Capítulo 47
Hola! Les habla la autora de este libro :3, para decirles que coloquen su mejor playlist de música para llorar..., este capitulo es el final...
Vi la captura de pantalla impresa del chat de ella con Benjamín.
"Es una niña consentida".
"Ella debe caer, es una niñita, será fácil enamorarla".
"Te apuesto a que la niña de papi y mami cae directo a mis pies".
"Ella es mi salvación".
"No será ningún disgusto enamorarla".
La fecha de esas conversaciones era en mayo, un mes antes de conocerlo.
Pasé a la otra hoja sin importar lo que estaba sintiendo.
"A toda costa voy a hacer que se enamore de mí".
"La voy a traer loquita de amor por mí".
"La niñita de mami y papi será mía".
"Las chicas como ella solo buscan atención, y yo se la daré".
Todas esas frases las dijo Benjamín.
Con el corazón en la garganta pasé a la otra foto.
Más capturas confirmando que Nayeli estaba diciendo la verdad.
Cada una de ellas me destrozaba un poquito por dentro. Pasé a la ultima hoja.
Unas fotos de ellos dos, al parecer en las carreras y en la bendita casa vieja.
Otra vez volví a la primera hoja, releyendo para confirmar si mis ojos no me estaban traicionando, y pues no.
Ya sentía que mi corazón se estaba rompiendo.
—Déjame ver la conversación en tu teléfono —ordené con miedo.
En mi mente estaba suplicando que todo solo sea otra mentira, porque creo que no aguantaré esto, ya no aguantaré más sufrimiento y mentiras, y terminaré derrumbándome y cayendo.
Tenía la esperanza de que eso sea editado.
Nayeli sacó su teléfono, lo utilizó y después de un minuto de buscar la conversación me lo dio.
Mis manos empezaron a temblar cuando empecé a confirmar que las capturas que acababa de leer eran verdaderas, verifiqué el numero de Benjamín y sí, todo es verdad.
Todo lo que acababa de ver y escuchar era verdad. Y aunque mi amor por él me decía que eso es falso, mi cerebro no concordaba.
—Por esa razón Benjamín aguantó todo al principio, un hombre como él no se hubiera quedado a conquistarte, y a toda costa tenía que enamorarte, todo este tiempo te utilizó y no le importo ponerte en peligro para que a él no le hicieran nada. Laura —me llamó pero yo estaba perdida, asimilando que todo fue una farsa—, Benjamín solo está utilizándote y poniéndote en peligro. ¿Recuerdas cuando casi te violan en aquella casa vieja?, Benjamín tiene la culpa —lo acusó—, porque no tenía que dejarte sola en aquel lugar que él perfectamente sabía que te podían hacer algo, que te podían violar, matar o secuestrar por ser la hija de un hombre rico. Él tiene toda la culpa de todo lo malo que te ha pasado —concluyó dejándome sin palabras. Tomó su celular y buscó algo más—, esto es un audio donde Alex lo confirma todo.
Empezó a escucharse el audio.
"—Nunca pensé que al tonto de Benjamín le haya salido bien el estúpido plan que tenían ustedes dos eh. Presume a la niñita esa con todos —dijo Alex.
—Yo le ayudé y el estúpido de Benjamín me hizo a un lado después de todo. Y tú sabes que tiene que dejar en claro que ella es solo de él —habló Nayeli con remordimiento.
—Es que hasta yo me hubiera enojado si me haces creer que vas a tener un bebe mío y después enterarme que todo era mentira —carcajeó—, que idiota fue Benjamín en creerte, pero, ¿cuánto dinero le sacará a su noviecita? —bufó—, mierda, debiste darme a mí la idea y yo con gusto me metía con Laura, y es que que cuerpo que se carga la niñita esa —morboseo.
Nayeli rio —Yo quería ayudar al malagradecido de Benjamín, no a ti, tu eres un patán —volvió a soltar una risa—, en cambio Benjamín sabe ocultarlo muy bien, mira como la tiene a ella, le dio un anillo para que siga creyendo sus mentiras —se burló.
—Tranquila —soltó Alex—, yo sé que algún día se le cae el teatrito y verás como va a terminar Benjamín.
