Capítulo 16
Y aquí estaba yo, con mi cara de culo.
Ya había hablado con Ethan, gracias a Lucifer, Benjamín no se dio cuenta porque estaba conversando con sus amigos.
Gustav se puso a tocar canciones en una guitarra, mientras que los otros seguían bebiendo o siguiendo el ritmo de la canción. Ángeles ya estaba mareada, Valentina no tanto, está como chicle pegada a Max. Yo solo tomé dos pequeños tragos y no más, no quería tomar esta noche, tal vez mañana. Benjamín aceptaba cualquier cosa como si fuera agua, así que estaba igual o peor que Ángeles.
Noté que Ángeles se notaba un poco triste y no había estado junto a Alex en el tiempo que estuve junto a ella, de igual manera preferí callarme y no pregunté nada.
Después de todos estar cantando canciones junto a Gustav, algunas melancólicas, alegres, otras que te daban ganas de querer suicidarte, decidió cantar la canción "Dueles-Jesse & Joy".
Benjamín se volvió a sentar a mi lado pero esta vez apoyó su cabeza en mi hombro. Lo quise hacer a un lado pero lo dejé.
—"Cuando estabas junto a mí, nuestra luz era celestial" —cantamos todos al unísono— "¿Qué más podía pedir? Encontré la felicidad" —parecía que todos tenían el corazón roto porque lo cantaban con tanto sentimiento—. "Sin avisó nuestro paraíso nos dejó. Y ahora tú recuerdo me hace sombra al corazón".
—"Hoy se cumple un mes que ya no me ves, te fuiste nada más, quisiste renunciar a quererme" —todos entonamos alzando la voz y cantando con más sentimiento— "y como dueles..."
(...)
Casi todos se habían ido, solo quedamos Valentina, Max, Ángeles, Gustav, Benjamín y yo.
Estaba muriéndome de sueño porque era cerca de la una. Y también de hambre. Y tal vez sentía un poquito de frío.
Pero seguía aquí porque Ángeles seguía más melancólica que nunca y no la quería dejar sola, además que entre todos ya se habían acabado casi tres botellas.
Y para colmo Benjamín también estaba borracho, pero actuaba tranquilo, solo que quería que esté al lado de él, como chicle en cabello largo.
—Laura —me llamó Gustav—. ¿Te acuerdas de la vez que le dijiste "vieja bruja y fea" a la rectora de nuestro antiguo colegio? —se rió— Toda una demonia desde ese porte.
Me reí junto a él. Como olvidar eso.
—Ella no es una demonia —interrumpió Benjamín, solo con escuchar su voz y como hablaba te dabas cuenta de inmediato que estaba pasado de tragos—. Ella es una pequeña diablita. Y la más linda —agregó regresando a mirarme.
Benjamín estaba acostado con su cabeza en mi regazo.
Vire mis ojos riéndome y contesté a Gustav, —Solo decía la verdad, igual Ethan me defendió —mierda, olvide que Ethan era mi supuesto novio, regresé a mirar a Benjamín rápidamente y su entrecejo estaba un poco marcado—. Pero tú también me defendiste Gustav, es que esa vieja bruja me jalo del cabello —alargue "cabello" tratando de cambiar de tema.
—¿Por qué será que Laura nunca se queda callada y lo que le disgusta no duda en decirlo? —preguntó Ángeles con la mano en su mentón, acariciando en forma de duda— Ah, ya me acorde.
—Porque es una Bell Curie —hablamos al unísono Valentina, Ángeles y yo.
—Corrección —enfatizó Benjamín—. Porque es la hija del desgraciado diablo —corrigió tomando un shot directo de una botella de alcohol.
Le sonreí sin hacerle tanto caso, ya estaba haciendo efecto el alcohol.
—Esa "vieja bruja" —recordó Gustav—, casi hace que la expulsen del colegio —contó para todos—, pero es que también Laura en ese entonces no era un ángel celestial, más se asemejaba a un ángel expulsado del cielo —algunos rieron—, todos los maestros odiaban a Laura —rió y yo igual.
Es que no es mi culpa que explicaran siempre algo que ya sabía, y los otros lerdos de mis compañeros no.
—Es que todos son unos inservibles —me excusé bromeando—. Literalmente las clases eran sobre algún tema que ya sabía, y si no ponía atención me querían regañar.
—Juro que si yo fuera tú profesor estaría gustoso de nalguearte por maleducada —habló Benjamín de repente, todos rieron por lo bajo y él se hizo el loco cuando lo regrese a mirar nuevamente.
—Ya estás muy pasado de tragos Benjamín —exclamó Max levantándose y dirigiéndose hacia donde nosotros—. Vámonos a dormir —dijo extendiendo su mano.
—No —se negó cruzando los brazos como niño chiquito—. Yo dormiré con Laura.
Abrí mis ojos y alcé las cejas.
—No, conmigo no duermes —negué fuerte levantándome y dejándolo en el piso.
—¿Y mi besito de las buenas noches? —bufó Benjamín.
—Max —lo llamé dándole la espalda y caminando hacia donde estaban Ángeles y Valentina—, que quiere un beso dice.
—¡Laura! —chilló Benjamín y todos estaban riéndose—. Quiero mi besito.
Lo fulminé con la mirada.
—¿Tú dormirás con Vale? —pregunté a Ángeles bajando la voz y poniéndome de cuclillas frente a ella.
—Sí —respondió seca.
—Espero no me vomite encima —dijo Valentina y sonreí.
—Entonces nos vemos mañana que me estoy muriendo de sueño —les dije levantándome—. ¡Buenas noches! —grité para todos dirigiéndome hacia mi carpa.
—¡Mi beso de las buenas noches, Laura! —gritó Benjamín y volvieron a reír.
—¡Que te lo dé tu amiga Nayeli! —volví a gritar entrando a la carpa y cerrándola inmediatamente.
Benjamín no dijo nada más.
Acomode un poco mis cosas y saqué una camiseta que la utilizaba como pijama junto con un pantalón negro de tela delgada. También saqué las mantas acomodándolas para poder dormir abrigada y cómoda, y una lámpara que se carga con la luz solar.
Me acosté suspirando fuertemente mientras agarre mi celular revisándolo, no tenía tanta señal así que tenía muy poco internet. Después vi las fotos que me tomó Benjamín, salieron bien, solo subí el brillo un poco y la subí a Instagram, después de un largo tiempo se pudo publicar la foto y apagué mi celular guardándolo en la maleta.
Volví a levantarme quitándome la ropa que traía puesta para ponerme la pijama.
Solo quede con el pantalón, la camiseta y un interior negro.
Y en menos de cinco minutos quedé dormida, se escuchaban ruidos de ranas, mosquitos, etc, pero aún así caí rendida.
(...)
Tal vez estaba soñando que me estaba cansando con el amor de mi no tan terrible vida pero interrumpieron mi sueño.
—Laura —dijo una voz familiar entrando a la carpa y moviéndome.
Pensé que era en mi sueño pero no.
El desconocido movió nuevamente mi cuerpo.
—¿Qué? —dije con molestia sin poder abrir los ojos, aún media dormida.
Era Benjamín, esa voz que me despertó era del imbécil cara de culo de Benjamín.
Necesitaba ahorcar a alguien ahora mismo, lo necesitaba.
—¿Qué quieres, Benjamín? —escupí con molestia abriendo mis ojos y virándome hacia donde estaba él sentado.
—Mi besito de las buenas noches.
Juro que si no hubiese estado media dormida te hubiese arrancando hasta el alma por hacerme despertar.
Bufé molesta volviendo a cerrar mis ojos por el sueño, realmente no pude ver mucho solo la silueta de Benjamín ya que todo estaba oscuro.
—Quiero mi besito de las buenas noches, Laura —volvió a repetir con firmeza.
Dios mío, ¿así era él estando borracho?
—Quiero dormir, Benjamín —hablé molesta con la voz un poco baja—. ¿No puedes pedir a otra persona un beso?
—Quiero tus besos, no los de otra —confesó acostándose a mi lado.
—No, no Benjamín —reaccione rápido—, no puedes dormir aquí.
—Si no me das mi besito no me iré —exclamó tapándose con las mantas.
Benjamín, en serio eres como un grano en el culo.
Me acerqué a él dándole un beso rápido para volver a acostarme. —Listo, buenas noches. Vete —ordené de inmediato.
—Ese no es el besito que quiero —se quejó.
—Ya no jodas Benjamín, quiero dormir —musité.
—Muy bien —susurró dando media vuelta quedando con la mirada hacia mí, pasándome la mano por la cintura y colocando su cabeza cerca de mi hombro—. Buenas noches, pequeña diablita.
Definitivamente estaba pasado de tragos, pero estaba un poco consiente de lo que estaba haciendo.
Su boca y ropa apestaba claramente a alcohol.
Pero sus manos calientes en mi cintura se sentía realmente bien.
—Te tienes que ir —hablé bajo mirando a la nada.
—Hoy quiero dormir con la más grande tentación a mi lado, con Laura Bell, la hija del diablo —dijo despreocupado apretándome más hacia él, juntando un poco nuestros cuerpos.
