Capítulo 16
Tal cual Naruto lo había prometido, a la siguiente semana Sasuke volvió. Decidieron hacer una tarde de películas, con palomitas, una suave cobija cubriendolos a ambos y la sala a oscuras.
La película seleccionada era una de terror. Mientras que Sasuke la miraba con su mentón apoyado en la palma de su mano, Naruto abrazaba una almohada que le cubría casi todo su rostro.
En media película, Sasuke miró de reojo a Naruto, miró la escena en que iba la película y soltó un suspiro.
—Naruto, hay algo que me gustaría decirte.
—¿Q-qué es?
—Pero antes... ¿te molestaría si yo no fuera... "normal"?
—¿Qué quieres decir con "normal"?
—Esque... hace días estoy intentando decirte algo, pero no sé como hacerlo.
—Vamos, solo dilo. —se acercó un poco más a Sasuke
—Esque yo... s-soy un... do-doncel...
Sasuke, con las mejillas rojas a más no poder, apenas si volteó a verlo. Desde nacimiento le habían dicho que lo era, les explicaron que muy pero MUY pocos hombres tienen esa "condición". Eso era algo que solo sus padres conocían, su hermano, su mejor amiga y ahora Naruto.
Al verlo en tanto silencio temía lo peor, que lo echara de la casa, que le dijera que se aleje de él por toda la vida, que le daba asco, o...
—¿Qué es un doncel? —el menor frunció el ceño, se hizo todo un mundo en su cabeza para nada
—Un doncel es... ¿cómo lo explico para que lo entiendas?... es un hombre que... que puede tener bebés.
—¿Eso no son las mujeres? —ladeó un poco la cabeza
—Si, obviamente, pero los donceles también pueden. —bien, se empezaba a desesperar
—¿Entonces tu puedes tener bebés?
—¡Si! —nuevamente Naruto quedó en silencio, de verdad que habían veces en que era muy... pero muy inocente por no decir estúpido
—Vaya... eso es... —Sasuke bajó la mirada —¡Grandioso!
—¡¿Qué?!
Imaginó todo tipo de redacciones en Naruto, pero nunca que se pusieran feliz.
—¿Tendremos bebés? —preguntó con inocencia
—¡Por supuesto que NO! —se alejó
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Al final, Sasuke se quedó a dormir en casa de Naruto, terminaron su "tarde" de películas casi a media noche.
Casi a las 10 de la mañana, tocaban la puerta en la casa. Sasuke fue quien se despertó primero, al parecer, Naruto era de sueño pesado, ni cuenta se había dado de cuando se cayó al suelo. El Uchiha se levantó del sillón, pasó por encima de Naruto y caminó hasta la puerta. Miró por el agujerito e inmediatamente se molestó.
—¡Mi a...! ¿Sasuke? —la chica se detuvo a mitad de su ataque de abrazo
—¿Qué se te ofrece?
—Venía a ver a mi novio, ¿dónde está? —miró al interior de la casa
—Tu noviecito está durmiendo, así que agradecería que te fueras.
—¡Oh, no! ¡Quiero verlo! —con su brazo, apartó a Sasuke de la entrada e ingresó a la casa —¿Está... durmiendo en el suelo?
—Si, tiene sueño pesado. —mantenía sus brazos cruzados, si él fuera una chica, no dudaría en agarrarla del cabello y echarla de la casa
—Bien, eso me da oportunidad para hablarte de algo. —su voz se puso seria
—¿Qué quieres?
—Escuchame, Sasuke. —se puso frente a él apuntadolo con el dedo y ceño fruncido —Quiero que te alejes de él, me ha costado mucho el poderme acercar de nuevo, y ahora llegas tú y te robas toda su atención, ¡alejate de él!
—¿Quién eres tú para decirme que hacer? —sonrió al típico toque Uchiha
—No juegues conmigo, soy capaz de todo con tal de obtener lo que quiero, y lo que quiero en este momento es a él.
