dijo Sana con los ojos brillantes haciendo que Tzuyu frunciera el ceño y Dahyun se riera de ella en su cara—. Quiero cuatro, o tal vez cinco, sí, cinco estaría bien.

—¿Ci-cinco? —preguntó Tzuyu con el rostro pálido viendo a Sana asentir—. Bueno... ¿quién tiene hambre?

—¡Yo muero de hambre! —respondió Momo enseguida.

—Momo, cariño acabamos de comer... —le dijo Dahyun.

—¿Alguien quiere pastel de chocolate? —preguntó Jihyo poniendo una bandeja de platos sobre la mesa—. No es por nada, pero se ve delicioso.

—¡Yo quiero! —gritaron.

La fiesta se tornó muy divertida, pusieron música de ambiente, incluso bailaron un par de canciones, pero la mejor parte fue cuando les tocó abrir los regalos y adivinar quién los había regalado. El tiempo se les había pasado volando, tanto que ni siquiera notaron la ausencia de sus padres.

—Hey ¿me regalan unos minutos de su atención? —pidió Jeongyeon golpeando su copa con ayuda de una cuchara. Segundos después todos en el apartamento guardaron silencio enseguida—. Bueno... realmente no sé cómo empezar, los discursos nunca se me dieron muy bien, pero hoy tengo dos cosas importantes que decir, la primera es que estoy muy agradecida con todos ustedes por prepararnos esta fiesta sorpresa. Esto es algo muy significativo para nosotras y la segunda es para Myoui Nayeon... te amo. Gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo y gracias por permitirme ser madre, eso es algo por lo que voy a estar infinitamente agradecida.

Nayeon no pudo evitar soltarse a llorar debido a la emoción. Muy pocas veces Jeongyeon era cariñosa con ella, porque tenía una manera muy peculiar de demostrarle su cariño. Pero si de algo estaba segura, era de que Son Jeongyeon sería capaz de dar la vida por ella.

—Agradecida estoy yo con la vida por cruzarte en mi camino —le respondió Nayeon acercándose hasta Jeong con Kwan entre los brazos—. Porque me enseñaste a amar con el corazón y porque me has dado el mayor regalo, un hijo al que voy a amar tanto como te amo a ti.

—Te amo bunny, a ti y a nuestro pequeño Kwan —murmuró Jeongyeon pegando su frente junto a la de Nayeon—. Por ustedes voy a ser una mejor persona. Les prometo que estarán orgullos de mí.

—Ya lo estamos avestrucito, eso y más —contestó Nayeon acercándose a su esposa para dejar un dulce beso lleno de amor—. Te amo.

—¡Vivan las novias! —gritó Vernon con los ojos llorosos acercándose hasta ellas para llevarles dos copas—. Vino tinto Chateau Petrus. Una vez Jeong me contó que éste vino es el favorito de ustedes dos, así que pude conseguir un par de botellas para ésta ocasión especial.

—Dios mío, realmente eres el mejor —contestó Jeong alegremente tomando la copa de vino entre sus manos para luego mirarla fijamente—. ¡Me encanta!

—¡Maravilloso! Pequeño Kwan, ve con el tío Vernon mientras mami y yo nos tomamos éste elixir de los dioses —murmuró Nayeon dejando a Kwan en los brazos de Vernon sin dejarlo objetar—. Mi estómago desea.

—Un momento, es mi turno, yo también tengo unas palabras que decir —interrumpió Chaeyoung extendiendo su mano para que Mina pudiera tomarla—. Miyoung también quiere ir con el tío Vernon.

—¿Cómo? —preguntó Vernon.

—Yo le ayudaré —contestó Jihyo acercándose hasta Mina para tomar a Miyoung entre sus brazos—. Adoro a los niños.

—¿Has escuchado eso Vernon? —preguntó Jeongyeon picándole juguetonamente el estómago a su amigo—. Creo que tú serías un buen padre.

—Eh... sí, me gustan los niños —musitó Vernon con las mejillas coloradas—. Pero bueno... ahora escuchemos las palabras de Chaeyoung.

