Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35


Amelie nuevamente me cacheteo enseñándome ahora las fotos y videos.

Jamás había enviado fotos intimas porque nunca confío en los hombres.

Esa no era yo.

Se asemejaba demasiado a mí pero no era yo, ella tenía un lunar en el abdomen y yo no tengo ni uno en ese lugar, y sobre todo yo tenía un tatuaje que en esas fotos no se observaba.

Un tatuaje qué tal vez mis padres ni se acordaban que existía.

No era yo y ellos ni siquiera lo sabían.

—¡¿A QUIÉN CARAJOS EDUQUÉ?! —volvió a gritar—, ¡¿VES LO QUE HICISTE?!, ¡ARRUINASTE LA REPUTACIÓN DE ESTA FAMILIA!

Mis ojos buscaron a Ethan por todo lado pero no estaba, lo necesitaba tanto.

—Educaste a una víbora, igual que tú —respondí con remordimiento.

En el fondo de mi corazón sabía que mi madre sí es una víbora y no lo quería aceptar, pero lo tenía que hacer.

Alzó la mano queriendo pegarme pero la detuve.

—A las cinco sale tu vuelo a Londres—informó papá observándonos desde lejos—. Me has defraudado —murmuró mirándome.

Aquellas palabras dolían tanto...

—Tú igual a mí —le dije mostrando el dolor en mis ojos—. Rubí Brown —agregué y los dos se sorprendieron escuchando ese nombre.

—Laura —habló mamá pero no la dejé decir más.

—No —la corté—, lo más pronto me iré a Londres —dije intentando no llorar—, no quiero que su reputación quede dañada por una puta como yo —les dije sintiendo como mis ojos se inundaban de lagrimas—, una puta que jamás quisieron —agregue causando dolor—. Hubiera querido que ustedes jamás sean mis padres —fue lo último que dije saliendo rápidamente antes de que las lágrimas volvieran a invadirme.

Me subí nuevamente al auto, salí de ahí, buscando ir a un lugar donde pueda ser feliz.

Estoy harta de todo.

Manejaba sin rumbo alguno, escuchando canciones que destrozaban más mi pequeño y frágil corazón mientras lloraba silenciosamente.

Había perdido la noción del tiempo y ya casi era la una de la madrugada, aparqué el auto en un lugar cualquiera, respirando y logrando tranquilizarme.

No quería ni mirar mi teléfono, de hecho no quería hacer nada, solo quedarme en ese lugar mirando el cielo estrellado de aquella noche que parecía ser tan bella.

Mi cuerpo pedía abrazar a mi hermano, pedía estar con él consolándome como lo sabía hacer cuando era niña.

Agarre mi teléfono ignorando todo y solo buscando el número de mi hermano para llamarlo.

La esperanza que tenía de que contestara desvaneció cuando marqué más de dos veces y ninguna contestó, tenía el teléfono apagado.

En segundos llegó una llamada de Benjamín pero la rechacé, junto con ello apagué el celular.

Me baje del auto, tomé aire y empecé a caminar hacia el puente que estaba a menos de 5 metros, me paré justo en la mitad del largo y alto puente por donde pasaba un río.

"Tu madre es una víbora que nunca te quiso"

Esas palabras volvieron a retumbar en mi mente junto con las que les dije a mis padres antes de salir "Hubiera querido que ustedes jamás sean mis padres".

—¿Por qué? —salió de mi boca cuando empecé a llorar nuevamente.

Mis ojos fueron hacia el río que cruzaba por aquel puente.

"Espero Laura nunca pueda entender el porqué la están mandando allá, porque como dije, los va a despreciar, los va a odiar". Esas palabras eran de Ethan, se las había dicho a mis padres antes de irme a Londres, Ethan lo sabía todo y por eso no quería que me fuera, y él tenía razón porque ahora mismo estoy odiando a mis padres.

