2. ¿Aun me amas?
Llegué a casa pensando aun en aquél pozo mientras me preguntaba si de verdad cumplía deseos o simplemente era una broma de mal gusto de alguien. Aunque en lo profundo de mí solo deseaba que al abrir aquella puerta Riki volviera a ser como antes y que ese deseo que pedí se cumpliera.
Pero en fin de la realidad a la fantasía hay una línea temporal completamente diferente así que como mi realidad no iba a cambiar sola ni bien abrir esa puerta encontré a mi querido novio jugando videojuegos con todos sus amigos. El apartamento estaba patas arribas y ni hablar de el desorden.
Lo observé con seriedad y sus amigos simplemente me sonrieron saludándome amablemente en cambio el solo me miró y siguió jugando.
-Irene, que bueno verte.-Sonrie con incomodidad Jake a causa de mi mirada inexpresiva.
-No te pregunte.-Dije entre dientes y el chico se escondió detrás de mí novio.
No era su culpa pero estaba tan enojada, para esto no quizo ir conmigo solo para quedarse jugando con sus amigos a caso solo le importan ellos.
-Riki.-Lo llame casi gritándole y sus amigos se callaron sintiéndose intimidados.
El pelinegro dejo su juego de lado y me observó.
-Ya volviste, bueno.-Intentó abrazarme pero lo aparté dejándolo sorprendido.
-Para esto no querías ir. ¿Acaso yo te importo aunque sea un poco?.-Le pregunté sintiéndome algo triste.
-Claro que me importas, no digas tonterías.-Me dijo poniéndose serio de repente.-Ya no seas dramática siempre eres así.
-¿Así como?.-Le pregunte sintiendo como me sentía enojada por sus palabras.
Riki se quedo callado y supe al instante lo que quería decir.
-Riki, ¿aun me amas?.-Le pregunté sintiéndome triste.
-Claro, que te amo y...
-No me mientas.-Le grite dejándolo con las palabras en la boca.
Sus amigos observaban todo en silencio no sabían si intervenir o dejar que comenzáramos a pelear. Era la primera ves que me enojaba en cerio con él.
-No estoy mintiéndote.
Riki se revolvió el cabello con desesperación e intentó tomar mis manos las cuales aparté.
-Necesito tomar aire.-Murmure saliendo del apartamento escuchando como me llamaba pero simplemente lo ignoré ahora mismo no quería ni verlo en pintura.
De alguna forma terminé en el lugar donde horas antes se organizó el festival me acerque hacía donde estaba aquél pozo que extrañamente había desaparecido pero no le tomé importancia y solo me senté en una banca cercana.
Estaba frustrada y me sentía arrepentida. No debí tratarlo así soy una novia horrible.
Mientras me lamentaba sentí como se sentaron a mi lado pero no presté demasiada atención hasta que esa persona hablo.
-Una jovencita tan bonita como tu no debería estar triste.
Me giré y vi a una chica sentada a mi lado su piel era blanca, tenía un cabello oscuro como la noche y su vestimenta era casual. Aquella mujer me sonreía cálidamente no parecía vieja seguramente tendría quizás unos veintitrés o veinticuatro años.
-Me llamo Karina.-Me sonrió intentando entablar una conversación conmigo.
Me di cuenta que estaba siendo grosera por lo que me apresuré a responder.
-Perdon, me llamo Irene un gusto.-Sonreí intentando no haber parecido indiferente.
-Tranquila.-Karina rió y miro el paisaje nocturno.-Asi que sufres mal de amor.
La miré con sorpresa no recordaba haberle dicho sobre mis problemas.
-Como lo...
-Yo puedo ayudarte con eso.-Me interrumpió y yo me sentí curiosa por sus palabras.-Dime que es lo que deseas.
Karina jugó con los mechones de mí cabello y yo me sentí algo perturbada.
-Yo no deseo nada.-Sonrei incómoda.
-Si que lo deceas, tu quieres que tu novio solo sea para ti.-Me sonrió ahora de una forma indescifrable para mí.-Toma, solo una gota y... Podrás tener toda la atención de tu novio solo para ti.
Me entregó una botella con un líquido de color rojo intenso, parecía alguna clase de refresco pero había algo diferente la botella brillaba. Acaso se estaba burlando de mí.
Cuando me giré para quejarme sobre lo tonto que había sonado aquello ella ya no estaba solo se esfumó. Fue lo más extraño que me pudo haber pasado.
Cuando regresé a casa Riki se levantó del sofá y me abrazó repitiendo cuanto lo sentía.
-Lo lamento.-Murmuro mientras me abrazaba.
-Esta bien... Fue mi culpa.-Le acaricié el cabello intentando reconfortarlo.
Se separo y me observó arrepentido.
-No lo haré más solo no termines conmigo.
Me reí al verlo actuar de forma tan linda solo para que lo perdonara.
-No estoy enojada contigo.-Me reí y lo abracé.
Nunca podría enojarme con él eso jamás. Lo amó y siempre lo amaré y no importa lo que pase siempre estaré a su lado.
Luego de nuestra pequeña reconciliación pasamos un momento tranquilo en pareja, cenamos juntos y luego tuvimos un maratón de películas.
Pero yo solo pensaba en una cosa, aquella chica y su botella estraña. Por favor nunca creería en algo tan tonto como eso pero de solo pensar en que quizás si fuera real lo que dijo me daban escalofríos. No, seguro solo era una loca.
-Estas bien.-Me sonrió Riki mientras dejaba besos en mi rostro haciéndome reír.
-Sí estoy bien.-Rei removiéndome por los pequeños besos que Riki dejaba eb todo mi rostro.-Ya, me haces cosquillas.-Me quejé mientras me reía ya extrañaba pasar momentos así junto a él.
-Entonces porque tienes esa carita.-Me observo abrazando mi cuerpo como si fuera un peluche.
-No es nada... Solo estoy cansada.-Mentí y el asintió no muy convencido.
Que mas podría hacer no es como si le fuera a decir "Oye amor me encontré una chica que dijo que si te daba una poción mágica serías mío por siempre " por favor pensaría que estoy loca.
-Voy a creerte.-Lo observe y asentí.-Por ahora.-Susurró en mi oreja y comenzó a hacerme cosquillas.
No necesitaba una pasión para hacer que Riki me amara se que el me ama aunque de ves en cuando no lo demuestre.
-Ya, alto.-Chille riendo por las cosquillas.
Riki rió y se detuvo posicionándose sobre mí. Se acercó a mis labios y los beso dulce y delicadamente.
-Te amo.-Murmuró cerca de mis labios al apartarse.
Sí, estaba mas que segura de que nuestro amor era mutuo.
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