04
A punto de entrar a su salón, Jeongin siente un jalón en su bolso que lo hizo retroceder y casi tropezar entre sus pies. Con susto se giró pero al encontrarse con una cara amigable, respiro en paz.
—Minho-hyung —soltó mientras a su vez toma un respiro —Buenos días.
—Si, hola. Necesito que dejes esto en el asiento diecisiete de tu salón pero no digas que fui yo —dice mientras le extiende una bolsa de regalo cerrada con cinta adhesiva.
Jeongin lo toma con cierta confusión pero aún así asiente. Segundos después, se dió cuenta de algo.
—¿El asiento de Jisu...
Rápidamente el mayor le tapa la boca con sus manos. —No digas nada —susurró casi al borde del colapso. —Dime, ¿Puedo confiar en ti? Estoy depositando mi plena confianza en ti sobre todos los de tu clase.
Jeongin asintió simple. Solamente es dejar algo en una mesa y no decir nada.
Cuando el mayor lo soltó le confirmó —Puede confiar en mí, Hyung.
Minho se ve tan preocupado que es raro.
Lee Minho es un estudiante de último año, si no se equivoca está en el mismo salón de clases que Hyunjin y Changbin, los tres en el salón 3B. Es reconocido por ser un bromista al extremo, muy honesto y hasta cruel con las palabras ya que es muy despreocupado. Se muestra libre y no le presta atención a nadie.
No lo conoce de mucho, pero en una ocasión hace un año el mayor le salvó de recibir un balonazo en la cabeza y como si fuese el ser más cool del universo le guiñó el ojo mientras a su vez le dijo "Llámame Minho-hyung"
Luego de ello, lo saluda en los pasillos, más que nada su relación se basa en ello, en saludos por cortesía de parte del menor y a veces a las respuestas del mayor —cuando no tiene flojera o cuando estaba de humor—.
Así que verlo un tanto ansioso y pidiéndole que no le cuente nada a nadie se le hace bastante sospechoso y un poco preocupante.
—Confío en ti, eres bueno.
Escuchar eso le hizo pensar en los recientes sucesos, más específicamente en Hyunjin y todas las mentiras que se han acumulado una tras otra.
«No soy una buena persona»
El mayor lo dejó con una "gran" tarea. Entró a su salón y dejó el objeto justo en la mesa del delegado para luego dirigirse a su asiento. Mientras saca sus libros y útiles escolares ve a Han llegar al salón. No puede evitar echar una ojeada por su reacción.
El lindo delegado de cabellera castaña y parecido notorio a una tierna ardilla frunció su ceño al ver la bolsa. Sacó su cartuchera del bolso para tomar dentro una tijera y abrir el objeto. Su rostro se iluminó ante el contenido que no sacó.
Jeongin miró todo desde su posición fingiendo estirarse. Se lamentó no haber podido ver más. Jisung guardo la bolsa.
«¿Por qué no lo sacó?» si es sincero, tenía mucha curiosidad de ver el contenido.
Cuando sonó el timbre indicando el recreo, no fue extraño para Jeongin ver a Hyunjin posicionarse justo en la puerta. Es más, incluso se puso a guardar muy lentamente sus útiles en el bolso esperándole secretamente. Aunque tardara diez minutos en llegar, lo esperaría en su posición.
Hwang con su porte alto y temible fácilmente puede ser llamado un matón. Su mirada negra y filosa y su expresión de pocos amigos tampoco es que ayuden mucho sin contar el echo de su desinterés por las relaciones sociales. Pero en realidad, en aquellos pocos días que llevan de noviazgo no lo ha visto siendo un mal ser humano como dicen los rumores. Hyunjin se ha comportado bastante bien con el, llegando al punto de conocerlo y hacerlo sentir culpable por su mentira.
Aún no entendía y tal vez cree que nunca lo entenderá.
¿Por qué entre todos me viste a mi?
Se sentaron en la cafetería y ChangBin no tardó mucho en acompañarlos sonriendo de manera descarada y soltando tantas barbaridades que abruman al pequeño por su boca tan sucia.
—De verdad, les juro que esa maldita profesora tiene algo en contra mío —culminó luego de su relato por un suceso que sucedió en la hora de clases anterior. Come de sus papas fritas.
Jeongin ríe levemente —Ella no es mala, solo es un poco seria.
—Como Hyunjin. Ya veo, así es como te gustan las personas, duros por fuera y... ¿Menos duros por dentro? —se rasca la nuca confundido, olvidó como va la frase.