—Gracias Vernon, gracias a todos por estar aquí en un momento tan especial para nosotras —dijo Chaeyoung aclarando su garganta—. No ha sido nada fácil llegar hasta donde estamos. Para eso tuvimos que pasar por tanto, Jeong y yo llegamos a Corea con el propósito de liberar a nuestra madre de un mal hombre y terminamos perdidamente enamoradas de un par de hermanas que nos hicieron sentir de todo un poco y sé que tal vez sonará repetitivo, pero quiero que sepan lo mucho que amo a Mina, ésta mujer que no solo es mi esposa, sino también mi mejor amiga, la madre de mi hija y el amor de mi vida.

—Chaeyounggie...—

—Espera cariño, todavía no termino —contestó Chaeyoung rápidamente—. Yo no conocía lo que es amar, hasta el día en que te conocí... y es que desde el primer momento quedé anonadada por tu belleza y con el tiempo me enamoré de tu forma de ser. Gracias por amarme, por aceptarme tal como soy, siendo una chica.

—Siempre te voy a amar Chaeng, eres mi otra mitad, mi alma gemela, la mujer de la cuál estoy perdidamente enamorada, gracias por amarme —dijo Mina intentando retener sus lágrimas—. ¿Juntas siempre?

—Es una promesa —Chaeyoung extendió su dedo meñique antes de estrechar a Mina entre sus brazos—. ¿Y nuestra copa de vino? Nosotras también queremos brindar.

—No se preocupen, hay suficiente vino para todos —dijo Vernon señalando una caja de botellas de vino sobre la mesa—. Y comida enlatada para bebé también.

—Estupendo, entonces brindemos porque hoy comienza una nueva etapa en nuestras vidas, brindemos por nuestra felicidad —mencionó Jeongyeon extendiendo su copa en el aire—. Brindemos por...—

—¡Un momento! ¿realmente iban a brindar sin nosotros?

De un momento a otro Hye entraba por la puerta sin previo aviso en compañía de Cheon, Sachiko, Akira y ¿Doyoung?

—Mamá... —Chaeyoung posó su copa sobre la mesa más cercana para caminar a paso lento hasta su madre—. ¿Doyoung? P-pero... ¿qué significa ésto? Yo... no comprendo.

—Nuestro futuro no muy lejano ha llegado Chaeyoung —murmuró Doyoung con una tímida sonrisa en los labios—. ¿O debería llamarte... hermana?

—¿Qué dices? ¿qué acaba de decir? Que alguien me explique o voy a enloquecer —expresó Chaeyoung con las manos en la cabeza.

—Chaeyoung, Jeongyeon, hijas les presento a su nuevo hermano, Doyoung —dijo Hye posando uno de sus brazos sobre el hombro de Doyoung—. ¿Impactadas?

—S-sí... mucho —murmuró Chaeyoung sin saber que decir—. ¿Por qué nunca me dijiste que querías adoptar madre? Dios, es que no lo puedo creer, debí haberlo sabido antes.

—Este tipo de decisiones no se planean, solo se deciden. No te lo conté porque quería que fuese una sorpresa.

—Y vaya que lo fue...

—¿Doyoung es nuestro nuevo hermanito? —preguntó Jeongyeon impresionada—. Madre mía, no pudiste encontrar a mejor chico que él. Ven aquí pequeño.

—Ya no soy pequeño, tengo dieciséis — contestó Doyoung.

—Eso no me importa, yo soy  mayor y tú eres pequeño jovencito —le dijo Jeongyeon—. Madre, ¿por qué decidiste adoptar? es decir, estoy muy feliz de que haya sido a Doyoung, pero me encuentro muy impresionada ante tu repentino acto.

—Ustedes se han casado, ahora tienen una familia por quién ver y yo aún tengo mucho amor para dar —contestó Hye acariciando suavemente la cabeza de Doyoung—. Días atrás Mina me contó que Chaeyoung tenía deseos de adoptar a Doyoung junto con la pequeña Miyoung, pero era de esperarse que la casa hogar se lo negara, entonces me dije ¿por qué no lo adoptas tú? eres joven, bonita, con mucho dinero y amor de sobra para dar. Fue entonces cuando me decidí a hablar con la trabajadora social y ella al saber que yo era su madre, me facilitó los trámites que tuve que hacer por debajo del agua para que todo fuese una sorpresa.

