EXTRA 🦇🩷
La suave brisa se colaba por la ventana abierta que acariciaba con suavidad a ambos cuerpos desnudos que estaban entrelazados sobre la cama. Las cortinas negras con tela transparente se mecían lentamente, bailando al ritmo de la brisa mutua. La piel de Taehyung reaccionó con un estremecimiento cuando el aire fresco recorrió la curva de su espalda baja, erizándole la piel. Su cuerpo se movió ligeramente, buscando el calor perdido entre las sábanas desordenadas.
Taehyung aún estaba con el sueño y la pesadez de poder abrir sus ojos, pero sus sentidos fueron despertando lentamente, uno a uno. Pero entonces sintió un suave toque gélido y delicado que se deslizaba por el costado de su costilla izquierda, haciéndole encoger ligeramente los hombros, quiso ignorarlo intentando volver a dormir, pero algo más lo obligó a abrir los ojos.
Entonces los vio.
Aquellos ojos grandes y brillantes de un profundo color rubí lo observaban con intensidad. Jungkook estaba recostado a su lado, apoyado en uno de sus codos, con una sonrisa traviesa curvando sobre sus finos y coloridos labios. La forma en la que su cabello negro caía en mechones rojos desordenados sobre su frente lo hacia ver aun mas encantador de lo que ya era.
— Buenos días gatito dormilón — murmuró Jungkook en un tono bajo. Sus palabras casi eran un ronroneo mientras uno de los dedos helados trazaba un camino perezoso por el pecho de Taehyung, hasta llegar a su clavícula.
— ¿Cuánto dormí? —preguntó en un susurro apenas audible.
— Tres horas —respondió el vampiro acurrucado sobre los brazos de Taehyung, quien se había sorprendido bastante.
— ¿Me estuviste observando tres horas?
— Es que te ves tan lindo durmiendo —halago volteando su cuerpo para ahora quedar encima de Taehyung. Sus manos frías tocaron suavemente el pecho de su novio de forma coqueta.
Taehyung ya comenzaba a conocer esa sonrisa coqueta de su novio, y la forma en que sus dedos acariciaban su pecho no pasó desapercibida para él, aunque le acelerara el corazón que Jungkook siempre fuera así con el.
— ¿Qué? —preguntó con una sonrisa llevando su mano hacia los cabellos largos de Jungkook, jalándolos hacia atrás, haciendo que de la boca del vampiro se escapara un suave jadeo que no le avergonzaba soltar si se trataba del dulce chico.
— ¿Una quinta ronda? —preguntó con un puchero en sus labios. Taehyung soltó una risita por lo atrevido que era su novio.
— Me vas a dejar seco — respondió echando los lindos cabellos negros con mechones hacia atrás de su novio. —Además dijiste que tus padres llegaban temprano hoy
— Si, pero a veces se demoran en la cacería del ciervo blanco. Además, por la forma en que me cojes, terminaremos antes de que ellos lleguen — Jungkook era todo un atrevido, pero le gustaba.
Nunca en su vida había sentido tantas ganas de tener sexo con alguien hasta que conoció a Jungkook. El vampiro despertaba en él algo que no sabía que tenía: una mezcla ardiente de deseo y vulnerabilidad que lo mantenía en un estado constante de tensión dulce. Taehyung había pasado años siendo reservado, tímido, casi invisible, pero Jungkook... Jungkook era todo lo opuesto.
Desde que estaban juntos, algo dentro de él había cambiado. Jungkook lo hacía sentir vivo de formas que nunca creyó posibles. El deseo no era solo físico—aunque no podía negar cómo su cuerpo respondía al más mínimo roce del vampiro—sino también emocional. Jungkook era atrevido, coqueto y absolutamente consciente del efecto que tenía sobre él. Y Taehyung, por mucho que intentara ignorarlo, no podía resistirse.
Había algo en la manera en que Jungkook se reía, una risa grave y melódica que hacía que el corazón de Taehyung tamborileara en su pecho como si intentara romper sus costillas para alcanzarlo. Esa risa venía siempre acompañada de una chispa en sus ojos, tan oscuros como el fondo del océano. Pero estar a su lado era como si el mundo se desvaneciera y solo existieran ellos dos.
— Me vas a dejar seco —respondió Taehyung tragando seco. Su conciencia sabía que Jungkook era difícil de saciar, pero él quería ser el único que cumpliera con todos los caprichos de Jungkook.
— ¿Seco? Mhm — Jungkook sonrió con aquella sonrisa traviesa en su rostro, esa sonrisa suya, tan peligrosa y a la vez seductora, hacía que el sistema de Taehyung se debilitara. Entonces el vampiro se inclinó hacia él, rozando su nariz contra la de él. — Te voy a dejar mucho más que seco — dijo en un susurro contra sus labios, inclinándose a besarlo con desesperación por ser tomado una vez más por Taehyung.
Y así era ser el novio de Jungkook. Una montaña rusa de emociones intensas y sensaciones nuevas que lo hacían cuestionar todo lo que alguna vez había creído conocer de sí mismo. Pero, por mucho que intentara resistirse, sabía que ya no había vuelta atrás. Jungkook lo había cambiado, había encendido en él una llama que nadie más podría apagar.
Los gemidos y jadeos comenzaban a resonar por aquella habitación, mezclado por el choque entre la cama y la pared que rebotaban con cada movimiento que los dos cuerpos hacían al rebotar sobre esta.
Jungkook no tenía piedad cuando enterraba sus uñas sobre la gran espalda de Taehyung y las deslizaba hacia abajo provocando las heridas más excitantes que el castaño nunca había probado. Dolía y sentía como las gotas de sangre recorrían su espalda, pero justo en ese preciso momento su miembro entraba y salía del exquisito agujero de Jungkook, quien se movía como nunca contra él, sin miedo a gemir su nombre.
— Un...un poco más — dijo con dificultad, atrapando sus belfos sobre entre sus dientes y tomando con posesión la cintura del vampiro, impregnando su mano sobre su piel blanquecina cada vez que lo tomaba con fuerza.
A Jungkook le encantaba el sexo rudo, pero nada se comparaba con las sorpresas que Taehyung le daba. Siempre que creía que el chico podría sentirse intimidado y tímido, lo sorprendía empotrándolo con lo que sea con tal de llenarlo y correrse dentro del vampiro.
— A-agh.. Ta-Tae —gimió Jungkook, abriendo sus labios dejando escapar ese agudo gemido que le hizo relamer con descaro sus labios y detallar el brillo de sus encantadores colmillos.
Taehyung no pudo soportarlo.
Tomó a Jungkook de la cintura con fuerza que ni él mismo sabía que tenía y lo posicionó en cuatro sobre la cama, volviendo a enterrarse en él con fuerza, haciéndole gemir de manera agitada, dejándolo sin aliento alguno; Y cuando pensó que no podría más, Taehyung comenzó a enterrarse con fuerza bruta teniendo un completo desorden en la habitación, lleno de sonidos obscenos.
Ambos tan sumidos en su mundo de placer y erotismo, que ni siquiera pudieron oír la puerta ser tocada tres veces hasta que....
—¡JEON JUNGKOOK! —bramó una voz tan fuerte que sacudió las paredes de la habitación y movió el piso de toda la mansión.
Jungkook y Taehyung se congelaron en su posición tan comprometedora en la cama. El, en cuatro, mientras que Taehyung sostenía su cintura.
Taehyung giró su cabeza hacia la puerta y al ver la figura imponente del padre de Jungkook, su rostro perdió todo el color. Sus ojos se abrieron de par en par y un jadeo ahogado escapó de sus labios.
—¿QUÉ ES ESTO? —vociferó, con una mirada que era puro fuego saliendo de sus oídos— ¿¡QUIÉN DEMONIOS ES ESTE HUMANO!?
— Papá Jin-
Pero antes de que Taehyung pudiera reaccionar, Seokjin dio un par de zancadas hacia la cama, como un león acechando a su presa, señaló a Taehyung con un dedo acusador, que lo hizo salir del interior de Jungkook y dar pasos torpes fuera de la cama con la mirada amenazante de Seokjin sobre el.
—¡Tú! —dijo con un gruñido mientras sus colmillos se asomaban amenazantes— ¿Cómo te atreves a poner tus manos en mi hijo?
Taehyung tembló violentamente, intentando encogerse sobre sí mismo mientras balbuceaba palabras incomprensibles.
—¡Papá, para! —Jungkook saltó de la cama, tirando de la sábana para cubrir a ambos mientras se interponía entre Taehyung y su furioso padre— ¡Es mi novio! ¡No le hagas nada!
—¿Tu novio? —replicó Seokjin, con su rostro sorprendido que no ocultaba su furia—. ¿Este cobarde y escuincle es tu novio?
—¡No lo llames así! —Jungkook lo fulminó con la mirada, sujetando a Taehyung con un brazo protector mientras el pobre se escondía tras su espalda, temblando como un animalito en peligro— ¡Déjalo en paz!
—¡Voy a enseñarle una lección por siquiera pensar en acercarse a ti! —gruñó Seokjin, alzando una mano hacia Taehyung.
En ese momento, otra figura apareció en la puerta. Namjoon, el otro padre de Jungkook, entró en la habitación con una mezcla de cansancio y resignación en su rostro.
—Seokjin, basta —dijo con un suspiro, cruzándose de brazos mientras se acercaba al furioso vampiro— Lo vas a matar del susto antes de que siquiera lo conozcamos.
—¡¿Conocerlo?! —Seokjin lo miró, incrédulo, mientras señalaba a Taehyung— ¡¿Este niño escuincle?! ¡Namjoon, nuestro hijo está con un humano!
—Y nuestro hijo ya es un adulto, Jin. Acéptalo —respondió Namjoon con calma, posando una mano en el hombro de su esposo para hacerlo retroceder un paso— Deja al chico, estás empeorando las cosas.
Seokjin soltó un bufido, pero obedeció, bajando la mano y alejándose ligeramente de ambos.
Taehyung, con el rostro todavía pálido, se agarró a la espalda de Jungkook como si su vida dependiera de ello. Seokjin le lanzó una mirada que, de haber sido tangible, lo habría reducido a cenizas.
—Escúchenme bien, ustedes dos —dijo Namjoon, dirigiéndose a la pareja con un tono firme pero comprensivo— Arréglense y bajen a la sala. Vamos a hablar de esto.
Dicho aquello, Namjoon agarró a Seokjin del brazo y lo arrastró fuera de la habitación, ignorando sus protestas y su insistencia en que no podían dejarlos solos.
—¡Namjoon! ¿Cómo puedes estar tan relajado con esto? ¡Es un humano! ¡Nuestro hijo no puede estar con alguien así! —exclamó Seokjin mientras desaparecían por el pasillo.
—Jungkook ya es un adulto, Jin. Aprende a soltar... —respondió Namjoon, con un aire de infinita paciencia, antes de que sus voces se desvanecieran completamente cuando la puerta fue cerrada.
Jungkook soltó un suspiro pesado y se giró hacia Taehyung, quien lo miraba con ojos grandes y asustados.
— Lo siento mucho mi gatito... no pensé que nos iban a descubrir —murmuró, llevando su mano hasta la mejilla, acariciando de esta suavemente — Son un poco intensos al inicio.. sobre todo mi padre Seokjin, pero les agradaras —dijo tratando de darle confianza a Taehyung.
— Un poco... —repitió Taehyung en un murmullo, aun temblando y mirando la puerta detrás de Jungkook — ¿Debería preocuparme por mi vida?
Jungkook rio suavemente, abrazándolo con fuerza.
— Te prometo que nada te pasara mientras esté aquí. Ahora, mejor no nos tardemos... o mi papá Jin vendrá como paranoico de nuevo.
Y aunque Taehyung asintió, no pudo evitar pensar que enfrentarse a Seokjin nuevamente sería un reto mayor que compartir su vida con un vampiro.
Taehyung sentía que con cada escalón que bajaba, se estaba dirigiendo hacia una muerte directa. Jungkook lo tenía agarrado muy bien de la mano, por lo que huir no era una opción asertiva. Solo le quedaba ser valiente y afrontar las consecuencias de tener un novio vampiro con un padre que no lo conoció en la mejor situación.
La mirada oscura de Seokjin enseguida se posó contra los ojos nerviosos de Taehyung, juzgándolo de pies a cabeza. Taehyung trago con dificultad subiendo sus lentes por el tronco de su nariz.
Ambos chicos se sentaron sobre el gran sofá de cuero negro. La familia Jeon había vivido distintas épocas de sus vidas, por lo que en la mansión se encontraban reliquias de tiempos pasados que habían vivido.
— ¿Y bien? ¿Desde cuándo tienes novio? —preguntó Seokjin con un tono cortante, mientras que se cruzaba de brazos y observaba desde su posición a ambos.
—Hace unos meses, papá ¿Por qué? ¿Acaso tengo que notificarte cada vez que algo emocionante pasa en mi vida?
Seokjin arqueó una ceja y dejó escapar un resoplido que heló la sala.
—No cuando ese "algo emocionante" se trata de traer a un simple humano a esta casa —respondió, enfatizando la última palabra como si fuera una ofensa en sí misma.
Taehyung, incómodo y sintiéndose como un ratón acorralado por un depredador, trató de buscar el apoyo de Jungkook, aunque sin levantar mucho la vista.
—Yo... yo entiendo que esto puede ser extraño para usted, señor Jeon. Pero yo amo a su hijo—dijo Taehyung, tartamudeando levemente. Intentó adoptar un tono firme, pero sus palabras sonaban tan débiles como un murmullo en medio del vasto salón.
—¿Extraño? —replicó Seokjin con una sonrisa sarcástica, inclinándose un poco hacia adelante. Sus colmillos asomaron ligeramente, un recordatorio de lo que realmente era.
—Extraño es encontrar a mi hijo en una situación comprometedora con alguien que podría desmayarse si me acerco demasiado rápido.
—¡Papá! —Jungkook gruñó, claramente molesto. Se sentó más erguido, manteniendo a Taehyung cerca con una mano firme en su rodilla.
—Déjalo en paz, ¿quieres? Tae no te hizo nada.
—¿Nada? —Seokjin replicó, sus ojos oscuros brillando con un fuego contenido.
—Lo único que ha hecho es meterme en esta incómoda situación de padre preocupado por su hijo, que parece haber olvidado que nuestra naturaleza no combina bien con... su especie.
Antes de que las cosas escalaran aún más, Namjoon apareció en la sala con una expresión cansada, como si ya supiera que tendría que jugar al mediador otra vez.
—Seokjin, por favor, siéntate. Deja que hablen antes de lanzar juicios como siempre haces —dijo, colocándose una mano en la cadera mientras observaba la escena.
Seokjin miró a Namjoon con un leve chasquido de lengua, pero finalmente retrocedió, acomodándose en un sillón cercano, aunque no sin fulminar a Taehyung con la mirada.
Namjoon sonrió con suavidad hacia Taehyung, tratando de aliviar la tensión que había entre los cuatro.
—Así que tú eres Taehyung. Jungkook me ha hablado de ti... aunque no con tantos detalles como quisiera. ¿Qué es lo que te hace especial, hijo?
El humano tragó saliva, sintiendo que era su momento de defenderse. Sus dedos jugueteaban con el dobladillo de su camisa mientras buscaba las palabras adecuadas.
—Yo... no sé si soy especial, señor Jeon. Pero lo que sí sé es que me importa mucho Jungkook, mucho. Y... entiendo lo que significa estar con él. Sé lo que es y... no me importa. El siempre me ha gustado así tal cual es...
Namjoon asintió lentamente, satisfecho con la respuesta. Sin embargo, Seokjin bufó desde su asiento.
—¿Y crees que eso basta? —interrumpió, levantándose nuevamente.
—¿Qué harás cuando no pueda controlarse? ¿Qué harás si un día tú eres la presa?
Jungkook se levantó esta vez, ya harto de la actitud de su padre. Ahora recordaba perfectamente porque no quería presentar a Taehyung aun.
—Él no es una presa. Es mi novio. Y jamás le haría daño, me gusta mucho lo amo y quiero que este conmigo
—¿Tú crees que puedes garantizar eso, Jungkook? —replicó Seokjin, con un tono un poco más grave. Namjoon suspiró, frotándose las sienes.
Paciencia, paciencia.
—Por favor, basta los dos —dijo Namjoon, colocando una mano en el hombro de Seokjin.
—El chico ya está aquí, y parece que no va a irse pronto. ¿Por qué no les das el beneficio de la duda?
Seokjin apretó los dientes, claramente no convencido. Miró a Taehyung una última vez antes de darse la vuelta y dirigirse hacia las escaleras.
—Esto no ha terminado —dijo, su voz cargada de advertencia antes de desaparecer por el pasillo.
Cuando finalmente quedaron solos con Namjoon, Taehyung dejó escapar un suspiro tembloroso y se abrazó más a Jungkook, quien le dio un besito suave en la frente.
— No te preocupes, le agradaras con el tiempo. El aun no acepta que ya soy un adulto
— Además, nunca habías traído a un chico a la mansión. —Namjoon se colocó de pie mirando a los ojos a su hijo y luego a Taehyung, fue entonces que se acercó y estiró su mano —Bienvenido a la familia, hijo. En verdad creí que cuando este día llegara pensé que sería yo el que tendría que amenazar... —dijo soltando una carcajada — A la próxima que lo invites, avísanos para irnos por más tiempo
Y dicho aquello, Namjoon se retiró yendo por las mismas escaleras que se había ido su esposo.
Cuando quedaron completamente solos, Jungkook miró a Taehyung con una sonrisa en su rostro. — Mi padre Seokjin es un vampiro doncel, ellos han vivido muchos años juntos, yo recién comencé la vida de vampiro
— Pero... ¿Los vampiros envejecen? —pregunto algo confundido por la confusión, Jungkook solo sonrió.
— No, va haber un punto de mi vida que dejare de envejecer — Taehyung asintió en comprensión, sin embargo, había algo que le preocupaba y Jungkook estaba consciente de aquello.
Tomó con delicadeza el mentón de su novio y besó sus labios de forma tierna y casta.
— Cuando llegue el momento hablaremos de eso ¿Si? — Taehyung solo asintió y se inclinó a seguir besando los dulces labios de su novio.
Era bastante impresionante para todos los que vieran a Taehyung y Jungkook juntos en la universidad.
Nunca nadie se había imaginado que un chico tan peculiar y extraordinario a su manera podría posar su atención sobre alguien como Kim Taehyung, y Jimin lo sabía perfectamente. Porque su amigo no era del tipo de chico que a Jungkook le gustaba coger. Sin embargo, allí ambos se encontraban, sentados en la cafetería de la escuela.
Desde que Taehyung le dijo a él que salía con Jungkook, no pudo volver a estar con su amigo. Por más que quería acercarse a él o hacer planes para estar juntos, de alguna manera Jungkook siempre era la prioridad de Taehyung, y aquello estaba colmando la paciencia de Jimin.
Se acercó con paso firme hacia la pareja, sin molestarse en preguntar si podía unirse a ellos, y se dejó caer sobre la silla frente a Taehyung y Jungkook. Su actitud distintiva chocó inmediatamente con el ambiente tranquilo que los rodeaba haciendo que se notara. Jungkook levantó la vista de su teléfono, sus ojos rubíes puestos en el intruso, dándole una expresión de desagrado evidente de que no le agradaba su presencia.
—¿Y este quién es? —preguntó Jungkook, con un tono frío y receloso mientras giraba la cabeza ligeramente hacia Taehyung, buscando una respuesta.
Taehyung levantó la vista del libro que estaba leyendo, parpadeando un par de veces al reconocer a su amigo —¿Jimin? ¿Qué haces aquí?
Jimin cruzó los brazos, recostándose en la silla con una mezcla de molestia y coraje notorio.
—Lo que hago es intentar recordarte cómo era pasar tiempo con tu amigo antes de que estuvieras pegado a este... —su mirada se deslizó hacia Jungkook por un segundo, cargada de sarcasmo— todo el tiempo.
La mandíbula de Jungkook se tensó, pero la sonrisa sarcástica que resaltaba el brillo de sus lindos colmillos le hizo responder enseguida.
—Tal vez deberías aprender cuál es tu lugar —dijo con un tono que no tenía nada de amistoso.
El ambiente en la mesa se volvió tenso, casi sofocante para un pobre Taehyung. Miró nervioso de un lado a otro entre los dos, sintiendo cómo la situación se le escapaba un poquito de las manos. Con un suspiro apurado, dejó caer su libro sobre la mesa, provocando un leve golpe seco que llamó la atención de ambos chicos.
— Jimin, si quieres podemos pasar este fin de semana juntos. No tengo nada que hacer
— ¿Qué? ¿Vas a dejarme por este?
— N-no... No te voy a dejar —quiso explicarle Taehyung a Jungkook, pero entonces la risa sarcástica de Jimin se escuchó en la mesa.
De repente toda la universidad estaba pendiente a lo que pasaba en esa mesa.
— Perdona que me ría, es que antes ni siquiera tomabas en cuenta a Taehyung y ahora solo porque llevan ¿Cuanto? ¿Un mes? —dijo enfatizando la pregunta — ¿Crees que tienes derecho a estar todo el tiempo con él? Solo acéptalo, eres una puta que solo se quiere acostar con Taehyung y cuando lo hagas lo dejaras como todos los demás
Jungkook ni siquiera esperó que terminara cuando empuño sus manos y sus ojos brillaron dispuesto a usar su poder de hipnosis para ordenarle a Jimin todo mal que se le ocurriera por su cabeza en ese momento, pero para su mala suerte, Taehyung tomo su mano y lo jalo hacia atrás de él, de forma casi como si lo estuviera protegiendo de Jimin.
— Jungkook es mi novio, Jimin. Obviamente pasaras a segundo plano porque el es mi prioridad mientras estemos juntos, pero eso no te da el derecho a insultarlo, y menos en mi presencia — la voz de Taehyung se oyó firme y autoritaria, tanto así que incluso Jungkook se sintió pequeño detrás de su hombre.
— ¿Es en serio, Tae? ¿Lo vas a defender? —reclamo bufando, mientras que arrastraba la silla hacia atrás y se ponía de pie —Te va a dejar apenas te dejes tocar
— Jimin, no sé qué te está pasando, pero esto tiene que parar. Jungkook es mi pareja, y si no puedes respetar eso, entonces tal vez no deberías estar aquí —El tono frío y decidido de Taehyung hizo que incluso Jungkook, que solía ser quien controlaba las situaciones, se quedara sin palabras y se sintiera pequeño detrás de Taehyung.
Jimin alzó una ceja con incredulidad, pero antes de que pudiera abrir la boca, Taehyung lo interrumpió.
— No me importa cuánto tiempo llevamos siendo amigos. Si no puedes aceptar que ahora estoy con él, no tienes cabida en mi vida. No permitiré que insultes a Jungkook. Así que, por favor, vete antes de que pierda la paciencia. — Jimin cerró sus puños con molestia que podía ver con claridad en su rostro bajo la mirada de Taehyung, pero no le importo.
Jimin no conocía a Jungkook. Ninguna de las personas que llegó a establecer una relación con Jungkook, sea seria o no, no lo llegó a conocer como él lo hacía.
Ofendido, Jimin tomó sus cosas y se alejó de la vista de la pareja, quienes permanecieron en silencio, aunque sus cuerpos aún seguían tensos por la situación a la que se habían enfrentado.
Cuando ya su silueta había desaparecido, Taehyung se dio la vuelta y lo que encontró lo sorprendió. Jungkook tenia sus hermosos ojos de color rubís lleno de lagrimas, quiso acercarse a el y cubrirlo en un abrazo, pero la reacción del vampiro lo dejo completamente confundido. Jungkook nada más tomó su bolso y se fue de allí dejando a Taehyung solo.
Todas las miradas estaban sobre él, pero en realidad no le importaban; la única mirada que deseaba realmente era la de Jungkook. Por lo que enseguida tomó sus cosas y lo siguió por la universidad, hasta que Jungkook se incorporó en una de las aulas de medicina que usualmente siempre estaba vacía.
— Kook — llamó al vampiro, que tenía los brazos cruzados. Las lágrimas recorrían sus mejillas rosadas, y la luz de la noche las hacía brillar.
— No... es que yo.. — hipo sobre su lugar abrazándose a sí mismo y secando aquellas gotas que comenzaban arruinar su maquillaje.
— Lo siento...Jimin no volverá a ser más mi amigo —dijo rápidamente cuando observó que Jungkook no podía hablar.
Taehyung se sentía nervioso, nunca había estado en una situación así los meses que llevaban siendo novios, por lo que no sabía cómo actuar ante la situación. Solo la idea de un abrazo llegó a su mente y ni siquiera dudó cuando sus brazos lo rodearon haciendo sentir aún más pequeño a Jungkook.
Así estuvieron por un buen tiempo, hasta que Jungkook finalmente se separó mirando a Taehyung a través de aquellas gafas que siempre usaba.
— Todo lo que dijo es cierto... no solo soy un vampiro también soy una pu-
Pero Taehyung ni siquiera lo dejó terminar.
No no no.
No iba a dejar que nadie, nadie, ni siquiera el mismo Jungkook se denigrara de aquella manera o se tratara así mismo con aquellos adjetivos negativos. Aun si hubiera sido verdad, el sabe muy bien que Jungkook ahora estaba con él, y ya habían hablado y se habían declarado su amor en cuanto el vampiro lo comenzó a cortejar.
Entonces lo tomo de sus mejillas y lo beso. Lo besó de forma apasionada, como si quisiera darle saber todas las palabras positivas que él tenía sobre su novio. Lo beso con una vorágine de emociones desenfrenadas, queriendo transmitir lo que le hacía sentir.
— Tae... — La voz de su lindo vampiro, dulce y tan bonito hizo que sus labios desesperados por volver a tocarse, se separaran.
— Jamas... Jamas dejare que nadie, ni siquiera tu, use esas palabras para describirte...—Taehyung ni siquiera pensó todo lo que le iba a causar a Jungkook con esas palabras, porque cuando se quitó las gafas y lo tomó de la cintura para dejarlo contra el escritorio solo pensó en una cosa.
Quería hacerle el amor a Jungkook. Quería demostrarle que lo amaba y no solo por el sexo increíble que tenían. Sino que también lo deseaba en cuerpo y alma.
Y eso era todo lo que necesitaba Jungkook para sentirse atrapado pero seguro entre los brazos de Kim Taehyung, mientras besaba su cuello y deslizaba su manos, recorriendo sus muslos hasta subir por completo aquella falda que Jungkook solía usar; Porque él conocía que era una de sus favoritas.
¿Y quién más que él podría saber aquello?
Si ese lindo vampiro era su novio y de nadie más.
Jungkook era suyo, y él era de ese precioso vampiro.
FIN!
Muchas gracias a todos los que han leído esta historia, de verdad que me sorprendió mucho que tuviera tantas lecturas y comentarios tan lindos, que no pude evitar regalarles un extra.
Espero que les haya gustado mucho 💕😭
Este extra esta dedicado a mi linda Mer Mer_Ryu
Muchas gracias por siempre estarme apoyando y ser una de mis confidentes.
⸻Gris
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