En realidad, Innie prefiere a las personas cálidas y sonrientes así como su vecino Bang Chan. Pero pensar en Hwang a su lado, quien come en silencio con una expresión inexpresiva, no le pareció tan malo. De igual forma, lo que vale es el corazón de la persona.
¿Esta mal al creer que Hwang no es como todos pintan?
Es silenciosamente atento y de manera abrupta te causa calidez.
De pronto, su mirada se encontró con la de aquellos abusadores, recibiendo una amenaza de parte de Jooyeon con una seña con sus manos simulando un arma en su cabeza. Tembló y de manera inconciente se acercó más al azabache a su lado, pegando el costado de sus piernas con las contrarias.
—¿Sucede algo? —cuestionó Hwang al ver como las lindas y pequeñas manitas del menor se aferraron a su suéter negro.
Jeongin se ruboriza al instante y niega. —N-Nada, nada... —lo suelta para alejarse ligeramente.
—¿Qué te pasa, estúpido? ¿No ves que tu novio quiere estar cerca de ti? ¿Hasta para eso eres retrasado?
Ante los ataques directos de un Seo burlón, Hyunjin tensa su mandíbula molesto. —Cállate —y luego de ello, extiende su largo brazo por encima de los hombros del menor para acercarlo a su cuerpo, cubriéndolo de manera protectora. —¿Así está bien? —le preguntó bajo.
Yang se ruboriza ante el repentino toque y acercamiento. Nunca en su vida tuvo está clase de acercamiento, osea si, con Felix o Chan pero ambos son/eran sus amigos, estar con Hwang es diferente y su contacto tiene otro significado.
Un moreno de cabellera castaña hace aparición repentina dándole un zape a la cabeza de ChangBin, quien furioso se gira a su lado derecho para ver al culpable pero Lee fue más rápido al ir a su lado izquierdo y robarle papas fritas en un puño, las cuales metió a su boca. Seo mira el suceso tardíamente y se levantó.
—¿¡Qué te pasa mierda!? ¡Son mis papas!
—Muy tarde, te las robe —Minho se encoge de hombros y se sentó con descaro como si fuera bienvenido. Ignorando a ambos compañeros de clase dirigió su vista en el lindo terrón de azúcar cambiando su expresión a una más amable. —¿Lo hiciste bien?
Jeongin supo a lo que se refería y asintió. —Si, Hyung.
—¿Hacer qué? —Hyunjin frunce el ceño notando que ambos parecen conocerse.
—Ash, ya no me quedan papas. Búscame a menos que quieras que te patee el culo —Bin empuja su bandeja en dirección del castaño.
—Vine porque ya se gastaron.
—¿¡Qué!? —rápidamente lo toma del cuello de su camisa amenazante —Juro que destrozaré ese bonito rostro que tienes si no vas a...
—Ay ya deja tus ridículas cursilerías de matón para otro cobarde —palmea el puño que aprisiona su prenda con relajo. —Mañana servirán pollo frito, eso me dijo la cocinera. Te daré una pata.
—Cinco.
—Dos.
—Cuatro.
—Tres pero me tienes que cubrir en matemáticas.
—Trato hecho —con una media sonrisa despojo al contemporáneo.
Jeongin se sorprendió ante su extraña manera de tratarse. Había escuchado que Minho es el único lo suficientemente descarado para no tener miedo de meterse con Hwang y Seo y al parecer, es tan verdad como dicen. Pero no parecen odiarse, solo tienen una forma muy peculiar de tratarse.
—¿Desde cuándo son novios? —les preguntó Lee con curiosidad. Aún no puede creerlo. ¿Cómo es posible que un matón tan malhumorado haya ganado el corazón de un lindo muchachito de primero?
—¿Desde cuándo conoces a este estúpido? —Hyunjin muestra un claro ceño fruncido, no soltando su mano del hombro del menor, quien lo mira desde abajo con confusión.
—¿Sabes que te graduas este año? Su relación se volverá en ilegal.
—¿Sabes que nadie pidió tu maldita opinión? Come tu mierda y cállate —lo atacó con rudeza.
—No sabía que te gustaban los criminales —le habló a Jeongin refiriéndose al mayor.
—No sabía que te preocupaba tanto la vida ajena.
—Solo cuido de mi hoobae favorito.
—Nadie pidió tu opinión.
—¿Tanto te gusta?
—Si, ¿Y qué? Di algo más y te arrancaré esa sucia lengua que tienes.
—Uy... Ya se enojó, mejor no digo nada —alzó los brazos en son de paz y siguió comiendo.
