Capítulo 42: Primera vez, P/Final
(Contenido explícito +18)
Un suave gemido salió de la garganta de Jeongyeon al sentir los suaves labios de Nayeon pasar sobre su cuello. No podía creer que estaba a punto de hacer el amor con la persona que estaba segura que era el amor de su vida.
—Tu sabor es delicioso —susurró Nayeon justo en el oído de Jeong mientras dejaba besos húmedos sobre su cuello.
La garganta de Jeongyeon se cerró intentando decir algo, sus sentidos estaban completamente nublados ante la sensación logrando que solo pudiera soltar pequeños gemidos entrecortados. Sus manos vagaron por la espalda de Nayeon, estaba acariciándola suavemente, tratando de transmitirle todo su amor.
¿Qué era aquello? ¿Qué era lo que ahora le hacía palpitar tanto el corazón?
Me siento completa...
Fue lo que ambas pensaron en el momento en que sus ojos se encontraron por primera vez, ¿quién lo diría? ahora estaban juntas esperando que fuese para siempre.
A estas alturas era imposible poder parar, jamás habían deseado nada en su vida tanto como seguir demostrándose amor por horas.
Los dedos de Nayeon acariciaron el borde de la camisa de Jeong, aún sin despegar los labios de su cuello. Jeong tragó en seco, lo único que pudo hacer fue seguir acariciando la espalda de Nayeon pero esta vez de manera temblorosa.
—Eres hermosa —murmuró Jeong a la par que cerraba sus ojos sintiendo como Nayeon besaba su hombro de la manera más cálida y amorosa del mundo—. Me haces tan feliz...
—Eso es lo que quiero hacer toda la vida... quiero que seas feliz, porque tu felicidad es la mía.
Los ojos de Jeong brillaron divinamente mientras sus labios formaban una sonrisa, tomó a Nayeon del rostro para que sus miradas pudieran conectarse y de esa manera gritarle un "Te amo" sin necesidad de palabras.
Las manos de Nayeon se introdujeron dentro de la camisa de Jeong acariciando su vientre de manera suave, luego posándose por debajo de sus costados, haciendo que sus músculos se tensaran de absoluto placer.
—Aún podemos parar, yo estoy dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario hasta que tú...—
—No te detengas, quiero seguir —afirmó Jeong conectando mirada con ella—. Te deseo y deseo hacer esto contigo, quiero hacerlo, te necesito..
—Entonces toma lo que quieras de mí —dijo Nayeon poniéndose de pie para poder bajar el zipper de su traje y despojarse de el con lentitud bajo la atenta mirada de Jeong.
Sus ojos vagaron por su esculpido cuerpo viendo sus hermosos pechos cubiertos por una lencería negra. Jeongyeon la miraba con admiración a lo que Nayeon respondió con una sonrisa, de pronto le extendió las manos y Jeong las tomó para ambas quedar de pie. Las manos de Nayeon acariciaron el borde de la camisa de Jeong, comenzando a desabotonar uno a uno hasta poder retirar la camisa por completo. Su respiración se contuvo al observar la piel expuesta de Jeongyeon quien instintivamente llevó sus manos para cubrir sus pechos con un poco de vergüenza.
—¿Hay algo de malo en mí? —preguntó con preocupación.
—¿Existe algo que no sea hermoso en ti? —preguntó Nayeon con dulzura—. Me encantaste desde la primera vez que te vi, aún si la primera impresión que me hayas dado fuera de un chico, me gustas tanto que si no te beso ahora siento que podría morir...
Jeongyeon buscó los labios de Nayeon desesperadamente, sus lenguas se encontraron en una perfecta sincronía, sus cuerpos rozándose uno con otro, piel con piel, se sentía la gloria.
Era perfecto, mágico y real.
Nayeon recostó a Jeong sobre la cama sin apartar la vista de sus ojos, quería corroborar que se sintiera cómoda haciendo ésto, que no se sintiera obligada o presionada, quería que lo deseara tanto como ella.
Lentamente se despojaron de la poca ropa que les quedaba, ahora ambas podían verse desnudas, la vergüenza que sentía Jeongyeon de a poco se iba esfumando gracias a que Nayeon que no dejaba de susurrarle a cada momento lo bonita que era.