—No, no, no, lo que quieres es su dinero, ¡admitelo!, eres una interesada, Haruno. —dio un paso hacia ella haciéndola retroceder —Quien debería alejarse, eres tú, no eres más que una molestia para él.
—Estás advertido. —pasó a un lado de él y salió de la casa de un portazo
Naruto seguía "durmiendo" en el suelo, había escuchado absolutamente todo, y de ninguna manera planeaba que Sakura le hablara así a Sasuke, SU Sasuke. Ahora, cumpliría el deseo de su querido azabache lo antes posible, pero... lo haría bien.
Ese mismo día en la noche, Konan llamó a Naruto. Sasuke se había ido a su hogar casi al medio día.
—Naruto, tenemos una entrevista muy importante mañana en la noche. Esta puede ser tu gran oportunidad de extender tu fama a más partes del mundo.
—Estaré ahí, no te preocupes, ¿podría ir Sa...?
—¿Sakura? Si, si, ella puede ir, de hecho nos sirve mucho que vaya, ustedes deben seguir manteniendo esa imagen de pareja ideal.
—Pero yo no me refiero a Sa...
—Tengo que colgar, te espero mañana, ¡ven puntual o te castro! —cortó
Bien, tendría que ir a una entrevista con quien no le agrada, dejando de lado a quien quiere... ¡perfecto! Aunque... quizá pueda poner en marcha su plan antes de tiempo.
—Creo que voy a disfrutar esto... —dio una sonrisa cruzando sus piernas en el centro de la cama
Al día siguiente
—¿Verás la entrevista?
—Estarás con Sakura, así que no gracias.
—Por favor, sé que te va a gustar... y posiblemente mucho. —miró a su representante haciéndole señas para que saliera
—Está bien. —suspiró —Pero me lo tienes que compensar.
—Claro que lo haré. —sonrió y cortó
Sakura estaba a un lado de Konan con una sonrisa, ella amaba este tipo de cosas. La presentadora inició el canal y a los minutos ambos jóvenes entraron al set, Sakura tomó casi a la fuerza la mano del rubio y entrelazó sus dedos. Se sentaron en un pequeño sofá al frente de la mujer y comenzaron las preguntas y comentarios.
Sasuke por su parte, miraba aquella entrevista con una almohada entre sus brazos. Inconcientemente fulminaba a Sakura con la mirada, y apretaba con fuerza la almohada imaginando que era el cuello de ella.
—...suke... ¡Sasuke!
—¿Eh? ¿Qué pasó? —miró a la muchacha a un lado suyo
—Que le estás sacando el relleno a tu... almohada. —señaló —Si quieres... podemos cambiar de canal.
—No, no es necesario, Hinata. Así hasta tendré excusa para luego matar a Naruto.
—Celoso. —dijo en voz baja y bebiendo de su refresco
—¿Qué dijiste?
—Que eres un meloso con Naruto.
—Hmp.
—Tu también Deidara, deja de matar a Sakura con la mirada, ella ni cuenta se está dando. —reprochó Menma
—¡La intención es lo que cuenta!
¿Cómo estaban los cuatro juntos? Pues Deidara quería ver la entrevista con su hermano Menma, pero Menma ya había quedado con Hinata de verla, pero Hinata acordó en verla con Sasuke. Así que los tres se reunieron en la casa Uchiha.
Preguntaban cosas como qué lo impulsó a la fama, o qué le gusta de toda su carrera de cantante. Y claro, no podía faltar la típica pregunta incómoda para el rubio y la que generaba que el instinto asesino de Sasuke saliera a flote.
—Se ha dicho que usted tiene una buena amistad con los hermanos de Naruto, ¿es cierto?
—¡Claro que si, los quiero como a mis hermanos! Principalmente a Deidara, ambos nos queremos mucho.
—¡¿Que yo qué?! —exclamó luego de escupir todo el fresco —¡Es más lindo vomitar en ayunas!