—Estoy tan feliz mamá, gracias —murmuró Chaeyoung entrelazando sus manos junto con las de Hye—. Estoy segura que él no podría encontrar mejor mamá que tú.

—No se arrepentirá de haberme elegido, yo seré muy obediente en todo —contestó Doyoung haciendo una reverencia frente a Hye—. Gracias por darme la oportunidad de tener un hogar y una familia... no sabe lo agradecido que me siento por eso.

—No me hables de tú, soy tu madre ahora, trátame como tal.

—Está bien, mamá... —murmuró Doyoung con los ojos cristalinos antes de abrazarse al cuerpo de Hye intentando retener las lágrimas de la felicidad.

Todos en el apartamento comenzaron a aplaudir al ver la conmovedora escena, ahora había más motivos por los cuales festejar, tantos que Nayeon había aprovechado del momento para abrir varias botellas de vino, e incluso esconder una dentro de su bolso sin que nadie se diese cuenta.

—Bueno, hay tanto para festejar, les serviré copas a todos, tenemos que brindar por la llegada de Kwan, Miyoung y Doyoung —comentó Nayeon levantando una botella de vino al aire—. Por que en nuestras vidas de ahora en adelante todo sea felicidad.

Y así lo sería.

Por otro lado, Akira se acercaba tímidamente y a paso lento hasta donde Vernon y Jihyo sostenían a los bebés en sus brazos. Vernon no tardó mucho en notarlo, así que sonrió enternecido.

—¿Quiere cargarlo? —le preguntó acercándose lo suficiente hasta quedar frente a él—. Al pequeño Kwan le encantará conocer su abuelo.

—Yo... tiene años que no cargo a un bebé, no quisiera lastimarlo —respondió Akira con las manos temblorosas—. No sé cómo hacerlo.

—Es muy fácil señor, extienda sus brazos —le dijo Jihyo esta vez colocando a la pequeña Miyoung frente a él, hasta que por fin se decidiera a tomarla con sumo cuidado—. ¿Lo ve? Es muy fácil.

—Es hermosa —murmuró sin despegar la vista de ella. Luego de unos segundos levantó la mirada y la enfocó en Kwan—. Mis nietos son preciosos.

—Me alegra que pienses así papá —esta vez era Mina quien se acercaba a ver la conmovedora escena—. Significa tanto que estés aquí con Nayeon y conmigo compartiendo este momento.

Akira no dijo más, solo asintió, con la mirada borrosa, dejó un beso sobre la frente de Miyoung y al instante sonrió.

Pronto la noche llegó, dando fin a la celebración. Nayeon y Jeongyeon habían bebido, pero no lo suficiente como para no estar en sus cinco sentidos, ahora tenía que ser diferente, ahora eran responsables de un pequeño bebé, su bebé.

—Chaeng, mira que hermosa se ve cuando duerme —murmuró Mina desde el asiento trasero del automóvil con su hija en brazos—. Es preciosa.

—¿Y qué me dices de mi pequeño? Es guapísimo, seguramente será todo un rompecorazones como su madre. —comentó Nayeon quien se encontraba a un costado de Mina con Kwan recostado sobre su hombro.

—¿Cuál de las dos? —preguntó Jeong.

—Obviamente yo, cariño —respondió Nayeon con ego—. Así como me ves, tenía a medio club babeando por mí, tanto a hombres como mujeres, osea que tenía mucho para escoger.

Jeong no pudo evitar rodar los ojos, aún cuando sabía perfectamente que su ahora esposa sólo lo decía para molestar.

—Hemos llegado a casa chicas, ya pueden desabrochar sus cinturones de seguridad —dijo Chaeyoung, siendo la primera en salir del auto para proceder a abrirle la puerta a su esposa—. Con cuidado, Minari.

—Gracias por traernos a casa Chae, hoy fue un día bastante ajetreado y lleno de sorpresas, aún estoy asimilando que tenemos un nuevo hermanito —exclamó Jeongyeon soltando una leve risita y tomando a Kwan entre sus brazos para que Nayeon pudiese salir—. Apuesto a que estás muy feliz por ello.

—Lo estoy, hoy podría considerarse el mejor día de mi vida —afirmó Chaeyoung soltando un liberador suspiro—. Quisiera mostrarles algo a Nayeon y a ti, ¿tienen tiempo?

—No lo sé, es un poco tarde, Kwan debe dormir —respondió Jeongyeon dudosa conectando miradas con su esposa.

—Vamos avestrucito, nuestra casa está a unos metros, además debe ser importante lo que Chaeyoung quiere mostrarnos —Nayeon la animó, a la par que procedía a adentrarse a la casa en compañía de Mina.

—Solo te quitaré un par de minutos —murmuró Chaeyoung jalando a Jeongyeon del brazo—. He estado trabajando en algo desde hace meses, es muy importante para mí conocer tu opinión.

—¿De qué se trata? —preguntó Jeong ahora con curiosidad. 

—Ahora lo verás.

Mina y Nayeon procedieron a recostar a Miyoung y a Kwan en la habitación que Mina y Chaeyoung habían preparado para su hija.

—Que hermosa habitación hermanita, me ha encantado el decorado —comentó Nayeon.

—Chaeng y yo la pintamos, nos llevó un día entero, pero quedamos satisfechas con el resultado, aunque aún nos falta colocar un par de luces led en los extremos de las paredes —explicó Mina—. Estoy muy feliz.

—Lo sé, lo puedo ver en tu mirada —murmuró Nayeon antrelazando sus manos junto con las de su hermana—. Yo también lo estoy, ¿quién lo diría? mi hermanita que tanto criticaba mis preferencias sexuales terminó casada con una chica.

—¡Oye! Todos cometemos errores ¿sí?, es de sabios cambiar de opinión.

—Bueno, supongo que en eso tienes razón —Nayeon arqueó su espalda soltando un pequeño gemido de dolor—. O Kwan pesa mucho o ya me estoy haciendo cada vez más anciana.

—Podrían ser ambas cosas... —susurró Mina ganándose un ligero golpe en el brazo de parte de su hermana—. Quiero decir, Kwan pesa mucho, tu espalda no está acostumbrada, pero solo es cuestión de tiempo para que se acostumbre.

—Cambiando de tema, ¿cómo crees que le esté yendo a mi mamá con nuestros hijos perrunos? —preguntó Nayeon. Su madre Cheon le había pedido quedarse está noche con Smalie y Fresita. Para Nayeon no había sido algo sorpresivo ya que desde pequeña siempre supo del gran amor que su madre tenía hacia los animales—. Solo espero que Smalie se esté portando bien, porque a veces mi bola de pelos es una cosa bárbara.

—Seguramente Cheon sabrá como tratarlo, no te preocupes por eso, mejor vayamos con Chaeng y Jeong, seguro ya nos deben estar esperando. —mencionó Mina tomando a Nayeon de la mano para guiarla hasta la sala de su casa.

—¿Qué es eso que Chaeyoung quiere mostrarnos?

—Estoy tan intrigada como tú, no quiso decirme nada, lleva días así de misteriosa, me muero por saber que se trae entre manos mi adorada esposa —respondió Mina soltando una pequeña risilla—. Aunque puede ser que tenga una vaga idea, pero aún no estoy segura de que sea eso.

Nayeon solo asintió repetidas veces abriendo ligeramente la boca.
Al llegar a la sala, pudieron observar a Jeongyeon sentada sobre uno de los sofás y a Chaeyoung ajustado la imagen de su proyector sobre la pared.

—Que bueno que llegan, tomen asiento por favor —anunció Chaeyoung señalando el sofá donde se encontraba Jeongyeon—. Las esperaba para comenzar con mi breve exposición.

—¿Exposición? —preguntó Mina confundida viendo a Chaeyoung teclear un par de cosas en su laptop para luego proyectar la portada de un ¿libro?

—¿Mi novio es una chica? —Jeongyeon se había puesto de pie de un brinco observando la imagen proyectada—. ¿Escribiste un nuevo libro?

—En efecto —Chaeyoung asintió mostrando una leve sonrisa—. Nuestra historia fue como de novela, me inspiré en eso para escribir este libro en donde plasmé todas mis emociones, incluso intenté plasmar las suyas también a lo largo del desarrollo de nuestras relaciones y todo lo que tuvimos que pasar para al fin  poder estar juntas.

—¿Era esto por lo que andabas tan misteriosa los últimos días? —preguntó Mina con impresión sin despegar su vista de la proyección—. ¡Estoy emocionada! Y no lo digo como tu esposa, lo digo como una fanática de tus obras literarias Chaeng, me muero por leer ese libro, estoy segura de que la vas a romper.

—¿De verdad piensas eso Minari? —murmuró Chaeyoung enternecida. Era inexplicable la felicidad que sentía en su corazón al escuchar esas palabras de su esposa—. Significa mucho para mí que me digas eso.

—¡Wow! ¿Quieres decir que aparezco en tu libro? Muéstramelo, tengo que leerlo ya —chilló Nayeon saltando de emoción con las manos en la cabeza. Jeongyeon intentó calmar su euforia tomándola del brazo pero ella rápidamente se deshizo de su agarre—. Jeong no me toques, soy famosa ahora, una celebridad, una artista.

—Oh dios, lo que faltaba —murmuró Jeongyeon poniendo los ojos en blanco.

—No le quites sus cinco minutos de fama Jeong —susurró Mina ganándose una mirada asesina por parte de su hermana—. Es decir, sí,  eres famosa.

—Pueden burlarse todo lo que quieran pero aparezco en uno de los libros de Chaeyoung y eso me hace inalcanzable —contestó Nayeon fijando su vista en Chaeyoung—. ¿Tendrás una copia para mí? Creo merecer el privilegio de leerla antes de que salga a la venta.

—Aún no podía decidir si se lanzaría o no, porque necesitaba su consentimiento, ya que todas ustedes incluyendo a mí, somos las protagonistas de la historia.

—Por mí encantada Chaeyoung, muero por leer ese libro —contestó Nayeon conectando miradas con su esposa—. ¿Qué opinas de esto avestrucito?

—Bien... —Jeong careaspeó su garganta antes de sonreír—. Quizás sea un poco vergonzoso que las demás personas lean detalles íntimos, pero sin duda será interesante leer ese libro. Hermana, tienes nuestra aprobación.

Chaeyoung amplió su sonrisa a más no poder, a la par que dirigía su mirada hasta su esposa. Mina observaba atentamente la portada proyectada  de aquel libro, con el nombre de "Mi novio es una chica".

—Jamás me imaginé que algún día mi escritora favorita se inspirara en mí para escribir uno de sus libros, mucho menos me imaginé que me llegaría a casar con ella, simplemente no podría estar más feliz.

—Te amo... —murmuró Chaeyoung llevando la palma de sus manos hasta las mejillas de Mina para proceder a conectar sus labios en un dulce y apasionado beso.

—Ammm... —Jeongyeon volvió a carraspear su garganta desviando la vista hasta su esposa quien con simples miradas le dio a entender que deberían ir por Kwan a la habitación. 

Mina y Chaeyoung seguían en su burbuja de amor que no notaron en que momento sus hermanas habían partido de su casa junto con su pequeño hijo. 

—Tienes algo en la cara Minari —dijo Chaeyoung.

—¿Qué cosa?

—Mi mirada —respondió levantando sus cejas una y otra vez de manera coqueta—. Hermosa.

—Hermosa tú.

—Tengo algo para ti, espero que te guste —informó Chaeyoung sacando una pequeña cajita del bolso de su abrigo—. Hace poco mandé a elaborar tres dijes y juntos forman un solo corazón. Uno para ti, otro para nuestra pequeña Miyoung y el que sobra para mí.

