Era un día normal en una de las universidades más reconocidas de aquella ciudad de Konoha. Sasuke, el estudiante de 18 años y con las mejores calificaciones en la carrera de Ingeniería Civil, iba camino al gran comedor para el almuerzo. Allí, encontró a quien puede llamar como "su mejor amiga"

—¡Sasuke! —la chica de cabello azul agitaba su mano desde una de las tantas mesas

Sasuke se acercó a ella y se sentó al frente con su bandeja de comida en una de sus manos.

—Te veo muy contenta, ¿acaso sucedió algo? —dijo picando uno de los tomates

—¡Hoy será el concierto de Naruto Namikaze! ¡Será la primera vez que hace uno en la ciudad de Konoha! —decía abrazando su bolso con bastante entusiasmo

—Aún no entiendo por qué las chicas se emocionan tanto solo por un chico.

—¿"Un... chico"? —se levantó con energía de su silla apoyando sus manos sobre la mesa —¡Por Dios! ¡Es uno de los cantantes más famosos del mundo! Deberías escuchar alguna de sus canciones, sé que te gustará.

—No gracias, no tengo tiempo para eso. Hablando de otros temas, ¿qué tal vas con tu carrera, Hinata?

—A punto de explotar, no creí que fuera tan agotador... ¡extraño la secundaria! —volvió a sentarse soltando un suspiro

—Y fuiste tu la que dijo que la universidad sería fácil. —dio un sorbo a su jugo de naranja

—¡No tenía idea!

—Como sea. —se levantó de su asiento —Nos vemos mañana.

—Pero casi no comiste. —miró la bandeja casi llena

—Tengo que hacer una cosas.

—Espera, ¿te quedaste en el almuerzo solo por mi? ¡Eres un amor, Uchiha!

—Te recuerdo que me amenazaste con quedarme en los almuerzos para hacerte compañía.

—Ah si... si cierto... ¡Nos vemos!

Sasuke suspiró con una sonrisa y empezó a caminar hacia la entrada de la enorme universidad. Hinata era su amiga desde los 6 años, se conocieron ya que ella por accidente había derramado su jugo en la ropa de Sasuke. Antes solía ser una chica muy tímida y callada, pero cuando entró en confianza... se transformó.

Al llegar a su casa, su madre como siempre lo recibió con un beso en la mejilla.

—¿Cómo te fue, cariño?

—Bien, ¿papá está en casa? —se dirigió a la escaleras poniendo su pie en la primera y mirando a su madre

—No, hoy vendrá tarde, ¿ya comiste?

—Si, no te preocupes. Tengo muchos trabajos que hacer, por favor, que nadie me moleste.

Subió a la segunda planta y se encerró en su habitación. Era un alivio para él que su padre no estuviera en casa, lo que principalmente hacían era discutir. Desde que su hermano mayor se había ido al extranjero, la vida de Sasuke era muy complicada. Fugaku siempre solía ser muy estricto con su hijo mayor, pero al no estar, el peso cayó sobre Sasuke.

Se sentó en la silla de su escritorio y sacó varios cuadernos, la verdad es que no tenía muchos trabajos, siempre solía decirlo para estar solo en su habitación.

Al ser las 5:00PM, su celular sonó al entrar una llamada. Sasuke estaba acostado en su cama, estiró su mano y miro la pantalla, "Hinata Hyūga". Se sentó en la cama y contestó.

—¿Qué pasa?

—¡Sasuke! ¡Necesito un favor tuyo!

—Depende de lo que sea, ¿qué es?

—Verás... ya ves que hoy en la tarde te conté de aquel concierto, pues resulta que iba a ir con Ino, pero tuvo un problema familiar de último minuto. No quisiera ir sola así que...

—¿Quieres que vaya contigo?

—Etto... si, ¡por favor!

—No gracias, esa música no me gusta, ni siquiera sé quien es ese tal Naruto.

—¡Por favor, por favor, por favor, por favooooooor!

—¡Esta bien! ¿A qué hora es?

—¡A las 6:00! ¡Gracias Sasuke, te debo una!

—Si, si, claro.