—Muchos de sus fans los ven a ustedes como la pareja ideal, al igual que muchos se preguntan como hacen para durar tanto tiempo, cuéntenos.
—Pues eso...
—¡Nosotros siempre hemos sido muy unidos desde el colegio! Nos conocemos a la perfección, ya sabemos con tratarnos y todo ese tipo de cosas, así que muy pocas veces tenemos problemas. —respondió Sakura con una sonrisa
—Eso es muy tierno, ¿ha habido alguna persona que los quiera separar?
—La verdad no muchos, solo uno.
—¿Ah, si?
—¿Ah, si? —repitió Naruto la pregunta de la mujer
—Si, pero ya le dejé muy en claro que para mi solo está mi adorado Naruto. Incluso en el último concierto intentó seducirme y besarme.
Esa fue la gota que derramó el vaso, Sasuke lanzó una almohada y la taza con palomitas directo a la pantalla del televisor. Claramente con solo eso, se había enterado que hablaba de él.
—Díganos, señorita Haruno, ¿cuánto ama usted a Naruto?
—¡Uy, la verdad es que lo amo con todo mi corazón! Nunca me separaría de él. —agarró el abrazo del nombrado
—¿Y usted? —miró al rubio
Sasuke frunció el ceño en espera de la respuesta, ya tendría tiempo para pensar en una venganza justa para cada palabra que diga.
—¿Qué siento? —la separó de su brazo y la miró de frente —La verdad es que siento... nada.
El público presente, la presentadora, los cuatro chicos sobre el sofá y obviamente Sakura quedaron estupefactos antes aquello.
—Naruto, mi amor, ¿qué dices?, no hagas bromas.
—No, no es ninguna broma, sabes perfectamente que yo no siento absolutamente nada por ti.
—¿Pero qué dices?
—¡Lo que estás escuchando! —se puso de pie —Todo este tiempo, Sakura solo ha fingido estar enamorada, pero la verdad es que no es así, es más... ni siquiera ofrece que alguien la ame, es solamente una interesada, a quien ama... no es a mi, sino mi dinero.
—Naruto, cállate. —pidió en un susurro
—No, no me voy a callar, ¡estoy harto de seguir con esta farsa! ¡Ella es el ser despreciable que he conocido!
—¡Naruto, pero...!
—Yo ya no voy a seguir contigo, Sakura, no quiero a mi lado a una mujer como tú... ¡Eres una bruja!
El rubio pasó por detrás de los sillones para irse del set.
—¡Naruto, ven aquí! —gritó al borde del llanto
El rubio se detuvo, la miró por encima de su hombro y suspiró con molestia. Se volteó viéndola directamente a los ojos.
—Escuchame bien, solo hay UNA persona a la que yo quiero, ¡y esa es Sasuke Uchiha! ¡ÉL es la persona con la que yo quiero pasar toda mi vida!
Dicho eso, dio media vuelta y salió de set de grabación, ignoró por completo los reproches de Konan y salió del edificio directo a su auto. No quería saber nada de eso, aunque en el fondo se sentía bien de haber dicho todo.
Sasuke, por su parte, no podía creerse lo que acababa de escuchar.
—Sasuke, si antes me caias bien... ¡ahora me caes mejor! —dijo Deidara con una sonrisa —Al fin la zorra se alejará de mi hermanito. —cruzó sus brazos con una sonrisa
—¿De verdad... Naruto dijo eso? —Menma aún no podía creer eso
—Esto es amor del bueno. —dijo Hinata a voz baja
—Naru...to... —sus mejillas estaban un poco sonrojadas
Dio un brinco cuando su celular empezó a sonar, los otros tres lo miraba en silencio, lo sacó y contestó.
—¿Hola?
—¿Lo viste?
—Si... no pensé que fueras a hacer algo así. —se levantó del sofá y caminó hasta la cocina
—Las personas ya lo saben, así que ya podremos ser una pareja normal, ¿feliz? —el rubio estaba sonriendo
—La verdad es que sí, y mucho. —miró por la ventana —No quiero que esa tabla se acerque a ti.
—Pero ya no somos nada públicamente, así que no creo que haya pro...
—¡Dije que no quiero que esté cerca tuyo! —infló un poco las mejillas
—Ya, está bien, está bien, no te pongas celeste. —rió —Oye, ¿cuándo saldrás a vacaciones de la universidad?
—17 de diciembre, ¿por qué?
—¡¿Qué?! ¡¿Hasta el 17?! Pe-pero tenemos que disfrutar este mes.
Sasuke no tenía que tenerlo en frente para saber que Naruto tenía un puchero de berrinche en el rostro.
—No es mi culpa, idiota, pero entro como el 20 de enero.
—Eso me gustó, verás... siempre cada noche buena mis hermanos y yo hacemos una cena, y obviamente tienes que ir, ¡también invita a Hinata! Estoy seguro que a Menma le gustará que ella vaya.
—¿Planeas invitar a Sakura?
—Emmm... no.
—Entonces iré.
—¡¡Itachi también!! —gritó Deidara desde la sala
—Ehhh... si, Itachi también está en la lista. —dijo con una risa —A veces no sé que se traen esos dos.
—¿Vendrás en estos días?
—Claro que si, ya me haces mucha falta.
—Nos vimos ayer.
—¡Para mi ya pasó mucho!
—Bien, como quieras. —sonrió, la verdad, es que él también quería verlo —Eres un fastidio.
—Pero así me quieres.
—Cierra la boca, te veré después.
—¡Te quiero!
Cortó la llamada, el rubio estaba sacando lo peor de él con total facilidad. Sasuke no era de demostrar tanto afecto, aunque en el fondo quisiera darlo. El amor que le daba a Naruto era un tanto especial, iba combinado con insultos y demás cosas, algo que a Naruto no le molestaba. Conocía a Sasuke, y sabía que lo hacía de esa forma simplemente porque lo quería.
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Ya era 20 de diciembre, durante ese mes, Sasuke y Naruto estuvieron viéndose cada vez que podían. Las cosas entre ellos mejoraban cada día más, poco a poco iban conociendo cada casilla del otro.
Ese día, Sasuke decidió ir solo al centro comercial. Hacía años que no compraba regalos para navidad, pero ahora que tendría una celebración así pues quiso hacerlo.
—A ver... son Naruto, Deidara, el tarado de Menma, Hinata e Itachi.
Lo reconfortaba el hecho de que eran 5 regalos, quizá no sería tan complicado después de todo, o eso creía...
Para Itachi, decidió... dejarlo de último, ya se le ocurriría algo que a su hermano pudiese gustarle. Después de todo, hacía años que no lo veía y habían varias cosas que aún desconocía.
A Deidara, le compró un dragón blanco de peluche. Un día cualquiera, el rubio lo había visto, y se imaginó una bomba con esa forma. Él tenía cierto instinto psicópata.
A Hinata, fue algo un poco más incómodo. Entró a una tienda de mangas, y se dirigió estrictamente al área que decía -Yaoi-, compró unos 5 y los pagó deseando salir rápido de ahí, la cajera lo miraba de forma extraña, incluso algunas clientas, como si estuvieran imaginando algo con él.
Para Menma, fue algo complicado, apenas si conocía los gustos y disgustos... quizá... su mejor regalo sea ayudarlo con Hinata, sea como sea, él conoce a la chica al 100%, ¿qué mejor que eso?
El último y más difícil, Naruto. Quería que fuera algo perfecto, pasó por todas las tiendas del centro comercial, incluso volvió a algunas en las que compró otros regalos -excepto a la de mangas, a esa se jura nunca volver en su vida-. Nada le parecía apto para su rubio, de hecho, ni siquiera sabía que comprarle.
