Capítulo 7
En la sala de aquella gran casa, los tres miembros de la familia Uchiha estaban presentes, mas Sora.
-Quiero que me expliques esto ahora mismo. -sobre la mesa, Fugaku tiró cuatro periódicos
En la portada de estos cuatro se veía una foto en grande en la que salían Naruto y Sasuke. Una, cerca del supermercado abrazados, otra en la que Naruto besa la mejilla de Sasuke, otra sentados en la banca y la última con el incidente del lustre, claro, que el ángulo no es muy favorable.
-Este... eso...
-Te acabo de pedir una explicación.
-Es solo... un amigo con el que salí en varias ocasiones.
-Recuerdo haberte dicho que tu obligación es la universidad, ¡no andar de aquí para allá con un mocoso! ¿Qué se traen ustedes dos?
-¡Nada! Solamente somos amigos.
-¡Eso no es lo mismo que le dijiste a tu amiga esa! -dijo enseñando el celular de Sasuke en su mano
El menor se congeló, cada vez estaba más acorralado.
-¿Te gusta ese bueno para nada?
-¡No es un bueno para nada!
-¡¡Contesta!! -Sasuke se encogió un poco
-No lo sé... -dijo mirando el suelo
-¡¿SI O NO?!
-¡Te dije que no lo sé!
-Vi esas fotografías desde hace varios días, pero quise darte la oportunidad de demostrar que eso no era nada, ¡Y LO HICE CUATRO MALDITAS VECES! ¡¿Y ahora me sales con esto?!
-¡No es mi culpa fijarme en él! -el impulso lo hizo embarcarse más, retrocedió un paso
-Así que si te gusta, que te quede claro, Sasuke, ¡¡EN MI CASA NO VAN A HABER MARICAS!!
-¡Fugaku, por favor, ya! -dijo Mikoto
-¡Te he aguantado muchas cosas estos últimos meses! ¡¡Pero esto es el colmo!! ¡Te prohibido que vuelvas a ver a ese imbécil!
-¡No puedes prohibirme que lo vea! ¡Lo haré cuando yo quiera! -gritó con valor
-¡¡No me alces la voz!! -dijo dándole una cachetada, Sasuke cubrió su mejilla con su mano volviendo a retroceder sintiéndose cada vez más intimidado
-¡Que ni se te ocurra volverl a tocarlo! -gritó Mikoto poniéndose frente a su hijo
-Para asegurarme que no veas a ese tarado, te voy a quitar tu celular y yo mismo te llevaré y recogeré de la universidad. Y hablando de celulares, no creas que no me di cuenta que este celular no es el que te di, ¿quién te lo dio?
Sasuke apretó su puño con temor al responder.
-¡¿QUIEN TE LO DIO?!
-¡YA ES SUFICIENTE! -Mikoto se giró para ver de frente a Sasuke -Ve a tu cuarto, hablaré con tu padre.
La mirada de su madre no tardó en convencerlo y subió las escaleras como alma que lleva el diablo. Cerró la puerta con fuerza apoyando su espalda en ella. En solo una noche su vida se había ido a la mierda. ¿Estaba dispuesto a desafiar a su padre?... no, ya no tenía el valor suficiente.
-¡Maldita la hora en que te conocí, Naruto! -gritó golpeando la puerta con su puño una y otra vez, cada vez iba golpeando más suave hasta parar por completo
La madera con barniz tenía unas pocas marcas de sangre, sus nudillos estaban rotos por la fuerza. En la comisura de su labio había un poco de sangre seca, producto del golpe de su padre. Sus mejillas estaban húmedas por el llanto que no pudo evitar.
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-Que raro, ¿por qué no me contesta?
Naruto caminaba de un lado a otro viendo la pantalla de su celular, llevaba enviando ya unos 10 mensajes y nada de señales de vida.
-Quizá se durmió. -pensó dejándose caer sobre su cama
Una semana después
Naruto se despertó y revisó su celular como primera acción del día, igual a como lo ha venido haciendo los últimos días. Nada. Ni siquiera sus mensajes aparecían enviados.
-Tal vez... su celular se dañó...
Su hermano iría de visita, así que tendría que acomodar un poco su habitación. O ese era su plan.
-¡¿DÓNDE ESTÁ LA ZORRA?!
-¡¡AHHH!! -gritó el rubio cubriéndose con sus sábanas al ver su puerta abrirse de golpe
-¡¿No está Sakura?! -volvió a preguntar el mayor mirando en todas direcciones
-N-no.
-¿Ah, no? Entonces... -carraspeó y salió de la habitación cerrando la puerta con decencia, a los segundos, la tocó tres veces
-¿Pa-pase?
-¡Hola hermanito querido! ¿Cómo estás? -volvió a entrar con una sonrisa y se sentó en la cama del menor
-Estás... loco. -lo miró con el ceño fruncido
-¿Qué te parece si hoy vamos a...? ¿Qué sucede? -su sonrisa se borró
-¿De qué o que...?