—Me encantas —susurró Nayeon mientras sus besos descendían sobre el vientre de Jeongyeon y sus manos apretaban suavemente sus senos desnudos. Jeong no pudo evitar cerrar los ojos y soltar un gemido ronco de su garganta. Sus labios se veían hinchados por los besos y sus mejillas sonrojadas, todo era simplemente perfecto—. Te amo...
Jeongyeong se incorporó en la cama totalmente desnuda para tomar el rostro de Nayeon y juntar sus labios de nuevo en un necesitado beso que ambas deseaban con todas su fuerzas. Nayeon la arrastró hasta dejarla sobre ella mientras acariciaba su espalda con suavidad. Cada vez la deseaba más, estaba enloqueciendo con cada respiración, con cada toque.
En un par de segundos, sus manos abarcaron su trasero haciendo que Jeongyeon se balanceara lentamente sobre ella mientras compartían de un efusivo beso. Nayeon comenzó a besarla con pasión, sus besos eran hambrientos pero llenos de ternura. Por primera vez no se dejaba llevar por la lujuria, esta vez estaba siendo dulce, porque era lo que su novia se merecía.
—Yo también quiero tocarte, puedo... —murmuró Jeong tomando los labios de Nayeon en un beso tímido pero a la vez profundo, mientras que con torpeza acariciaba los costados de la cintura de Nayeon haciéndola gemir con solo sentir su roce—. Tu piel es tan suave y bonita... me gusta.
—No tanto como tú me gustas a mí.
—Enséñame a darte placer, enséñame como tocarte, enséñame a hacerte sentir bien... —dijo Jeongyeon casi en tono suplicante. De verdad quería demostrarle que podía, quería llenar sus expectativas porque... tenía tanto miedo de no ser lo que ella esperara, tenía miedo de fracasar—. Por favor..
—Mi avestruz... quiero que esta noche solo sea para ti, quiero hacerte el amor, no quiero que nada más te preocupe, quiero ser yo quien te haga sentir amada, quiero venerar tu cuerpo, quiero adorarte...
Jeongyeon no podía creer como alguien que a simple vista parecía ser tan arrogante pudiera ser tan dulce.
Nayeon es perfecta.
¿Qué he hecho yo para merecerla?
—Por favor no te vayas de mí lado, no soportaría perderte, no ahora que te encontré... —rogó Jeongyeon con la mirada cristalina, Nayeon a su vez simplemente negó inclinándose hacia ella para poder tomar sus labios y besarla.
Jeong cerró los ojos en el momento que Nayeon llevó su boca a sus senos, gimió de placer al sentir su lengua contornear cada uno con delicadeza y suavidad. La mujer de su vida le estaba regalando un momento inolvidable, ella no podía hacer más que jadear por la sensación tan placentera que estaba sintiendo. Nayeon había tomado sus manos y las había entrelazado con las de ella mientras seguía jugando con sus senos.
—Quiero probarte... —susurró Nayeon mientras su besos descendían hasta ese lugar que tanto lo necesitaba. Le abrió las piernas lentamente y Jeongyeon pudo ver como los ojos de Nayen se oscurecían admirándola en aquella parte—. Hermosa... eres simplemente hermosa.
—Nayeon yo...— Jeong se vio interrumpida por Nayeon quien se inclinó para posar sus labios justo en ese lugar, haciendo que Jeonyeong gritara fuertemente apretando las sábanas donde ahora descansaban sus manos—. Oh Dios mío...
Jeongyeon respiraba entrecortadamente observando el techo de la habitación con los ojos entrecerrados, sentía que su cuerpo era desgarrado por las olas de placer que provocaban que soltara fuertes gemidos desde lo más profundo de su garganta. Tenía que reconocer que nunca había sentido algo ni remotamente parecido como lo que estaba sintiendo en este momento. Sus temblorosas manos buscaron el cabello de Nayeon quien ahora utilizaba de sus dedos para tener un mejor acceso a ese lugar.
—Estás tan mojada y lista para mí... Respira hondo, cariño.
Jeongyeon sintió como los dedos de Nayeon la penetraban lentamente, sus paredes se estaban contrayendo, Jeong no pudo contener un grito que Nayeon tuvo que callar chocando sus labios con los de ella. Seguía penetrándola haciéndola jadear contra su boca.
—Tú también estás lista para mí, bunny.. —murmuró Jeongyeon guiando su mano hasta la entrepierna de Nayeon donde sorpresivamente penetró con dos de sus dedos—. Estás tan apretada, oh bunny...
