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01









Su corazón late apresurado retumbando como eco por toda su cabeza. Sudor frío deslizándose por debajo de sus cabellos mieles, los cuales caen suavemente por su frente. Ojos del mismo color dulce y brillante. Sus labios de tono cereza ligeramente fruncidos y piel tan clara como la porcelana, dándole un toque genuino a sus mejillas sonrojadas. Su cuerpo medianamente alto y delgado, vistiendo unos jeans holgados junto a un suéter de tono pastel, tan grande que da la impresión de ver a una pequeña pulguita vistiendo algo tres veces más de su talla.

Sus temblorosas manos toman con fuerza los extremos de su mochila y respira hondo varias veces, intentando regular su respiración aunque parece fallar en el proceso.

Gira su torso levemente para ver detrás suyo a unos metros a aquel trío. Jake grabando con su celular mientras parece morirse a carcajadas. Felix apoyado entre los casilleros con sus filosos ojos mirándolo fijamente. Y Jooyeon, el cual le hizo una seña asesina, pasando el pulgar por su cuello.

Jeongin se tensó al instante y asiente eufóricamente.

“Haz lo antes de que suene la campana o si no, nos veremos en el recreo” Eso le dijeron minutos antes.

Debe cumplir, le prometieron que no se meterían con él durante la semana si lo hacía.

Tomó una gran bocanada de aire y apretando las manos a cada correa de la mochila, fijó su vista directamente en Hwang Hyunjin, el matón más grande la escuela, e incluso mucho más grande que los tres muchachos que le hacen bullying.

Nadie se atreve a meterse con aquel muchacho de cabello azabache, su sola presencia causa temor en muchos debido a su gran porte prominente y filosos ojos oscuros. El año escolar inició solo hace tres meses y siendo él uno de los nuevos egresados se ganó una reputación tan grande en muy poco tiempo.

Miles de rumores circulan alrededor.

Que su padre es dueño de una Mafia.

Se dice que fue expulsado de su anterior preparatoria por matar a golpe a unos compañeros de clases.

Que va a bares ilegales a tomar y drogarse. Que acostumbra los fines de semana hacer luchas clandestinas y que por ello tiene aquel cuerpo, lleno de abdominales y casi una docena de cicatrices, de los cuales los más notorios para los ojos del público es uno en el cuello y otro en la mano.

Parece ser un chico solitario pero se hizo cercano a Seo Changbin, más bien, parece que se conocen desde antes y de por sí, éste también azabache tiene muchos rumores parecidos a los de su compañero.

Jooyeon y su grupo son muy malos, ayer luego de golpearlo y pisotearlo en el conserje, le dijeron que se declarase a Hwang, todo por mero entretenimiento para reírse de él a carcajadas, y si recibía uno que otro golpe mejor. Más bien, eso suponen que va a recibir.

Hwang es todo menos amistoso y se dice que se lía con putas. ¿Cómo reaccionará ante la reacción de la mojigata de Jeongin? ¿Un puto marico se le declara? Será todo un show.

Sus Bullys apuestan a que recibirá una paliza.

Jeongin también está consciente de ello y es lo que más le da miedo.

Solo espera recibir una mirada de indiferencia, no le importa si le lanza un insulto o no, pero desea no ser golpeado. Su cuerpo aún sigue adolorido.

Muerde su labio inferior y se acercó lentamente al más alto.

Hyunjin cerraba su casillero tranquilamente sin saber lo que esta sucediendo a su alrededor perdido en su mundo con unos audífonos en ambos oídos.

Se gira y camina hacia su salón, viendo de solsayo al cual algodón de azúcar de primer año dirigiéndose en dirección contraria a él. Como de costumbre se hace a un lado de manera discreta dándole espacio para pasar hasta que sorpresivamente lo ve interrumpiendo su camino.

Sus oscuros ojos se topan con dos vórtices mieles y brillantes.

Se deshace de sus audífonos un poco confundido o más bien, perplejo.