-Naruto, te conozco muy bien y sé perfectamente que algo te pasa, ¿qué es? -el rubio de cabello corto soltó un suspiro
-Es Sasuke, hace una semana que no sé nada de él, le he enviado infinidad de mensajes... pero ni siquiera se envían.
-¿No está en periodo de exámenes o algo así?
-No, son hasta dentro un mes. -lo sabía ya que el mismo Sasuke se lo había dicho -Pero aún cuando está en exámenes siempre tiene su celular encendido.
-Mmm... ¿no estará castigado?
-No creo, su padre es estricto... pero tampoco a niveles como para castigarlo a sus 19 años.
-¿No le has preguntado a aquella chiquilla?
-¿Hinata? -lo miró a los ojos
-No sé, supongo que es ella. -levantó los hombros
-No... un momento... ¡no! ¡¿cómo no se me ocurrió antes?! -agarró el celular de su mesita y marcó
Un timbre...
Dos timbres...
Tres timbres...
Cuatro timbres...
-¿Hola? -dijo la muchacha casi en un susurro
-¡Hinata! Creí que no ibas a contestar, ¿por qué susurras?
-...
-¿Hinata?
-......
-¡Oye!
-Ya, lo siento, esque estoy en clases y el profesor pasó cerca de mi escritorio.
-¡Oh, lo siento!... pero es algo importante, ¿sabes algo de Sasuke?
-La verdad no, no lo he visto mucho en la universidad... y las pocas veces que lo hago siempre se aleja de mi, se ve algo... perdido... por así decirlo. Le he enviado mensajes y también llamadas, pero los mensajes no se envían y las llamadas mandan al buzón de voz.
-Lo mismo que yo... -susurró y miró a su hermano
-Incluso fui a su casa, pensé que quizá estaba enfermo, pero no... quien me atendió fue su empleada y me dijo que Sasuke no tenía tiempo para sus amigos, y que ni me molestara en regresar... porque la respuesta sería igual.
-¿Qué...? Hinata, ¿qué fue lo último que hablaste con él?
-¡¿Eh?! Etto... -calló por unos segundos -Lo que hablamos no me corresponde a mi decírtelo, pero tampoco era tan grave como para que se comenzara a comportar así... este... Naruto, tengo que cortar.
-Claro, gracias Hinata, si llegas a saber algo de Sasuke me avisas...
Cortó.
El Namikaze soltó un suspiro con decepción, no logró conseguir mucha información.
-Solo da un poco más de tiempo, ¿si? Estará bien.
-Si tan solo... conociera a alguien que conozca a Sasuke a la perfección.
-¿Y eso para qué?
-¡Pues para que me diga por qué se comporta así! No sé... un tío, primo... hermano... ¡alguien!
-¿Itachi?
-¿Itachi? -lo miró inclinando un poco su cabeza
-Si, él es su hermano mayor, lo conocí hace unos meses cuando hice una audición para protagonizar una película.
-¡¿Y hasta ahora me dices eso?! ¡Llámalo! -lo agarró de los hombros
-Esta bien, esta bien, calmate.
Deidara sacó su celular y buscó entre sus contactos. Naruto se desesperaba cada vez más, es como si su hermano se moviera más lento que tortuga embarazada.
-¿Hola?... ¡Itachi!... ¿eh?... ¡¿cómo que quien es?!... ¡DEIDARA, IMBÉCIL!... ¡¿cómo no me vas a reconocer?!... tks, te cortaría de no ser porque mi hermano necesita hablar contigo... si, si, Naruto, del que te hablé la vez pasada... ¿estas ocupado?... por favor, Itachi, tiene que ver con tu hermanito... si, voy.
Pasó su celular a Naruto.
-¿H-hola?
-¿Naruto?
-Si, soy yo, un... gusto hablar con... usted.
-¿Que es lo qué pasa con Sasuke?
-Verás... -le explicó detalle por detalle todo lo ocurrido -...conoces muy bien a Sasuke, ¿puedes saber... por qué se comporta así?
-Bien, aunque no lo parezca... Sasuke es muy sensible, detrás de ese semblante de chico serio, hay un muchacho que puede derrumbarse con facilidad. No me sorprende que haya tenido una discusión con papá, de nosotros dos... siempre fue muy duro con él. Si lo buscas... puedes hacer el problema mucho más grande, incluso Sasuke podría enojarse al sentir que alguien más arregla sus propios problemas, créeme, me pasó varias veces. Deja que sea él quien decida.
-Pero... me preocupa, ¡¿y si le pasó algo?!
-Lo conozco, él no dejará que algo se suceda, las cosas en casa pueden estar de lo peor... pero Sasuke no se dejará derrotar, confía en él.
-Esta bien, lo haré...