Los dedos de ambas se movían al mismo ritmo transportándolas a un lugar maravilloso en donde no existía nadie más que ellas.
—Así... oh joder —gruñó Nayeon comenzando a mover sus dedos de manera más rápida y sintiendo como Jeong se acoplaba a su ritmo. Las dos estaban temblando sintiendo espasmos en su cuerpo, sus respiraciones eran entrecortadas—. Estoy a punto de llegar..
—Yo también —contestó Jeong moviéndose contra la mano de Nayeon—. Llegaremos juntas, bunny.
—T-te amo... —susurró Nayeon antes de sentir como llegaba a la cima del mismo modo que Jeongyeon. Sus cuerpos temblaron por el calor que les había dejado sus fuertes orgasmos, acompañado de una fina capa de sudor.
—Eso ha sido... alucinante —dijo Jeong sintiendo su pecho subir y bajar—. ¡Hagámoslo de nuevo!
—¡Sí! Pero esta vez ponme las esposas.
—Claro que sí —Jeong se levantó de la cama de un salto corriendo buscando entre su ropa que yacía tirada en el piso—. ¡Aquí están! ¿En donde te las pongo?
—Pues en las manos bebé, ¿en dónde más? —Nayeon extendió sus manos de manera seductora—. Anda.
—Tengo una mejor idea —Jeongyeon levantó sus cejas de manera divertida antes de levantar su camisa de policía y colocársela sin abotonar. Levantó las esposas de peluche y esposó a Nayeon en uno de los bordes de la cama—. Es mi turno de castigarte por ser una niña mala.
—Me encanta, castígueme policía, he sido una niña muy mala —murmuró Nayeon mordiendo su labio inferior de manera deseosa—. ¿Qué hará para castigarme?
—Es suficiente con que me veas semidesnuda y no puedas tocarme.
—Oh... eso es jugar sucio —Nayeon entrecerró sus ojos con fingida molestia—. Suéltame ahora.
Jeongyeon abrió sus ojos con sorpresa, su cara se volvió pálida y seguido tragó en seco.
—No puedo...
—¿Cómo que no puedes? ¿Es otro de tus jueguitos? —preguntó Nayeon mientras arqueaba una ceja—. Es mejor que me esposes ambas manos porque estar esposada a la cama es un poco incómodo.
—No... digo que no puedo porque ya me acordé que olvidé las llaves en mi apartamento —murmuró Jeongyeon comenzando a ponerse su ropa torpemente—. No te vayas a enojar bunny, iré a casa por las llaves.
—Debes estar de broma... —contestó Nayeon soltando una pequeña risa que poco a poco se fue borrando al ver el semblante nervioso de Jeongyeon—No puede ser.
—No pensé que realmente las fuésemos a utilizar, bunny perdón... me deje llevar por el momento —dijo Jeong en modo de disculpa.
—¿A dónde crees que vas? —preguntó Nayeon al ver como Jeong salía disparada del lugar—. ¿Me estás dejando esposada a una cama? Jeong, regresa aquí. Si esta es una de tus bromas, déjame decirte que...—
—No, no es una broma, volveré pronto bunny, iré por las llaves rápido, lo prometo, no te muevas de aquí —gritó antes de salir por la puerta.
—Como si pudiera moverme —gruñó Nayeon con molestia—. Espera Jeong, al menos dame mi ropa... ¡Estoy desnuda!
[🍇]
Esta noche Vernon había preferido quedarse en casa a ver una película o quizás comenzar un nuevo drama. Hubiese querido verlo en compañía de Jeong y Chaeyoung pero había recordado que esta noche ellas tendrían una cita a lado de las hermanas Myoui y eso de alguna manera lo alegraba.
Nada era mejor que ver a sus amigas felices, se lo merecían después de tanto sufrimiento.
Vernon estaba sentado en su sofá frente a su enorme pantalla plana, a un lado tenía un tazón de palomitas que aún no había empezado a comer.
Su apartamento se sentía tan solitario al igual que él.
Tenía que reconocer que cuando conoció a las hermanas Son, las envidió al instante porque él siempre quiso tener un hermano o hermana, pero sus padres solo pudieron tenerlo a él, así que su infancia fue un tanto difícil al no tener alguien de su edad con quien convivir.
Cualquiera sería feliz siendo el dueño de un antro nocturno, teniendo dinero, un automóvil y una casa donde poder realizar fiestas. Posiblemente ese fuese el sueño de muchos y aunque Vernon se sintiera realizado en ese aspecto de su vida, había algo que le faltaba, y eso era la compañía de una persona.
