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Capítulo 7


Voy directo a mi presa, Benjamín.
Cosita bella, cosita hermosa, prepárate.

—Laura, no creo que acepte —dio su opinión—, el otro año lo habían elegido a él y se negó rotundamente, le habíamos ofrecido puntos extras y aún así no quiso aceptar, es mejor que busques otra opción —contestó Alis seriamente.

—¿Por qué buscar otra opción? Lo quiero a él y mi opinión no va a cambiar —afirmé con disgusto.

—Porque el señor Castelblanco —suspiró— puede tener las mejores notas pero no es carismático, sus reportes son fatales, es problemático, cualquier cosa que le molesta no duda en reclamar —Laura Bell 2.0 pensaba yo— no es una persona adecuada para ti.

¿Por qué lo juzgan así? Ni si quiera lo conocen, bueno ni yo tampoco pero de todas maneras me molestaba, yo no era una santa y me decía que era carismática y por poco buena gente, cuando la realidad no es así, solo se fingir bien.

Me enojé.
—Pues creo que es inadecuado juzgar a una persona, y estoy segura que el aceptará, así que si él no es mi acompañante prefiero no salir, aún que mis padres tal vez se disgusten —enfaticé la palabra "disgusten", retándole mientras me levantaba de donde estaba sentada dispuesta a irme.

—Laura espera —volvió a suspirar— está bien pero si el no acepta no es mi culpa —cogió el teléfono llamando a alguien que inmediatamente contesto por el altavoz, iba a decir algo pero me callé.
—En que curso se encuentra el estudiante Castelblanco, Ana.
—Buenos días, en tercero a-c —afirmó la secretaria al otro lado de la línea telefónica.
—Gracias —dijo Alis para después colgar—. Vamos Laura —ordenó levantándose de su asiento y dirigiéndose a mi, que seguía parada.

Beneficios de que tu apellido sea reconocido, y que tus papás donen dinero al colegio, puedes tratar a la gente como te da la gana y con solo decir mi papá es "Jack Bell" te tratan diferente, como si fueras de la realeza; estaba mal, pero casi nunca lo hacía, solo cuando no iba a conseguir lo que quería tenía que recurrir a la técnica "Soy hija de los Bell Curie" funcionaba fácil y rápido, no tenías que esforzarte en absolutamente nada.

Así iba a empezar mi venganza.
Vamos a ver si después de que lo traiga loquito se sigue riendo de mi.
O si yo me empiezo a reír de él.

Primera regla básica de la vida:
No enamorarse de un "chico malo". Pensar que con actitudes "bonitas y comprensibles" lo puedes cambiar, es algo que lleva consecuencias y no son bonitas.

Segunda regla:
No porque alguien te de su mano quiere decir que está dispuesto a darlo todo por ti, tal vez está esperando a arrancarte el brazo. Nunca confíes demasiado.

Tercera regla:
Demostrar es mejor que explicar. En cualquier sentido.

Iba al lado de Alis cuando se detuvo en un curso que se encontraba en el último piso del colegio, exactamente en el tercero. No podía observar a Benjamín de donde estaba, Alis entró e inmediatamente todos se pararon y se callaron, ella saludó y se dirigió al escritorio de donde estaba el profesor que igual estaba parado, se acercó y le dijo algo al oído.

—Señor Castelblanco, lo solicitan —habló el profesor, no me daba ninguna materia así que ni idea de quién sea, pero más de 35 años no tenía.

Salió la rectora y atrás Benjamín, aún no notaba que yo estaba afuera.
Su cara fue como: ¿Qué mierda hice ahora?
Hasta que me vio, y ahora su cara cambio a sospecha.

Y yo estaba con mi sonrisa de boca cerrada de oreja a oreja.

El pendejo ni saludo.

—Laura, ya que tú lo propusiste, ¿Por qué no le dices tú? —Preguntó Alis parada frente a nosotros.

No iba a decirle "Benjamín papi chulo, el más hermoso de todos, ¿Desearías ser mi acompañante a un concurso?"

Iba a decirle algo así:
"Amor de mi vida, quiero unirme más contigo, quiero acercarme más a ti, sé que somos el uno para el otro, así que he decidido que tú seas mi acompañante para un concurso."
Cursi, ¿no?

