Capítulo 46
Fue el mejor sentimiento que he tenido en mi corta vida, despertar al lado de la persona que amo. Mirarlo sumergido en un profundo sueño, pero sin dejar de abrazarme, y con su pierna encima de la mía.
Estiré mi brazo sin moverme mucho buscando mi teléfono, lo encontré y vi la hora 10:25 a. m. Sabía que tenía que irme, pero no quería, y todos saben que yo soy caprichosa.
Tomé el brazo de mi novio moviéndolo para otro lado, quiero ir al baño pero no quiero despertarlo, me moví haciéndome a un lado con mucho cuidado.
—Laura —hizo puchero Benjamín, me apegó más a él.
—Quiero ir al baño —me sinceré para que me deje ir.
—Esta bien —suspiró frotándose los ojos y dejándome en libertad para poder ir al baño.
Me levanté y corrí de puntitas hasta el baño, dejé vacía mi vejiga y volví a la cama.
Como almohada ahora estaba el fuerte brazo de mi amor, besó mi cabeza volviendo a cerrar sus ojitos.
—Mi diablita —susurró relajándose—, te amo.
—¿Me amas mucho? —pregunté sonrojándome.
—Te amo como nunca he amado a una persona —sonó muy sincero abriendo sus ojos y mirando directamente los míos—, te amo con todo mi ser, y es algo inefable lo que siento por ti —juntó mi mano con la suya—. Laura Bell —nombró con delicadeza—, jamás dudes de mi amor por ti, y bueno..., si algún día lo haces, volveré a hacer todo lo que he hecho para que sepas que siempre te amaré y te llevaré en mi corazón a donde sea que vaya, así pasen mil años.
Y este momento es cuando sentí las verdaderas mariposas en el estomago.
—Benjamín Castelblanco —lo nombré también apretando mi mano con la de él—, quiero confesar que eres el primer hombre que me ha robado el corazón, que eres como el príncipe azul que de niña soñaba con tener a mi lado, que eres el hombre que no sabía que buscaba pero te encontré, y no quiero dejarte ir —aclaré—. Te amo y nada ni nadie cambiará eso —terminé sin saber que ya nos estábamos despidiendo.
Tres horas más tarde
Vicenta ya nos tenía hecho el desayuno, ella estaba más que contenta con nosotros, nos había tomado una foto mientras dormíamos, la foto era la más hermosa que había visto.
Después retorné hacía casa, tenía que cambiarme de ropa, y quedé con Benjamín que volvería en la tarde para ver películas en su casa con su segunda mamá y después ir a dejar unas flores en el epitafio de su madre. Estaba contenta porque cada sensación de miedo por perderlo desapareció y apareció otra mas bonita.
Llegué a casa encontrándome con personas limpiando y llevándose los parlantes y las cosas que no eran de aquí, desinteresada entré a la casa por la puerta de la cocina.
—¿Dónde carajos estabas? —me sorprendió Alessandro.
—No te interesa —esquivé su pregunta tomando un vaso y llenándolo de agua, él estaba sentado en la isla.
—¿Dónde dormiste Laura? —se escuchó mas enojado.
—¿Te interesa saber dónde dormí? —tomé un poco de agua—, ¿o con quién dormí? —aclaré sin temerlo.
—Responde a mis preguntas —dijo enojado sin mirarme.
—Dormí en la casa de Benjamín —respondí—, en su cama —acentué fuerte—, y junto a él —alcé la voz.
De inmediato se puso de pie al frente de mí, —Te vas a arrepentir Laura —habló entre dientes.
—¿De qué me voy a arrepentir? —soné grosera—. ¡No te metas en mi vida! —lo enfrenté.
—¡Él solo te esta utilizando! —alzó la voz al igual que yo.
—¡Ya no te metas en mi vida y déjame en paz! —grité sin dar ni un paso atrás—. ¡Benjamín es mi novio y no dejará de serlo por tus malditas mentiras!
—¡Muy bien!—alzó la voz—. Te dejaré en paz, pero primero te demostraré que yo no miento —salió por la puerta de la cocina.
—¡Lárgate y no vuelvas! —grité cansada de que siempre este en contra de Benjamín.
Subí de mala gana al cuarto, la cama ya estaba tendida y me acosté sobre ella, intenté relajarme y respirar profundo, no quería quedarme dormida así que me levanté a preparar la tina para bañarme, también escogí que ropa me pondría.
Después de bañarme, perfumarme y cambiarme, bajé a la cocina a prepararme un sándwich que suele hacer Rocío.
Puse música y empecé a bailar mientras lo preparaba.
Me senté a comer, respiré profundo, la paz invadió mi cuerpo relajándome.
Una llamada de Ethan me despertó de mi imaginación.
—¡Hola hermanito! —conteste con entusiasmo.
—¿Cómo te esta yendo con ese idiota? —preguntó refiriéndose a Alessandro.
—Mmm —dudé—, no lo soporto, no veo el día cuando se vaya de esta casa —fui honesta—, pero, ¿cómo te va a ti?, ¿ya regresas pronto?
—Mañana estoy en la casa Lau, no he podido descansar bien con estos juicios —suspiró—, papá y mamá se quedan tres días más y yo mañana por la tarde estoy aterrizando.
—¿Quieres que te vaya a ver?, ¿o le digo a algún chofer que vaya?
—Ven tú —renegó—, quiero ver a mi hermanita bella, te compré algunas cosas que sé que te van a gustar —confesó. Él siempre me compra cosas cuando sale de la cuidad.
—Esta bien —me convenció y reí—, me envías un mensaje una hora antes de que aterrices. Me tengo que ir hermanito precioso —me despedí—, mañana nos vemos —colgué sin dejarlo decir algo más.
Subí con prisa a cepillarme los dientes y baje de inmediato, Alessandro ya había llegado, quise ignorarlo pero se colocó al frente de mí.
—Hay alguien que quiere hablar contigo —me fulminó con sus ojos—, está en la cocina.
—Tengo que irme ahora mismo, no tengo tiempo para tus boberías —solté sin enojarme.
Apretó los puños, —Te pido por una vez en tu vida que me hagas caso y vayas a la cocina, por favor.
—¡Dios! —alcé la voz—, ¡jodes tanto! —dije dirigiéndome a la cocina con Alessandro de guardaespaldas.
Vi a la persona que menos imagine ver, a Nayeli, —Uy no —solté a penas la vi sentada—, no voy a escuchar sus patrañas —di media vuelta pero él me detuvo.
—Escúchala por favor —rogó—, solo te pido eso y no te vuelvo a molestar nunca más, solo eso —volvió a rogar.
—Te advierto de una vez por todas que no voy a creerles —dije sentándome en la isla de la cocina al frente de ella—. ¿Qué quieres?
—Hola Laura —saludó—, te pido que dejemos los resentimientos a un lado.
—Por favor —interrumpí con molestia—, empieza con lo que tengas que decir y no des tantas vueltas al asunto.
—Alessandro me pidió que venga a decirte la verdad que hace tiempo atrás se la conté, le juré a Benjamín no decirte nada, pero si no lo digo tu seguirás cegada por él, y yo sé que te estas enamorando, pero Benjamín no es como es contigo —soltó y volví a interrumpir.
—Empieza ya —renegué—, tú lo buscabas incluso cuando ya estaba conmigo —recordé—, te voy a dejar claro de una vez que no dejare que te metas en mi relación, basta de mentiras e inventos —me molesté aun más.
—Laura, sé que no me vas a creer, y por eso tengo pruebas de todo lo que te voy a decir —suspiró—. Fue hace un año y más que Alex encontró una manera muy "fácil' de ganar dinero —hizo comillas con sus dedos—, incitó a que Benjamín se uniera y él lo hizo.
—Basta Nayeli —interrumpí poniéndome de pie, dispuesta a irme—, no más mentiras.
—Siéntate y escucha —ordenó—. Esta vez no es con el propósito de hacerte daño, esta vez es porque lo quieres y él no merece una gota de lo que le das —se escuchó sincera—. Escúchame y después ve a enfrentarlo, si se queda callado sabrás que lo que te diré es verdad.
—Nayeli —la nombró Alessandro.
—Laura siéntate y escucha —ordenó.
Sutilmente me senté para escuchar que otra mentira me diría, no iba a interrumpirla, solo iba a quedarme callada y cuando termine me iba.
—Benjamín empezó a competir en carreras ilegales, en las montañas —aclaró y recordé donde queda ese lugar—, empezando a ganar mil dólares en una noche, pero solo hasta darse a conocer junto con Alex, después de algunos meses ya empezaron a ganar mucho más porque casi siempre ganaba —no quitó su mirada de la mía—, así llevándose la atención de los que se encontraban ahí, lo que él no sabía era que esas carreras lo hacía un mafioso, un pez gordo —insinuó sin broma—, en esas carreras participaban sicarios y todo tipo de personas que podrían estar en esa mafia. No estoy segura si Benjamín no quería ver o no se daba cuenta pero esas carreras eran una tapadera para vender y fabricar droga en las bodegas que están atrás de la casa vieja —recordé aquella vez donde casi me violan—. Benjamín un día de mala suerte compitió con alguien experto, y perdió, perdió contra Raffaelle, así que tenía que pagar veinte mil dólares en una noche, él y yo nos preocupamos por como íbamos a pagar, pero ese tipo se acercó diciéndole que le perdonaba, que todo estaba bien, fue raro pero a Benjamín no le importó, él siguió apostando y ganando, yo estaba ahí Laura —me miró directamente a los ojos y no encontraba algo que me dijese que estaba mintiendo—, desde el principio estuve con Benjamín. Alex empezó a vender droga porque el quería obtener más dinero, y un domingo de carreras Alex nos llevó hacia las bodegas donde oficialmente Raffaelle se presentó con Benjamín como el dueño de toda esa mierda, le dejó ver la droga y las armas que estaban guardadas ahí y esa noche le propuso a Benjamín la peor cosa, que vendiera la droga que él eligiera pero Benjamín por supuesto que se negó —alzó sus hombros—, esa era su noche para salirse de lo que se estaba metiendo pero él simplemente no lo hizo, aunque yo le rogué que ya no lo hiciera, y continuó compitiendo cada domingo aunque Alex ya le había dicho que esto se trataba de drogas y que algún día le pedirían que venda eso pero a las malas —se quedó callada por unos segundos—, o que sea uno de los matones de aquel Mafioso. Y después de unos pocos meses más el día llego, las personas de Rafaelle le entregaron el primer kilo de coca para que lo venda, y cuando tenía que entregar las ganancias él les devolvió el paquete diciendo que no lo iba hacer, aquel día yo lo llevé al hospital con una costilla fisurada, Laura —volvió a quedarse callada y yo tragué saliva—. Después de tantas amenazas, moretones y peleas por no querer vender esa maldita droga pensó en la familia Bell, ya que no podía salirse de toda esa mierda sin que lo hicieran algo grave a él o a su familia porque ya sabían absolutamente todo, entonces recordó que se rumoraba que tu familia estaba protegida por una mafia grande, mucho más grande que la de Raffaelle y además tenían mucho dinero y fama, entonces junto conmigo pensamos en ti —volvió a callarse y bajo la mirada—, a toda costa tenía que entrar en esa familia por ti, así él estaría a salvo y podría salirse de esa mierda.
Ella se calló y yo no dije nada, seguí mirándola porque estaba en shock. No podía creer eso.
—¿Terminaste? —pregunté dejándole saber que no iba a creerle.
—No, aun no —respondió ella—. Yo le ayudé meses antes de que se conocieran a planear todo para que el te enamore y que caigas directamente a pies —fue directa—, el plan era que él tenía que llamar tu atención indirectamente, y después él se encargaría de ser el mejor novio y enamorarte para que le presentes a tu familia y así presumir eso, dejando en claro que está protegido por tu familia —empezó a buscar algo en un sobre y sacó todas las hojas que estaban allí—. En estas hojas están las pruebas de que todo lo que estoy diciendo es verdad —empujó hacia mí todas esas hojas y las tomé con cautela—. Esta vez no estoy mintiendo.
$$$
AAAA, ya faltan pocos capítulooos. Que felicidad saber que estoy concluyendo mi libro.
No sean impacientes por favor :3, todo a su tiempo.
Besooos
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