¿Será que estoy destinado a estar solo hasta morir?
Vernon suspiró con frustración antes de tomar su chaqueta y salir de su apartamento. Pensó que respirar un poco de aire fresco le caería bien.
Estuvo a punto de tomar el ascensor antes de ver a una chica cargar una enorme caja sobre sus manos. Eso fue suficiente para que Vernon corriera a sostener la caja y en efecto, estaba muy pesada.
—Permítame ayudarla, señorita.
—Muchas gracias, no quisiera causar molestias...
Que bonita voz.
Vernon colocó la caja sobre el suelo, seguido de eso levantó la vista para encontrarse cara a cara con la chica. Su boca se abrió en forma de "O" olvidando por completo lo que estaba a punto de decir.
—Eh....
—¿Vives en éste edificio? —preguntó con una amplia sonrisa—. Yo acabo de mudarme aquí, en la tarde trajeron mis cosas pero aún me faltaba esta pesada caja.
—Sí vivo aquí —afirmó Vernon asintiendo repetidas veces—. ¿cómo se llama tu nombre? —fue entonces cuando quiso que se lo tragara la tierra.
—Mi nombre se llama Jihyo, un placer —respondió extendiendo su mano a modo de saludo que Vernon correspondió con las mejillas ruborizadas—. ¿Y cómo se llama tu nombre?
—Hansol Vernon... el gusto es mío, nueva vecina —murmuró con la mirada baja llena de vergüenza—. Debes pensar que soy un tonto.
—No lo creo —negó Jihyo con una sonrisa divertida—. Eres lindo.
—Bueno... —Vernon sintió sus mejillas ponerse de color tomate, carraspeó su garganta con nerviosismo antes de tomar la caja nuevamente en sus manos—. ¿A dónde la llevo?
—Justo ahí —Jihyo señaló la puerta de su apartamento y entonces pudo darse de cuenta que estarían más cerca de lo que Vernon pensaba.
—Mi apartamento es el de enfrente...
—¿En serio? Enhorabuena, me tocó tener a un atento vecino, presiento que nos vamos a llevar muy bien.
—Espero...
Vernon no podía comprender porque estaba actuando raro, ¿será que la chica le gustaba? No encontraba otra explicación del porqué de su comportamiento. Cuando conoció a Jeong y Chaeyoung él actuó de manera natural, pero ahora se sentía actuar como un completo idiota.
—Gracias por ayudarme con la caja, me encantaría ofrecerte algo de tomar pero mi apartamento esta todo hecho un lío por la mudanza —comentó Jihyo con un puchero en los labios, cosa que a Vernon le pareció lo más adorable del mundo—. ¿Te gustaría comer conmigo mañana?
—Quiero... si quiero.
—Bien, entonces nos vemos mañana, vecino —afirmó Jihyo.
—Espera vecina... —dijo Vernon antes de que Jihyo pudiese entrar a su apartamento—. En casa tengo... palomitas —Jihyo asintió sin comprender—. Palomitas de maíz.
—Entiendo... que bien.
—Yo quisiera saber si... —Vernon comenzó a toser desesperadamente antes de ponerse completamente rojo.
—Dios mío, ¿te encuentras bien? —Jihyo se acercó para dar un par de palmaditas sobre su espalda—. Respira, respira...
—Palomitas... ¡Cof! ¡Cof! de maíz...
—¿Qué hay con las palomitas de maíz?
—Película ¡Cof! Con palomitas..
—Dejame ver si entiendo ¿me estás invitando a tu apartamento a ver una película con palomitas de maíz? —preguntó Jihyo recibiendo una afirmación por respuesta—. Haberlo dicho antes, vamos. Esas palomitas de maíz no se comerán solas.
Hola, agradezco a las personas que me leen aún cuando me tarde en actualizar, a veces tengo bloqueos mentales que me impiden poder escribir rápido, tampoco quiero escribir algo sin sentido, cuando lo hago quiero hacerlo bien, por eso es tardado :(
También quiero aprovechar para dar promo de un fic 2yeon que me encanta, realmente lo recomiendo porque es arte, se llama "Plan Perfecto" y es de la escritora _PrettyOnce12_ y es una joyita de fic que merece más reconocimiento, denle amor❤
Sin más por el momento, espero el capítulo haya sido de su agrado ❤.
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