—Chaeyoung... —Mina cubrió su boca con las manos reprimiendo sus ganas de querer llorar—. Estan preciosos, ¿me pones el mío?

—Claro que sí cariño —asintió Chaeyoung colocando el dije con ayuda de su esposa quien se sostenía el cabello para que pudiera hacerlo con mayor facilidad.

—Te ayudaré a colocarte el tuyo.

—Sí por favor —murmuró dándole la espalda para que pudiera ponérselo—. Siempre que estemos las tres juntas sabré que mi corazón está completo.

—Mantengamos nuestro corazón completo lo que nos reste de vida Chaeng —dijo antes de inclinarse a besar su nariz.

—Me parece un trato razonable —susurró Chaeyoung con diversión dejando un corto beso sobre los labios de su esposa.

—Entonces... ¿debería sentirme feliz por que mi novio haya resultado ser una chica? —preguntó Mina soltando una pequeña risita mostrando su adorable gummy smile que a Chaeyoung terminó por derretirle el corazón.

—Por supuesto, tener a una chica como novio ha sido tu mejor elección.

—Sin duda alguna Chaeng, te amo por siempre... —contestó Mina de manera dulce.

—Y para siempre, Minari.

[💫]

—¿De verdad no sabías que Chaeyoung estaba escribiendo un libro sobre todas nosotras? —preguntó Nayeon luego de haber acostado a Kwan en la cuna de su habitación—. Sigo sin poder creer que apareceremos en su libro, me muero por leerlo, me intriga saber que es lo que ha escrito sobre nosotras, ¿a ti no te da curiosidad?

—No lo sabía, Chaeyoung siempre fue muy reservada incluso con sus libros anteriores, pero siempre lograba impresionarme con todas sus obras, estoy segura de que este libro no será la excepción —contestó Jeongyeon terminando de colocarse su pijama—. Estoy muerta de cansancio, pero sin duda hoy ha sido un día maravilloso.

—Quiero hacer cositas bonitas contigo.

—¿Eh? —preguntó Jeongyeon con las mejillas ligeramente sonrosadas luego de que Nayeon se recostara sobre la cama y le hiciese un espacio junto a ella.

—Ven aquí conmigo —le dijo con una sonrisa divertida.

Jeongyeon estaba realmente cansada por el día tan ajetreado, pero no se negaría a estar con su esposa, haría un esfuerzo por complacerla, además ella también amaba estar con ella de esa forma, así que sin pensarlo comenzó a desabotonar su pijama frente a la atenta mirada de Nayeon quien ladeaba su cabeza confundida.

—¿Qué haces avestrucito?

—Vamos a hacer cositas... ¿no acabas de decirme eso? —preguntó como si fuera de manera obvia.

—Cositas bonitas amor, ven aquí —Nayeon la jaló del brazo hasta hacer que se acostara con ella justo frente a frente—. Quiero besarte.. —susurró a la par que dejaba un dulce beso sobre su frente—. Quiero acariciarte.. —posó su mano sobre su mejilla para acariciarla como si fuese lo más preciado del mundo—. Y quiero dormir colocando mi cabeza sobre tu pecho para poder escuchar los latidos de tu corazón hasta despertar.

Los ojos de Jeongyeon se volvieron cristalinos. No hizo más que envolver a Nayeon en sus brazos y suspirar con los ojos entrecerrados sintiendo su corazón latir con frenesí.

—Pensé que te referías a hacer otro tipo de cosas, pero lo que has dicho ha logrado tocarme el corazón.

—Tenemos toda una vida para hacer ese tipo de cosas Jeong —murmuró Nayeon aferrándose fuertemente al cuerpo de su esposa—. Pero hoy... precisamente hoy solo se me apetece abrazarte con todas mis fuerzas.

—Te amo bunny.

—Y yo te amo a ti, mi avestrucito. 

FIN

Infinitas gracias a todos por su apoyo, aún no me despido de esta historia porque nos falta el epílogo. ❤👀💫