—No Benjamín, quiero dormir sola —espeté.
—Yo quiero dormir contigo —aclaró—. Quiero que al despertar tú seas lo primero que vea.
¿Soy yo o él está muy romántico?
—Benjamín —lo llamé de mala gana.
—¿Sí? —respondió él.
—Eres como un jodido grano en el culo.
—Si es en tu culo entonces es un halago —respondió de inmediato.
Me reí quedándome callada.
—Es que tienes un culo para pecar. Así que contigo prefiero quedarme con la culpa, que con las ganas.
Padre bendito, protégeme esta noche.
—Te tienes que ir —confesé fría—. Quiero dormir sola.
—No, yo quiero dormir contigo —contestó acomodándose—. Quiero dormir contigo como los amantes que somos.
Me reí fuertemente por su comentario.
Benjamín, no somos amantes.
—Los amantes no duermen juntos, Benjamín —aclaré burlona.
—Tú y yo sí —se calló por algunos segundos—. Él no se enterará.
—Llegas hacer algo estúpido y en ese momento te largas de aquí —dije rendida dándole la espalda.
—Como ordené mi capitán.
Parecía ya estar mucho más consiente de lo que hacía y decía.
Y así se me quitó el sueño. Tenía un poco de frío, ya que me gusta dormir súper abrigada con mil mantas encima.
Benjamín tal vez ya se quedó dormido, y ruego que no sea de esas personas que roncan como camión viejo.
Lo único que pensaba era "no te ilusiones, Laura".
En mi corta vida nunca he llorado por algún hombre, a excepción de Ethan y mi papá. Tampoco he sido de las personas que ruegan algo, creo que casi nunca he tenido que rogar nada o humillarme por algo o alguien. Pero toda regla tiene su excepción.
Cuarta regla:
Cuando estás a punto de humillarte o hacer algo que va contra ti o contra tus reglas, siempre debes de preguntarte "¿Vale la pena esto? ¿Vale la pena humillarme? ¿Esa persona lo vale?". Pero cuando contestes estas preguntas debes de dejar a un lado todo sentimiento, arrancarte el corazón por algunos minutos y pensar bien.
Si dudaste así sea por un segundo, no lo vale.
Después de estar un rato pensando y moviéndome de un lado al otro un poco incómoda quede boca arriba con la mano de Benjamín en mi cintura.
—Laura —pronunció Benjamín, aún no estaba dormido.
—Dime —respondí suave.
—Eres muy linda.
Ya lo sé.
—Beber te pone cursi —solté sin importancia.
—No estoy siendo cursi —murmuró—. Solo estoy diciendo que te pueden quitar el maravilloso culo que tienes, tus suaves senos, quedar completamente como una tabla y aún así te verías linda.
—Creo que si pudieras, a mi culo lo tuvieras en un altar.
—Adorándolo —agregó—. Es que esa maravilla fue hecha por los mismos dioses y hay que tenerla en un altar, donde solo yo pueda tocar y ver.
—¿Celoso? —dije volteando y quedando cara a cara, aunque no nos podíamos ver pero sentía su respiración.
—No. Tú sabes que puedes estar con quien sea, yo no te voy a prohibir nada. Todo es cuestión tuya —se excusó—. Aunque si me gustaría no tener que compartir —agregó pícaro.
—Yo igual no puedo y tampoco quiero prohibirte nada. Pero escúchame muy bien esto Benjamín —hablé duro—, cuando tú me veas con otro ni se te ocurra armarme drama, porque primero: no te haré caso y segundo: ese mismo instante te estás yendo a la mierda y ahí acaba todo. Así que si piensas armar una escena de celos, ahórratela, porque no voy a permitir que me hagas quedar mal. Tú sabes muy bien dónde te estás metiendo —terminé de hablar dura.
—No hago escenas de celos, pero si tu noviecito se termina enterando y quiere hacerme algo no dudes que me defenderé —informó tranquilo—, y también a ti —agregó.
—Está bien —fue lo único que dije acomodándome.
No es ni un mes que conozco a Benjamín y ya estoy durmiendo con él.
Quién te viera Laura Bell.
Después de un rato Benjamín se separó un poco de mi y yo puse mi cabeza en su pecho. El olor que dejó el alcohol en su ropa entraba directo a mi nariz pero no importaba.
Y así quedé dormida, esperando a que Benjamín no me vomitara encima.
$$$
Holaaa
¿Qué tal este capítulo?
Espero les esté gustando, no olviden recomendar el libro 😬, me ayudarían mucho ❤️.
Besooos.
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