Más lágrimas caían al saber que se suponía que era fuerte, que no me dejaría de nadie, que nadie me lastimaría, pero como me iba a imaginar que ellos dos serían la razón de todo mi sufrimiento, de todo lo que soy ahora.

Porque sí, tal vez yo sería como mi madre, pero mis dos abuelos intentaron cambiar cada pensamiento de superioridad que tenía gracias a lo que mi mamá me repetía cada día.

Yo soy el vivo retrato de mi madre, soy tan parecida a ella que me da miedo admitir que no solo en lo físico me parezco a ella, me da tanto miedo admitir que soy como mi madre porque no lo puedo aceptar, no puedo aceptar que ella solo se quiera así misma.

Mis manos estaban apoyadas a la baranda y mi cuerpo un poco inclinado y con la vista hacia el río.

No iba a suicidarme, y aunque las ganas de hacerlo no faltaban la cobardía no me dejaba.

Mis pensamientos se esfumaron cuando escucharon el chillido de las ruedas de un auto frenar bruscamente, antes de poder regresar a mirar la persona que conducía ya se había bajado del auto y venía en dirección a mí pero no me dejaba verla por las luces que alumbraban directamente mis ojos.

—¡Laura! —gritó una voz conocida.

Esa voz que me decía "pequeña diablita".

Directamente me abrazó haciéndome sentir su cálido cuerpo y sus brazos protegiéndome.

Por unos segundos sentirme protegida calmo mi dolor pero no lo suficiente, porque él no debe protegerme, el que se supone que debe protegerme es mi padre.

Pero nunca lo ha hecho, siempre fue Ethan.

¿Que pensabas hacer? —preguntó suave sin soltarme.

—Han publicado fotos intimas —le conté separándome de él y secando mis lagrimas.

—No importa —dijo él tomando mis manos—, todo se arreglará.

Lo mire a los ojos y volví a sollozar yendo hacia su pecho.

—Solo quiero desaparecer —mencioné sintiéndome cómoda en su pecho.

—Todo estará bien —afirmó susurrando.

Tomé aire y me separé, volví a mirarlo a sus ojos que esperaban que dijera algo.

—Me iré a Londres —solté—, mis papás no quieren que esté aquí cuando todos se enteren.

—Pero esa no eres tú —negó.

—Ellos ni siquiera lo saben, Benjamín —le dije con dolor.

—Pero es que hasta yo me doy cuenta, ellos son tus padres, ellos deberían ver que esa no es su hija —reprochó—. Yo ni siquiera te he visto completamente desnuda pero sé que no eres tú, incluso me he grabado tu tatuaje que esa chica de las fotos no tiene —confesó acercándose a mí —. Laura no tienes que huir porque así esas fotos sean tuyas eso no dice nada de ti.

—Solo quiero irme Benjamín —confesé—, no quiero estar con mis padres.

—¿Estás segura?

Acepté moviendo la cabeza.

(...)

Llegué a casa en el auto de Benjamín, no me dejó conducir y mi auto lo dejamos aparcado en un estacionamiento cerca de donde estábamos.

Tampoco me dejo entrar sola a la casa, entramos juntos y sin ver rastro de mis padres subimos a mi habitación.

Entré al vestidor de mi cuarto y empecé a empacar, no doblaba la ropa, solo la ponía ahí de mala gana mientras pequeñas y escasas lagrimas aparecían en mis ojos.

Benjamín me siguió y se sentó en el piso intentando acomodar la ropa que estaba tirando en las maletas.

Tres maletas de ropa, nada más, eso era más que suficiente, no sabía si regresaría pero daba igual.

Me duché rápidamente y me cambié de ropa a una cómoda, rápidamente aliste mis cosas, y en menos de 15 minutos ya estaba lista para irme.

Exactamente eran las 3:02 a. m.

Salí junto con Benjamín de mi habitación, él con dos maletas y yo solo con una, no dijimos nada en la última hora y así estaba mejor.