No tiene absolutamente nada en común con Jeongin como para que éste se acerque a él. Debido a que sus casilleros están cerca, acostumbra a verlo en las mañana rebuscando entre libros para quejarse formando un tierno puchero abultando sus labios mientras murmura lo tonto que es por haber olvidado algo. No cree que sea tonto.

A veces lo ha visto en los recreos, hablando animadamente con sus compañeros mientras esboza una gran y dulce sonrisa risueña, recibiendo muchas miradas de ternura de espectadores alrededor e incluso, derritiendo secretamente corazones. Y a veces, lo ha visto tan solitario que le hace preguntarse porqué.

Yang Jeongin es un dulce angel que nunca se voltearía a mirar a alguien como Hyunjin. No tiene porqué.

Pero en ese momento, en ese instante en que se detuvo justo delante de él abriendo la boca para decirle cualquier cosa del cual no tiene idea, su corazón dió un vuelco.

—Hyunjin-ssi... —inició hablando nerviosamente, su voz tan suave sonando como una dulce melodía para los oídos del mayor. Sus ojitos se acumulan de lágrimas sintiendo como su corazón está a punto de abandonar su débil cuerpo. No está listo para ser golpeado por Hwang, tiene miedo. —M-Me... M-Me...



«¡Haz lo! ¡Debes hacerlo!

Confía plenamente en que no te hará daño y te dejará ir.

Por favor, ten un poco de piedad en mi.

Juro que te devolveré el favor en algún momento, solo no me golpees»



—Me gustas —arrojó de pronto, cerrando fuertemente sus ojos esperando algún golpe.

Hwang en cambio, lo mira perplejo sin poder procesar aquella información. —¿Qué dijiste?

Su pregunta genuina, sonó como una amenaza para Yang, quien dejó caer sus primeras lágrimas. Se atrevió a mirarlo a los ojos con sus mejillas sonrojadas y sus labios temblorosos se abren ligeramente para pronunciar de nuevo aquella frase.

—M-Me gustas... M-Me gustas m-mucho —un nudo de su garganta le impide hablar con normalidad. Muerde su labio inferior e intentó tragarse todo lo que se acumula en su faringe pero fue imposible cuando el llanto siguió con sus sollozos de cachorrito. —L-Lo siento... Lo siento mucho p-por molestarlo —bajó la vista con un hilo de voz agudo y delgado. —M-Me gusta...

Hyunjin nota las miradas de su alrededor, las personas susurran tantas cosas y parecen mirar con pena al pequeño chico. Pero entre todas ellas, hay un grupito en la esquina que parece estar grabando el momento mientras se carcajean de burla y malicia.

¿Quién se atreve a reírse de Jeongin?

No tiene porqué avergonzarse por nada y menos por gustarle.

—Entonces seamos pareja.

Ante aquellas palabras, Yang alzó la cabeza y lo mira estupefacto. —¿Q-Qué?

—A partir de ahora somos novios —arrojó sin vacilar, sonando tan seguro que hizo temblar al menor.

Alzó su mano con lentitud y la dejó reposar suavemente en las suaves mejillas del pequeño, su pulgar se desliza por su piel acariciando y secando las lágrimas con lentitud.

Un tacto tan delicado e íntimo, que Innie nunca pensó recibir de alguien como Hwang.

Sentimientos complicados se acumulan en su corazón, burlando cualquier pensamiento lógico de su mente.

«¿Se suponía que esto debía pasar?

¿Por qué alguien como Hyunjin-ssi aceptaría mi declaración?

¿Qué tengo para que quiera ser mi pareja?»




Por mas que no quiera seguir aquel camino oscuro e impredecible, no puede evitarlo. No es capaz de decirle la verdad, teme ser agredido y agraviado más de lo que está.

«Solo puedo aceptar»

Esa fue su voz de la supervivencia.

Con miedo asiente ligeramente.

La campana suena, indicando la hora de entrar a los salones e iniciar las clases.

Hyunjin suelta al menor y pronuncia —Nos vemos en el recreo —dicho esto, le da la espalda.

Lo ve irse con perplejidad aún absorto en todo lo que sucedió en cuestión de segundos, en lo tanto que su vida cambió en un momentico. Hasta que se acordó de los chicos que le hicieron hacer esto, con un sobresalto se gira sobre sus talones y ve como se marchan.

No parecen contentos.

«Me darán una paliza»













Al llegar al salón de clases ya todos sus compañeros estaban, muchos hablando animadamente en lo que llega el profesor mientras unos pocos lo miran y murmuran.

«Los rumores se exparcen rápido.

Para el recreo ya todos deben saberlo» pensó con tristeza.

Justo alguien choca con su hombro y se gira con cierto miedo.

—Oh, buenos días, Innie. Lo siento por eso, ¿Te lastime mucho? —es Han Jisung, el delegado de su clase. Amable e inteligente. Nadie se atreve a meterse con él porque además, su padre es el Director de la escuela.

—No, está bien. Y buenos días —contestó con una sonrisa cortés.

Se sentó en su puesto, el cual es el tercer asiento justo al lado de la ventana. El profesor no tardó en llegar y justo por detrás de él se apareció Felix, con un ánimo realmente malo. Ignoró a Yang y se sentó un poco alejado de todos como siempre.

Su rubio cabello largo y rebelde, vistiendo una boina azul que le da un toque atractivo. Desde el principio y hasta ahora sigue siendo un muchacho bastante lindo.

En primer año de secundaria Felix era su amigo, un querido amigo con el cual hacían las tareas juntos, disfrutaban de una tarde amena en su casa, lo llegó hasta a invitar a comer y su querida abuela lo trataba con amor y cariño, casi como si fuese su nieto.

El tiempo pasó y su relación se quebró, de un momento a otro fue abandonado repentinamente y cuando creyó que nada más sería peor, Felix volvió para destruir su estabilidad emocional.

Nunca le dañó, nunca le hizo nada malo entonces ¿Por qué lo odia tanto? ¿Qué sucedió para que su relación se rompiera?

Ha querido preguntarle aquello en más de una ocasión pero no ha sido capaz.

La hora pasó volando y el sonido de la campana indicando el recreo puso de puntas sus nervios.

«¿Debo encontrarme con Hwang

Va guardando sus cosas con lentitud y nerviosismo, tomándose con calma su último momento de paz.

El salón quedó casi vacío.

«¿Y si mejor me escondo aquí?»

—¿Cuánto te falta? —la voz dura y profunda de Hyunjin lo sacó de sus pensamientos tan repentino como si lo hubiesen golpeado.

De la sorpresa dejó caer su libro. Se gira y es incapaz de creer que está ahí, pero es cierto, Hwang Hyunjin está a dos metros de distancia. Vino a buscarlo.

¿Por qué? ¿Para golpearlo?

Su cuerpo tembló de miedo e inseguridad. No entiende absolutamente nada.

En cambio, el mayor se aproximó y tomó el libro del suelo para extenderselo.

—Toma y apúrate.

—S-Si... —reaccionó de inmediato tomando el libro con ambas manos. Cabizbajo terminó de ordenar penoso ante las miradas ajenas que los miran con atención y curiosidad.

Se puso la mochila y con sus nerviosas manos jugando con la tela de su suéter pronunció bajo —E-Estoy listo.

El alto asiente y le indica que lo acompañe. Innie no se atrevió a igualarle el paso, se mantuvo detrás de él como si fuese su subordinado.

El porte tenaz de Hyunjin rápidamente llama la atención de todos los que lo rodean. Los diversos estudiantes que lo ven cada vez más cerca, dan un paso atrás dejándole el camino completamente libre. Sin rechistar agachaban la mirada, otros lo ignoraban, unos lo miraban feo a sus espaldas y nunca faltaran los admiradores.

Pero en esta ocasión, algo llamó la atención de todos y fue ver un chico menor tan tierno siguiéndole los talones.

Llegaron a la cafetería, Hwang tomó una bandeja y se la extendió al pequeño cachorro detrás suyo.

—G-Gracias... —con timidez lo tomó.

No respondió con nada y tomó el suyo. Cuando se encaminaron hacia la gran fila de alumnos esperando por su desayuno, uno a uno fueron dando paso, dejando pasar al mayor.

Jeongin los miró con perplejidad. «¿Tengo que pasar yo también?» se preguntó con cierto temor mientras ve la espalda contraria seguir adelante.

Cuando el pelinegro dejó de escuchar las pisadas de aquellas cortas piernas, se detuvo y se giró para encararlo.

—¿Qué sucede? Ven.

—Y-Yo... —mira tímidamente hacia los costados, todos están esperando por él, mirándolo con curiosidad, confusión y hasta odio. Agacha la vista y lo sigue. —Permiso...

Llegaron de primeros sin mucho esfuerzo y le sirvieron.

Siente como su espalda se quema ante tantas miradas clavadas en él. Su estómago se revuelve y mirando la comida de su bandeja, solo le produce náuseas.

Hwang se sentó con tranquilidad en la banca y palmeo el espacio vacío justo a su lado. En silencio, se sentó lentamente como si estuviese esperando una negativa pero ésta, nunca llegó.

Solo Seo Changbin ha compartido banca con el pelinegro, nunca nadie más lo ha hecho a menos que quisiera una paliza.

—Come.

—S-Si...

El menú de hoy consta en un delicioso Kimchi, arroz, fideos y distintos platos de verduras como acompañantes, lechuga, zanahorias, pepinillos y demás, en pequeñas cantidades.

Hyunjin come con tanta calma como si no hubiese causado una conmoción en todos, incluso Jeongin está sorprendido de lo pacífico que se encuentra.

«¿Somos pareja? ¿Realmente?» tembló de solo pensarlo.

Dejando los fideos a un lado, solo comió de los demás platos.

Mientras Hwang lo primero que se acabó fueron los fideos. Tomó el tazón de arroz y metiéndose un mordisco a la boca, mira al menor.

—¿No comes fideos?

Negó.

—¿Por qué?

—E-Es de tomate...

—¿No te gusta?

Se detuvo por unos segundos al pensar si dice la verdad o no. Suspiró, igual no es una mentira para nadie, muchos lo saben.

—Soy alérgico, m-me cae muy mal...

Al instante en que pronunció aquellas palabras, Hyunjin de manera impulsiva tomó el tazón y lo alejó.

—¿Estás bien? ¿No te ha hecho daño?

El menor se quedó pasmado, sin entender la repentina reacción del mayor. Antes de que pudiera responder, las manos ajenas lo toman de los hombros y sus filosos ojos lo escanean.

Es como si estuviese preocupado por mi.

—S-Solo es cuando lo como.

—Oh... Está bien —su expresión se relajó y lo soltó. —¿Tienes alguna otra alergia o intolerancia?

—No, solo eso —sus manos inestables se aferran con fuerza al utensilio, nunca se esperó aquel tipo de contacto y lo tomó por sorpresa. —¿P-Por qué...?

—¿El qué?

—Esto... —no supo exactamente cómo explicar la situación.

Su cerebro aún no asimila la situación y Hwang se dió cuenta.

—Esto es lo que los novios hacen, ¿No? —respondió con simpleza —Se conocen y se preocupan el uno por el otro.

Sus palabras solo lograron cavar aún más la tumba de Jeongin, quien esbozó una temblorosa sonrisa y asintió, mientras su interior entró en un colapso total.

«Novios.

¡Somos novios!»










Aquí traigo una nueva historia 🤗
Un corto libro sencillo y bonito para pasar el rato (aunque obviamente debe tener su toque de drama, eso nunca falta en mis libros jsjsjsj)

Es un libro que desde hace casi dos años he querido publicar y en este momento dije "Ya, hazlo" y aquí lo tienen 🥰

Aquí un vistazo de nuestros dos queridos protagonistas💕








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