—La verdad es que tienes que acompañarme a un concurso de belleza sobre el colegio, para ser exactos tú eres mi pareja en esa noche. Y no te estoy preguntando —hablé sin más, y Benjamín me miro con cara de confusión frunciendo el ceño.

—Necesito hablar contigo a solas —de inmediato jaló del brazo un poco, alejándome de la Rectora— ¿Cómo que tú pareja?, ¿es que acaso tu novio no es celoso? Elígelo a él —espetó con un tono un tanto duro.

Alce una ceja, mirándolo con cara de "¿wtf?"

—¿Qué mierda hablas? ¿De qué novio? —pregunté confundida.

—¿Lo estás negando acaso? Habló de tu novio Ethan —articuló enojado.

Pendejo.

—Ah, hablabas de el —afirmé con un tono tranquilo—, lo qué pasa es que el no estudia aquí y pues quería darme el gusto de conocerte por lo qué pasó en la discoteca, pero si, Ethan es mi novio —expliqué.

Si quería creer eso pues por mi mejor, solito saco sus conclusiones.

No dijo nada así que seguí hablando.
—Si ganamos, podemos ir a República Dominicana, y yo simplemente quiero conocerte Benjamín, me ofende que pienses que te estoy eligiendo como mi acompañante para hacer otras cosas —me hice la indignada.

—¿Qué gano yo con eso?

La pregunta del millón.
¿Qué ganará Benjamín con ser mi acompañante? ¿O qué perderá?

—Alis —la llamé. —¿Qué ganará la que quede en primer lugar?

—Un tour todo pagado para dos personas de cuatro días a Playa Bonita en República Dominicana, diez mil dólares en efectivo —los ojos de Benjamín se abrieron de par en par— cenas gratis, y ser conocido en la prensa.

—Y eso lo compartiría contigo —agregué sonriente.

Mi cara fue de: ¿En serio piensas desperdiciar cuatro días conmigo?

—Como quieran, da igual, acepto.

Facilito caíste Benjamín, facilito.

—Muy bien, entonces ustedes dos serán la pareja de este año, de sus presentaciones me encargo yo, más tarde vengan a recoger las reglas e indicaciones por favor —recordó Alis dándose media vuelta y desapareciendo por un pasillo.

"La pareja de este año"

—¿Indicaciones? —Preguntó Benjamín mirándome, alzando una ceja— A todo esto, ¿cómo estás tan segura de que ganarás?

Hasta la pregunta ofende.


—No es cualquier concurso, lo que quiero lo tengo, tú sabes perfectamente que ganaremos —afirmé guiñando un ojo, en tono de coqueteo.

Se rio. —Está bien, pero que sepas que no quiero nada, tengo el dinero suficiente para ir a donde sea, no necesito eso —se acercó a mi, y con su dedo pulgar pasó lentamente rosando mi labio inferior—, acepte porque quiero conocer tus intenciones, eres una diablita Laura, una diablita que quiere seguir jugando con el diablo y no me va a importar que tengas novio —acentuó haciéndome sentir débil.

—Tendrás todo el dinero del mundo pero no tendrás cuatro días a solas conmigo en una playa muy lejos de aquí, y mis intenciones son como las de un angelito, son tan pero tan buenas que llorarás —pasé mi mano por detrás de su cuello con la mirada fija hacia sus ojos hasta subir a su cabello jalándolo suavemente—. Te advierto que el que juega con fuego se termina quemando, y créeme que no seré yo.

Mi supuesto novio iba a ser un cuernudo.
Que triste.

—Mis pensamientos no se equivocaban, hace días atrás me reía de ti por tu actitud, en tus ojos no hay miedo pero si odio, te gusta retar a cualquiera que se te ponga al frente y sobre todo, nunca bajas la mirada —se acercó y me susurró al odio lo siguiente—, eso es lo que me llama la atención de ti, que no eres una miedosa ni mojigata —al susurrarme se me erizó la piel—. Pero recuerda, la primera impresión nunca se olvida, y tú ya me la diste en la discoteca —me dio un beso corto en la mejilla—.Te espero a la última hora en la cancha de tenis —y se fue sin opción de dejarme decir algo.