—Come, Innie —le habló bajo y dulce al menor, notando que se detuvo.
—Oh, si... —asiente un poco cohibido.
Minho los mira en su posición. Tan malditamente diferentes pero por alguna razón, no se veían mal.
—Felicidades, no se ven mal juntos —arrojó entre burla y honestidad.
—¿Ahora es que te das cuenta? —Bin a su lado lo empujó con su codo. —Es una combinación rara pero no está mal.
—Si, no está mal.
Hyunjin decidió ignorarlos.
Jeongin no puede evitar reír levemente. Es cierto, ellos son un mundo completamente diferente a él pero no por eso significaba que sean malos. O al menos, no tan malos como los pintan.
Luego de volver a casa, lo primero que hizo al llegar fue abrir su laptop e investigar sobre las consecuencias de los alérgicos al chocolate al comerlo.
“Dificultad para respirar.
Sibilancias.
Hinchazón de la garganta y la lengua.
Dificultad para tragar.
Latido cardíaco rápido o irregular.
Pérdida del conocimiento.”
Hay personas que incluso pueden morir, es dependiendo que tanto les afecte. Algunos pocos y a otros muchos. Para que Hyunjin se haya ido de la escuela de manera repentina sin decir nada, es porque debe afectarle gravemente.
“No darle nunca más de comer a Hyunjin-hyung chocolate :'(
Recuérdalo."
Decidió anotarlo para no olvidarlo y así tenerlo muy presente en su vida.
Luego de ello fue buscando dulces deliciosos de vainilla sin necesidad de chocolate. Todo esto lo anota en lo que es "Su diario", una linda libreta pequeña de color azul cielo, con nubecitas Kawaii de ojos tiernos.
Buscó recetas y las anotó. Escribió las que les parecieron deliciosas o al menos lo aparentan. Jeongin adora las dulces y es su forma de demostrar su cariño.
—Mm... —pucheretea al mirar algunas de las recetas escritas.
«No parece ser de las personas que le guste el dulce.
¿Será que eso también es por mi?
¿Preferirá lo salado?»
Para no olvidarlo, decidió escribir en su libreta:
Descubrir qué le gusta a Hyunjin-hyung y hacerle un aperitivo que pueda comer <3.
No se había dado cuenta que poco a poco su corazón empezaba a caer. Su preocupación y atención por él no es sólo por simple pena como cree sentir.
«El punto era solo molestarlo, no meter terceros en esto»
Pensó aquel pelirubio malhumorado. Camina con los brazos cruzados de manera distraída sintiendo mucha molestia.
No se dio cuenta hasta que llegó que se había desviado a la casa de Yang. Mira aquel hogar con un jardín de flores enfrente. De pronto no pudo evitar recordar el calor y cariño que le hacía sentir la Abuela Nayeon. Dulce y genuina. Una señora que siempre lo trató como un nieto más. La extraña y se molesta justamente que ella tenga que ser la abuela de Jeongin.
Él siempre suele llevarse todo lo bueno.
Estuvo por dar la media vuelta cuando un vehículo estacionó justo enfrente de la casa de al lado, la casa de la familia Bang. Vio a aquel también rubio australiano salir del auto. Sus lindos ojos mieles y dulces, su porte prominente y atlético. Bang Chan definitivamente sigue siendo un lindo deleite para sus ojos pero su sola presencia causa una opresión en su corazón. Recordar lo que sucedió tiempo atrás no le trae buenos sentimientos, solo causa que reviva su dolor y molestia.
Aquel rubio lo ve y se acercó.
—Felix, ¿Cómo has estado? —verlo ahí, frente a si hablándole con normalidad como si nunca nada hubiera pasado, como si lo que hubiese sucedido no fuese nada. Todos siguen adelante y dejan los débiles para atrás. Él es débil y siempre se queda un paso detrás de todos.
Tensó su mandíbula buscando endurecer su expresión aún cuando un nudo se formó en su garganta.
«¿En serio me lo pregunta?
¿Hasta cuando seguirás haciéndote el tonto?»
—Bien —contestó simple y tosco.
—Hace tiempo no te veo por aquí, Innie y tú se han alejado —no es una pregunta, es una afirmación.
—Desde hace un año —soltó a propósito. Chan sabe lo que ocurrió hace un año.
El mayor frunce el ceño —¿Fue por eso?
—Si, por eso —desvía la vista, no es capaz de alzar y mirarlo a los ojos. No puede hacerlo, le dolerá.
