09
"Solo quiero que Jooyeon deje de molestarme" Eso es lo que pidió el pequeño de cabellera esponjosa y revoltosa. Con sus ojitos de zorro brillando como cristales y un puchero apenado formado en sus labios. Gritando por todos lados lo mucho que necesita ser protegido.
Hwang Hyunjin definitivamente no dejará pasar esto, con su corazón sediento un fuego intratable, la única forma de apagarlo es utilizar sus propios medios, osea, encarar a aquel maldito que osó tocar a su único amor.
Jeongin al poco tiempo se arrepintió, no lo había pensando bien, estaba tan agusto junto a Hwang y su protección que deseó inconscientemente que le proteja también en la escuela. Es grande y fuerte, nada comparado con él, hacerlo caer es algo que no sucederá. Aún así, fue egoísta. Su noviazgo no es más que una farsa, su amabilidad con él es debido a todas las mentiras soltadas.
En toda la noche no ha dejado de pensar en la situación con miedo y al día siguiente no fue mejor.
Al llegar a la escuela, mientras el profesor daba su clase, su mente estaba perdida en sus preocupaciones.
«¿Será capaz de hacerle algo a Jooyeon?
¿Y si se enteran los profesores? ¿Irá a detención? ¿Lo expulsaran?
¡Podría arruinar su futuro!
Tengo que hablarle hoy»
Teme que Hyunjin haga una locura por él.
—Jeongin, tu tarea —la voz de Jisung lo sacó de sus pensamientos de manera abrupta.
—¿Ah? Si, si —asiente de inmediato y empieza a rebuscar en su bolso, sacando libros y cuadernos, incluyendo su diario dejándolo en el escritorio al no encontrar la hoja.
—¿Qué haces? Debe estar en tu carpeta —sonó preocupado.
—Oh... Si —asiente al darse cuenta de que fue un total estúpido. Sacó la carpeta y de ahí, el trabajo. —Lo siento.
—No lo sientas, solo descansa si estas cansado —fue lo único que dijo antes de seguir recogiendo los trabajos.
Jeongin soltó un suspiro cansador mientras empieza a guardar algunos de sus libros.
—¿Joven Yang? —de pronto una coordinadora se apareció en la puerta llamando a su nombre.
—¿Si? Soy yo.
—Se le solicita en dirección, por favor.
Ya sabe la razón, debe ser sobre su beca. Se levantó y la siguió.
Felix lo mira irse desde su asiento para pasar su vista en el puesto vacío del menor con sus cosas aún encima de la mesa.
Al menos unos veinte minutos después, Yang no ha regresado y el timbre sonó. Tienen un descanso de diez minutos antes de que inicie la próxima clase. Lee se levantó y se dirigió al asiento del castaño, revisando sin permiso. Su plan era buscar su tarea de matemáticas. Encima de su escritorio se haya un libro para nada interesante de Historia y lo echó a un lado, para ver debajo de éste un lindo cuaderno azul con nubes muy tiernas, al estilo de Yang.
Sabe que Jeongin es algo despistado y para ordenarse a si mismo debe escribirlo. Anteriormente le arrebataron su diario y se burlaron de él, eso fue hace meses ya. Éste tiene pinta de ser algo así.
Con curiosidad lo tomó y abrió para revisar las últimas páginas. De inmediato frunció el ceño al leer el contenido.
—¿Qué es lo que estás haciendo? —la dura voz del delegado de la clase lo sobresaltó. Han le arrebató el cuaderno y lo cerró para dejarlo en el pupitre del faltante. —Esto va en contra de las reglas morales educativas, incluso ilegal. ¿Lo sabes?
—Lo sé —masculló molesto.
—Deja de husmear en cosas ajenas, si Yang resulta haber perdido algo, yo soy testigo de que fuiste tú —lo atacó directo. A veces Han puede ser muy dulce y tímido pero cuando le toca desempeñar su papel de Delegado y del ejemplo a seguir de la clase, lo hace muy bien.
—No robé nada, solo pensé que él tenía algo mío —contestó simple y se fue a su asiento.
Al volver a sentarse, su mente divagó en muchos pensamientos que lo aturden. No esperó descubrir algo así. ¿Ahora que haría con su conocimiento?
Cuando la campana sonó indicando el recreo, Yang esperó ver a su novio venir a buscarlo, algo que no sucedió. Confundido se levantó y empezó a explorar.
