Narra Harry_

Eran las siete de la tarde y me encontraba frente al apartamento de Sofía, mi madre antes de salir me había apuntado en un papel su dirección y me había obligado a llevar a ésta total extraña al cine. No había contado nada a Louis ni a los chicos, sabía que reaccionarían muy mal y más aún Tommo, no quería que esta mierda se interpusiera entre nuestra relación. Estaba esperando en mi coche a que la pelirroja bajase y lo hizo, pero media hora tarde, cuando vió mi coche, corrió hacía él y esperó afuera.

"¿Porque demonios no entra?" me pregunté y entonces lo entendí cuando su mirada se posó en mí y después en la puerta. "¿me estaba tomando el pelo, no?" pero no era así, por cojones tuve que salir del coche y abrirla la puerta, en todo momento la chica sonreía y eso me ponía nervioso. Sofía me habló durante los diez minutos de trayecto sobre ella misma, yo en todo momento asentía. Cuando por fin llegamos al cine, miramos la cartelera.

-Yo quiero ver esa -me señaló una película romántica y puse los ojos en blanco.

-Mira Sofía, yo odio ese tipo de películas, ¿Porqué no una de miedo? -propuse.

-Yo quiero ver esa, no una de miedo -frunció el ceño haciéndola parecer una niña pequeña.

Bufé y saqué de mala gana mi monedero, pagué las dos entradas y la comida y fuimos hasta los asientos en la sala tres.

Durante el trascurso de la película estuve suspirando y mirando a mi al rededor a la gente, me di cuenta que había varios chicos que al igual que mi, no querían estar en esta mierda de sala.

-¿Cómo es que no tienes novia, con lo guapo que eres? -me preguntó mientras cenábamos en la terraza de un bar.

La iba a soltar que si salía con alguien y que no era exactamente una chica, pero entonces se chivaría a mi madre y ésta descubriría que seguía con Louis, así que solo me encogí de hombros.

-Me gustas Harry, creo que haríamos muy buena pareja -y ahí fue cuando escupí todo el batido que tenía en la boca sobre la mesa.

-Mira Sofía... eres muy maja, pero es que yo ahora mismo, estoy muy bien soltero -esta era la típica frase que solía decir en el instituto a las tías que querían algo más que un polvo conmigo.

-¿Y un polvo? -me había leído la mente.

¿Y ahora que excusa la ponía?

-¿Qué te dijo mi madre sobre mí? -cambié de tema a algo que me interesaba bastante.

-Nada realmente importante -respondió.

-Aún así, dime -insistí.

Ya habíamos terminado de cenar, pero yo había pedido un segundo postre para que no nos fuéramos a casa y así respondiese a mi pregunta.

-Bueno, me comento que llevabas mucho tiempo sin tener novia y eso te había hecho pensar de otro modo con los chicos, así que al enseñarme unas fotos tuyas, accedí a salir contigo, a ver si surgía algo y te olvidabas de los chicos.

Después de decirme eso estuve callado durante todo el trayecto a casa, la dejé a ella en la suya y yo volví a la mía a tener que soportar a mi madre. Fue pisar la entrada y lo primero que me preguntó fue ¿Qué tal la cita, ves como no eras un estúpido gay? yo no la conteste, directamente la cerré la puerta de mi cuarto en sus narices. Gemma no estaba mucho por casa, ya que tenía turno de noche en la oficina en la que trabajaba, por lo que cuando llegaba a casa, se tiraba la tarde durmiendo.

La tarde del día siguiente, le había dicho a mi madre que me iba a casa de Zayn a dormir, mentira claro está, en realidad iba a la de Louis. Decidí ir andando ya que si iba en coche y pasaba por casualidad por esa calle y lo veía, ya tendría problemas.

-¿Y que estuviste haciendo ayer? -me preguntó Louis mientras limpiábamos los platos juntos.

-Eee... bueno... nada importante la verdad ¿y tu? -no podía contarle lo de Sofía, aún no.

Me miró con una cara extraña, pero después sonrió.

-Ayer me llamaron para trabajar en un bar en turno de noche, comenzaré mañana.

Eso era una estupenda noticia, yo aún no había encontrado nada y tampoco es que me lo estuviera currando para buscar algo, pero se veía que Tommo estaba muy feliz. Le abracé y le dí un dulce beso en los labios.

-¡Qué bien Tommo!, me alegro mucho cariño, la última palabra salió de mis labios sin ningún esfuerzo.

-¿Cariño? -me preguntó y nos echamos a reír.

-Somos novios, debemos decirnos ese tipo de cosas -le expliqué y le dí la vuelta para que me mirase.

-Entonces... Yo te llamaré bebé -y sonrió, sus ojos eran más azules de lo normal.

-Por mí encantado, por cierto, me gusta que te estés dejando barba, te favorece -nos echamos de nuevo a reír.

Lo decía de verdad, le hacía ver aún más maduro y me gustaba, ya que yo por altura y físico, parecía el mayor de los dos. A la hora de dormir nos metimos juntos en la cama, nos abrazamos y nos dimos unos cuantos besos antes de dormirnos.

Las semanas pasaron volando, y ya estábamos a un par de dias de Halloween, mi madre me volvió a obligar a quedar más veces con Sofía, hasta el punto de que ésta se creía que éramos novios y alguna que otra vez tuve que besarme con ella delante de mi madre para que me dejara tranquilo y dejase de insultar a Louis con sus mierdas. Me estaba metiendo en un agujero y no sabía como mierda salir. Las cosas me estaban saliendo jodidamente mal y no sabia que hacer para parar todo con Sofía, la chica era mona aunque algo pija e insoportable cuándo ya la ibas conociendo más afondo, solo pensaba en ella y en su maquillaje. Hoy me quería llevar a un bar por el centro de la ciudad y no entendía por que teníamos que ir a las once de la noche. Así que ahora me encontraba frente a un local de donde no paraban de salir y entrar jóvenes, Sofía me agarró del brazo y me metió de un tirón dentro.

-Sentémonos allí -señaló una mesa libre y asentí.

Mientras leíamos la carta noté la mirada de alguién posada sobre mí, no le dí mucha importancia.

Narra Louis_

Estaba reponiendo bebidas en la barra del bar en el que trabajaba, cuándo ví una melena rizada al fondo del local, era de locos no darse cuenta de que era Harry, era de los pocos chicos altos que había por aquí.

¿Qué hacía aquí? ¿Y si vino a darme una sorpresa? me pregunte y una sonrisa se poso en mi rostro, tenía el mejor novio del mundo. Le comenté a Rachel, mi compañera, que yo me encargaba de esa mesa, así que tomé el boli y cuaderno y me metí entre el barullo de gente para tomarle nota a mi novio, cuándo salí de él y estuve frente a la mesa, me quedé con la boca abierta, fruncí el ceño al ver la escena, una chica estaba agarrando la mano de Harry y el sonreía. Me acerqué, sonreí de mala gana y entonces el rizado alzo la vista para ver quién era la persona que les iba a atender, su cara era un cuadro cuando me vió, miró a la chica y después a mi, apartó su mano de la de ella y abrió la boca para hablar.

-Louis...

Apartó la mirada de él y eché un vistazo a la chica, era una pelirroja con cara de niña pequeña, ya a simple vista, la odiaba.

-¿Os conocéis? -me preguntó ésta.

Miré a Harry y asentí.

-Éramos amigos hace unos meses, me llamo Louis, ¿y tu?

-Yo soy Sofía, la novia de Harry.

¿¡Qué, qué!? fulminé con la mirada a Harry y éste negó varias veces.

-Ahora os atienden, debo irme -dije a ambos y salí de allí con la cabeza gacha y a paso rapido.

Necesitaba salir a tomar el aire, avisé a Rachel para que me cubriera y salí por la parte trasera del bar. Me senté en el suelo y saqué un paquete de tabaco que llevaba en el bolsillo, puse entre mis labios un cigarro y lo encendí, di unas cuantas caladas y entonces alguien abrió la puerta.

-No sabía que fumases.

-Y no lo suelo hacer, pero toda esta mierda me supera, el tabaco me relaja.

Tan solo fumaba uno o dos cigarros al día, solo cuándo no podía aguantar mas la situación.

-¿Mierda?, ¿te crees que estoy con Sofía por gusto?, lo hago por nosotros.

-¿Por nosotros?, por el amor de dios, éstas saliendo con dos personas -repliqué y me llevé las manos al rostro.

Ésto me estaba exasperando demasiado, di la última calada al cigarro, me levanté y lo tiré al suelo para después pisarlo.

-Lo hago para que mi madre no sospeche de que estoy contigo, Sofía y yo solo nos dimos un par de besos frente a Anne para que me dejase tranquilo, nada mas.

-¡¿La besaste?!, joder Harry -mi mano se convirtió en un puño qué en pocos segundos estaba rojo del golpe que había pegado a la pared.

Yo no era violento, pero quería a Harry y que se hubiese besado con una tía no me hacia ni puta gracia, ésto se estaba desmadrando.

-Simplemente quiero amar a quién quiera y que éste bien -entonces cayó de rodillas al suelo y ví como comenzaba a llorar.

¿Acababa de decir la palabra amar?

Me arrodillé a la altura de Harold y le levanté el rostro, quién diría que él rizado lloraría por estas cosas, se qué estaba mal lo que habia hecho, pero me acababa de demostrar que de verdad lo hacía por nosotros.

-Por favor, no llores más -le sequé las lágrimas y el asintió.

Me cogió de la mano lastimada y me dio un beso, después se la puso en su rostro y nos quedamos mirándonos el uno al otros unos segundos. Sus ojos esmeraldas me hipnotizaban.

-Saldremos de esta mierda, te lo prometo, solo espera a que mi padre venga de España -asentí y le abracé.

-Pero por favor, solo quiero que parezcáis novios cuando tu madre está cerca, si no, juro que la arranco los pelos a ella... y a ti te castro -lo decía muy enserio, pero creo que Harry nunca se imaginaria que esas palabras saldrían de mi boca, por lo que comenzó a reír contagiándome a mi también.

-¿Juntos? -se pasó la lengua por los labios y acercó su rostro al mío.

-Siempre - susurré y le besé.

Mis labios rozaron suavemente los de él, poco después su cálida y húmeda lengua se adentro en mi boca, nuestros bocas se movían al compás, toqué el suave rostro de Harold con mis dedos, entonces me lamí los labios y el rizado se separó de mi, ambos sonreímos y nos levantamos del suelo.

-Será mejor que volvamos Bebé -resalté la última palabra y Harold me dió un pequeño puñetazo en el hombro.

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