3. ¿Acabas de tomártelo?
En cuanto llegué a la universidad busqué a Sakura para contarle lo que me había pasado ayer. Pero como era de esperarse quien en su sano juicio iba a creer que una chica me había dado una posión "Mágica" así que ahora Sakura se estaba riendo de mí.
-Y que más te dijo que las hadas existían.-Se reía como loca captando las miradas de algunas personas que pasaban por la cafetería.
-Deja de burlarte.-Me quejé sin una pizca de gracia en mi tono.
-Parece sacado de Neflix.-Se ríe de forma escandalosa.-No aun mejor Disney.
Suspire tomando mi batido era evidente que no me creería pero tampoco es para tanto.
-Podrías dejar de reirte.-La mire con seriedad por lo que se calló pero sabía que solo quería reírse.
-Es que en cerio... Irene seguro que no lo soñaste.-Pregunto apoyando su barbilla en la palma de su mano.
Iba a responder pero Riki llego sentándose a mí lado con una expresión cansada mientras se recostaba sobre la mesa.
-Odio las matemáticas.-Se quejo y yo reí ambos no compartíamos las mismas clases así que por eso no siempre estábamos juntos en la universidad.
-Pobre.-Lo abraze y este asintió.
-Por favor ya dejen de ser cursis.-Sakura rodó los ojos y fingió estar asqueada por nuestros actos de dulzura.
-Envidiosa.-Se rió Riki acusando a su hermana que lo miró fingiendo estar ofendida.
-Ash, me voy, sigan dándose amor.-Se fue lanzándonos un beso volador a ambos.
Riki rió y me beso atrayéndome hacia el.
-Te amo.-Dijo dejando pequeños picos en mis labios.
-Que cursi.-Me reí de forma juguetona sacándole un puchero.
-Di que me amas o me enojo.
Me reí besando sus labios con cariño.
-Te amo.-Alargue mis palabras haciéndolo reír mientras seguíamos con nuestra sección de besos.
De ves en cuando las personas nos observaban pero nos daba igual estábamos en nuestro propio mundo.
Eran pasadas las cinco de la tarde cuando Riki llegó a casa luego de su práctica. Lo hubiera esperado pero insistió en que fuera a casa.
-Me extrañaste.-Me abrazó por detrás mientras escribía en mi laptop.
-Un poco.-Rei y lo atraje hacía mí para besarlo este aceptó gustosamente el beso soltando pequeños ronroneos.
-Pareces un gato.-Me reí y este se apartó un poco.
-¿Qué haces?.-Preguntó acariciándome el cabello.
-Solo termino una tesis que debo entregar pronto.
Riki asintió y fue a la cocina lo observé desde donde estaba y sonreí. Últimamente las cosas han estado tranquilas ojalá continúen así para siempre.
Serré mi laptop y me levanté de la mesa acercándome a Riki por detrás y abrazándolo. Este se sobresaltó un poco al inicio pero luego solo aceptó mi abrazo.
-¿Qué pasa?.-Preguntó riendo un poco.
-No es nada... Solo que no quiero que esto termine.-Susurré y Riki se liberó de mi abrazo girándose para observarme con una ceja enarcada.
-A que te riefieres.
-Olvídalo.-Negue y este me abrazó besando mi nuca.
Observaba aquella botella sentada en la mesa preguntándome aun si quizás había soñado todo aquello pero no tendría sentido porque si no como estaría esa botella sobre su mesa.
Deje escapar un suspiro de mis labios y me levanté dirigiéndome al baño para tomar una ducha relajante, la necesitaba mas que nunca.
Había olvidado mi toalla así que llamé a Riki para que la buscará por mí, pero este no respondió así que decidí buscarla por mí misma. Al salir del baño pase por la cocina y me detuve al ver a Riki tomándose el contenido de la botella que me había dado aquella chica.
Con algo de pánico me acerqué algo preocupada de lo que podría pasar.
-Este refresco sabe a detergente.-Se quejo Riki dejando la botella bacía sobre la mesa.
Mis labios se entre abrieron y comencé a balbucear. En cerio el se había bebido lo que había en esa botella.
-Te... Te... ¿Acabas de tomártelo?.-Balbucie algo preocupada.
-Sí, tenía sed.-Dijo extrañado por comportamiento.-Espera... A caso era detergente.-Riki entró en pánico y yo intente calmarlo.
-No, no, no... Claro que no.
Ni siquiera yo sabía que contenía esa botella así que estaba mas preocupada que Riki y si era alguna droga extraña. Porque no tiré esa botella.
-Segura.
-Sí.-Sonreí asintiendo múltiples veces.-No sientes nada raro verdad.-Pregunté algo preocupada.
-La verdad es que no.-Dijo pensativo.-¿Debería sentir algo?.-Preguntó confundido.
-Invita a los chicos.-Cambié de tema sonriendo incomoda.
-Estas rara.-Dijo desconfiado por mi propuesta.
Lo mire de forma amenazante y este asintió.
-Claro, voy a llamarlos.-Sonrio incómodo y salió de la cocina.
Suspire y mire la botella ahora vacía, espero y no pase nada raro. Aunque seguro no pasará nada.
Luego de que los amigos de Riki se fueron me puse a recoger las bolsas de snakes bacías.
-¿Quieres ayuda?.-Me preguntó Riki sobando mi brazo lentamente.
Negué dejando un beso en su mejilla pero este de todas formas me ayudo.
-Has estado actuado raro.-Me dijo mientras me observaba con curiosidad.
-Yo.-Dije colocando las botellas y bolsas vacías en unas bolsas negras.
-Si tu.-Se rió acercándose a mi para pellizcarme las mejillas.-¿Qué sucede?
-No es nada.-Sonreí y me aparte para ir a botar las bolsas en el contenedor.
-Te conozco bien Irina.-Dijo quitándome las bolsas de las manos.-Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿verdad?
-Ya lo se.-Sonrei y volví a tomar las bolsas.-Ahora voy a tirar la basura, con permiso.
Riki rió y se hizo hacia un lado.
Luego de nuestra pequeña charla con Riki tiré las bolsas al contenedor y volví a subir a nuestro piso. Entré al apartamento y caminé hasta nuestra habitación arrastrando mis pantuflas y tumbándome en la cama en cuanto me quite las pantuflas. Me acurruqué entre los brazos de Riki sintiendo su perfume masculino y su calidez que tanto amaba.
-Te amo.-Murmuro Riki dejando un beso en mi frente.
Dejándome llevar por la tranquilidad y el silencio caí dormida entre los brazos de la única persona que me hacia feliz en este mundo.
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