Capítulo 5
Benjamín
Laura, una mocosa, me dijo a la cara que soy sexy e hijo de puta.
Recordar a Laura bailar de esa forma sin que le importase nada, me sorprendía y a la vez me prendía, pero estaba borracha... No creo que estuviese consiente de lo que hacía, ni amigos somos, creo que hasta me odia.
Pero no fue hasta después que me di cuenta que Laura había tomado, solo pude maldecir por no darme cuenta antes. Tampoco quería aprovecharme de ella en ese estado. Verla bailar de aquella forma, moviendo su cuerpo, cada movimiento que hacía era perfecto, sabía mover sus caderas minuciosamente al ritmo de la música, eso hizo que fuera directamente hacia ella, como un lobo a su presa, al mirarla tan cerca admiré lo hermosa que estaba, Laura es hermosa y solo hasta ese momento me había dado cuenta, sus pestañas eran negras, largas y viradas, sus ojos miel miraban los míos y eran fuego, su mirada era indiscreta, la miraba con deseo y ella igual, sus labios carnosos con un poco de labial color rojo que le quedaba tan bien, su cabello castaño, su cintura, su culo hecho por los mismos dioses, sus pocas pecas, su maquillaje era casi inexistente, no era tan elaborado, ella es hermosa y lo sabe.
Creí haber estado en el cielo por un instante cuando nos besamos, o tal vez en el infierno, pero si ese era el infierno no me importaba quedarme.
Tampoco negaré que Laura tiene un culo para morir.
Ella esta buena, y no es mojigata, eso me gusta de ella.
Tenía que encontrar a sus amigas sí o sí, no aguantaría las ganas de comérmela, pero no en ese estado, si vamos hacer algo que este en sus cinco sentidos por lo menos.
Supuse que estaban bailando porque en los sofás o en la barra no estaban, al primero que vi fue a un tipo que estaba acompañando a Laura al principio, lo mire de arriba abajo y no era la gran cosa, no me llegaba ni a los talones, sonreí triunfante, inmediatamente vi a Valentina, parecía la que menos había tomado, me acerqué a ella sin importar con quien estuviese, y vi como se tensó y ruborizó.
—Puedes venir un rato —pedí y me miró con una cara confusa— Laura está borracha.
Valentina por unos segundos se quedó paralizada y después movió su cabeza acertando.
—Espera llamó a Ángeles, ella sabrá que hacer —me lo hizo saber.
Lo hizo y me dirigí hacia Laura con sus amigas atrás de mí y con sus amigos más atrás como guardaespaldas.
Su otra amiga se me acercó con una cara de pocos amigos.
—¿Qué mierda le diste Benjamín? —me quiso empujar pero no retrocedí ni un paso.
No hice ningún gesto.
—No le he dado nada —respondí odioso—, ella ya estaba borracha cuando se fue conmigo, solo le di algo para que se ponga mejor.
No dijo nada y solo se acercó a Laura mientras que los demás estábamos al frente de ella. Maldijo por lo bajo.
—Benjamín ven —ordenó y me acerque a ella de mala gana— ¿Qué le diste exactamente? —preguntó su amiga mirándome directamente como si me quisiese matar.
El bartender interrumpió. —Es para que se le quite la borrachera, en unas horas tal vez.
—Además ya vomito, eso le pondrá mejor —articulé con mi mirada desafiante ante su amiga.
—¡Que estoy bien! —gritó Laura haciéndonos espantar a todos.
El tipo ese que estaba con Laura se acercó y le agarro los cachetes.
Ridículo. Fue lo único que pensé.
—Tranquila preciosa, sé que tú estás bien —Laura lo miro sin reacción alguna, lo empujó pero él no se dejó, y después con sus manos en su cara la beso.
Como la podía besar, estaba borracha y ella no quería.
Me tensé y apreté los puños, Laura lo empujó fuerte y él se cayó, solo eso bastó para que en dos segundos yo estuviese levantándole y estampando un puñete en su cara. Todos se asustaron.
—¡Imbécil! —alce la voz.
Retrocedió un poco levantando la mirada y mirándome con odio. No podía hacerme nada, yo era mucho más alto.
Me dan asco los tipos como él.
—¡¿Qué sucede con ustedes?! —gritaba Laura con enojo y se levantó de donde estaba sentada tambaleándose un poco. Antes que se cayera o algo así su amiga la agarro volviéndole a sentar— ¡Te dije que no quería nada contigo Daniel!, ¡lárgate!
Intento acercarse otra vez a Laura y la rabia me invadió.
—Que no ves que no quiere que la toques, ¡lárgate! —lo empuje haciendo que retrocediera y vi como en sus ojos reflejaba el miedo que me tenía.
—Ya Benjamín tranquilo —aconsejó Valentina tomándome del brazo.
Los otros dos tipos se acercaron, conocía a uno de ellos, Alex.
—Es mejor que te vayas —aconsejó Alex mientras le tocaba el hombro a Daniel.
—¡Suéltame! —gritó Daniel, no dijo nada más y se fue.
Se había creado un momento de tensión entre todos.
Me acerqué a Laura.
—¿Estás bien? —pregunte sonando rudo.
—¡Que si estoy bien! —alzó la voz— No debiste haber hecho eso, yo podía con él —dijo Laura trabándose por el alcohol mientras que su mirada no veía la mía.
¿Por qué no me veía?
¿Estaba avergonzada?
Porque yo no lo estaba, la palabra vergüenza no existía en mi diccionario.
El celular de Laura empezó a sonar, lo llevaba en un bolso pequeño, su cara cambio totalmente, se asustó.
—Ángeles, es Ethan —miró con una cara de temor a su amiga mostrándole su teléfono.
—No digas nada, quédate callada —ordenó Ángeles arrebatándole el celular a Laura, enojada.
¿Quién era Ethan? ¿Era su novio? ¿Tenía novio?
Y yo que hace un momento quería llevármela a la cama.
Me acerqué más para poder escuchar mejor pero el alto volumen de la música no me dejó escuchar nada solo lo que decía su amiga, Ángeles.
—Hola Ethan, soy Ángeles ¿Qué pasó?... Laura está bailando y yo me quede con su celular —se quedó callada por un momento analizando que decir—. Mmm si ya la voy a ver, llámala en 10 minutos —colgó.
—¡Como que en 10 minutos Ángeles! No no Ethan va a sospechar y va a venir, lo conozco —Laura estaba asustada, se notaba en sus ojos.
¿Le temía a su novio? ¿Quién era el tipo ese?
—Necesita que se refresque, primero debe tomar bastante agua, también mojen un poco su cabeza y después sáquenla afuera a que se refresque. Con eso estará mejor —hablé sin expresión en mi rostro, parecía la persona más fría del mundo.
—Ethan va a venir en menos de una hora, o tal vez ya este por llegar así que aún tenemos tiempo, vamos Laura camina —ordenó Ángeles con cara de pocos amigos mientras Laura se levantaba.
—Me voy no tengo nada más que hacer aquí —me acerqué a Valentina y me despedí con un beso en la mejilla. Ella me había escrito amablemente en la tarde a agradecerme por haberla ayudado, tampoco soy tan hijo de puta para dejarla ahí. No tenia nada más que hacer en ese lugar, no iba a esperar que llegase su noviecito a llevársela.
—No Benjamín, espera... —dijo Laura mientras regresaba a ver con alguna esperanza de que me ruegue— ...es que tú sabes que hacer si me pongo peor.
Pensé que iba a decirme que me quede con ella...
Pero si apenas nos conocemos.
—Al parecer ya estás más que bien, tú novio sabrá que hacer, no me necesitas —mencioné, estaba cabreado porque estaba siendo "el otro", aunque no importaba.
Miro con una cara confusa y no deje que me dijera más, apenas me di la vuelta me marché desapareciendo por la multitud que estaba bailando.
Alguna que otra persona me saludaba mientras salía pero no me importo.
Me sentía usado por primera vez, Laura tenía novio y tal vez peleó con él y se quiso desquitar, no era que me sentía mal, nunca me siento mal y peor por una persona que ni conozco; pero ser usado por una mocosa, sería al revés yo usaba a las personas a mi antojo o a mi beneficio, y ahora eso habían hecho conmigo, no pude evitar soltar una carcajada.
Las vueltas que da la vida, pero no me importa, la pase bien, y si ella quiere jugar con el diablo pues yo encantado.
Ya no había nada de bueno, más tarde todos se iban a alguna casa a prenderse más o a drogarse pero yo pasó, prefiero descansar para mañana que será un gran día.
Pero primero quiero ir a donde Nayeli, a quitarme estas ganas que traigo desde lo qué pasó con Laura, Nayeli es mi amiga... amistad no era la forma correcta de llamar a lo que teníamos, más bien era algo así como mi novia no oficial o amiga con beneficios.
Y si que había beneficios, grandes beneficios.
Benjamín Castelblanco:
¿Estás ocupada? Estoy yendo a tu casa, no aguanto más las ganas de verte.
Ella respondió de inmediato.
Nayeli:
Ven, te espero, yo también quiero verte, amor.
Salí inmediatamente subiendo a mi auto y dirigiéndome a casa de ella, por suerte vivía sola.
Laura
Me sentía fatal, cada cosa que miraba daba vueltas, por suerte ya no me sentía tan mal después de salir a refrescarme.
No entendí el porqué Benjamín se fue de esa manera, parecía enojado, pensó que Ethan era mi novio, pero que le iba a hacer, era mejor que se haya ido. No me importa.
—Que estúpida que eres Laura, como vas a ponerte a bailar así con Benjamín, ¡con Benjamín! —gritó Ángeles virando los ojos y casi gritando.
Estábamos afuera en las barandas de metal apoyadas, yo con una botella de agua, Ángeles a mi lado derecho con un vaso de no se que y Valentina a mi lado izquierdo con sus manos entrelazadas. Los dos chicos estaban sentados en una mesa un poco lejos de nosotros. No hacía falta gritar ya que ahí la música era más baja y podíamos hablar normalmente.
—Me vale —solté sin importancia—, hice lo que quise y él no puso pero, así que da igual si haya sido con él o con otro —no las miraba a ninguna, mi mirada estaba fija en aquel río.
—Todo el mundo te vio —recordó Ángeles.
Valentina quiso decir algo pero la interrumpí.
—¿Y? A mí no me importa que todo el mundo me haya visto —vire mi cara hacía donde estaba ella, mirándola fijamente—, Ángeles tú sabes como soy, no me importa lo que digan sobre mi, me importa todo una mierda, menos ustedes, pero yo nunca te impuse o te prohibí algo, así que espero hagas lo mismo conmigo porque sabes que aunque me prohíbas algo voy a seguir haciéndolo —respondí grosera.
—En realidad es cierto, nunca nos has prohibido algo, y yo entiendo tu actitud Laura pero Ángeles solo se preocupa —se integró Valentina.
—Son mis decisiones, yo veré que hago —dije de mal genio.
—Sí, tienes toda la razón, son tus decisiones, mejor olvídalo —escupió Ángeles.
Sonó mi teléfono, era Ethan nuevamente, me aleje un poco de ellas para contestar, ya me sentía mejor y casi en mis 5 sentidos.
—¿Por qué no me contestaste antes? ¿Dónde estabas y con quién? —preguntó hablando rápido.
—Hey tranquilo policía —alargue "policía"— estaba bailando y deje mi celular con Ángeles porque me estorbaba.
—¿No estas borracha Laura? Te escucho rara —mencionó—. Pobre de ti que estes borracha, pobre de...
Lo interrumpí. Ethan era el mejor descubriendo mentiras, pero yo era excelente en decirlas.
—Que borracha ni que nada, estoy bien, ni tome nada, apenas unos dos shots, ¿para qué me estas llamando? Aún ni la una es, así que no molestes si me vas hablar en este tonito —soné grosera.
—Porque ya no tengo más que hacer así que en 5 minutos estás afuera y soy tu hermano mayor, así qué haces lo que te ordene —alzó la voz, el también estaba enojado.
Mierda, no iba a ponerme a pelear con Ethan, pero no quiero preocuparme, si lo hago él se va a dar cuenta y ademas ya estoy bien, puedo caminar por mi cuenta y sin tartamudear.
—Ajá claro, ya voy a ir saliendo.
Colgué y fui donde mis amigas.
Ninguna traía alguna chompa o algo, se supone que era verano pero el viento corre fuerte aquí donde estamos, era un lugar estratégico para cuando te querías refrescar, pero ya me había refrescado mucho y ya tenía algo de frío.
—Hey —llamé a Max y a Alex, como corderitos vinieron a donde estábamos las tres.
—¿Estas bien? —preguntó Max.
—Sí, estoy mejor. Me tengo que ir, y no se si ustedes ya quieren irse para que vengan conmigo ya que vinieron en el carro de Daniel y el tonto ese se fue —afirmé.
Se miraron entre ellos.
—Aun está temprano, pero si Valentina quiere irse la acompaño, no tengo problema —alzo los hombros Max.
Vi como por un momento ella se ruborizó y poco y sonrió tímidamente.
Ay Valentina, no te ilusiones fácil. No quiero verte llorar de nuevo.
—Si, lo mismo digo, yo no tengo problema en llamar a que vengan a recogerme y de paso les dejo en sus casas —contestó Alex.
Valentina se apegó con Max. —Yo aún no quiero irme.
—Estoy bien —respondió Ángeles, por su tono de voz seguramente estaba cabreada.
—Entonces que la pasen genial, yo si me tengo que ir y es mejor, no quiero tomar más y después tener que estar gateando o arrastrándome en esta discoteca —me reí y ellos igual, me fui despidiendo de cada uno con un beso en la mejilla— ojalá haya otra salida pero sin él tonto de Daniel —torcí mis ojos, aún no creía que me había besado con tanta libertad que nunca se la di, imbécil.
—¿No te acompañamos afuera?
—Nehh, estoy bien —giñe mi ojo y me fui.
Apenas salí Ethan estaba afuera y no había ni rastro de Benjamín.
—¿No piensas bajarte y abrirme la puerta? —mire a mi hermano cruzada de brazos que estaba adentro del auto.
—Súbete rápido Laura, no estoy de humor —soltó grosero.
¿Qué paso para que mi hermano estuviese con ese humor?
Subí al auto.
—Alguien más caballeroso que mi hermano no existe —dije sarcásticamente haciéndolo notar—. Esta noche alguien llamado Ethan no recibió lo que quería y por eso esta cabreado —reí.
—No quiero desquitarme contigo.
No dije nada y solo conecté el Bluetooth del carro a mi celular.
—Antes que me olvide, sóplame Laura —pidió.
Mi corazón se paralizó por unos segundos.
—Ya te dije que si tome un poco Ethan —dije haciéndose notar mi mal genio.
—Que me soples dije —me miraba con una cara de pocos amigos.
Estaba más enojado de lo que pensé.
—Okey okey, cuidado me matas.
Ethan se acercó un poco a mi boca y soplé poco.
—¡Sopla duró Laura! —gritó.
Me espantó y sople más duro sintiendo como el corazón se me iba a salir.
Ethan se acomodo en su asiento y empezó a conducir.
—Más te vale que no hayas fumado porquerías —dijo Ethan desacelerando y cambiando de marcha.
Con que eso quería saber.
—Qué bobadas se te pasan por la mente, no haría eso —dije mirándolo aunque él no me veía.
Busque en mi teléfono y coloqué una canción; Big city blues-Lil Peep.
—Tú claramente sabes que puedes hacer y que no —empezó nuevamente a aconsejarme—, sabes con que tipo de personas meterte y con quienes no, tú no eres ninguna tonta Laura, tú y yo sabemos que tú claramente sabes diferenciar muy bien entre lo bueno y lo malo —realmente Ethan estaba cabreado, por poco me gritaba, hasta que bajo la voz hablando como una persona civilizada—. Estoy confiando en ti, yo pongo mis manos al fuego por ti, eres y serás la única mujer en la que siempre confiare, Laura, por ti doy mi vida.
Ya saben de donde saque mi bipolaridad y el ser tan directa.
—¿Por qué me dices eso? —pregunte extrañada.
—Porque si, porque es la verdad, si no hubiese llegado un cuerpo diminuto cuando tenía nueve años, mi vida sería otra, sería amargada y fea —respondió.
Ethan aceleraba más y más, íbamos a 120 km, algo le pasaba.
—Ethan yo te amo —hablé con un tono tranquilizado y honesto—, y tú eres lo mejor que pudo darme la vida, el mejor hermano del universo entero. Sé que recuerdos trae eso a tu mente, pero estoy aquí, llegue a tu vida a matarte de iras y para que seas feliz.
Sonrió.
—No quiero irme de la casa aún, no quiero dejarte sola. Aún te faltan muchas cosas por recorrer y quiero entrar a tu lado —confesó.
—No me estarás dejando sola —respondí—, me dejarás con papá y mamá, y ¿por qué estás pensando en irte de la casa? Aún no es momento para pensar en eso —reproché.
—Es lo mismo dejarte con ellos, es como si te dejara sola, no quiero que tú pases por lo que pase yo Laura —su tono de voz cambio.
$$$
Holaaaaa mis amados lectores❤️ ¿cómo están? Espero se encuentren muy bien :)
Es la primera vez que narra Benjamiiiin!!!
Me ayudarían mucho si recomiendan este libro, comentan y votan, con eso me dejarían saber que si les está gustando lo que escribo.
❤️
Mil mil disculpas por algunas faltas ortográficas. :(
Besooooos.
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