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Casi todo el día pasaba encerrado en su habitación, los minutos de la cena eran los más tortuosos de su vida, ya que debía compartir la misma mesa con su padre. Claro, que con los días, dejó de cenar, apenas si desayunaba y ya no almorzaba en la universidad. Para evitar charlas con su madre, le hacía creer que comía con Hinata.
Se sentía pésimo, su padre lo rechazaba, lo miraba de mala manera, incluso algunas veces lo hacía sentir como una escoria. Su madre era su consuelo en las noches, pero ya no funcionaba, no luego dos meses con la misma tortura las 24 horas del día. Había estado evitando a Hinata en la universidad, no quería darle explicaciones a nadie. Cuando era más joven, casi a sus 14 años, nunca creyó que recurriría a un método para liberar su angustia y su estrés ante el rechazo familiar. Su padre también lo había amenazado con enviarlo al extranjero si tenía el mínimo contacto con Naruto, o si llegaba a bajar solo un poco sus calificaciones lo sacaría de la universidad, esas, mas otras amenazas más. Todo eso le provocaba estrés, y su chaqueta cubría sus heridas que liberaban su emociones. Intentó hablarlo con su madre, pero no funcionaba, intentó hablar consigo mismo, tampoco... se sentía cada vez más solo. Su chaqueta no solo cubría sus heridas hechas por él mismo, sino también las provocadas por su padre como castigo cuando le fallaba, también por el hecho de ser un "marica". Odiaba verse al espejo, los moretones y cortadas en sus brazos le eran desagradables, su cuerpo estaba delgado y su piel más pálida de lo normal. En clases se ha llegado a desmayar por la falta de nutrientes, pero siempre lo achaca al cansancio, así se evita que los profesores notifiquen a sus padres. Por orden de su padre, Sora tenía todo el derecho de entrar a su habitación y revisar cada rincón, al principio ponía resistencia a dejarla entrar, pero ya no...
-Itachi... Naruto...
Eran las únicas dos personas que necesitaba su lado en esos momentos.
-¡Sasuke! -levantó su rostro de entre sus rodillas y el miedo lo invadió, si, había despertado un miedo inimaginable a su padre
Salió de su habitación tratando de caminar rápido hasta el despacho del mayor. Al entrar, este le hizo señas de que cerrara la puerta. Nuevamente se sentía acorralado.
-Quiero una explicación.
-¿D-de que...? No he hecho nada malo. -se abrazó a si mismo mordiendo su labio
-Tus calificaciones bajaron, y sabes cual era la consecuencia.
-¡No me saques de la universidad! ¡N-no volverán a bajar, lo prometo!
-Eso espero, vete. -salió sin pensarlo, sentía su corazón a punto de salirse de su pecho
Sasuke sentía que le había fallado a su hermano mayor, se lo prometió hace años...
~~~~
-¿De verdad tienes que irte...? -le preguntó Sasuke en medio aeropuerto
-Voy a volver, Sasuke. -contestó su hermano tocándole la cabeza con ternura
-Pero si te vas...
-Prometeme una cosa. -el mayor se apoyó en una rodilla levantando el rostro para ver a su hermano menor
-¿Qué cosa...?
-Pase lo que pase con papá... seguirás mantienendote fuerte.
-... -sonrió -¡Lo prometo!
~~~~~~~
-No pude cumplirlo...
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Naruto intentaba llevar su vida normal, como si todo estuviera en completa armonía. Grababa canciones, practicaba con sus coreógrafos para nuevos videos musicales, tenía visitas muy constantes de Sakura... y su hermano gritando por todo lado a la pelirosa, incluso se veía con Hinata de vez en cuando, pero en su mente siempre estaba Sasuke presente.
-...y así podríamos ir a varios países juntos, ¿qué te parece? -lo miró con una sonrisa -Naruto... ¡¿me estas escuchando?!
-¿Eh? ¡Ah, si, si, si!... ¿qué decías?
-De verdad que eres un idiota, y a todo esto... ¿qué hace tu hermano aquí? -preguntó la de ojos verdes señalando al rubio en su derecha
-Cuido a mi hermano de arpias como tu. -contestó terminando de comer su quinto dango
-Eres un fastidio. -la muchacha cruzó sus brazos
-Debes saber que... -tragó -El corazón de mi hermanito ya tiene propietario.
-Claro que si, yo. -sonrió con orgullo
-¡JAJAJAJAJAJAJA! -estalló en risa haciendo enojar a Sakura -¡Esa estuvo buena!
-No seas imbécil, Deidara, sabes que Naruto me ama desde hace años.
-Amaba, quisiste decir, a-ma-ba, ya no... ahora lo está de otra persona.
-¿Ah, si? ¿Y quien es?
-No te lo diré, tabla andante.
Estaban tan sumidos en su pelea que no se enteraron cuando Naruto se alejó. Había tenido el impulso de ir a la casa de Sasuke, pero debía confiar en las palabras de Itachi. A pesar de eso, algo en su pecho le gritaba que lo buscara.
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