Parte 10
Llegaron al pueblo la mujer los invito a desayunar ellos aceptaron gustosos, si las personas los seguían invitando, el dinero les duraría más.
La señora se despidió de ellos deseándoles suerte en su aventura, les dijo
- Recuerden que hay muchas personas que tienen más sensibilidad para escuchar y ver a los que ya nos han dejado y ustedes tienen esa sensibilidad.
Ellos se rieron hasta ese momento no estaban convencidos de que la mujer y el hombre en la carretera fueran fantasmas.
Nancy le dijo a Alan
-Tengo un plan
-¿Qué plan?
-Ven
Entraron al restaurante y Nancy hablo con la encargada del restaurante.
-¿Señora nos podría dejar asearnos a cambio de ayuda aquí en el restaurante.
-¿Sabes servir?
-Claro que si mi anterior trabajo era de camarera
-¿Y tú sabes lavar platos?
-Si señora contesto Alan
-Vengan conmigo
Bajaron al sótano donde estaban dos duchas y una máquina para lavar ropa les dio una ficha.
-Aquí pueden lavar su ropa y bañarse los espero en el restaurante no se tarden.
Ellos rápidamente se quitaron la ropa la metieron a la lavadora sacaron su ropa limpia de su mochila y se bañaron
Subieron al restaurante era la hora pico, se llenó de personas había otras dos camareras Nancy sabía el trabajo desde que era una adolescente ayudaba a su madre.
Recibió varias propinas en un descanso bajo saco la ropa de la lavadora y la metió a la secadora, siguió sirviendo no había descanso, ella pensó a qué horas cierran.
Ella se fijó en un letrero que decía servicio las 24 horas, ella dijo
- No inventes, ella bajo doblo la ropa de Alan y la de ella, la puso en la mochila y le dijo a Alan vámonos.
Subieron con mochila al hombro y le dijeron a la dueña
- Nos vamos señora creo que ya pagamos el precio por la bañada y la lavada de ropa.
-No, por favor a las diez de la noche se termina el turno, y llegan las personas del turno de la noche, son las ocho de la noche dos horas más, les voy a pagar dos turno y si se quedan los dejo dormir aquí.
Ellos no podían desaprovechar la oferta, Nancy recordó las palabras que había dicho el padre de Alan no vayan a pedir aventón por la noche, y aceptaron quedarse.
A las diez de la noche como dijo la mujer llegaron tres hombres el cocinero y dos camareros, en la noche no había mujeres, había menos clientes.
La mujer volvió a bajar con ellos y les mostró un sofá cama, les dijo
- Nada más que van a dormir juntos, que duerman bien mañana nos vemos, ah perdón aquí está su paga.
La mujer les dio unos dólares, lo guardaron junto al que ya tenían, ellos dijeron
- Hasta ahorita vamos bien.
Al siguiente día los despertó la mujer, ellos se levantaron ella les ofreció quedarse más días a trabajar, pero ellos no aceptaron ellos iban de paso y todavía les quedaba mucho camino por recorrer.
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