Los pasillos ya se quedaron casi vacíos ya que la mayoría se encuentran en la cafetería o en el parque desayunando.
De pronto, ve a Changbin quien sale de una puerta desconocida a su persona.
—Hyung, ¿Dónde esta Hyunjin-hyung? Dijo que vendría hoy —apresuró a decir preocupado, acercándose.
Detrás de él sale Hwang con un semblante tan serio como escalofriante, sus filosos ojos oscuros y su mandíbula tensa. Un aura aterradora a su alrededor lo hizo temblar de manera inconsciente. Sus manos heridas y su mejilla con un rastro de sangre que no parece ser de él.
—¿Qué... Qué hicieron? —cuestionó de forma abrupta una vez sus miradas se encontraron. Retrocedió de manera instintiva y Hwang se dio cuenta.
—No te volverá a molestar —contestó con su voz baja y grave, de manera neutral y sin pizca de remordimiento.
De ese Hwang Hyunjin es que todo el mundo habla. Alguien sin escrúpulos ni piedad.
Sus ojitos se llenaron de lágrimas y rápidamente intentó dirigirse hacia aquella puerta queriendo ver. Pero la mano de su novio lo detuvo al tomar su muñeca.
—Es mejor que no lo veas.
—¿P-Por qué...? N-No tenías que... —y sin evitarlo, lágrimas se deslizan por sus mejillas dejando a Hwang confundido.
—Tu... Tu me pediste que te ayudara —le recordó con cierta confusión. En su cabeza no entiende la idea de las lágrimas del menor. Confundido, preocupado y hasta culpable. «¿No era esto lo que querías?»
—P-Pero... ¡Así no! —exclamó cerrando los ojos con fuerza mientras a su vez se deshace de su agarre. —N-No tenías que hacerlo así.
Hwang lo vio, vio en sus ojos el miedo que le tiene y en ese momento algo en su corazón se rompió cuando lo ve retroceder con temor queriendo alejarse de él. —¿Por qué me pediste ayuda? —cuestionó de pronto. —¿Cómo pensaste que lo haría?
—N-No pensé...
—Sabes como soy —soltó con decepción hacia sí mismo más que a nadie. Esa es su forma de resolver los problemas, así es como ha sido criado toda su vida. No es alguien afectivo ni amable, no es dulce ni compasivo. Es impotente ante los problemas que solo sabe utilizar los golpes y aún más, en este momento que ve a su novio llorar frente a si, no sabe qué debe hacer para consolarle.
Hyunjin es un inexperto en el amor, como un niño de siete años que no sabe amar y aún así, lo intentó. Pero se dio cuenta que fue en vano, por más que lo intente no será como los demás.
—L-Lo s-siento... E-Es mi culpa —se lamenta el menor, dando una pequeña reverencia, inestable. Seca las lágrimas de sus mejillas con sus manitas. —Y-Yo lo hice m-mal, l-lo siento...
—Vamos a terminar.
Las palabras de Hwang lo dejaron en shock por varios segundos. Lo mira estupefacto sin entender.
«¿Cómo...?»
—No creo que hay que llegar a este extremo —Changbin se ríe sin humor siendo el espectador de todo. —Podemos llegar a un acuerdo y...
—Esta es mi naturaleza. Estoy hecho para dañar —arrojó con rudeza Hyunjin sin piedad consigo mismo. Lastimando su pobre corazón herido que alguna vez deseó ser amado, no lo merece y nunca lo hará.
Por más odie admitirlo, es como su padre. Una persona que no sabe amar.
Jeongin lo miró con dolor pero aún así, asintió. —L-Lo siento... Y-Yo lo metí en esto... L-Lo lamento t-tanto... —sollozó y cayó al suelo al perder la fuerza de sus pies.
Hwang de manera automática casi lo agarra pero se detuvo en el acto, dándose cuenta que no podía tocarlo, no lo merece con sus manos llenas de sangre. Si lo toca, lo ensuciara y aquel pequeño es un frasco de cristal valioso que no merece tocar. Esta sucio, por dentro y por fuera. Desear un ángel fue muy tonto de su parte.
—Lamento haber sido un mal novio —contestó bajo y melancólico. Más no demostró tanta agonía como el menor. —Jooyeon no te molestará, no dejaré que eso suceda. Puedes quedarte tranquilo —mirándolo desde arriba, simplemente se dio la media vuelta y se fue.
Changbin mira todo desde su posición perplejo. —¿C-Cómo... Cómo pueden ser tan tontos?
—Y-Yo l-lo h-hice hacer e-eso, l-lo lástime. L-Lo siento, h-hyung —Innie llora en el suelo desconsoladamente como un pequeño niño el cual perdió a su madre. Aferrando sus manos en el suelo y respirando pesadamente intentando calmar la agonía que pesa en su corazón. Vacío a inestable.
No le molestaba seguir siendo su novio, no, quería seguir siendo su novio.
Tarde se había dado cuenta de sus sentimientos.
—H-Hyung... L-Lo q-quiero, l-lo quiero mucho... —y por primera vez, lo dijo desde el corazón. Desconsolado y abandonado pero se lo merecía.
Es un mentiroso que se ganó el corazón de una persona herida. Lo lastimó y lo sigue lastimando sin que se diera cuenta. Aunque duela, es lo mejor.
La falta de sus padres en su niñez fue muy notoria, el vacío siempre estaba ahí en un rincón oscuro de su corazón pinchándole y dañándole. Se acostumbró a no tenerlos a su lado, se acostumbró a los vagos recuerdos de sus personas, se acostumbró a las burlas de algunos por ser un simple huérfano, se acostumbró a la falta y la carencia de su amor. Y dolía, siempre ha dolido no tenerlos y simplemente tener que sonreírle a sus viejas fotografías.
Pero ahora, en ese instante, había algo que multiplicaba aquel dolor y era haber perdido a Hwang Hyunjin.
Nunca pensó que se sentiría tan abandonado y devastado por una pérdida. Nunca pensó que alguien como él ganaría el amor de su corazón. A su manera lo quería, a su manera lo cuidó y a su manera fue amado en silencio.
«Lo siento, no te merezco»
Pudo haber dicho que no, pudo haber rechazado y pedido en llanto no terminar porque sabe que Hwang lo escuchara pero no lo hizo. Nunca merecerá un corazón tan acogedor y leal como el de aquel muchacho.
Y dicho muchacho, no está mucho mejor que él. Ya que después de haberle dado la espalda, una lágrima traicionera se deslizó por su mejilla. Cada paso que daba lejos de su amado sentía mil dagas atravesarse en su corazón quien le pide piedad, quien le pide que vuelva atrás.
No quería irse y su interior se lo imploraba. Pero Jeongin dijo que si, aceptó su separación.
No es capaz de luchar por él ni amarlo por más tiempo. Estar junto al pequeño, fue un cambio para su miserable vida. Por primera vez no todo era gris en su día ya que había un cierto chico de sonrisa risueña y ojos brillantes acompañándolo en cada recreo para dar algo de color en sus días.
Fue lindo mientras duró. Fue un lindo sueño que no se merecía pero aún así obtuvo.
Su padre dañó a su madre. La lastimó y por ello, se suicidó.
En su cuerpo, la sangre de ese hombre está en cada punta de sus venas recordándole una y otra vez sus raíces. Es hijo de un monstruo, es claro que él también lo es.
Cuando dobló por el pasillo, su cuerpo se desplomó contra el suelo y apoyó su espalda en contra de la pared, cerrando los ojos con fuerza.
Su mano herida toma la prenda por encima de su pecho, apretando con fuerza, esperando que el dolor de su corazón desaparezca.
Sabía que terminaría de esta forma en algún momento. Todo era muy bueno para ser verdad, su mente le advirtió una y otra vez que ese lindo chico de primero al cual siempre veía caminar por los pasillos nunca se fijaría en él y aunque lo hiciera, su relación estaba destinada a fracasar.
Un monstruo no merece a un ángel.
«Lo siento, dije que te protegería y te lastimé»
Terminar ahora es lo mejor. Cortar todo de raíz antes de que sea tarde evitará muchos problemas futuros.
Su padre no es una persona amigable y acogedora. Una vez llamas su atención y te tiene en la mira, te destruirá sin importar quien seas. Ese es su más grande miedo por sobre todo y una de las razones por las que anoche no pudo dormir al pensar en una y otra vez cómo terminar su relación para alejarlo de su familia.
—¡Ash, esa maldita mierda habladora! —Jooyeon patea fuertemente un balde de basura. Moretones adornan su rostro, especialmente uno en el ojo y el otro en su labio inferior herido. Sus nudillos y brazos llenos de raspones.
Hyunjin le dio una buena paliza en la hora del recreo y él por más que trató de defenderse, no fue capaz de darle ni un solo golpe. Lo odia tanto y ahora, mil veces más. Su sangre hierve de la rabia y furia, ansiando de manera enfermiza el momento de poder destrozarle el rostro con sus propias manos.
Su nariz duele mucho, incluso cree que podría estar rota en su interior.
Todo es por culpa de Jeongin, un pedazo de mierda que finge ser inocente cuando sedujo de manera descarada a un Matón tan temido como lo es Hwang.
—Ash.. ese maldito niño realmente se ganó el favor de Hyunjin —mascullo Jake con odio y molestia. Aunque se siente un poco relajado, al menos su nombre no fue mencionado. Se salvó de una tremenda paliza.
Felix los mira desde su posición. Sabía que no debían haberse metido con Hwang. Desde el primer lugar fue idea de Jooyeon hacerle pasar un mal rato a Jeongin al declararse y también fue su idea de obligarlo a seguir siendo su novio ¿Quién diría que Jeongin es hábil para enamorar hombres? Aunque no sería raro, tiempo atrás se robaba la atención de Bang.
Se mordió el labio inferior pensativo y un tanto receloso. Se metieron en un lugar que no debían y ahora tienen de enemigo a una persona que no quería. Sólo quería fastidiar a Jeongin un poco, sonríe y es feliz tan vivazmente que le causó molestia. ¿Por qué era necesario meter a otros?
—Pero en realidad, es todo tu culpa —Jake lo señaló mirándolo como si fuese el culpable de todo.
—Ustedes quisieron hacerle esa broma a Hwang, yo no tengo nada que ver con él ni tengo problema con él, son ustedes —se defendió de inmediato con los brazos cruzados.
—¡Tu fuiste quién nos dijo que molestemos al niño ese! —Jooyeon vociferó furioso, tan alto y grave logrando causar cierto temor en el menor. El azabache mira al rubio con ira y se acerca a él a pasos amenazantes.
Lee retrocede. —¿P-Por qué me culpas a mí? ¡U-Ustedes querían molestar a u-un tonto!
—¡Y mira cómo salió todo por tu culpa!
La espalda del rubio chocó contra una pared y tembló cuando se dió cuenta que ambos muchachos lo tienen como su presa.
—Oh... Me las desquitare contigo por todas —murmura con una sonrisa maligna.
En el instante en que vio que alzó su puño en contra de él, cerró los ojos y cubrió su rostro de manera automática, pero no ayudó mucho puesto a que el impacto se lo llevó sus delgados brazos, sintiendo dolor.
La mano áspera toma su cabellera sin permiso empezando a jalonearlo para lanzarlo contra el suelo.
—¡Déjame! ¡No te hice nada! —exclamó con temor, cayendo duramente y recibiendo raspones en sus brazos.
—Ya no puedo tocar a Jeongin, necesito otro juguete, ¿No crees? —esbozo una sonrisa escalofriante para el menor. Pisa el pecho del rubio mirándolo desde arriba como si fuese superior, sintiendo que lo es.
Una vez que Jooyeon te tiene en la mira, es imposible salir de su campo de visión a menos que se aburra de ti. Felix no quiere ser molestado, no quiere ser golpeado. Es suficiente con el cruel y crudo trato que recibe en casa como para también recibirlo en la escuela.
Hwang no es nada de él. Hwang no merece su pena. Él es fuerte, él podrá soportarlo.
«Quiero sobrevivir»
De eso trata la vida, para sobrevivir debes matar a otro.
—Hwang... Tiene un secreto —arrojó con cierta inestabilidad pero no dispuesto a dejarse caer más de lo que está. Es cobarde, siempre lo ha sido.
Ante sus palabras, el mayor se detuvo, parece desconfiado. —¿Secreto? ¿Hablas de aquel que ni Jeongin pudo conseguirnos?
—Lo consiguió —abrió los ojos y lo miró a la cara. «Lo siento, pero debo decirlo»
—¿Qué es?
—No me hagas nada —soltó en un tono desesperado.
El mayor bufa con fastidio y se alejó, intrigado por la información, la necesita. Está tan desesperado en hacer caer a Hyunjin por cualquier método posible que no le importa nada mas —No lo haré, lo juro. Eso sí la información vale la pena.
—Lo vale, de verdad lo vale.
En definitiva, Jooyeon está dispuesto a destruir cada milésima parte de Hyunjin sin importar el riesgo y las consecuencias de hacerlo.
Ahora sí empieza el verdadero drama😈
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