—Te veré en la dirección que te enviaré por mensaje, ¡nos vemos! —cortó

Era muy consiente en lo que se había metido, ese lugar definitivamente estaría lleno de chicas gritando sin parar por todo lado. Y quizá uno que otro chico obligado por su novia o amiga, como es su caso.

Se levantó de su cama a buscar algo de ropa en su armario. Se puso un pantalón negro, una camisa blanca más un sueter negro. Le tenía cariño a la Hyūga, y esto era una prueba de ello.

Bajó a la primera planta y encontró a su madre en la sala tejiendo, era su hoobie favorito.

—Madre, voy a salir un rato.

—¿A dónde vas? —bajó las agujas de tejer a sus regazos y miró a su hijo

—Hinata me pidió que la acompañara al concierto de ese tal Naruto, no me vayas a esperar.

—Cuidense mucho, cariño. Le diré a tu padre que estas en casa de un compañero haciendo un proyecto. —la mujer sonrió y siguió con lo suyo

Mikoto sabía que para Fugaku la vida de Sasuke debía ser casa-universidad y viceversa. Por eso cada vez que su hijo iba a salir, ella le decía alguna mentirita blanca. Sasuke ya era mayor de edad, por eso Mikoto le daba la libertad de que saliera con sus amigos.

El Uchiha no tuvo que ser muy adivino para saber donde sería el lugar del susodicho concierto, en una de las plazas más grandes de la ciudad, había un escenario ubicado, además de grandes grupos de chicas en la entrada.

—¡Sasuke, por aquí! —miró casi a la mitad de la fila a su amiga agitando la mano, se acercó a ella mirando la larga cola que había

—Es increíble que tanta gente se reuna para esto. —dijo algo molesto por el escándalo

—¡Oh, vamos! ¡Te vas a divertir! Toma. —la chica estiró su mano con la entrada que anteriormente era de Ino

—¿V.I.P? —miró el boleto con detenimiento, estaban en primera fila

—En estas dos entradas están los ahorros de mi vida, ¡podré verlo en primera fila! —chilló

Aún peor, los gritos en esa zona han de ser peores. La fila avanzaba algo lenta por la cantidad de gente. Al llegar a la casilla, les indicaron el camino que los llevaría a la zona V.I.P. Estaban prácticamente al frente del centro del escenario, atrás... solo se veía una capa negra de personas, ¿tan famoso era?

El Uchiha echó un vistazo a su reloj, eran las 6:23 y todo seguía igual.

—¿Qué no era a las seis? —la miró con una ceja alzada

—Etto... la verdad es que es a las 7:00, te mentí para que llegaras temprano y poder estar aquí más rápido. —le contestó rascando su mejilla con su dedo índice

—¡¿Qué?! ¡¿Pero por qué no me dijis...?! —tomó un poco de aire y lo botó lentamente —Esto te va a salir caro.

De aquella zona, Sasuke era el único que hacía uso de los gloriosos asientos mientras miraba su celular, ¿cómo era posible que todas las chicas llevaran gritando durante 30 minutos aclamando por aquel chico? Y ni que decir cuando las luces del escenario se encendieron y la banda empezó a tocar, los tímpanos de Sasuke estaban por reventar. Los gritos subieron tres niveles más al salir un chico de cabello rubio del centro del escenario.

—¿Ese es Naruto? —lo miró por unos segundos, tenía linda voz para el canto, bueno... no por nada es un cantante

Sasuke dejó de interesarse por el cantante y siguió con su celular, la canción tenía buen ritmo, pero no lo suficiente como para que le gustara. Algunas chicas de la zona V.I.P cantaban junto a la letra, para Sasuke eso era como una tortura.

Casi una hora ahí sentado soportando todo, al finalizar una canción, Naruto se paró en medio escenario respirando agitadamente y mirando al público. Al fijar su vista a la zona baja, topó con la mirada aburrida de un muchacho, ¿tan mala era su música?

—¡¡¿Cómo la están pasando?!! —gritó, y como respuesta recibió gritos, miró por unos segundos a aquel muchacho esperando alguna reacción diferente... nada —¡¡Me alegra ver que tantas personas hayan venido! —volvió a mirar a aquel chico... nada

Siguió con su presentación, ¡¿qué problema tenía ese chico?!, si no le gusta su música... ¿por qué está ahí?

—Para mi última canción, es un tema algo espacial, y alguien... ¡podrá estar aquí conmigo! —más gritos de emoción

La banda empezó a tocar, el rubio miraba con detenimiento a las personas que estaban cerca del escenario mientras empezaba la lenta canción, ¿quién podría subir?, quizá alguna chica guapa... ¡o aún mejor!, a ese chico que no parece disfrutar del concierto. Puede que solo necesite un poco de ánimo, aunque ya es el final.

Sasuke se sorprendió al ver como las chicas empezaban a moverse con más emoción y a la vez, gritaban con más fuerza, ¿qué rayos...?, levantó su vista y topó con la mano de aquel cantante frente a él. Se paró de su asiento y le negó con la cabeza.

—¡Vamos, Sasuke, no cualquiera tiene una oportunidad así! —le dijo Hinata

—¡No voy a ir!

Su amiga hizo un puchero y tomó la mano del Uchiha poniéndola sobre la de Naruto, este aprovechó para jalarlo al escenario.

—¡No, no, no, no, no! —trató de regresar a su lugar, pero el paso estaba bloqueado por las fans

No sabía si mirar al rubio, a los músicos, a su amiga... o a la enorme cantidad de gente frente a él. Si hay algo que Sasuke detesta, es estar frente a tanta gente, y esto excedía esos límites, consecuencia de su pánico escénico. Su cuerpo temblaba como nunca, retrocedió unos pasos chocando con el pecho de aquel chico. Lo miró de frente y este le brindó una tierna sonrisa.

—Déjame bajar ahora. —trató de sonar autoritario, pero el pánico de estar ahí provocaba que su voz temblara

Naruto le negó con la cabeza, con su mano juntó su dedo pulgar e índice indicando que ya faltaba poco. Tomó la mano de Sasuke y este se alteró un poco más, su corazón estaba a mil, y el contacto con ese chico no tenía nada que ver.

—No puedo entender por qué me siento así, el quererte tanto no basta para mi, no dudaré más voy a confesar, este amor que es para ti y nadie maaaaaas...

Se escucharon aplausos al finalizar la última palabra de aquel tema romántico. Sasuke intentó volver a su lugar, pero Naruto seguía sin soltarlo.

—¿Cómo te llamas? —preguntó tapando el mini micrófono de su mejilla

—Eso no es algo que debas saber, ahora si me disculpas, me voy. —se soltó del agarre y caminó a la orilla del escenario

—¡Espera! —se detuvo y dio media vuelta para mirarlo

—¿Qué quieres?

—Toma, míralo cuando estés en tu casa. —le guiño el ojo y se alejó

Sasuke guardó aquel papelito en una de las bolsas de su chaqueta, de un salto, bajó del escenario. El chico se despidió de su público y se retiró de aquel lugar junto con los músicos. Las luces se apagaron y la gente de las zonas más alejadas empezó a salir.

—Esperemos a que se vaya un poco la gente. —propuso Hinata, sabía que intentar salir ahora sería ir a la muerte —¿Qué fue lo que te dio?

—¿Lo que me dio...? Ah, no, no fue nada.

—¿Seguro? Creí ver que te dio algo.

—Viste mal. Es un desgraciado por haberme hecho eso. —dijo para desviar el tema

—¡¿Qué dices?! Otra chica hubiera matado por estar en tu lugar.

—¡Este tipo ni siquiera me agrada!

—Si pero... no puedo evitar pensar el hecho que se veían demasiado lindos tomados de la mano, ¡hasta tomé una fotografía! —sonrió sacando su celular

—¿Fo-fotografía? —no iba a negar que le preocupaba

—Si, de hecho creo ver que varias chicas lo hicieron. —puso su dedo sobre su mentón mirando el cielo

Si alguna de esas fotografías llegaban a las redes sociales... sería su fin, ¡su padre podría verla! Sin duda tendría un castigo de por vida, además de una regañada de 5 horas.