Observé jugar a Riki desde las gradas, se veía tan feliz jugando fútbol con sus amigos incluso parecía mas alegre cada ves que los veía. De ves en cuando me sentía celosa de sus amigos por la forma en que les sonreía era como si volviera a ser aquel chico dulce de quince años al que conocí hace ya algún tiempo.

No es que fuera un mal novio al contrario era el chico mas amable y caballeroso que pude haber conocido pero de ves en cuando extrañaba su risa y su alegría contagiosa.

De un salto me levanté de mi lugar y bajé las gradas con cuidado al ver que la práctica había concluido. Riki me saludó al verme dándome una sonrisa de labios cerrados, me acerqué y lo abracé. Llamenme empalagosa pero lo amaba tanto que no podía estar despegada de el ni por un segundo.

Riki sonrió levemente separándose de mí para tomar la botella de agua que había traído para él.

—Te extrañé.—Murmuré mientras lo observaba abrir la botella, sonrió dándome un leve golpecito en la frente con su dedo índice.

—Tonta, solo hemos estado separados cinco minutos no exageres.—Besó mis labios dulcemente para luego tomar una toalla y secar el sudor en su frente.

Sobé el área afectada y abulte los labios.  Como puede llamarme exagerada de esa forma, aquí el único tonto es él por no amarme tan intensamente. Pero lo dejaré pasar esta ves solo por el beso.

—Que cuentan pareja.—Se acercó a nosotros Sunoo despeinándome el cabello de forma tosca.

—Que tierna.—Se Burló el rubio al ver como apartaba su mano bruscamente de mi cabello.

—No la molestes es súper pequeña.—Sonrió burlón Riki colocando su brazo sobre mis hombros mientras dejaba un beso en mi mejilla para luego pellizcar la misma sin mucha fuerza.

Lo miré mal apartándolo mientras fingía estar enojada logrando así sacarle risas a aquel par de chicos que de ves en cuando podían llegar a ser algo molestos.

—Pesados.

Con indignación me di la buelta y comencé a caminar hacía fuera de la cancha, estaba cansada de sus tontas actitudes.

—Creo que se enojó.—Escuché como le decía Sunoo a Riki por lo que comencé a caminar más despacio esperando que Riki viniera a disculparse.

—Quizás un poco, voy a hablar con ella.—Dándole una palmadita en el hombro a su amigo se acercó trotando hacia mí.

Sonreí triunfante cambiando mi expresión alegre al ver como se acercaba abrazándome por detrás.

—Perdón.—Dejó un beso en mi mejilla logrando que mi corazón comenzara a latir con fuerza.

Fingí desinterés llamando la atención de Riki logrando así que me girara quedando frente a frente. Este no esperó más y sujetó mis mejillas entre sus manos besando mis labios de forma afectuosa logrando así sacarme una risa apenada.

—Boba.—Me abrazó apretándome un poco por lo que me quejé entre risas.

—Tortolos.—Nos llamó Sakura la hermana mayor de Riki y mi mejor amiga mientras se acercaba hacia donde estábamos.

Ambos nos separamos observando a la chica que sonreía con dos entradas en su mano izquierda.

—Me las gané en una rifa.—Agitó aquellas entradas como si se hubiera ganado la lotería.

—¿Y eso que tiene de interesante?.—Pregunto Riki con desinterés.

—Como puedes ser tan seco y gruñón, no se como aún Irene te soporta.—La chica le dio una mirada fulminante.—Es para que lleves a Irene a un festival que se realizará mañana mal agradecido.—Se quejó Sakura y le dio las entradas a su hermano de mala gana.

—¿Un festival?.—Pregunté tomando las entradas de las manos de Riki sintiendo como mi emoción crecía con solo pensar en la idea de pasar tiempo a solas con Riki.

—Sí, será como una feria pero mas divertido.—Hablo ella contagiándose de mi emoción.

—Olvídalo, suena como algo aburrido.—El pelinegro rodó los ojos mostanrdo su descontando por la idea.