¿Miedosa yo? En muy pocas cosas que nunca sabrás querido Benjamín.

Mientras me dirigía hacia mi curso fui escribiendo un mensaje a Benjamín. No iba a ir a buscarlo, que venga el.

Laura Bell:
No voy a ir a la cancha de tenis, no soy tu muñequita de trapo, tú vienes a mi curso, segundo a-a, si después de 5 minutos no estás me voy.



Y aquí estaba, sentada adentro del salón escuchando hablar a la profesora Rachel, ni si quiera la escuchaba solo miraba como se movían sus labios, hablaba y hablaba hasta por los codos, solo me preguntaba ¿No se cansa de hablar y que la mayoría no le esté poniendo atención?
Todos estaban callados pero en su mundo, ¡hasta que por fin!

Sonó tres veces el timbre de salida.

Pero no, ella no se callaba, seguía hablando, dele y dele explicando no se que cosas.

—Alumnos, estamos a pocas semanas de culminar este año lectivo, por favor esforzarse y estudiar mucho, que tengan un buen inicio de semana.

Agarró sus cosas y se fue, por fin.

Metí todas mis cosas y salí de mi curso junto con mis amigas.

Todas quejándonos.

—Dios mío, esa señora no se calla por nada del mundo, habla y habla hasta.. —dijo Ángeles— por los codos —terminé junto con ella.

—Es verdad, parece que un muñeco parlanchín —suspiró Valentina.

—¡Es que me irrita! —alargue la última palabra virando los ojos— su voz es tan chillona, que quieres darte de golpes con lo que haya.

—¡Exacto! —dijeron Valentina y Ángeles con un tono de desagrado.

—Parece que Laura tiene un nuevo perrito faldero —exclamó Ángeles mirando a Benjamín que estaba a unos metros de nosotras, mientras se reía.

Casi la mato con mi mirada, por suerte el amor de mi vida no había escuchado eso.

—Cállate cállate —ordené—, el amor de mi no tan terrible vida me espera, muevan su sexy culo y nos vemos mañana, les escribo luego —informé alejándome de ellas sin opción de dejarles decir nada más, despidiéndome con la mano.

—Por poco y me petrifico esperándote, toma aquí están las hojas, te demoraste así que fui por ellas —me extendió su mano de mala gana con las hojas, mientras bajamos las gradas para ir a la salida.

—Un "Hola" no estaba de más —dije mientras miraba las hojas— ay no, ¿Tres hojas? —Lo mire con disgusto.

—Cinco si contamos las mías, y tú que dices si cuando rescate a tu amiga ni gracias me dijiste.

—A mi no me rescataste así que no debo darte las gracias porque por mi no has echo nada, aún —contesté grosera.

—Como digas.

Como que hace frío, ah no, es Benjamín.
Benjamín cara de culo24/7 Castelblanco.

—Antes que se me olvide, el viaje debe ser después de salir de clases, después no podré —informé con un tono más seco.

—Espera, ¿vamos a ir los dos? —preguntó deteniéndome antes de salir del colegio.

—Se supone que eres mi acompañante, ¿no? Son para dos personas, iremos los dos —dije obvia.

—Lo decía porque pensé que ibas a ir con tu novio —viró los ojos.

—Piensas mucho Benjamín —giré mi cabeza y vi a mi queridísimo hermano esperándome afuera en su carro—. Iremos los dos, te dije que quiero darme el gusto de conocer a una persona como tú, pero te dejo, mi novio me está esperando —alargué la última frase y enfaticé "novio" a propósito, sonreí y fui hacía el carro de Ethan que estaba al otro lado de la calle.

Antes de subirme lo regrese a ver y le guiñe el ojo descaradamente.

Ethan siempre apareciendo en los momentos más precisos.

—Hola mi queridísimo hermano —dije con emoción acercándome y dándole un beso en el cachete.

Igual Benjamín no podía ver nada por las ventanas oscuras del auto.

—¿Quién era ese? —Preguntó mirándolo.

Joder, siempre con sus celos.
Prendió el auto y arrancó.

—No era nadie Ethan, no empieces. Tengo algo que decirte, algo muy importante —seguía feliz molestando a Ethan, tocando con uno de mis dedos su cara.

—Suéltalo, sin anestesia.

No le importaba que le molestara tocando su cara así que seguí.

—Tú hermana guapa, hermosa, preciosa, participará en un concurso de belleza representando al colegio —solté con emoción—. Y obviamente ganaré.

Ethan ni se movió, seguía conduciendo. —Sí ya sabía, pero tú sabes que no me gusta eso, muchos babosos te miran.

Mi cara fue de confusión. —¿Cómo que ya sabías?

—Mamá se enteró y está en la casa esperándote con un diseñador. Yo de ti mejor no aceptaba —aconsejó Ethan con indiferencia.

—Ay no, sé que para algunas cosas es exagerada pero ¿con un diseñador?

—Debes de verlo tú mismo —se burló.

—No, no.

—Estas semanas van a parecerte un infierno, por eso mejor no aceptabas, tú sabes como es ella —Ethan seguía burlándose.

Dios mío. No había pensando en eso, ella debe estar trayendo hasta a la primera dama.

—Por eso vine a verte, ella me dijo que te recogiera para que vengas directo a casa y no te quedes por ahí —me informó Ethan.

—Se cancela todo, ya no voy a participar en nada —dije cruzándome de brazos y apoyando mi espalda en el asiento.

No Laura, piensa en Benjamín.
Decía mi conciencia. A veces tenía a un ángel hablándome al oído derecho y a una diabla hablándome al izquierdo.

Después de un rato hablando con Ethan sobre lo loca que es nuestra madre llegamos a la casa.

Hasta miedo me dio abrir la puerta principal para ver que me encontraba.

Pero lo hice, y me encontré con unas cuantas personas y mi mamá dando indicaciones.

—Hasta que llegaste cariño —habló mamá acercándome donde estaban todos—. Les presento a mi hija, Laura Bell.

No estreché mi mano, solo salude con la mirada.

Cada uno se presentó.
Estaba la empleada (Rocío) que solo saludo, una masajista, un manicurista, y como dijo Ethan, un diseñador.
Dios mío.

Quise hablar pero no me dejó.
—Sé que estarás estresada con todo esto y es lo que menos queremos, así que contrate a una masajista, la empleada estará a tu disposición siempre, también quería que el manicurista arreglara tus manos, están desastrosas Laura, y Víctor tomará tus medidas para que comience a realizar el vestido que usarás, únicamente para ti, y te enseñará a cómo deben caminar y posar tu acompañante y tú, a propósito, llámalo debe de estar aquí en media hora.

Joder, y ni siquiera quiero imaginarme el día que sea el concurso.

—¿Para qué? —pronuncie tratando de no ser grosera.

—Para que de igual manera Víctor le tome sus medidas, debe hacer un vestuario que quede acorde con tu vestido, cariño —respondió sin problema..

Ethan se reía atrás de nosotros, seguía parado en la puerta.
Dios mío, ahora si que se me va a caer la cara de vergüenza con Benjamín.

—Querida, por favor quítate ese uniforme y ponte una ropa más cómoda —ordenó el diseñador con un tono amable pero su voz era un poco chillona.

No dije nada y solo subí hacía mi habitación, quedé sin palabras.

¡No sé que decirle a Benjamín!
Bueno, es mejor traerlo con mentiras.

Laura Bell:
Benjamín, ¿puedes venir a mi casa? Es importante.
De inmediato respondió.

Benjamín Castelblanco:
¿?

Laura Bell:
Solo ven, pero ponte una ropa cómoda. Tienes máximo media hora.
Ubicación.

Benjamín Castelblanco:
No puedo, estoy ocupado.

Laura Bell:
Es que en serio necesito que vengas. Te espero.

Por suerte Ethan no tardaba en irse a donde papá.


$$$
Holaaaaa.
Nuevamente gracias por el apoyo que estoy recibiendo de ustedes, mis lectores.❤️

Si les está gustando el libro no olviden recomendarlo, me ayudarían mucho.

Besooos

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