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Niñero Louis

-¡Harry!, levántate o llegaras tarde a trabajar -oí gritar a mi madre desde la primera planta, me levanté de la cama y me dirigí a la puerta, la cual cerré de un fuerte golpe.

Volví a paso lento a mi cama y me tiré en ella, me cubrí la cabeza con la almohada y cerré los ojos para intentar conciliar el sueño. Hoy no tenia muchas ganas de ir a trabajar, eran apenas las doce del mediodía y me había acostado a las siete de la madrugada por haberme puesto a dibujar.

-¡Harry Edward Styles!, levántate ahora mismo si no quieres que suba con un cubo lleno de agua helada -volvió a gritar mi madre.

Bufé y tiré la almohada al suelo, ahí se iba a quedar bastante tiempo, ya que yo no solía hacer mi cama, ¿para que el hacerla? si luego ibas a volver a deshacerla, era una tontería.

-No la aguanto -murmuré y me dirigí al armario a coger la ropa, me puse unos pantalones negros, una camisa gris y mi beanie gris favorito. Entré al baño y me lavé la cara con una mano mientras que con la otra, me echaba mi melena rizada hacia atrás -¿Cómo es posible que exista un ser tan hermoso? -me pregunté mientras me miraba al espejo.

-¡Harry! mamá se esta tirando de los pelos, haz el favor de salir ya si no la quieres ver calva en los próximos minutos-exclamó mi hermana Gemma desde el pasillo y rodé los ojos, agarré las botas doradas del suelo y me las fui poniendo mientras abría la puerta y salía al pasillo.

-Desde que papá se fue a España y desde allí le mando los papeles del divorcio, está insoportable -me quejé a Gemma y esta me pasó un brazo por mi hombro, me erguí y la miré a los ojos.

-Ya lo sé, lo esta pasando mal, entiéndela hermanito -asentí a la vez que suspiraba. Se dio la vuelta para entrar a su cuarto.-Por cierto, tiene una noticia para ti así que haz el favor de no liarla.

-¿Qué noticia? -la pregunté antes de que cerrase la puerta.

-Ya lo verás, pero no te va a gustar nada -cerró la puerta y oí como echó el pestillo.

-¡EDWARD! -gritó mi madre nuevamente y esta vez la contesté.

-Te he dicho mil veces que no me llames así, mi nombre es Harry y deja de ser tan pesada -la respondí mientras bajaba las escaleras.

Tras mi respuesta mi madre se encerró en su habitación, ¿Qué les dio a las mujeres de esta maldita casa con encerrarse en sus cuartos? Me metí en la cocina y tomé un bol de la estantería, lo llené de los cereales esos multicolores, saqué la leche de la nevera y la volqué encima. Tras coger una cuchara me senté en el sillón y puse la televisión.

-Yo es que ya no puedo contigo - se quejó mi madre a la vez que daba vueltas por la cocina.-He decidido tomarme unas vacaciones, no se cuanto tiempo estaré fuera, pero solo quiero estar tranquila -me explicó mientras fregaba y asentí sin importancia -Gemma se vendrá conmigo.

-Vale, ¿Algo más?

Mi madre apagó el agua y salió para colocarse a escasos metros de mi, se cruzó de brazos y abrió la boca para hablar.

-Si, contraté a alguien para que esté pendiente de ti.

Al oír esa frase salir de sus labios escupí los cereales sobre su alfombra favorita, dejé el bol de un golpe en la mesa y me puse a su altura.

-¡QUÉ!, ¡Mamá tengo veinte años!, no soy un mocoso de quince -alcé la voz y mi hermana apareció de la nada, me cogió de la mano para que me callara, pero yo se la aparté.

-Mientras vivas en mi casa acataras mis ordenes, tengas veinte o cuarenta años -contestó y me dirigí hacia las llaves del coche.

-Por lo menos la chica estará buena ¿no? -las pregunté y Gemma se tapó la boca para ocultar la sonrisa que se le había formado en la cara.

-Se llama Louis y tiene veintitrés años, mañana empezará, nosotras nos iremos por la mañana, así que espero que te comportes, porque como me hagas volver, te echaré de esta casa, no quiero un hijo inmaduro bajo mi techo -respondió y salí por la puerta pegando un portazo.