En su frustración por no encontrar nada, se decidió por ir a ver adornos de porcelana. Le llamó la atención los que tenían forma de frutas o vegetales, principalmente el de tomate, el solo verlo le hizo recordar que no había almorzado. Al querer irse, notó de reojo una figura un tanto opaca. Volteó la mirada hacia aquella y se acercó, la tomó en sus manos con gran cuidado y se imaginó a Naruto recibiendo aquella figura. Era un zorro, de cierta forma, le recordaba a su rubio.
Decidió comprarlo, después de todo, las veces que ha estado en casa de Naruto no ha visto muchos adornos, algo así no le caería mal. Una muchacha, con una sonrisa, metió al zorrito en una caja envuelto en papel de burbujas.
Luego de agradecer y salir de la tienda, emprendió camino a su hogar. Se sentía cansado, cada vez que iba al centro comercial quedaba agotado. Tantas personas, caminar por todo lado, las largas filas, etc, eran agotadoras.
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Ya para noche buena, Sasuke tenía las cosas listas. Retiros su maletín una vez más antes de salir de casa, agarró sus llaves, su chaqueta en el perchero y abrió la puerta. Naruto se había ofrecido a recogerlo, así llegaba más rápido y seguro, pero como ya es obvio, Sasuke se negó.
—¿Sakura? —dijo un tanto sorprendido y molesto por ver a la chica allí parada, por la forma en que tenía su mano, parecía que estuvo a punto de tocar
—Ah, Sasuke, vi las luces apagadas así que pensé que no estabas, ¿vas a alguna parte?
—Si, a casa de Naruto. —cerró la puerta, pasó la llave y caminó a un lado de ella ignorando por completo su presencia
—Me alegra que se estén llevando bien. —sonrió, eso hizo que Sasuke detuviera sus pasos y la mirara con una ceja levantada
—¿Qué es lo que quieres? —se giró por completo
—Solo vine a hablar contigo, y no te preocupes... será rápido, si quieres... podemos ir caminando mientras tanto, así no llegas tarde.
—Bien, pero apresurate. —volvió a caminar, con solo unos pasitos, la muchacha lo alcanzó
Las calles estaban algo desoladas, para la hora que era, la mayoría de personas estaban con sus familias. Hasta casi ni había tránsito, generando que varios conductores vayan rápido. Ambos chicos iban uno al lado del otro sobre la acera.
—Mira... yo... de verdad lamento todo lo que hice y dije, ustedes tenían razón... eso es algo que estoy segura que voy a cambiar, ¿si? —lo miró con una sonrisa —¿Sabes? Me alegra que tu y Naruto estén muy felices juntos, desde que llegaste a su vida... se ve tan feliz, pero cuando estaba conmigo apenas sin sonreía.
—Ajá...
—Y la verdad si espero que les vaya muy bien.
—¿De verdad me estás diciendo todo eso? —la miró de reojo
—¡Claro que si! —rió —Si ya te dije que ustedes tenían razón, y... como acabo de decir, espero que les vaya bien... ya que posiblemente no sea así.
—¿Qué quieres decir? —los dos se detuvieron al frente de la calle, el semáforo peatonal estaba en rojo
—Me quitaste algo que me costó conseguir, no te imaginas cuanto te odio. —dijo con voz baja y seria
—Te recuerdo que NO es culpa mía que haya conocido a Naruto, ¿entendiste? Y también... que no es culpa mía que se haya enamorado de mi.
—Quizá eso se pueda arreglar.
Con la fuerza que contaba la chica, empujó al Uchiha hacia la calle después de asegurarse que no hubiera nadie cerca. Sasuke se giró para verla de frente y volver a la acera.
—¡¿Pero qué te...?! —su cuerpo quedó paralizado al escuchar una bocina sonando casi a pocos metros de él, al mirar en esa dirección, los reflectores del auto fue lo último que vio
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