Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capíulo 31


La fiesta seguía, pero sin embargo el ruido que hacían no impedía que Laura durmiera.

Para ser honesto, hasta dormida parecía un ángel.

Ethan a su lado y yo sentado en el sofá mirándola.

¿Todo esto es mi culpa?

Se abrió la puerta, entró Owen y nos miró a ambos.

—¿Aun sigue aquí el tipo que la drogó? —preguntó Ethan de inmediato.

—Sí, está buscándola —respondió Owen directo—, ¿quieren hacer algo con él?

—Sí —respondí seguro.

—Llévame a él —le ordenó Ethan, levantándose de la cama.

También me levante enseguida yendo hacia Owen, pero Ethan me detuvo con una mano en mi pecho.

—Este no es tu problema. Ella es mi hermana, no tuya, así que no te metas en esto —me miró desafiante.

Me mordí la lengua para no atacarlo.

Quédate con ella —ordenó Ethan saliendo junto a Owen y cerrando la puerta.

Recordé las palabras que me dijo Laura "debes comportarte"

Señor dame paciencia.

Suspiré dando media vuelta para acostarme junto a Laura.

—Te-tengo frío—tartamudeó quejándose.

Traté de abrigarla más pero ya tenía mil mantas encima, solo la abracé.

—Benjamín —me nombró con delicadeza.

—¿Huh?

—Gracias por cuidarme —agradeció en voz baja.

—Por nada pequeña diablita —susurré en su cabeza.

El sueño la venció y se quedó dormida.

Y yo aproveché para mirar con detenimiento cada milímetro de su cara.

Dios mío.

Esta mujer es hermosa.

Es verdaderamente hermosa, parecía irreal.

Su cara, sus facciones, su cabello, sus ojos, sus labios, todo de ella es perfecto.

Ni siquiera puedo explicar lo hermosa que es. Tal vez aún no se ha creado una palabra para definir lo bella que Laura es. Aunque eso no lo podrás ver de inmediato, solo cuando estés a centímetros de ella, observando cada peca, cada pestaña, cada rasgo de ella, o cuando la veas reírse sin parar, o al fruncir el ceño por no poder comer un cua cua, en ese instante podrás darte cuenta de lo hermosa que es.

Solo mira sus ojos, ese brillo de ternura e inocencia al sonreír, la hace parecer un ángel, y aunque no he visto uno puedo estar seguro que son así de hermosos. Pero ahora miren la manera en que sonríe cuando digo o ella piensa algo pervertido, o miren cuando se enoja y empieza a gritar, sin embargo, ahí se parece a una diablita malcriada, pero sigue siendo hermosa.

¿Cómo puedo explicar que he estado al lado de un ángel caído que se convirtió en una pequeña diablita todo este tiempo y no me di cuenta?

¿Cómo puedo explicar que su manera de ser es... tan... tan...

—Tengo mucho frío —me interrumpió Laura.

—Te he tapado con todas las mantas que encontré, no sé qué hacer —confesé intentando tocar su frente—. Mierda —me espanté—, Laura estás hirviendo —dije parándome a buscar algo un poco húmedo para ponérselo en la frente.

—No-no te vayas —tartamudeó—, es-estoy muriendo de frío.

—Dame un minuto —pedí buscando como loco algún trapo o algo que sirviera.

Cogí una pequeña toalla que estaba cerca del lavabo, la lavé y escurrí, y fui a ponérsela a Laura.

—No —se quejó esquivando la cara.

—Eso te hará bien —intenté mirarla pero no abría sus ojos—. Confía en mí por favor —volví a intentar poner la toalla doblada en su frente.

Laura temblaba.

—A-abrázame —pidió.

—Está bien —acepte metiéndome en la cama junto a ella y abrazándola.

Ella temblaba mucho.

Aún así cerré mis ojos intentando relajarme.

No duro mucho porque mi celular empezó a vibrar.

De mala gana saqué el celular de mi bolsillo, no hacía falta prenderlo.

Nayeli:
Tenemos que hablar.

Quiero arreglar las cosas contigo.

Lo que hice está mal, lo sé y ahora me doy cuenta.

Te extraño mucho.

Perdóname, por favor.

Un fuerte suspiro salió de mí al leer esos mensajes.

¿Qué hago?

Empecé a escribir un texto donde decía:

No quiero saber nada de ti, borra mi número y no me escribas más.

Pero me detuve, borre cada letra y la remplacé por algo menos cruel.

Benjamín Castelblanco:
Esta bien.

Sentí que ella no merecía eso, pero a la vez no quería volver a tener relación alguna con Nayeli.

Fue tan miserable y descarada.

De pronto la música se apagó, y gritos se escuchaban cerca.

Me salí de la cama de mala gana y asomé mi cabeza por la ventana para mirar al patio trasero.

Un grupo peleándose contra otros.

Pero espera..., ese es Owen, junto con Ethan, y Alex, contra algunos amigos de Analia.

Dos personas estaban atacando a Ethan, uno a Owen y otro a Alex.

Mierda, le estaban ganando a Ethan.

Miré a Laura, ella estaba dormida, sin pensarlo bajé enseguida a ayudar.

Como pude me metí en aquel círculo donde estaban peleando, Ethan ya estaba en el suelo así que fui contra aquellos dos.

Lanzando un puñete al primero que ví, mientras que el otro me empujó, regresé a mirar y era el tipo que drogó a Laura riéndose, las ganas no faltaron y un puñete fue directo a su estómago, pero un cuerpo se abalanzó tumbándome bruscamente.

Intenté pararme pero una patada llegó a mi cara haciéndome virarla junto con un gran dolor.

Aún así me puse de pie, sintiendo como sangre de mi nariz resbalaba.

—¡Hijo de puta! —alcé la voz mirando al que me pateó.

La ira aumentó y me abalancé hacia aquel tipo que estaba en el video, lo tomé del cuello con una mano y con la otra lanzaba golpes a su cara. Su cara estaba quedándose plasmada en mi mente para tener que odiarlo.

—¡Eres un hijo de puta! —grité golpeando su cara cada vez más duro.

En un momento de distracción él se volteó y ahora yo estaba abajo aplastado por él.

Un puñete fue hacia mi cara, después otro, y no me dejé más, me impulsé y lo pateé haciendo que se alejara lo suficiente para pararme, y así lo hice.

Me aleje para tomar impulso y corrí hacia él, golpeando sus costillas y haciendo que retrocediera y cayera, intentó ponerse de pie pero una patada con todas mis malditas fuerzas fue hacia su estómago, y eso fue todo.

De repente la bulla regresó y mis cinco sentidos también.

—¡Benjamín basta! —gritaba alguien— ¡mírame por favor!, ¡estoy aquí, estoy aquí!

La voz de Analia, ella se paró al frente de mí.

—Tranquilízate —dijo ella tomando mi hombro y me quité de inmediato.

—No vuelvas a hablarme en tu puta vida —dije crudo—, lo que le hiciste a ella, también me lo hiciste a mí —terminé apartándome y notando que los tipos aquellos estaban siendo sostenidos por otros.

Yo sabía que Analia podría ser una víbora, sabía que ella odiaba a las niñas ricas como Laura, pero hablé con ella, le conté sobre Laura incluso, y aún así quiso meterla en drogas.

Ya no había pelea, o eso parecía, Owen estaba como si no hubiese recibido ningún golpe, a Alex le estaba sangrando el labio, sin embargo Ethan estaba peor, su nariz y labio estaba sangrando, mientras que su cara estaba roja y con algunos rasguños.

De un momento a otro sacaron a patadas a los amigos de Analia, mientras que intentaba contenerme para no hacer alguna estupidez.

La adrenalina no me dejaba sentir que los golpes en mi cara dolían, hasta que poco a poco iba desapareciendo y poco a poco el dolor iba aumentando.

Toque mi labio y definitivamente estaba sangrando por dentro, pero el sangrado de mi nariz ya había parado, aunque estaba doliendo como un culo. Después toque la parte que más me dolía, mi mentón, estaba magullado.

—¿Estas bien? —preguntó Ethan acercándose.

—Sí, eso creo —carcajeé de dolor—, ¿tú?

—Creo que tengo una costilla rota —se quejó con su mano tocando sus costillas caminando hacia adentro de la casa.

—Solo es el golpe, el hielo te aliviará —aconsejé.

Sé como se siente, el día de las carreras, cuando Laura estaba conmigo, los matones de Raffaele me pegaron, y casi todo mi cuerpo estaba de hematomas.

Entramos todos a la cocina sintiendo la mirada de todos, Owen fue directo a la nevera, Ethan y Alex se sentaron en la isla y yo me lavé el rostro con delicadeza porque estaba ardiendo, así quitando la sangre que estaba en mi cara.

—Voy a ver a Laura —informé recordando que estaba sola.

—Desde lejos —dijo Ethan—, sí te ve así se asustará mucho.

—¿Por qué? —me atreví a preguntar.

—Solo mírala desde lejos, sé porque te lo digo y hablo enserio —se enojó.

Mi cuñado es un bravucón.

Salí de la cocina hacia la habitación de Owen.

Y le hice caso a Ethan, así que solo abrí la puerta y desde ahí la miré, aún seguía dormida. No parecía que estaba mal, así que baje nuevamente a la cocina escuchando como nuevamente la música empezaba a sonar.

Owen me lanzó una bolsa con hielos y la agarré colocándome eso en las partes donde sentía que se me iba a hinchar.

(...)

Pedí a Owen que me dejara guardar mi auto en su garaje para ir con Ethan al hospital.

Le estaba doliendo mucho las costillas y estómago, ya que antes de que llegara le estaban pateando mientras él estaba en el suelo así que no se podía defender.

Laura seguía dormida, aunque había vomitado.

—¿Qué hacemos? —pregunte a Ethan.

—No quiero ir al hospital, ya en unos días se me quitará. Mejor me voy con Laura a casa —informó levantándose con delicadeza y haciendo muecas de dolor.

—Ni siquiera puedes pararte —le dije.

—Tengo que estar en casa con Laura antes de las dos si quieres que mi hermana vuelva a salir —atacó.

—Sigue bajando —le ordené sin dejarme intimidar—, ya bajo con Laura.

Hizo una mala cara pero bajó, mientras que yo cogí a Laura, llevándola en mis brazos, apenas sintió que la moví, porque estaba profundamente dormida.

—Gracias Owen, te debo una —le dije.

—Olvida eso —me dijo con una media sonrisa—, para eso estamos los amigos —recordó él y me seguí caminando—. Benjamín —me volvió a llamar y me di media vuelta—, cuídala —miró a Laura—, no la metas en esto, ella no lo merece —concluyó y acepté bajando mi cabeza y dirigiéndome hacia la salida.

Ella no lo merece.

Ethan estaba afuera de su auto esperándome.

Me abrió la puerta trasera y coloqué a Laura adentro.

—Las llaves —ordené extendiendo mi mano.

Ethan me miró de mala manera sin querer dármelas.

—Vamos, no puedes ni manejar de lo adolorido que estás —murmuré sin mentir.

Bufó pero me entregó las llaves subiendo de copiloto.

Mientras conducía el silencio nos invadía, nadie decía nada.

—Estás con mi hermana, ¿cierto? —preguntó cortante y no supe qué responder—. No me mientas, no soy ciego para no darme cuenta —agregó después de unos segundos.

—Tú mismo te respondiste —dije sin mirarlo.

—Eres su primer novio —dijo Ethan intentando hacer contacto visual.

¿Soy el primero?

Joder...

Seré directo —empezó él—, si tú estás con mi hermana es para hacerla feliz, para protegerla, aunque no hace falta eso porque yo ya la protejo con mi vida. Ahora, si tú le haces daño a mi hermana, si la haces llorar, o algo parecido, ni se te ocurra aparecerte por mi casa con flores, chocolates o serenata para que ella te perdone, porque yo mismo te sacaré a patadas —amenazó—, yo mismo le prohibiré a Laura a que siquiera te hablé o te miré, y es porque quien la merezca jamás —acentuó fuerte—, escúchame bien, jamás le hará daño. Estás advertido —agregó amenazandome.

—No le haré daño, confía en mí —suspiré.

—No —se exaltó—, no confiaré en ti porque soy hombre y sé como somos. No confiaré en ti porque Laura es mi hermana y no quiero que un imbécil la enrede. No confiaré en ti porque creo que nadie en este puto mundo la merece —concuerdo contigo—, nadie merece ver a través de ella, nadie merece ver lo débil que ella puede ser ante el mundo, nadie —acentuó sílaba por sílaba.

Tiene razón.

Nadie merece a una Laura Bell en sus miserables vidas.

Pero ella está aquí, conmigo, y yo no la estoy obligando a quedarse.

Ella está conmigo por su propia cuenta, y no la obligaré a irse.

Así que te jodes Ethan Bell.

$$$

Aaaaaaa

Imaginen que la última frase fue dicha por Benjamín con su voz toda ronca y sexy jajajajajaja.
😏

Disfrutenloooo.

Ya saben, síganme, comenten, voten y hagan llegar a mas personas este libro!

En fin, los aprecio demasiado ❤️

Besooos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro