Capítulo 35.{Dos palabras que son capaces de destruir y salvar el mundo.}
Capítulo 35.
{Dos palabras que son capaces de destruir y salvar el mundo.}
William.
— ¡CROL! — grito Agustín. — ¡¿A eso le dicen crol?! — pregunta indignado mientras sopla el silbato.
Aunque mis músculos duelan. Sigo dando lo mejor de mí, hago mi mejor crol. Hasta me sorprendo lo bien que me sale.
— Miren a Black, es el único que parece estucharme en este lugar — grita.
Eso sube un poco mi ego. Lo que hace que me exija aún más para superarme a mí mismo.
Me vuelvo uno con el agua. Dirán que eso es raro o hasta tonto.
Pero mientras nado, me olvido de mis problemas y aunque mis músculos ardan y duelan. Siento que me libera. Que estoy en mi lugar feliz.
— ¡TIEMPO! — grita seguido del pitido del silbato.
Justo estoy llegando al final de la pileta. Pongo las palmas apoyándome en la superficie, acto seguido tomo envión y subo.
Me saco los lentes y la gorra de natación. Tomo aire, si estoy muy cansado. Demasiado diría.
Leticia está flotando en la pileta. Se quedó sin energía para llegar hasta la orilla.
Parece muerta, hasta se sacó la lengua para simular su muerte.
Palmean mi espalda.
— Bien hecho William, capaz estoy siendo duro. Pero mañana es la competencia entre equipos y yo quiero que todos den su 110 por ciento. Y te exijo más a ti, porque sé que puedes dar más.
— Muchas gracias, Agustín. Sé que no nos quiere asesinar — bromeo haciéndolo reír. — Pero mire a Leti, está muerta — señalo a la dramática. Que sigue flotando.
Bruno esta junto a nuestro otro compañero. Tirados en el piso recuperando el aliento. Y Lucia, la gemela de Leticia, esta con una fea bata amarilla. Mientras usa su celular.
— Es que son débiles, pero en un mes. Harán el doble sin cansarse, pero tú harás el triple sin cansarte.
Sus palabras me llegan a lo más profundo. Todos piensan que por ser "el nerd" de la clase, terminare siendo científico, ingeniero, abogado o médico. Pero ese no es mi sueño, desde que toque el agua. Me di cuenta que acá es mi lugar.
Quiero dedicarme a la natación, sé que no es fácil. Que ser un adulto y mantenerme de la natación no es tarea sencilla.
Pero es mi sueño y que mi entrenador, uno grande y reconocido, diga que puedo mejorar mi nivel en un mes. Sobrepasando a mis compañeros, me hace sentir orgulloso y feliz de que mi esfuerzo no es vano.
— ¿Cree eso de mí? — pregunto aun sorprendido.
— Claro que sí, no es solo un hobby. Cuando le metes pasión, inviertes tiempo, le dedicas atención y lo haces tú prioridad. No veo en Leti o Lucia, lo que veo en ti. Por eso, me tome la libertad de mandar tu ficha para los juegos olímpicos de la juventud, en Buenos Aires.
Me levanto de golpe y lo abrazo con fuerza, ya que lo vi como algo lejano. Pensando que no estaría listo para el año que viene.
— ¿Yo? ¿En los juegos olímpicos 2018? No lo puedo creer — grito emocionado.
— No es una certeza, pero te estarán viendo. Solo tienes que seguir dando mucho más.
—Se lo prometo. Daré mi 150 por ciento, no menos.
Agustín me mira con una sonrisa que puedo visualizar como orgullosa y satisfecha.
—No espero menos de ti.
— Gracias, en serio gracias por pensar en mí.
— No hay de que, reconozco talento cuando lo veo.
Me permito volver a abrazarlo. Luego de unos minutos.
Me despido para ir a los vestuarios saco mi celular. Voy a la chat de Yull. En donde ahora esta agenda da como Ilusión Sexy. Le mando un audio contándole la noticia, muy emocionado. No la llamo porque sé que está dando clases.
— Yo no sabía que tenía que cogerme a la sobrina del entrenador, para lograr ir a los juegos olímpicos — habla una voz dura y varonil a mis espaldas.
Me doy vuelta, me encuentro con Bruno. Quien tiene puesto únicamente un jeans, tiene sus brazos flexionado sobre su torso. Me mira de una forma desafiante, tiene una sonrisa burlona.
— ¿Qué dices?
— Que conseguiste ese lugar por tus dotes en la cama. Y no por ser buen nadador — habla molesto. — Porque todos sabemos que soy mejor que vos.
Lo miro enarcando una ceja. No puedo estar escuchando esto.
Si bien estoy en una relación con Yull, no tiene nada que ver eso. Con que me hayan seleccionado para los juegos olímpicos.
— Deja de decir estupideces — digo calmado. O eso intento. — Si conseguir ese puesto es por mi talento. Si crees que lo mereces, entonces demuéstralo. Porque mucho bla bla bla. Pero nada de acción en la pileta.
Baja sus brazos apretando sus puños. Enojado.
Ruedo los ojos, no quiero pelear. No vale la pena, somos personas grandes. Creo que eso es solo para los idiotas.
<<A pero cuando Zack molesta a Yull. Se te olvido lo de ser grande. >>
— Mira Black, si te crees el mejor. Te reto.
Levanto mis cejas en señal de sorpresa. ¿Qué le pasa al lunático?
— ¿Me retas? Bien ¿Pero a qué?
— Mañana, en la competencia. Ambos nadaremos en los relevos, le diremos a Marcos y alguna de las mellizas que cronometre nuestros tiempos. Quien tarde menos, es el mejor. Y el que tarde más tendrá que tatuarse en alguna parte del cuerpo, la frase "Nado estilo perro".
Lo miro sorprendido. Ese insulto es utilizado entre nosotros de una forma casi dolorosa. Ya que hace referencia a ser un asco nadando.
— ¿Estás seguro? — pregunto.
— Claro que sí, sé que no eres rival para mí. Espero a que tu noviecita le guste los perdedores — su tono es pretencioso. Odio a los pretenciosos y más si son idiotas.
— Si le gustaran, saldría contigo — me encojo de hombros. — Acepto.
No espero que me conteste. Ya que tomo mi mochila y me voy hacia otro lado. No quiero seguir escuchándolo.
No sé si soy mejor que él. Pero no soy malo y si me gano ese lugar, es por mi talento. No por ser el novio de Yull.
***
Llego a la fundación, estaciono frente a esta. Le mando un mensaje a Yull diciéndole que estoy afuera.
Aprovecho que tuve que hacer unas entregas de comida, la que mi madre vende, por esta zona. Y recojo a mis chicas.
Ilusión sexy: Entra, que Azucena no quiere salir. Seguro cuando te vea, corre hacia tus brazos.
Yo: ¿Tú también correrás hacia mis brazos? Claro, ahora voy.
Salgo del auto, pongo la alarma.
Entro a la enorme fundación, todavía me sorprendo de como mi novia. Es capaz de dirigir este lugar, es un gran trabajo. Pero ella es capaz de todo lo que se proponga, después de todo es Yull Marian.
— Buenas noches, William — saluda Cata, la mejor amiga de Yull y recepcionista.
— Buenas noches, Cata.
— ¿Vienes por las chicas Marian? — pregunta con una sonrisa.
— Claro, vine por mis chicas — contesto con una sonrisa. Ella sonríe aún más. — ¿En dónde están?
— Sala de canto, nivel infantes — me recuerda.
— Muchas gracias Cata.
— De nada Will.
Cuando me doy vuelta creo que la escucho murmurar "Que hombre perfecto". Pero deben ser imaginaciones mías.
Voy hacia la sala de canto. Veo a Yull en la puerta, apoyada en el marco de esta. Mira hacia adentro. Se ve tan hermosa, tiene un guardapolvo de maestra, lo que la hace ver hermosa y radiante.
Ella siente mi mirada, ya que su cabeza gira hacia mí. Su sonrisa se intensifica, corre hacia donde estoy. Literalmente corre hacia mí.
Por suerte mis reflejos son rápidos, logro tomarla en mis brazos. Mis manos están debajo de su trasero. Sus manos se aferran a mi cuello y sus labios cubren los míos.
— Hola nerd— me saluda volviendo a besarme. Un beso apasionado y lleno de sentimientos.
— Hola ilusión sexy — la saludo. Haciendo que ella ría contra mis labios.
Con cuidado la bajo, pero mantengo mis manos en su cintura.
— ¿Ilusión sexy?
Con mi nariz acaricie su nariz. Luego beso su nariz, por ultimo dejo un pico en sus labios.
— Es que me haces sentir tantas cosas. Que avecés creo que nos sos real, pero luego hago esto — beso su mejilla derecha. — Y esto — la abrazo con fuerza, haciéndola reír. — y compruebo que sos real. Que somos reales — la miro a los ojos. — y sexy, no hace falta decirlo. Pero te diré que sos la mujer más hermosa del mundo, todo tu es hermoso y sexy. Estoy enamorado de todo lo que sos — admití. Pegando mí frente a la suya.
Ella cierra los ojos, mientras se aferra más a mí.
— Te amo William — susurra con los ojos cerrados. Al abrirlos veo que esos hermosos ojos azules, están vidriosos. Esta por llorar.
Yo estoy igual, tengo un nudo en la garganta.
¿Dijo que me ama?
<<Si tengo que explicártelo, renuncio. Te juro, salgo por tu oreja y me voy a otra cabeza. >> Ignoro a mi estúpida conciencia.
La bese en los labios con intensidad, quiero trasmitirle lo feliz que me hizo con lo que dijo. La hago girar haciéndola reír.
— Te amo, te amo, te amo — canturreo antes de volver a besarla.
Amaba tanto ya no tener que reprimirme a la hora de decirle que la amo. Porque decirle te quiero me salía tan natural, como decirle buenos días. Pero decirle que la amaba, es la mejor sensación del mundo. Y saber que soy correspondido, se siente como la octava maravilla del mundo.
— No puedo creer que lo dije — dice sonriendo.
— Pues lo hiciste, pero si no estás segura. No hay problema, te espero. Siempre voy a esperarte.
Ella me besa.
—No bobito, yo sé que te amo. Lo que no puedo creer, es que me volví tan valiente para decirlo.
— Ves, te dije que sos una ilusión.
— ¿Yuyu? — se escucha desde el pasillo. