FINAL 2/3
—Momo ¿cómo vas con esos globos? —preguntó Dahyun luego de terminar de colocar el último arreglo sobre la pared del apartamento.
—Ya casi termino ojitos, solo que no sé donde ponerlos —respondió Momo escaneando alrededor del apartamento—. ¿Te parece si colocamos una fila de globos color rosa intercalados con globos azules en cada rincón?
-—Me parece perfecto, aunque también vendría bien si en la mesa del centro hacemos un arco de globos —comentó Dahyun rascando su barbilla con indecisión—. Sí, hagamos eso.
—Ojitos... ¿hueles eso? —preguntó Momo olfateando repetidas veces—. Huele a quemado, mi nariz no miente.
—¡Chicas, ya llegamos! —escucharon la puerta del apartamento ser abierta por Vernon quien cargaba una enorme bolsa negra, segundos después Jihyo apareció cargando otra bolsa un poco más pequeña detrás de él—. Trajimos muchas cositas bonitas, oh... ¿a caso huele a quemado?
—En efecto, huele a quemado. —afirmó Jihyo escaneando el lugar en busca de donde provenía aquel olor.
Antes de poder decir otra cosa al respecto, vieron a Sana y Tzuyu salir de la cocina llenas de harina por toda la cara y cuerpo.
—Fallamos chicos, hornear un pastel es más difícil de lo que creíamos —murmuró Tzuyu frotando su entrecejo
—. Igual los que venden en la pastelería que están cerca de aquí son ricos.
—¿Qué pasó? —preguntó Dahyun.
—Chewy quemó el pastel. —respondió Sana levantando las manos en señal de paz y liberándose de toda responsabilidad.
—¿Yo lo quemé? —cuestionó Tzuyu en tono ofendido—. "Quemamos" querida, porque tú pusiste el horno a su máxima potencia.
—De acuerdo, de acuerdo chicas, tranquilas, Jisoo me envió mensaje, ella y Lisa comprarán un pastel, así que no hay de que preocuparse por eso —comentó Momo—. Recuerden que debemos apresurarnos porque todavía tenemos que pasar por Fresita y Smalie a casa de las chicas.
—Hey... ¿qué tienen ahí? —preguntó Sana curiosa acercándose hasta las bolsas negras que habían traído Vernon y Jihyo—. ¿Puedo ver?
—Claro, son regalos para las hijas de las chicas —respondió Vernon procediendo a abrir su enorme bolsa de donde primero sacó una caja de legos, un set de maquillaje, un patín, un paquete de pinceles con muchas pinturas, una pelota, un carro de control remoto, una casa de muñecas y muchas cosas más-. También compré dos bicicletas, para cuando los niños quieran ir a pasear —agregó emocionado corriendo hasta el pasillo en busca de las bicicletas.
—Increíble... ¿Pero no creen que lo ideal hubiese sido un triciclo? —cuestionó Tzuyu—. Son literalmente unos bebés, tardarán mucho en poder utilizar una bicicleta.
—Oh, también lo pensé, por eso igual compré dos triciclos —contestó Vernon corriendo otra vez por el pasillo en busca de los triciclos—. ¿Qué les parece? Están lindos ¿verdad?
—Todo es muy lindo Vernon, tiraste la casa por la ventana —comentó Momo observando los juguetes desde cerca-. Todo es precioso.
—Yo compré ropita de bebé y algunas otras cosas útiles para su cuidado —dijo Jihyo mostrando su bolsa negra—. ¿En dónde los acomodamos?
—En la mesa del centro y los juguetes grandes en las orillas —respondió Dahyun con una de sus manos acariciando su barbilla—. Manos a la obra chicos, esta fiesta sorpresa tiene que ser la mejor de todas.
[🍒]
Hye se encontraba bastante nerviosa con las manos pegadas al volante de su automóvil, estaba afuera de la casa de los Myoui y a la espera de Sachiko y Cheon. Últimamente se habían vuelto muy cercanas, aunque Cheon días después de la boda de su hija tuvo que partir para arreglar unos asuntos laborales, aún se mantenían en contacto todo el tiempo.
Después de unos cuántos minutos de espera, finalmente Sachiko y Cheon salían rápidamente de la casa para luego aproximarse a abordar el automóvil de Hye, siendo Cheon quien ocupara el asiento del copiloto y Sachiko el asiento trasero.
—Lamento la demora, ¿Llevas mucho tiempo esperando? —preguntó Sachiko apenada.
—Solo un par de minutos, descuiden —respondió Hye procediendo a poner al auto en marcha.
—Fue culpa mía, mi vuelo se retrasó un poco. Cuando llegué lo primero que hice fue darme una ducha, me dolía la cabeza por tanto ajetreo de las horas de viaje —comentó Cheon sacando un abanico de su bolso para hacerse un poco de aire—. ¿Cómo va todo por aquí?
—Estupendo, las chicas van muy bien, aunque no las hemos visitado tanto como quisiéramos, Akira dice que debemos darles su espacio, porque son recién casadas —respondió Sachiko.
—Yo tampoco las he visitado tanto como quisiera —comentó Hye sin despegar la vista del frente—. ¿A dónde deberíamos ir primero? Tenemos el tiempo medido antes de que les entreguen los niños a nuestras hijas, o más bien debería decir ¿nuestros nietos?
—Oh dios mío Hye, no digas eso -contestó Cheon escandalizada—. Soy tan joven como para ser abuela. Pero bueno, tuve a Nayeon cuando era apenas una adolescente, ahí están las consecuencias... pero no me arrepiento, mi hija ha sido el mayor regalo que me ha dado la vida.
—Mina es mi mayor regalo también y yo creo que no es tan malo para mí ser abuela, yo me encuentro muy emocionada y apesar de que Akira no me lo diga, también se encuentra igual de emocionado, tanto que ha mandado comprar juguetes para los niños -dijo Sachiko mostrando conmoción en sus palabras—. Y respondiendo a tu pregunta Hye... creo que deberíamos ir al centro comercial por ropa, eso es lo escencial.
—Ya he comprado un poco de ropa, pero no la suficiente, además no sé exactamente qué tipo de estilo de ropa le guste, pero no estaría de más comprar un par de cosas más —dijo Hye asintiendo con la cabeza—. Los amigos de nuestras hijas les están organizando una fiesta sorpresa a las chicas, algo así como una bienvenida para los bebés.
—Que bello detalle, sin duda será una gran sorpresa, me gustaría saber cómo fue que se les ocurrió esta maravillosa idea, es decir... esto de la adopción. —murmuró Cheon sin dejar de lanzarse aire en el rostro.
—Las cosas se dan por alguna razón, creo que estoy haciendo lo correcto —contestó Hye mostrando una amplia sonrisa—. De antemano agradezco que me acompañen, no sería lo mismo hacer esto yo sola.
—Para eso estamos las consuegras.
[🍇]
Akira se encontraba sentado frente a una pequeña mesa, lo suficientemente sucia como para que pensara en recargar sus manos ahí. Hizo un mohín antes sacar un pañuelo de su bolsillo y restregarlo sobre la polvosa mesa de metal. Su acción de limpiar se vió interrumpida en el momento que levantó la mirada para encontrarse cara a cara con Ethan Suk, quien venía siendo arreado por un oficial.
Akira sonrió enormemente al ver a Ethan con el rostro lleno de hematomas, unos por cicatrizar y otros al parecer muy recientes.
—¿Tú? —preguntó Ethan con rabia contenida al ver a Akira ponerse de pie para recibirlo con una amplia sonrisa— ¿Qué demonios haces aquí?
—Esa no es la forma de recibir a tus amigos Ethan —respondió Akira de forma simple volviendo a tomar asiento luego de que Ethan lo hiciera—. Ha pasado un tiempo y tengo entendido que soy tu primera visita desde que estás recluido aquí.
—Dejemonos de estupideces y dime ¿qué quieres?
—Te voy a ser sincero Suk, vine a ver lo miserable que te trata la vida, aunque no debería... yo disfruto mucho verte así, en tu estado más vulnerable —contestó Akira prestando por primera vez atención al lugar a su alrededor—. Jamás había pisado un reclusorio en mi vida, pero lo hice porque realmente quería verte así. Te metiste con la persona equivocada, estuviste a punto de dañar a mi hija y acepto que en ese momento tuve ganas de matarte, pero eso sería rebajarme a tu nivel y yo no soy como tú.
—¿Terminaste con tu discurso barato? —escupió Ethan con arrogancia—. Si has venido aquí para escuchar una disculpa de mi parte, lamento decirte que...—
—Yo no necesito tus disculpas, discúlpate contigo mismo por todo el daño que has hecho Suk. Veo que no has cambiado nada a pesar de que aquí no te ha ido muy bien —dijo Akira haciendo alusión a sus heridas en el rostro.
—Lárgate de aquí —murmuró Ethan antes de hacer una mueca desagradable y desviar la mirada hacia un costado.
—Espera, hay una cosa más que quiero decirte, no te vayas tan rápido —comentó Akira sacando un par de papeles de su portafolio para posarlos sobre la mesa—. Me parece tan increíble que hayas armado todo un plan para intentar desfalcarme, ¿y todo por qué? ¿por qué te despedí? Ya deberías saber la razón por la cuál lo hice.
—¿A qué te refieres? —preguntó Ethan con titubeo—. Tú me despediste como a un perro, yo era el mejor en mi cargo, nadie más pudo llevar tus finanzas como yo lo hice.
—¿De verdad lo crees? Me robaste Ethan, me robaste millones y mi peor error fue no denunciarte en su momento y dejarte ir así como si nada —contestó Akira haciendo presión en su mandíbula—. Jamás me imaginé que tiempo después serías un dolor de cabeza para mí, pero te equivocaste conmigo, yo siempre voy un paso adelante y ahí mismo tienes la demanda que he levantado en tu contra por robo y abuso de confianza.
—No es posible... —murmuró Ethan tomando los papeles entre sus manos para leer de manera rápida y luego romperlos ante la mirada de Akira—. Entonces... todo el tiempo supiste que yo te había robado, ¿por qué me dejaste entrar a tu casa?
—Porque quería pensar que todas las personas merecemos una segunda oportunidad, pero al parecer tú no supiste aprovecharla y además porque las hermanas Son eran el motivo de la felicidad de mis hijas, por eso —respondió Akira con simpleza—. Pero al parecer contigo me equivoqué... ahora debes afrontar las consecuencias de tus actos y pagar por tus delitos.
—¡No pienso rogarte si eso es lo que esperas de mí! —gritó Ethan con rabia apretando sus puños por debajo de la mesa.
—De nada me sirven tus ruegos, yo solo quiero que pagues, te dije que no iba a permitir que pusieras un pie fuera de ésta cárcel y te aseguro que lo voy a cumplir —afirmó Akira poniéndose de pie—. Ahora si me disculpas, me tengo que ir porque estoy invitado a la fiesta de bienvenida de mis nietos, nos veremos pronto en la audiencia con el juez para que te dicten sentencia.
—¡Maldito! ¡Miserable!
—Así es, soy el maldito miserable más feliz del mundo por tener una familia a diferencia de ti, que te encuentras más solo que un perro sin dueño y ese será tu mayor castigo. —finalizó Akira antes de salir de ahí dejando a Ethan con pequeñas lágrimas en los ojos que rápidamente limpió.
[💚]
Las esposas Son Myoui entraban a la casa hogar, ambas tomadas de las manos con sus respectivas parejas. No podían dejar sus nervios de lado, sentían una emoción inexplicable en el pecho.
—Toma ésto mi avestruz, iré con Mina al baño, no puedo recibir a mi hijo con ganas de hacer pis —comentó Nayeon dejando un inhalador sobre las manos de Jeong—. No lo sueltes y úsalo cuando lo creas necesario.
—Esta bien bunny —asintió Jeong extendiendo los labios para que Nayeon le dejara un corto beso.
—No tardaremos Chaeng, esperen aquí –dijo Mina con rapidez siendo arrastrada por su hermana, pudiendo solo dar un suave apretón a la mano de Chaeyoung.
—Entonces... ¿Nayeon continúa llevando un inhalador de repuesto por si tú olvidas el tuyo? —preguntó Chaeyoung en tono burlón.