Antes de bajar las escaleras mi madre salió de su habitación, nos miró a ambos pero yo no me detuve y seguí mi camino.

—Buenas noches —saludó Benjamín pero mi mamá lo ignoró.

—Richard te espera abajo para dejarte en el aeropuerto —informó ella mientras yo bajaba las escaleras con Benjamín atrás.

—Iré con Benjamín —solté fría.

—¡Aquí no haces lo que quieras! —alzó la voz.

La ignoré por completo abriendo la puerta de la sala, al lado en un pequeño mueble estaba mi boleto de avión, lo cogí y esperé a que Benjamín saliera.

—Pues te jodes —escupí atacándola con la mirada y cerrando la puerta con fuerza.

Richard estaba esperándome.

—Richard —salude pasándole por el lado.

—Yo la iré a dejar señorita —dijo él—, órdenes de tus padres.

—Mamá dijo lo contrario ahora —señale a la puerta—, si quieres ve y pregúntale.

Richard fue hacia la puerta y entró, aproveche empujando a Benjamín para subirnos a su auto lo más rápido posible.

Metimos las maletas en la parte trasera del auto como pudimos.

—¡Arranca Benjamín! —alce la voz viendo que Richard ya salía con dirección a nosotros.

Y de un disparo salimos de ahí.

(...)

En 45 minutos llegamos al aeropuerto.

Compramos un café ya que los dos estamos cerrando los ojos del sueño y nos sentamos a esperar a que me llamaran.

—¿En cuánto tiempo volverás? —preguntó interrumpiendo al silencio que nos estaba comiendo desde hace ya más de dos horas.

—Volveré cuando tú me vayas a buscar y me secuestres —respondí sonriéndole de boca cerrada.

—¿Puede ser mañana? —preguntó haciendo puchero.

Carcajeé, —Cuando tú sientas que es necesario —alcé los hombros.

—¿Y en dónde te quedarás? —siguió preguntando.

Tomé un sorbo de mi café caliente y respondí su pregunta, —En la casa de mis abuelos paternos.

Se quedó callado y de nuevo preguntó, —¿Por qué no le dijiste que esa no eras tú?

—Porque sí, solo quería irme de ahí —me sinceré.

—Dejarás a este pequeño demonio sin su pequeña diablita —recordó haciendo puchero nuevamente y abrazándome.

—Solo por unas semanas —dije viendo la hora.

Ya tenía que irme.

Me levanté y Benjamín también lo hizo después de mí.

—Ya me tengo que ir —solté un suspiro.

—Dame un besito antes —pidió y sonreí.

Me acerqué a él poniéndome de puntitas para alcanzar sus labios y le robe un beso.

—No —meneó su cabeza—, quiero un buen beso.

—Dámelo tú entonces.

Se acercó a mí inclinándose, me miró por unos segundos y estampó sus labios en los míos para después morderlos.

—Extrañaré tus labios —susurro separándose ligeramente— y tú precioso culo. Lo más pronto que pueda iré a secuestrarte, tú solo mándame la ubicación —guiñó.

Vire mis ojos sonriéndole.

—Estaré esperándote —devolví el guiño—. Casi me olvido —recordé dándole un abrazo—, feliz legalidad Benji —le dije cerca de su pecho que olía tan bien.

—Llámame señor por favor —carcajeó bromeando.

—Está bien, prometo darle su regalo, señor —acentué mirándolo con perversidad.

—Con que seas tú es más que suficiente —me devolvió la mirada perversa.

—Cuídate, y cuidadito —lo señalé—, que si me entero que estás poniéndome cuernos te castro Benjamín, te castro —volví a repetir advirtiéndole.

Tiro una carcajada fuerte.

—Me envías un mensaje cuando llegues —tomó mi cara y besó mi frente.

—Cuídate y no hagas cosas estúpidas —ordené cogiendo mi maleta de mano—. Te veo allá—sonreí dando media vuelta y marchándome directo a embarcarme en el avión.

