Capítulo 16: "La felicidad no es duradera"
Un joven de cabello alborotado y un calvo se encontraban platicando con su grupo de amigos antes de empezar su entrenamiento.
¿En dónde estuvieron que se desaparecieron por tanto tiempo?, decía un joven de tres ojos.
Decidimos darnos un descanso e ir a conocer algunos pueblos que no conocíamos, dijo Gokú sonriendo.
Pues tus fans no dejaban de venir a preguntar por ti, dijo Piccolo.
Sobre todo Lunch y Marón, dijo Ten.
Gokú miro a Krilín y solo sonrieron.
Fri pan:
Una bella pelinegra platicaba con un gigantesco rey en su despacho.
¿Quieres ir a conocer el reino de tú prometido?, decía el gigantesco rey.
Así es padre, decía Milk dulcemente.
Me parece buena idea pues yo también deseo conocerlo, dile a Gokú que esta semana nos lleve a su reino, dijo el rey Ox.
Esta bien padre, dijo Milk mientras pesaba: Necesitaremos la ayuda de la princesa Mai antes de lo que hubiese imaginado, tengo que hablar con ella y con Gokú.
Horas después:
Una bella princesa pelinegra platicaba por teléfono con otra princesa.
No te preocupes ya se ocurrirá algo para que el rey Ox solo conozca mi castillo y no quiera ir a Paoz, mientras tanto dile a tú prometido lo que acordamos, decía Mai.
¡Gracias nuevamente por apoyarnos¡ decía Milk.
Lo hago con gusto me caes muy bien y tu prometido también aunque no e hablado mucho con él puede notar lo mucho que te ama, además el ser parte de su historia de amor y ayudarlos a que ambos sean felices es mi gran recompensa, decía Mai.
La pelinegra luego de platicar con la princesa Mai llamo a su prometido.
¡Gokú¡ decía Milk.
Mi niña, ¡que alegría oír tu voz¡ decía Gokú a través de la línea telefónica.
A mi también me da alegría oírte, decía Milk.
¿Sucede algo mi niña?, dijo Gokú.
Si, a mi padre se le ocurrió querer visitar tú reino este fin de semana,......, decía la pelinegra platicándole al joven de cabello alborotado por teléfono lo que había platicado con su padre y con la princesa Mai horas antes.
Minutos después:
Entonces la princesa Mai nos ayudará, decía Gokú através de la línea telefónica.
Si amor no te preocupes como te comente tú solo tienes que decir lo que te dije, además así mi padre se queda mas tranquilo y en otra oportunidad me permite poder viajar contigo solos, dijo Milk dulcemente.
Si tienes razón, dijo Gokú.
Días después:
Un calvo se despedía de su amigo de cabello alborotado en la estación de trenes de la Capital Central.
Que todo te vaya bien amigo, decía el calvo.
¡Gracias Krilín¡ decía Gokú antes de subir al tren.
El tren emprendió camino mientras el joven calvo lo miraba partir cuando alguien llego junto a él.
Krilín, ¿qué haces por aquí?, pensé que aún seguías en el castillo, dijo una bella rubia de cabello corto.
Die.... Dieciocho, dijo el calvo nervioso.
Si, soy yo, dijo la rubia sonriendo.
¿Qué haces por aquí?, dijo Krilín.
Es lo mismo que yo te pregunte, dijo la rubia sonriendo.
¡Eh¡ si, si, decía el calvo echando a reír.
Pues yo vine a despedir a unos familiares que estaban de visita en mi casa, pero tú, ¿qué haces por aquí ya no estás en el castillo?, dijo la rubia intrigada.
Pues ya no, ahora Gokú y yo estamos aquí en la Capital Central para seguir entrenando, ya conseguimos el dinero que necesitábamos para poder seguir practicando lo que tanto amamos sin preocuparnos por trabajar por algunos meses, decía el calvo.
¿Tan bien les pagaron en el castillo?, dijo Dieciocho sonriendo.
Si muy bien, pero con lo que recibimos por apoyar en el gimnasio además de lo que ganamos como jardineros podemos vivir cómodos por algunos meses, dijo el calvo.
Ya veo, pero ¿qué haces aquí?, dijo la rubia.
Vine a dejar a un amigo que nos vino a visitar a Gokú y a mí y que vive en otro pueblo, mintió el calvo.
Claro ya entendí, si gustas podemos tomar un helado mientras seguimos platicando, dijo la rubia sonriendo.
Claro, dijo el calvo feliz.
Horas después:
El joven de cabello alborotado llego al pueblo de Fri pan donde con algunos ahorros que tenía arrendó un carruaje para que lo llevara al castillo de su amada donde ya lo esperaba esta y su padre.
Luego de algunos minutos de viaje Gokú llego al castillo y saludo al rey y a su amada.
Ya estoy listo, quiero conocer tú reino y a tus padres, dijo el rey.
Eso haremos su majestad pero hay un pequeño inconveniente, dijo Gokú.
¿Cuál?, yo ya tengo listo el helicóptero para que nos lleve, dijo el rey.
No, no es eso, lo que pasa es que mis padres no están en el reino, ellos y mis tíos viajaron a otro lugar, además mi prima aprovechando ello quiere tratarlo más pues quiere platicarle de un proyecto que sus padres, los míos y ella tienen en mente, ella dice que este proyecto beneficiara mucho a los reinos, decía Gokú con seguridad.
La princesa Mai, quiere verme, dijo el rey intrigado.
Así es su alteza, dijo Gokú con seguridad.
Esta bien iremos entonces primero a la Capital Oriente y luego iremos a tu reino, dijo el gigantesco rey.
Me parece bien, dijo Gokú.
El rey y los dos pelinegros abordaron el helicóptero y emprendieron camino.
1 hora después:
Si que está lejitos este reino, dijo el gigantesco rey mientras bajaba del helicóptero frente a un gigantesco castillo donde una hermosa joven de cabello negro los esperaba.
Primito, que bueno que ya llegaron, dijo Mai acercándose a abrazar a Gokú antes de saludar a sus invitados.
Luego de los saludos respectivos Mai hizo entrar a sus invitados dentro del castillo.
Primito, lleva a tu prometida a mostrarle nuestro castillo mientras yo platico con el rey, decía Mai.
Gokú solo asintió y tomo la mano de la pelinegra para sacarla del salón.
Los pelinegros caminaban por los pasadizos del castillo tomados de la mano mientras platicaban en voz baja.
Ojala y Mai entretenga a tú padre pues ¿cómo haré si insiste en conocer mi reino?, decía Gokú preocupado.
No te preocupes ella me dijo que se encargaría de que papá este tan ocupado mirando unos documentos que cuando se de cuenta de la hora ya no abra tiempo para ir a tu reino, yo conozco a papá y cuando algo lo entretiene el se olvida de todo, dijo Milk.
¡Que bueno entonces¡ dijo Gokú.
Si además tuvimos suerte que los padres de Mai se fueran de viaje, dijo Milk.
Tal como Mai lo planifico las horas pasaron y el rey Ox no puedo ir a conocer el reino de Gokú, solo conoció el castillo de sus supuesta prima y todos degustaron juntos de una agradable cena antes de volver a sus respectivos hogares.
Gokú se despedía de la pelinegra y de su padre en el castillo de estos antes de abordar el carruaje que lo llevaría a la estación de trenes de Fri pan.
En otra oportunidad conoceré a tus padres y a tu reino, dijo el gigantesco rey.
Así será su majestad, dijo Gokú.
Gokú se despidió de su prometida con un fugaz beso y subió al carruaje.
Al día siguiente tal lo acordado Bulma en compañía de Lunch fueron a los dos castillos donde habían dejado a prueba un invento de su padre pero en realidad lo que ella quería era volver a ver al joven cabello de flama además de poder ver aunque sea por molestar a Gokú pero para su mala suerte no encontró al joven de cabello alborotado en Fri pan ni al joven cabello de flama en su reino.
Semanas después:
Ya habían pasado tres semanas desde que Milk y su padre habían ido a conocer el reino de Oriente, él padre de la pelinegra debido a sus diversas ocupaciones ya no había vuelto a insistir en conocer a la familia ni el reino del prometido de su hija y eso les daba tranquilidad al par de pelinegros, además la relación del rey y de Gokú cada día era más buena, tanto así que este le había permitido que él viajase con su hija solos, eso si, la princesa salía en el día pero antes de las 8 pm ya tenía que estar de regreso en sus reino.
Bulma y Lunch por su parte ya no habían vuelto a ir al castillo de Fri pan, solo Bulma iba con cualquier pretexto al Castillo del príncipe Ouji con tal de fortalecer la amistad que había iniciado con él, por su parte Lunch al enterarse que Gokú estaba nuevamente en la Capital Central había nuevamente vuelto a intentar conquistarlo para ello todos lo días iba a verlo al gimnasio donde entrenaba donde este a las justas le hablaba generando molestia en la jovencita.
Un nuevo fin de semana llego y el joven de cabello alborotado como desde hace una semana había ido a ver a su prometida a su reino para supuestamente llevarlo al suyo.
Vayan con cuidado, decía el rey al ver subir a un carruaje al para de pelinegros. El carruaje los llevo a la estación de trenes donde ellos abordaron un tren con destino a la Capital Central.
Luego de algunas horas de viaje el par de jovencitos bajaron del tren y tomados de la mano salieron de la estación.
Ahora te llevare a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, decía Gokú sonriendo.
Pues ya quiero probar la comida que se prepara allí, decía Milk.
Luego de tomar un taxi, el par de pelinegros se encontraban frente a un lujoso restaurante.
"El Dragón Dorado", dijo Gokú mientras la pelinegra sonreía sin notar que a unos metros suyos una rubia de cabello ondulado los miraba con molestia.
¿Qué hace Gokú con esa princesita?, pensaba Lunch mientras veía al joven de cabello alborotado tomar la mano de la pelinegra para luego entrar al restaurante.
La rubia se coloco sus lentes negros y entro tras ellos al restaurante y ocupo una mesa a algunos metros de distancia de donde el par de jovencitos estaban platicando y sonriendo.
No puedo creerlo, Gokú y esa chiquilla, son algo, pensaba la rubia mientras veía al joven de cabello alborotado aproximar su rostro al de la pelinegra y besarla dulcemente incrementando la molestia de la rubia.
Maldita sea, por esa chiquilla me desprecias, nunca pensé que fueras tan ambicioso, pero sus estúpidas sonrisitas se acabaran yo no creo que el rey apruebe esto, la felicidad no es duradera mi querido Gokú y tú pagarás el haberme despreciado por ella, lo pagarás, ya lo verás, lo pagarás, pensaba Lunch mientras destrozaba con sus manos unas servilletas.
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