—Se ha vuelto costumbre, ella siempre cuida de mí, pero ya casi nunca olvido traer mi inhalador conmigo —respondió Jeong con la mejillas ruborizadas—. Oh mira, es Doyoung.
—¿Doyoung? —Chaeyoung levantó la vista para encontrarse con el chico que venía corriendo por el pasillo—. ¡Doyoung!
—Hola Chaeyoung, hola Jeongyeon —saludó con alegría—. Hoy han venido tarde a la casa hogar, pensé que hoy no vendrían.
—A esta hora nos citó la trabajadora social —contestó Jeong viendo al chico borrar su sonrisa y palidecer poco a poco—. ¿Qué sucede Doyoung?
—Hoy... ¿hoy les entregan a sus bebés?
—Sí... —respondió Chaeyoung sintiendo un nudo en su garganta al ver a Doyoung asentir con una media sonrisa.
Chaeyoung tenía tantas ganas de llevarlo con ella, pero no podía, al menos no por ahora. Tampoco quería llenarlo de esperanzas sin antes tener algo concreto.
—No te pongas así amiguito, te visitaremos siempre que podamos -dijo Jeong intentando animarlo—. Eres un gran chico y estoy segura de que alguna familia va a apreciarte cuando te conozca.
—A mi ya se me ha pasado la fecha de vencimiento, pero no me quejo, al menos tengo un techo, comida y a muchos amigos que cuido como si fueran mis hermanos —respondió esta vez con una media sonrisa—. Voy a extrañarlas, ojalá en algún futuro no muy lejano pueda volver a verlas.
—En un futuro no muy lejano... —repitió Chaeyoung en voz baja antes de regalarle un cálido y afectuoso abrazo que el chico correspondió al instante—. Eres un buen chico, pórtate bien ¿de acuerdo?
—Lo haré.
—Ven aquí Doyoung, yo también quiero darte un abrazo —dijo Jeong posando su mano de manera juguetona sobre el cabello del chico para luego alborotarlo.
—Señoras Son —escucharon la voz de la trabajadora social a sus espaldas—. Que gusto verlas, me avisaron que ya estaban aquí, todo está listo, solo necesito que me acompañen a firmar un par de documentos.
—El gusto es nuestro y si nos permite, enseguida vamos, solo estamos esperando a Nayeon y Mina. —respondió Jeongyeon.
—No hay problema, las esperaré en mi oficina. —comentó la trabajadora social mostrando una media sonrisa antes de dar media vuelta.
—Espere... quisiera hablar con usted, no le quitaré más de dos minutos de su tiempo, por favor. —rogó Chaeyoung luego de que la mujer hiciera el amago de retirarse.
—Por supuesto, podría acompañarme camino a mi oficina.
—Me parece perfecto —murmuró Chaeyoung volteando la mirada hacia Jeongyeon y Doyoung quienes la miraron sin comprender—. Los veré en un rato.
Ellos asintieron observando como Chaeyoung le seguía los pasos a la trabajadora social.
—Si no me equivoco, usted quiere hablarme sobre Doyoung —comentó la mujer recibiendo una risita nerviosa por parte de Chaeyoung—. Ya he hablado con su esposa acerca de eso, pensé que ya le había contado.
—¿Qué posibilidades tengo de poder adoptarlo? Dígame la verdad.
—¿Por qué quiere adoptar a Doyoung? —le preguntó la mujer está vez con interés.
—Usted sabe... Durante todo el tiempo que he estado viniendo a la casa hogar me he encariñado mucho con él, es un buen chico y necesita de una familia —explicó Chaeyoung bajo la atenta mirada de la mujer quien solo asentía—. Doyoung es un chico especial... ¿no le parece que vivir toda la vida en una casa hogar pueda llegar a ser algo deprimente? es decir... no quiero decir que aquí sea un mal lugar, pero...—
—Señora Son, comprendo lo que quiere decir. En ésta casa hogar tratamos de ofrecerle lo mejor que podemos a los niños, tal vez no podamos darles las mejores comodidades, porque lamentablemente son muchos niños los que llegan cada día, pero siempre tratamos de darles lo mejor, techo, comida y vestido.
—No quise decir que aquí no les den lo mejor, en realidad yo... —Chaeyoung suspiró con frustración—. Doyoung es el mayor aquí y tenía un poco de razón cuando dijo que a él ya se le había pasado la fecha de vencimiento, porque las personas siempre buscan a un bebé cuando quieren adoptar. Doyoung tiene dieciséis años... es todo un adolescente.
—Lo mejor siempre tarda en llegar señora Son, lo único que puedo decirle es que no se preocupe por Doyoung —contestó con serenidad—. Me conmueve que una mujer tan joven quiera adoptar a alguien que bien podría ser su hermano menor.
—De verdad quisiera llevarlo a casa conmigo...
—No me haga decir cosas que no puedo señora Son, se rompería el encanto, mejor hágame caso y recuerde lo que le he dicho, le aseguro que hoy será un buen día para usted —le dijo la trabajadora social tratando de animar a Chaeyoung—. ¿Preparada para que le entreguemos a su pequeña hija?
—Estoy preparada para recibir a mi hija —respondió.
—Nosotras también lo estamos —escucharon la voz de Mina por detrás quien asomaba su cabeza por la puerta que se encontraba entreabierta—. ¿Se puede?
—Adelante por favor, ya tengo los documentos listos —mencionó la mujer—. Solo es cuestión de firmar.
—¿En dónde firmo? —preguntó Nayeon tomando un bolígrafo del escritorio sin permiso—. Y lo más importante, ¿dónde está mi hijo?
—Tranquila bunny, deja que la trabajadora social nos de la indicación primero —dijo Jeongyeon reprendiendo a su esposa—. Disculpe señorita, ella se encuentra un poco ansiosa.
—La entiendo, la emoción del primer hijo siempre es especial, ¿ya saben cómo se llamará?
—Kwan, nuestro pequeño Kwan —contestó Nayeon con los ojos brillantes-. Porque significa fuerte, y nuestro hijo lo será.
—Y nuestra hija Miyoung -comentó Mina sonriente.
—¿Qué significa Miyoung? —preguntó Jeong.
—No sabemos —respondió Chaeyoung encogiéndose de hombros—. Solo juntamos nuestros nombres y sonaba muy bonito.
Todas comenzaron a reír haciendo más amena la espera de la firma de los documentos y todo el papeleo faltante en general.
Minutos después la espera terminó cuando al fin les entregaron en brazos a los bebés.
Jeongyeon no pudo contener las lágrimas de la emoción haciendo que Nayeon también llorara, pero lágrimas de felicidad, porque desde hoy comenzaría una nueva etapa en su vida, etapa que seguramente sería la mejor.
Mina a su vez admiraba la belleza del ser que tenía sobre sus brazos, ser que le parecía el más hermoso y bello del mundo. Chaeyoung aprovechaba para acariciar con ternura las mejillas de la bebé que yacía dormida en los brazos de su esposa.
No podían sentir más felicidad en el mundo. Porque esas pequeñas criaturas desde el día de hoy se convertirían en un lazo muy fuerte, un lazo que las mantendría juntas por siempre, un lazo eterno de amor.
—Mami te llevará a casa, allí te mostraré todos los juguetes que he comprado para ti —murmuró Nayeon dejando un suave beso sobre la frente de su pequeño luego de subir al auto—. Es tan hermoso...
—Lo es —dijo Jeongyeon girando su cabeza desde el asiento del copiloto—. Pero los juguetes tendrán que esperar a más tarde porque mi madre nos ha citado en su apartamento.
—Apuesto a que quiere ver a los niños —comentó Chaeyoung observando por el espejo retrovisor—. Tomaré la ruta más corta para llegar pronto.
—Después de ir con Hye, vayamos a casa de mis padres —mencionó Mina a la par que hacía arrumacos a su pequeña—. No nos mencionaron nada pero supongo que querrán ver a los bebés también.
—Entendido —dijo Chaeyoung asintiendo.
El camino se resumió a típicas conversaciones de mamás primerizas. Tips que habían leído en internet sobre el cuidado de niños, recetas de cocina para bebés y alguna que otra cosa más hasta que por fin llegaron a su destino. El apartamento de Hye.
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Disculpen la demora, ya he vuelto.. ❤️
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