—¡Secuestraré a ese culo lo más pronto!, ¡lo prometo! —gritó y lo regresé a ver y me tiró un beso.

Ay Benjamín..., si supieras que no quiero volver.

Lo ignoré y seguí mi camino.

No quería despedirme de él, aunque probablemente siga su camino y yo el mío, dudo que me espere más de dos meses.

Hubiera querido despedirme de Ethan, siempre es duro alejarme de él..., y apuesto que cuando se entere de lo que hicieron nuestros padres vendrá a verme cuando pueda.

Por otro lado me sentía feliz porque veré a mis abuelos, y como siempre me recibirían con mucho amor y con chocolate caliente.

Los abuelos deberían ser eternos.

Ethan

Miré mi teléfono y encontré varias llamadas perdidas de mi madre y Laura.

Presentí que algo estaba pasando así que devolví la llamada a mi hermana pero directamente fue a los mensajes de voz, intenté llamar a mamá pero tampoco contestó.

—Tengo que irme —avisé a la mujer que estaba a mi lado plantándole un beso en su hombro desnudo.

Ella bufó con molestia. —Dijiste que esta noche te quedarías —recordó volteándose y dejándome ver su espalda.

—Lo sé pero tengo que irme —dije intentando dejar besos por su cuello—. No te molestes —rogué.

—Haz lo que quieras Ethan —bufó levantándose de la cama y caminando desnuda hacia el baño.

—Camila —la nombré yendo hacia ella pero cerró la puerta de con seguro.

Se escuchó como empezó a abrió la llave de la regadera ignorándome por completo.

Tomé mis cosas y rápidamente me vestí, por último agarré las llaves de mi auto que estaban en el pequeño mueble al lado de la cama.

Salí del departamento de ella en silencio, bajando por el ascensor hacia el estacionamiento.

(...)

Supe que algo estaba pasando cuando llegue a mi casa y las luces de adentro estaban encendidas. Eran las tres o cuatro de la madrugada.

Estacione mi auto donde siempre y malos presentimientos me invadieron cuando vi que el auto de Laura no estaba.

Baje dirigiéndome hacia la puerta trasera de la casa, entré y caminé hacia la sala donde estaban mis padres, cuando me vieron dejaron de hablar y se miraron entre ellos.

—¿Dónde está Laura? —fue lo primero que pregunté intentando no imaginarme lo peor pero ellos no dijeron nada.

Corrí hacia su habitación que estaba vacía, entré al vestidor y sentí un pellizco en mi pecho cuando vi que la mayoría de su ropa no estaba y sus maletas tampoco.

Corrí nuevamente hacia abajo intentando no gritar.

Algo estaba mal, algo estaba pasando con mi hermana.

—Observa lo que hizo tu hermana —dijo mamá dándome su celular cuando me acerqué a ellos.

"Se difunden videos y fotos intimas de Laura Bell, hija del famoso abogado Jack Bell"

Ese era el título de un corto artículo que habían publicado hace dos horas.

—¿Qué es esto? —pregunté poniéndome a la defensiva.

Pasé a las otras fotos, encontrándome con el cuerpo de una mujer desnuda.

—Esa es tu hermana —señaló mi madre sin sentimiento alguno.

Siempre defenderé a mi hermana pase lo que pase, y esas fotos para mí no eran nada.

—¿Qué hicieron con Laura? —salió de mi boca mientras seguí viendo las otras fotos.

El miedo de su respuesta invadió mi cuerpo.

Por último vi una foto donde aquella chica estaba de espaldas, e inmediatamente supe que no era mi hermana.

—La enviamos a Londres.

Mi mirada fue hacia mi madre —¡¿Qué hicieron qué?! —alce la voz.


$$$

Buenoooo...., ¡primer capítulo donde Ethan narra!

¡Feliz viernes!

No olviden de tomar agüita :).

Besooos

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro