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Parte 6 Esto ya me dio miedo.

Con unas cuantas palabras esto pasó de ser extraño a ser espeluznante, Max decidió no volver a preguntar más.

— Mira la hora, tengo un compromiso — Max salió corriendo del lugar.

En camino a su cabaña literal ignoró a todo mundo y se encerró.

— Creo que si ya no me involucro mas estaré a salvo — Pensó para sí misma.

Se puso reflexionar que ella solo buscaba un poco de diversión, practicar deporte no termina involucrada en un drama paranormal claro más extraño de la que ya es este lugar, si eso le paso a esa chica que le podría pasara ella si se involucra, acaso ya no seria buena en ningún deporte, se convertiría en una paria, una apestada ni siquiera su madre la recibe, quien recibiría a una total inútil.

— No más — se juró a sí misma tomar distancia.

Unas cuantas horas de paranoia más tarde alguien tocaba la puerta de la cabaña de Max.

— Hola, soy yo Oscar — Este se sentó en la puerta. — Max lo lamento mucho, no era mi intención lesionarte —

La puerta se abrió de golpe y Max estaba envuelta en la sabana de su cama — Oscar tu no lo entenderías — Max mostraba una faceta que pocas veces alguien tendría que ver, estaba muy estresada y asustada — Solo déjame en paz —

— Espera Max lo siento, todo es mi culpa — Óscar se dio cuenta que había lastimado demás a su amigo y era algo que no se podría perdonar — haré lo que sea solo quiero que volvamos a ser amigos —

— Una oferta tentadora — Pensó Max, una parte de su mente le carcomía saber que pasa, era una apuesta arriesgada, quien sabe tal vez solo un poco, si ella se merecía respuestas.

— A si que lo que sea — Comentó Max — Aunque sea un secreto — Y la curiosidad la invadió nuevamente.

— Bueno, yo ... bien lo merezco te rompí el brazo — Oscar comentó resignado.

Sin perder más tiempo Max metió a Oscar a su cabaña y cerró la puerta, y las cortinas — Bien, te perdonaré con una condición, quiero que me cuentes ¿Qué sucede contigo y Erizo? — La curiosidad era demasiado grande y nadie la culpaba por querer saber un poco.

Oscar quedó inexpresivo por un momento — no te comprendo — Oscar trataba de aguantar pero los ojos se le humedecieron con facilidad — Ella y yo, ya no podremos ser ... amigos — El pobre hacía lo posible para que la voz no se le quebrara.

— No Oscar espera, no tienes que llorar — Max no supo lo que había desencadenado.

— No podemos ser amigos nunca mas — Oscar temblaba tratando de controlarse pero no podia mas y comenzó a llorar — Nunca —

Max se había arrepentido completamente de su curiosidad, ahora tenía al pobre chico desmoronado en su cabaña tirado en un mar de lágrimas, no sabia que hacer ahora.

Así que trato de consolarlo un poco — Oscar trata de controlarte amigo, respira hondo — parece que las palabras poco podían hacer para calmarlo, de alguna manera le recordaba a sus primitos, solo querían reconfortarse.

Así que hizo lo más sensato posible, sacudió a Oscar con fuerza — Óscar basta, todos tenemos problemas, todos tenemos malos días y si ya no son amigos no importa Oscar pueden volver a tratar de llevarse bien nuevamente y tienes otros amigo como yo —

Cuando dejó de sacudir al aturdido muchacho este ya se veía más calmado e instintivamente le dio un abrazo, su madre acostumbraba hacer lo mismo después de un mal partido eso siempre la animaba.

— tienes, tienes razón Max — Oscar comenzó a decir con mas animo — tienes razón, no es el fin de nuestra amistad es un inicio — Oscar salió corriendo de la cabaña — Gracias Max eres increíble —

— Buena suerte amigo — Max se quedó mirando como el fin de su paranoia salía corriendo junto con sus posibles respuestas — $$%%&// — Max se dejó caer en su cama mientras seguía maldiciendo a Oscar.

Después de un momento se fastidio de jugar a la loca, sin nadie quien escuchara sus quejidos era aburrido, además tenía la imperiosa necesidad de practicar e hizo lo mas sensato posible salió a buscar un bocadillo.

De una manera u otra necesitaba despejarse esos momentos de locura no son buenos para nadie.

Más tarde se encontraría con otros campistas y por fin podrá regresar a sus prácticas cotidianas, al poco ya no eran solo practicas, si no un torneo improvisado de tenis se había formado.

Todo era felicidad para Max, ella simplemente estaba arrasando con la competencia incluso llegó a la final retando a Betsy quien era una atleta casi profesional, su victoria estaba cerca hasta que llegó Susie junto a Alice a presenciar el partido, ellas la ponían nerviosa, la distraian, sabia que la miraban planeando algo, Betsy se percató de este descuido y logró una victoria relativamente aplastante.

Susie y Alice festejaron la gran victoria de su amiga, algunos dirían que las tres se fueron a festejar — realmente son unas concejalas muy irresponsables — pensó Max mientras descansaba bajo una sombra a lado de la cancha, era agradable cómodo y se quedó dormida.

Cuando al fin despierto de su letargo noto que ya estaba oscureciendo y que apestaba, necesitaba un baño con urgencia.

En la ruta se encontró a la persona que menos quería ver — Oscar y como te fue — Cuando el chico volteo la respuesta era clara — Oscar que marca — Una fuerte cachetada estaba marcado en su rostro, pero curiosamente estaba alegre no estaba nada desanimado estaba relativamente feliz y con una sonrisas de lado a lado.

Una parte de ella decía, aléjate, la otra bien siéntate y disfruta el chisme.

— Es bueno ver que no te fue tan mal — Max no entendía aun que pasaba — y que falló en tu plan de amistad —

— Actúe como yo mismo — Se quejo sonriente Oscar

— Bien tienes que contarme — Max se sentó para escuchar a la pobre alma en pena, estaba segura que de alguna manera alcanzaría la beatificación un día de estos.

— Empezamos bien, platicamos, solucionamos anteriores malentendidos — Comentó alegre Oscar

— Y entonces qué falló — Max seguía curiosa.

— La abrase como siempre lo hacía y bueno creo que se espantó un poco — le mostró el cachete que aún tenía la forma de mano en su rostro.

Max se acerco y miro la horrible cicatriz de este soldado caído en desgracia — Auch se nota por lo detallado de la mano que tiene mucha fuerza, eso te seguirá por al menos un par de días — Max se rio un poco, sobre todo por la actitud de Oscar quien estaba contento — y por que tan feliz, veo que te acaban de rechazar nuevamente —

— Es por que tenias razón — Oscar se tocó la cara sintiendo donde lo golpeo — Ayer me sentía fatal y hoy me sentí tan emocionado por que estábamos conversando nuevamente — Oscar sin dudar abrazo a su amigo, es su forma de ser .

En principio Max estaba contenta de haber salvado el alma de esta pobre cosita patética pero    —Oscar, suéltame— Esta empezó a empujarlo — Oscar apesto —

— No me importa eres mi amigo — Oscar se negaba a dejar de abrazar a Max.

Max estaba no molesta, estaba apenada ella quería tomar distancia, era vergonzoso pero este niño parecía una garrapata, como es que tenía tanta fuerza y en cuanto tuvo la oportunidad en la otra mejilla le soltó otra cachetada.

Max solo miro como Oscar estaba en el suelo limpiándose el rostro y esta se alejo aun mas apenada.

— Hablaremos luego Oscar y no mas abrazos — Esta se retiró a su cabaña con la cara mas roja que un jitomate.

Oscar solo se reía de felicidad — Gracias Max —  

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