Un fuego fragante quema y daña su corazón. Jeongin tiene una abuela que lo quiere. Jeongin es lindo y genuino, todas las personas que lo conocen lo aman al instante incluso... Bang. Tiene una gran y bella sonrisa envidiable. Todo lo que hace, lo hace bien y pone su corazón. Es como si el mundo estuviera dándole todo lo bueno, las buenas personas y cualidad perfectas para ser amado.
Poco a poco, un rencor se fue creando entre lo más profundo y retorcido de su corazón. Ya no soportaba estar a su lado, no soportaba verlo más.
Felix siempre ha sido mejor y más atractivo. Con buenas notas y buena familia. Tiene talentos e inteligencia. Tiene dinero y un estatus más alto que un simple huérfano.
Entonces... ¿Por qué Jeongin parece tener más que él?
¿Por qué siempre brilla?
¿Por qué siempre tiene que brillar?
Quería apagarlo, quería ser justo con el mundo y consigo mismo. Alguien como Yang no podía ni tenía que ser mejor que él, no podía ser más feliz que él y ni debía tener el corazón que él quería tener.
«Yo te amé primero» Pensó Felix mirando al mayor enfrente de si. «Pero siempre lo miraste a él»
—Jeongin me gustaba —Bang habló en pasado, sus palabras no sorprendieron al oyente porque ya lo sabía, lo había escuchado antes pero le confundió que la conjugación no estuviera ambientada al presente —Pero dejó de ser así hace tiempo —culminó con honestidad y simpleza.
Sus palabras quedaron clavadas en la mente del menor como eco.
Una y otra vez revobinando lo escuchado.
—¿Qué? —le miró perplejo.
—El amor va y viene, Felix. Son pocas las veces que los sentimientos perduran para siempre —le explicó con amabilidad. —Si te sentías dañado y herido, lo lamento, no busqué hacerte sentir mal con mis sentimientos, tú también tenías los tuyos. Jeonginnie te quiere mucho como amigo.
Felix muerde el interior de su labio inferior sintiéndose al borde del colapso y la histeria.
Le mira con rabia contenida y tragándose sus sentimientos simplemente se giró sobre sus talones y se marchó.
Chan mira su reacción perplejo. Se aproximó al menor intentando alcanzarlo y lo jaló del brazo para hacer que lo mire de nuevo.
—¿Qué sucede?
—Sueltáme —intenta zafarse de su agarre de manera brusca. —Vete.
—¿Qué te está pasando? No eras así —se ve la preocupación en su tono de voz. Lee era vivaz, con una linda sonrisa dibujada en su rostro sin importar el problema que estuviera pasando. Era dulce y amable, todos los días tenía que visitar a Yang a como dé lugar después de la escuela. Disfrutaba estar en su casa y parecía nunca querer volver a la suya. La Abuela Nayeon también lo amaba mucho.
Pero de un momento a otro dejó de ir, su amistad parece haberse distanciado y Chan cree saber porqué. O bueno, solo conoce un poco de la historia.
—Jeongin te quiere, eres su amigo más leal —insistió. —No lo dejes, no...
—¡Déjame! —exclamó furioso logrando empujarlo y alejarlo. —¡Tu no entiendes nada, no sabes nada!
Ver a Bang después de un tiempo no le sentó bien.
Y como un cobarde, escapó.
Corrió con todas sus fuerzas ignorando el dolor de su corazón. Regresó a casa, no muy lejos. Sólo a dos cuadras de diferencia pero se detuvo justo delante de la puerta. Por largos segundos se quedó en su posición sin tener la intención de entrar.
La peor parte del día siempre ha sido volver a casa.
No tiene amigos. Jooyeon y Jake no los considera sus amigos ni ellos a él. Sabe que en el mundo depositar su plena confianza en otra persona solo dejará desprotegido su corazón para que lo lastimen.
No quiere salir herido como un tonto, prefiere dañar a alguien más que sufrir.
Jeongin era su único amigo, fue el corazón que decidió dañar para apaciguar su dolor.
Tomó una bocanada de aire preparándose y entro a casa. Aquel ambiente hostil al cual aún no está acostumbrado.
¿Un hogar se siente de esta forma?
Oh, claro que no.
Y la vio ahí, mirándole con sus oscuros ojos. Su cuerpo tembló sabiendo lo que se avecinaba.
Hoobae: Es para referirse a una persona que tiene una jerarquía menor que tú. Puede ser un aprendiz o alguien que tenga un rango académico menor que el tuyo.
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