—¿Crees que si ya no esta metido en la familia de esa niñita le hagan algo? —preguntó ella.
—Tal vez sí, tal vez no, eso no debería importarte al fin de cuentas.
—¿Lo pueden matar?
—Nah —respondió sin importancia—, ya no es importante, o bueno si vuelve a competir creo que sí puede terminar en el hospital, ya es cuestión de él si se quiere volver un niño de papi y mami como su noviecita o seguir compitiendo —se excusó".
La grabación terminó.
—Lo siento pero tenías que saberlo —dijo cogiendo sus cosas—, él se burló de ti todo este tiempo —dijo por ultimo caminando hacía afuera.
No sabía que pasaba conmigo, de pronto mis manos temblaban y no podía respirar, me estaba ahogando. Mis ojos se llenaron inmediatamente de lagrimas.
Sentí la mano de Alessandro en mi hombro, y no lloré, logré respirar fuertemente haciendo caer unas lagrimas por mi mejilla.
—¿Por qué? —solté con profundo dolor.
—Yo no quería que él siga burlándose de ti, y que tu te sigas enamorando más y más de alguien que no te merece —respondió.
—¿Eso querías?—pregunté sin poder aguantarme las lagrimas—, tú querías verme sufrir, verme llorar, pues ahí lo tienes —solté levantándome bruscamente y corriendo hacía mi cuarto a encerrarme.
Jamás había sentido un dolor como el que me invadía ahora. Y todo eso es porque estoy enamorada de él, enamorada de alguien que pudo destruirme en minutos.
—¡¿Por qué?! —grité con dolor y rabia, tomé lo que pude ver y lo tiré hacia las paredes del cuarto mientras amargas lagrimas caían rápidamente de mi rostro— ¡AAAA! —grité lo mas fuerte que pude aventando cosas—, ¡Dios¡, ¡¿por qué me haces esto?! —continué—, ¡ESTABA TAN FELIZ!, ¡tan feliz y se acaba todo!
—¡Laura abre! —gritaba Alessandro desde afuera.
—¡TE ODIO! —grité con todas mis fuerzas—, ¡LOS ODIO A TODOS! —continué llorando porque ya no podía aguantar más.
Mi pecho ardía cada vez más, no podía creer que el hombre al que yo amaba se estaba burlando de mí todo este tiempo.
No podía creer que todo lo que prometió era falso.
No podía creer que todo este tiempo llevaba de farsa un anillo con una promesa que no se cumpliría.
No podía creer que todos los besos, los abrazos, las palabras bonitas, todo eso era parte de un plan.
No podía creer que él tuviera la culpa de que aquel hombre casi abuse de mí.
Pero tengo que hacerlo, tengo que creer que todo lo que Benjamín hizo fue parte de un plan y en realidad yo fui la única que terminó enamorándose, la única idiota que creyó en sus palabras bonitas...
Pero no puedo, no puedo con esto, ya no puedo aguantar más dolor...
No puedo aguantar esto, él era casi todo para mí.
Él era a quien acudía cuando sentía mi mundo derrumbarse. ¿Ahora a donde quien voy?
No puedo dejar de llorar, mi pecho duele y quiero que este dolor que me está matando desaparezca.
Ya no quiero sentir dolor más.
—¡¿Por qué?! —repetía una y otra vez. No lograba entender el porqué de cada vez que estaba logrando ser feliz había algo que lo arruinaba todo—. No quiero seguir sintiendo esto —lloraba desconsoladamente—. ¿Por qué me haces esto?
Quería con todas mis fuerzas no tener sentimientos.
—Ya no quiero sufrir más —sollozaba—, ya no.
—Por favor, Laura abre —decía Alessandro atrás de la puerta.
—Déjame en paz —pedí sin poder controlar mi respiración.
Y de pronto mi teléfono sonó, Benjamín.
Contesté sin decir una sola palabra.
—Te estoy esperando amor —dijo él.
No podía decir palabra alguna, me dolía más el pecho escuchando su voz. Solo se escuchaba mi llanto.
—¿Estás llorando mi pequeña diablita?, ¿está todo bien?, ¿voy a tu casa? —preguntó él.
