Entre los seis levantaron la tienda hicieron una fogata se sentaron alrededor de ella en unas varas pusieron bombones y los quemaban en la fogata y se los comían.

Poco a poco cayo la noche, con la lámpara de mano vieron el reloj y era poco menos de la media noche se dispusieron a descansar.

No había pasado ni una hora cuando de pronto escucharon correr a una mujer por la carretera pidiendo auxilio los seis se sentaron rápidamente en la tienda.

Los gritos de la mujer poco a poco se perdían en la lejanía, ellos se ponían de acuerdo en si salían a ayudarla o no, unos decían que sí y otros decían que no.

Cuando acordaron que si iban a auxiliarla oyeron unos pasos de hombre que gritaba párate traidora ni creas que te me vas a escapar, los chicos veían que pasaban coches pero nadie se paraba a auxiliar a la mujer.

Cuando se dispusieron a ir en auxilio de la mujer se escucharon varios balazos, ellos se quedaron petrificados, poco después escucharon los pasos del hombre que venía de regreso, corriendo.

Se esperaron un buen rato ya que no escucharon los pasos del hombre empezaron otra discusión en que si iban a auxiliar a la mujer o no, unos decían que era muy peligroso, temiendo que el hombre regresara y ellos resultaran heridos o muertos.