—Por favor, será divertido.—Le pedí quejándome por su fría actitud halándolo del brazo levemente.

—Si tanto quieres ir entonces ve junto a Sakura.—El pelinegro se soltó de mi agarre sin hacer fuerza pero se notaba que estaba incómodo por mi actitud inmadura.

—Riki no seas así con ella.—Lo regaña Sakura intentando bajar la atmósfera de tensión que se formaba a nuestro alrededor.

—Deja de insistir Sakura, no pienso ir.—Riki simplemente se dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso hacia donde estaba Sunoo quién lo observaba confuso notando que quizás algunas cosas no iban bien.

Mi estado de ánimo decayó de repente logrando que toda aquella felicidad que me invadía hace unos segundos se convirtiera en una tristeza que ni siquiera yo misma podía explicar. Las cosas últimamente eran así su actitud podía variar entre ser algo fría a estar feliz por eso extrañaba tanto al Riki que tiempo atrás conocí. Extrañaba pasar tiempo con él, escucharlo reír y disfrutar de nuestro tiempo a solas. Pero por suerte nunca antes habíamos discutido o por lo menos espero que eso nunca suceda.

—No te desanimes Irene, yo puedo ir contigo.—Me animó Sakura mientras pasaba su mano suavemente por mi espalda intentando hacer que mi estado de ánimo no comemzara a decaer.

Le sonreí intentando parecer tranquila pero la verdad solo me sentía triste al saber que Riki no vendría conmigo. Espero poder divertirme aunque sea un poco.

—¿Te vas tan pronto?—Preguntó el pelinegro desde el sofá sin quitar la mirada de la televisión.

Simplemente me mordí el labio inferior intentando no decir nada a pezar de las horribles ganas de insistirile en que fuéramos juntos. Pero no lo hice, simplemente abrí aquella puerta y la cerré detrás de mí intentando no parecer insistente o algo por el estilo solo decidí irme y dejar a Riki esperando así que quizás refleccionara o que quizás luego podamos hablar sobre lo que le pasa.

En cuanto llegué al lugar en el que el festival se llevaría a cabo comencé buscar a Sakura con la mirada. Mis ojos se cruzaron con los de la chica que me sonreía dulcemente saludándome con su mano libre ya que en la otra llevaba dos algodones de azúcar, entregándome uno de ellos cuando estuvimos frente a frente.

-Irene, me alegra que hayas venido.-Me sonrió al liberarme de aquel abrazo.

-A mí también me alegra.-Intente mantenerme alegre pero mi sonrisa solo desaparició, Sakura al notarlo intento animarme.

-Tranquila no pienses en el tonto de mi hermano, solo divierte sí.

Asentí intentando mantenerme alegre y positiva.

Adentrándonos entre la multitud de personas observé a los alrededores descubriendo puestos se comida y muchos juegos divertidos, quería probarlos todos aunque me gustaría que Riki estuviera conmigo estaba dispuesta a disfrutar de aquel festival hasta que me cansará.

Las horas pasaron volando y ya casi había visitado todos los puestos de aquella feria. Pensé que no me faltaba nada hasta que vi un cartel que decía "Pozo de los deseos" me acerqué y leí la pancarta por completo con algo de curiosidad al parecer cumplía cualquier deseo si lanzabas una moneda, eso sonaba tan infantil pero que perdía yo con intentarlo.

Saqué una moneda de mi bolzo y la lanze dentro del pozo, pensé por unos segundos que deseaba y por un momento vino a mi mente lo mucho que extrañaba a Riki al igual que las ganas inmenzas que tenía de regresar el tiempo atrás para volver a aquellos tiempos en los que Riki era tan dulce e inocente, los tiempos en que nuestro amor era puro y sin conflictos. Ojalá y eso fuera posible, pero Riki había madurado asi que nunca volveríamos a aquellos tiempos de secundaria.

Saque aquellos pensamientos de mi cabeza y me aleje de aquél pozo. Sí, era algo completamente infantil un pozo no podría cumplir deseos solo era un cuento para niños.