Tomé aire. —No quiero volver a verte en mi vida —sollocé—. Te odio y te odiaré toda la vida Benjamín —colgué.
No necesitaba explicaciones, tampoco las quería, ya no más mentiras.
Lo bloqueé, no quería mensajes suyos explicando el porqué me había engañado todo este tiempo, para eso no hay explicación justificable.
Coloqué música y subí a todo volumen, no quería escuchar a Alessandro suplicando que abra la puerta de fondo.
Caminé hacia mi cama y me acosté acurrucándome.
—Todo se acabó —acepté mi triste realidad.
Cerré mis ojos e intenté dormir, dormida desaparecería mi dolor.
Después de dormir abrí mis ojos que ardían por haber llorado, amargamente me di cuenta que no era un sueño lo que había pasado hace dos horas.
Intenté mantenerme fuerte, pero el imaginarme que nada de lo que viví fue verdadero no me dejaba.
Recordé la botella de alcohol que estaba cerca, caminé hacia a ella y vi el desastre que había causado, vidrios rotos por todos lados, pero no me importó. La abrí y bebí directamente, pero estaba un poco caliente, no dudé en bajar a la cocina por hielos, Alessandro ya no estaba en la casa, me encontraba sola, aseguré la puerta principal y subí a bajar la botella junto con los parlantes de mi cuarto, los conecté, puse la música y se empezó a escuchar por toda la sala.
Serví alcohol en mi vaso con hielos, y por supuesto, empecé a desahogarme bebiendo.
"Porque odiarte no me sirve y quererte me esta matando"
Elizabeth Santillan
—Basta de llorar por quienes no te merecen Laura —me dije a mi misma mientras tomaba un sorbo del fuerte alcohol—. No merecen ni una maldita lagrima.
Ni beber alcohol me impedía pensar en todo lo que habíamos hecho juntos.
Una de las principales cosas que significó mucho para mí, fue que él me ayudo alejando todos esos malos pensamientos que mi madre algún día sembró en mí, me ayudó a comer saludablemente, me apoyó siempre, en cada cosa estuvo ahí, haciéndome feliz. También hizo tantas falsas promesas, juró en vano y me mintió.
Pronto todo empezaba a tener sentido, la conversación que escuché aquel día que me drogaron, aquel lugar escondido, el temor de Benjamín porque esté en las carreras...
Serví mas alcohol y me lo tomé. —Me engañaste tan bien Benjamín —me reí de mí. Comencé a ver todas las fotos que teníamos juntos y las fui eliminando de una en una, cada recuerdo de él quería borrarlo, la traición y el amor que le tengo me hizo de nuevo llorar, eso no impidió que continúe borrando cada foto donde estaba él.
Fotos del campamento, del concurso, en fiestas, cuando fue a visitarme a Londres, las fotos familiares donde también salía él o que cualquier persona nos tomaba desprevenidos, como la que nos había tomado hoy Vicenta..., dolía ver y recordar cada uno de esos momentos que no se volverán a repetir.
Continué bebiendo e intenté hacerme la fuerte, pero solo me engañaba a mí.
Buscando entre recuerdos aun no encuentro el momento donde me enamoré de ti, ni cuando te empecé a querer, mucho menos cuando empecé a sentir la necesidad de siempre tenerte a mi lado, porque me gustaba tu compañía, como me hacías sentir con cada abrazo, cada palabra, cada beso, me enamoré de tu forma de ser, de tratarme, de pensar, de comprenderme, de mimarme, me enamoré de un Benjamín que creaste solo para mí, porqué en realidad solo fue una fantasía. Creí conocerte lo suficiente como para no pensar en que de una u otra manera me harías daño, pero sí, a la final no te conocí, jamás lo hice, porque si lo hubiera hecho jamás me hubiera enamorado de ti. Y ni hablemos de que ponía mis manos al fuego por ti, de que hubiera dado mi vida por ti..., por una persona que desconozco totalmente.
Limpié las lagrimas de mi rostro y saboreé lentamente el vodka de mi vaso, pero los pensamientos no se iban...