Conduje hasta la panadería donde trabaja desde la una hasta las cinco de la tarde junto con mi mejor amigo Zayn, era un buen tío, lo conocía desde hacia tres años gracias a que se mudo junto a Niall, otro de mis colegas, a Holmes Chapel (Cheshire, Reino Unido) mi ciudad natal. Cuando llegué, le saludé y me coloqué el delantal para comenzar a trabajar.

-Pues ya ves tío, desde que mi padre se divorcio de ella, parece una bruja -Zayn rió.

El pelinegro estaba colocando el mostrador mientras que yo metía los panes en el horno, éramos los únicos en la tienda, quitando a las dos mujeres que estaban en la parte de atrás haciendo la bollería.

-Solo te queda un año para tener el dinero suficiente para largarte, aguanta -me recordó y gruñí de rabia.

La campana que había encima de la puerta comenzó a sonar, alguien había entrado, los dos nos callamos. Me puse al lado del moreno.

-Buenos días -nos saludó un chico de cabello lacio y castaño, Zayn se dio la vuelta para ver los panes y yo decidí atender al cliente.

-Hola, ¿En qué puedo ayudarle? -le pregunté de mala gana y el miró toda la bollería que había en frente suyo.

-¿Podría ponerme para llevar en una hora, cuatro de esos bollos y otros dos de zanahoria? -me señaló los que quería y los fui apuntando en un papel.

-Vale, sin ningún problema, entonces pásate en una hora ¿Cómo te llamas?

-Louis-lo apunté -Muchas gracias, entonces nos vemos luego -me sonrió y salió por la puerta haciendo que volviera a sonar la campana.

Bajé la mirada para leer de nuevo el nombre, justo el que menos quería oír, ¿es qué ahora todos se llaman como el tío al que contrató mi loca madre?

-Bueno mi turno terminó, ¿Cuándo empiezan tus vacaciones? -me preguntó Zayn y eché un ojo al calendario de mi móvil.

-Hoy es mi ultimo día -le respondí al ver el día en rojo - El próximo viernes recuerda que haremos una fiesta de despedida para Liam -guardé el móvil y él asintió.

-Casi se me olvida tío, vale, pues te veré la semana que viene.

Se puso la chaqueta, colgó su delantal y salió de la panadería despidiéndose de mi con su mano. Estaría yo solo atendiendo a los clientes hasta que terminase mi turno, aunque tampoco es que viniera mucha gente a estas horas. Casi una hora después, apareció Louis, cogí una caja para meter su pedido y la puse sobre la mesa de mármol.

-Hola vengo a por los bollos -alcé mi dedo pulgar en afirmación y me puse unos guantes, fui tomando cada bollo y poniéndolo sobre la caja de cartón.

-Ya están, toma. Son diez libras -coloqué la caja abierta en el mostrador y comenzó a sacar el dinero.

-Ese está aplastado -me señaló el bollo azul. Le eché un vistazo.

¿En serio, y que importa que esté un poco aplastado, si luego se lo iba a comer?

-No pienso pagar por algo aplastado -añadió y le fulminé con la mirada.

Tomé el bollo y me lo metí en la boca, después cogí otro y se lo puse en la caja, abrió la boca para quejarse pero lo pensó mejor, posó su móvil sobre el cristal y pude ver que estaba metido en galería, vi la foto de una chica bastante guapa.

-Esa rubia esta muy buena, ¿Ya te la follaste?

-Es mi hermana idiota, no te atrevas a hablar así de ella -agarró el móvil entre sus diminutas manos y lo apagó.

-Uf pues esta para follársela -me encogí de hombros y me eché a reír, estaba de broma.

-Hijo de...

Antes de que pudiese apartarme, el puño del idiota había pasado el mostrador y acabado en mi boca.

-¡Estás loco!, lárgate antes de que te parta la cara -tomé el billete de diez del mostrador y le señalé la puerta.

Antes de salir, me sacó el dedo corazón y se subió en su coche. Me toqué el labio y noté como se me estaba inflamando un poco, pedí a una de las mujeres que se quedara atendiendo durante unos minutos con la excusa de que debía coger una llamada importante. Busqué en la parte trasera donde los congeladores una bolsa de hielo para colocármela en el labio antes de que se me pusiera a lo Kim Kardashian.

Y os preguntareis que es de mi vida y porqué trabajo en vez de ir a la estúpida universidad. Pues os explico, mí padre se divorcio de mi madre hace unos meses por que estaba harto de ella y de su carácter de loca, dejé el instituto un año antes de graduarme ya que no hacia nada y siempre me metía en líos, por lo que ahora mismo no tenía la secundaria completa. En cambio mi hermana, estaba en la universidad estudiando literatura. ¿Relaciones amorosas? nunca se me dieron bien las relaciones con las chicas, las usaba como pañuelos, las relaciones no eran lo mio, demasiado trabajo para mi. Y bueno, me encantaría independizarme de una maldita vez e irme de esta ciudad.

-Hazza, el chico llegó y nosotras nos tenemos que ir -susurró en mi oído cariñosamente mi hermana y me estiré exageradamente en la cama.

-Podríais levantarme así todos los días.

Gemma se echo a reír y me revolvió el cabello.

-Bueno, vístete, te esperamos abajo.

Tan solo me puse el pantalón del pijama, que ya para mi era mucho, ya que solía andar en calzoncillos por la casa. No tenía nada de que avergonzarme, amaba mi cuerpo recubierto de tatuajes. Algún día me gustaría llegar a ser tatuador profesional, ahora mismo, era lo único que me llamaba la atención para dedicarme en un futuro. Salí de mi cuarto y mientras bajaba ya podía oír la voz de mi madre.

-Esperemos que no te cause ninguna molestia quedarte aquí durante un mes para vigilarle -le dijo mi madre a un chico de corta estatura para ser hombre.

<< Me suena de algo >> pensé al ver el cabello castaño y el perfil de su rostro.

-Ah mira, ahí esta Harry, Harry este es.... -intentó decir mi madre pero la corté.

-¡TÚ! ¿Qué haces aquí? -dijimos los dos a la vez.

-Ya veo que os conocéis -añadió Gemma y la miramos todos -¿Qué dije?

-Yo vivo aquí, el que tendría que preguntar eso soy yo -repliqué acercándome con cara amenazante.

-Soy tu "niñero" - respondió con una sonrisa algo rara, le mire con asco y me giré hacia las dos mujeres de la casa.

-Estaréis de coña, ¿no? -las pregunté a Gemma y a mi madre, yo quería que dijeran que si y nos comenzásemos a reír, pero no fue a si, ambas negaron.

-Bueno, os dejamos, adiós - mi madre cogió las maletas

-¿Así sin más? 

-Tenemos prisa, vosotros ya os conocéis, así que no molestamos mas, eso si, hazme el favor de comportarte Edward -pero antes de que pudiera quejarme, ella ya había salido por la puerta.

-Estamos solos, ¿Qué quieres hacer? -me preguntó el idiota y pasé frente a el dándole un golpe en el hombro.

-Aquí mando yo, ¿Entendido? -recalqué y soltó una carcajada, ¡se rió en mi cara!

-Yo soy tu niñero, así que, creo, que el que mas autoridad tiene ahora mismo en esta casa, soy yo -comentó. Solté un gruñido -Por cierto, tú hermana también está buena, pero no me la follaría -guiñó uno de sus celestes ojos.

-¿Qué es lo que acabas de decir, imbécil? - volvió a reír por segunda vez.

Me giré y quedé a menos de un metro de él, alcé mi puño, pero solo fue para que viera como lo apretaba, haciendo notar mis venas en el brazo, él solo se me quedó mirando de arriba a abajo, posando una leve sonrisa en su rostro. ¡Le odio, no le aguanto! Agg maldita sea, hubiese sido mejor una mujer, al menos con ella si que hubiese hecho algo productivo.

El vídeo de arriba demuestra como Larry es real, amo ver este tipo de vídeos sobre ellos, creo que se convirtió en una hermosa obsesión.

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