Iban y venían flashbacks de mi infancia y adolescencia, recuerdos que pensé que ya había sanado.
Flashback:
"—Ellos no vendrán, ¿cierto? —dije a Ethan con los ojos llorosos. Era mi decimo cumpleaños.
—Vendrán después, están trabajando Lau —se colocó a mi altura—, ¿quieres soplar las velitas ya o esperaremos a mamá y papá? —acarició mi cabello. De mis ojos cayeron dos pequeñas lagrimas que Ethan intentó limpiar—. No llores mi pequeña Lau, he intentado que este día sea el más feliz para ti —confesó y me abalancé a sus brazos".
Fin del flashback.
No lloraba únicamente por Benjamín, lloraba por todo lo acumulado por años.
Seguía deseando que todo esto fuese una pesadilla, porque este dolor acabará conmigo.
Cerré los ojos con fuerza, haciendo que caigan las lagrimas que se acumulaban. El timbre de la casa me asustó, veces seguidas timbraron, sabía que era él.
Mi corazón empezó a latir mas rápido cuando escuché su voz, y mis manos empezaron a temblar.
—Laura —dijo con un hilo de voz atrás de la puerta—, por favor necesitamos hablar.
Limpié las lagrimas que estaban a punto de caer, pausé la música y caminé a abrir la puerta, con un dolor inimaginable.
Sentí que mi mundo cayó cuando lo vi, no podía creer que él me doliera tanto.
—Por favor —el olor ha alcohol llegó a mi nariz—, escúchame —rogó y miré directamente a sus ojos rojos.
—Las cosas ya están claras —logré hablar sin soltar una lagrima.
—Perdóname —tomó mi mano y vi como sus ojos se cristalizaron, aun así quité mi mano.
Moví mi cabeza negando su petición, si decía una palabra más lloraría frente a él.
—Laura por favor —rogó de nuevo con un hilo de voz—, perdóname —él soltó la primera lagrima, de pronto se arrodillo frente a mí—. Te pido de rodillas que me perdones —cayeron más lagrimas de sus ojos—. No quiero perderte.
Levanté mi mano para abofetearlo. —Lo que tu hiciste no tiene perdón.
—Por favor escúchame —suplicó sin ponerse de pie—, solo te pido eso.
—No quiero escucharte, tampoco verte —hablé con todo el dolor del alma—, se acabó Benjamín.
—Yo te amo Laura —lloró—, déjame explicarte por favor. No quiero que esto acabe —creí mirar a través de él su dolor—, eres lo más bonito que me ha pasado.
—No quiero volver a verte en mi vida —rodaron cortas lagrimas por mis mejillas—. Te odio con todo mi ser —retrocedí y cerré la puerta en su cara antes de llorar aun más.
—¡Por favor Laura! —se escuchó melancólico— ¡Perdóname! —tocó la puerta insistentemente.
—¡Largo o llamaré a la policía! —solté mientras caí al piso llorando.
—¡Por favor Laura! —continuó golpeando la puerta.
Intenté ignorarlo, así pasaron eternos cinco minutos, tomé la botella y me arrastré por el piso hasta quedar al lado de la puerta, tomé directamente del pico de la botella.
—¡Lárgate! —grité con las pocas fuerzas que tenía, ya no quería escuchar su voz que me traía demasiados recuerdos que ahora solo causaban dolor.
—Te amo demasiado mi pequeña diablita —dijo por ultimo antes de irse.
—Te odio Benjamín —me llevé las manos a la cara mientras comencé a llorar más fuerte—, te odio, te odio —tomé aire—, ¡te odio con todas mis malditas fuerzas! —tiré la botella a la pared y se reventó cayendo pedazos de vidrio al suelo, me levanté y comencé a aventar todo lo que veía a mi alrededor, tanta rabia me estaba invadiendo, cogía vasos, copas, todo lo que podía ver y lo aventaba a alguna pared mientras gritaba.
Intentaba desahogarme pero no lo lograba, solo lloraba más.
Mis ojos y mi pecho ardían con cada segundo.
—Estaba logrando ser feliz —hablé conmigo misma sollozando, tomé un sorbo de whiskey—. ¡Dios! ¡¿Por qué siempre me haces esto?! —me derrumbé arrodillándome en el piso—. Ya no puedo más —intenté rendirme—, ya no puedo con este dolor.
Me acurruqué cerrando los ojos, el dolor que estaba sintiendo hacía que no pudiese parar de llorar, incluso mis manos temblaban.
La voz de Benjamín en mi cabeza no me dejaba en paz...
Me sentía débil, mis manos y pies fallaban, no podía moverme de aquel sitio.
Con mi alma estaba deseando que Ethan estuviera a mi lado acariciándome mientras me dice que yo estaré bien y todo mejorará, él siempre lograba calmar mi dolor. Pero no estaba, nadie estaba junto a mí mientras siento morir por dentro.
—¡Ethan! ¡¿Dónde estas?! —grité desesperada—. Te necesito hermano —bajé la voz.
Mis pensamientos no me dejaron escuchar que alguien estaba entrando por la puerta de la cocina hasta que sentí sus manos encima de las mías.
—Lo siento mucho Laura —dijo Alessandro mientras intentaba limpiar mis lagrimas, yo estaba perdida en mis recuerdos—, me duele tanto verte así —confesó mientras me tomó y me levantó del suelo, me aferré a él sin dejar de llorar.
Alessandro es la única persona que me podía ayudar, aunque lo odiara.
Me llevó hasta mi cuarto cargada como a una bebé, con paciencia y delicadeza soltó mi cuerpo en mi cama, recostándose junto a mí, aunque mi llanto ya había parado aún sollozaba.
—No puedo comprender tu dolor sin embargo quiero acompañarte —acarició mi mejilla—. Pequeña Laura, merecías saber la verdad —me miró a los ojos.
Tantas preguntas había para él, pero yo no tenía ánimos ni para hablar.
—En un cerrar y abrir de ojos la vida puede dar un giro de 180 grados, el dolor, la felicidad y muchas otras cosas más son lo que nos hace sentir vivos —dijo Alessandro—, puedes gritar, llorar y desahogarte, estaré aquí para ayudarte, pero ten en cuenta lo que vales, tu no vales mentiras y engaños —concluyó—. Laura, un verdadero amor no te rompe el corazón.
—Me duele mucho —pude decir aferrándome a él, ya no importaba si me veía llorar.
—Lo sé preciosa, lo sé —acarició mi cabello—, pronto todo estará bien, pronto saldrá el arcoíris.
Tomé aire. —Ya no puedo más con este dolor.
—Tu eres fuerte, aun no conoces tus capacidades pero puedes con esto y más —continuó acariciando mi cabello y dándome ánimos—, pronto serás feliz.
—Hola mi pequeña diablita —dijo Benjamín, estaba tan bonito en leva oscura.
—Benjamín —me asombré retrocediendo.
—Necesito decirte algo —dijo el acercándose con lentitud a mí.
—¿Qué pasa? —me preocupé.
Con sus suaves manos tocó mi rostro, confortándome con este pequeño acto.
—Todo estará bien, tú estarás bien —aseguró.
—No entiendo amor —estaba confundida—, ¿qué pasa?
—Te amo —besó mi frente—, te amo toda una vida —empezó a alejarse de mí.
Intenté correr hacía el pero cada vez que lo hacía regresaba al mismo lugar.
—¡Benjamín! —lo llamé antes de que se alejara más—, no te vayas —dije con miedo.
Él sonrió, —Te amo —dijo antes de desaparecer de mi vista.
Abrí mis ojos, miré a mi alrededor y estaba sola, otra vez el dolor me invadió. Todo había sido un sueño.
Él sonido del celular no me dejo caer rendida de nuevo.
Sin saber que mi sufrimiento se multiplicaría fui a buscar mi teléfono para contestar esa llamada que me despertó.
Tomé el celular que estaba tirado en medio de la sala, aunque la llamada ya había desaparecido.
Subí a mi cuarto cuando otra vez entró otra llamada, un numero conocido, era Alex.
—¿Qué quieres? —contesté invadida de rabia.
—Laura —se calló—, no se como decírtelo.
—¿Decirme qué? —fui grosera.
—Benjamín —volvió a callarse y sentí un pinchazo en mi corazón—, Benjamín se acaba de accidentar en la autopista que va para mi casa hace pocos minutos.
Sentí que mi mundo volvió a caerse, mi corazón se paralizó y yo me quede en blanco.
Volví a reaccionar corriendo a ponerme zapatos, mi respiración se agitó, tomé las llaves de mi auto y en un minuto estaba saliendo de mi casa a toda velocidad.
Un nudo se formo en mi garganta, no tenía ni idea como podía conducir, un horrible presentimiento invadía mi cuerpo, mis manos no podían mantenerse quietas, cada vez aceleré más y más, la adrenalina y el miedo se hicieron presentes, de lejos vi el auto de Alex y bomberos que apenas llegaban a aquella curva pronunciada donde casi nos matamos Benjamín, mis amigas y yo cuando Valentina se puso mal.
Mi corazón se detuvo, sentí que lo tenía en mis manos y moría lentamente.
Frené a raya, sin poder pensar y con mi cuerpo en otro mundo baje del auto corriendo hacía donde estaba Alex.
Una explosión me detuvo, un sonidito invadió mis oídos. Me quede sin respiración cuando vi el auto de Benjamín arder en llamas al final del barranco, ya completamente calcinado, busqué con la mirada a Benjamín pero no estaba, la camilla de la ambulancia estaba vacía, aun así regresé a mirar a todos lados con la esperanza de encontrarlo vivo.
Vi el rostro de cada persona que estaba ahí, el asombro y miedo de algunos.
—¡NOOO! —grité sin poder analizarlo, corrí hasta casi lanzarme al barranco donde estaba el auto pero Alex me detuvo de la cintura—. ¡Dime que él no estaba ahí! —grité— ¡DÍMELO! —grité más fuerte sin controlar mis sentimientos, la cara de Alex lo decía todo—. No puede ser cierto —empecé a sentir que me faltaba el aire—, ¡BENJAMÍN! —pataleé para que Alex me soltará—, ¡BENJAMÍN! —gritaba más fuerte sin poder creer aun.
No podía ser cierto.
No podía respirar, ni mucho menos hablar, mis piernas fallaron y Alex me soltó despacio en el pavimento, mis ojos se llenaron de lagrimas mientras mi pecho ardía.
—¡No puede ser cierto! —grité sintiendo claramente el dolor, temor y miedo en todo mi cuerpo—, ¡BENJAMÍN! —grité con todas mis fuerzas mientras lagrimas amargas caían, empecé a respirar agitadamente porque sentía que me estaba ahogando— ¡NO!, ¡DIGANME QUE TODO ES BROMA! —supliqué— ¡POR FAVOR! ¡BENJAMÍN! —grité al cielo su nombre esperando a verlo vivo.
No podía ser cierto que Benjamín esté muerto.
No, no podía asumirlo.
—Yo lo venía siguiendo —dijo Alex en shock—, sabía que estaba borracho y podía hacer algo, intenté detenerlo pero aceleró más y cayó... al barranco —contó a los bomberos que intentaban ayúdame.
—No es cierto —continué llorando—, Alex dime que no es cierto —supliqué poniéndome de pie—, ¡ALEX! —golpeé su pecho—, ¡DIME QUE NO ES CIERTO! ¡MALDITASEA! ¡ALEX! —grité sin obtener respuesta.
—Yo... yo lo siento mucho Laura —Alex tampoco podía creerlo.
Y mi mundo se derrumbó en cuestión de segundos...
Me solté de los bomberos que intentaban ayudarme y corrí hacía mi auto mientras lloraba desconsoladamente.
No sabía que hacía, pero no quería estar ahí.
Subí al auto, mis manos temblaban pero no impidieron que saliera disparada de aquel lugar, pisé el acelerador a fondo dejando atrás todo.
No podía pensar claramente, solo sentía que me ahogaba mientras mi pecho dolía.
Quería huir de la desgracia que siempre llegaba a mi vida.
Mi mirada fija en el camino, mis manos en el volante, todo se sentía real, y es porque no es un sueño aunque quisiese.
Un sabor amargo, no podía creer que esto es real.
Benjamín está muerto.
Benjamín está muerto.
Benjamín está muerto.
El sonido del claxon de un auto que venía hacía mí hizo que regresara a la realidad, giré el volante bruscamente regresando a mi carril.
—No me hagas esto Benjamín —supliqué a la nada llenando mis ojos de lagrimas—, no puedes hacerme esto, ¡BENJAMÍN! —me desesperé— ¡POR FAVOR! ¡TE LO SUPLICÓ! ¡NO ME HAGAS ESTO! —exploté— ¡JURASTE NO DEJARME SOLA! ¡NO PUEDES IRTE! ¡BENJAMÍN! —me quede sin aire y respiré profundo ahogándome en mis penas— ¡¿DONDE CARAJOS ESTAS?! ¡TÚ NO PUEDES! ¡NO PUEDES DEJARME AQUÍ CON TODO ESTE MALDITO AMOR! —grité golpeando al volante—. ¡Benjamín por favor!
Me di cuenta que ya estaba llegando al puente donde una vez Benjamín me salvo, frené a raya y me baje del auto. Crucé la calle yendo hacía el puente.
Me sostuve de las barandas mirando hacía abajo donde caían mis lagrimas. —¡¿POR QUÉ?! —quería respuestas ante mi dolor— ¡¿POR QUÉ ME HACES SUFRIR?! —grité fuerte mirando al cielo—. Benjamín —sollocé—, no me hagas esto por favor —llevé mis manos a mi cabeza—, prometiste que no me ibas a dejar sola —recordé—, ¡por favor! ¡¡¡DIOS MÍO!!! ¡¿QUÉ HE HECHO PARA QUE ME HAGAS SUFRIR TANTO?! —reproché mirando al cielo con rabia y un inmenso dolor inexplicable.
No podía creer que todo haya conspirado en mi contra para que ahora lo único que quiera sea morir.
Lo ultimo que Benjamín escuchó de mí fue un "te odio".
—Benjamín —pronuncié su nombre dándome por rendida—, de verdad te necesito aquí conmigo. ¿Qué hago con todo lo que prometimos?, ¿qué hago con todo el amor que te tengo?, ¿qué hago conmigo sin ti?, ¿qué hago con todo este dolor que me dejas?, ¿qué hago con el anillo que me diste? Tú me dijiste que siempre estaremos juntos. No me dejes sola por favor —supliqué a la nada. Yo deseaba que todo esto no sea cierto—. Te necesito tanto.
Me derrumbé cayendo en la vereda del puente, poco a poco aceptando mi realidad. El inconsolable llanto se volvía mas fuerte, estaba sola e intentaba desahogarme.
—Te amo siempre —lloré su muerte.
Pero sin notarlo Alessandro apareció y nuevamente me tomó en sus brazos, los míos ya no respondían.
—No puedo —dije mirándolo—, ya no puedo con este dolor —hablé con la verdad—, me duele mucho Alessandro —continué llorando.
—Todo va a estar bien —me miró con lastima empezando a caminar—, yo haré que ya no sufras —sus ojos se cristalizaron.
—Él murió —solté en llanto—, Benjamín murió.
El amor de mi vida está muerto.
Me había dejado con todo lo prometido.
Estancada y muriéndome lentamente, así me sentía.
Cada vez me ahogaba en mi propio dolor.
El amor de mi no tan terrible vida se había marchado para siempre, no lo volvería a ver jamás. Dejándome desconsolada, vacía, triste, sola y con ganas de morir.
Benjamín Castelblanco había muerto, aunque no quisiese aceptarlo, esa era mi tortura.
Y esa noche el infierno ardió por el dolor de Laura Bell.
CONTINUARA...
Más de un año y medio me tomó escribir este libro, una de mis metas era terminarlo, y aquí estamos..., pero no se desanimen, que sí escribiré la segunda parte, no les puedo dejar con tantas intrigas de que pasará con mi querida Laura, así que les recomiendo que las personas que no me siguen lo hagan para que puedan saber cuando empiece a escribir el segundo libro. Gracias por acompañarme hasta el final <3
Besooos
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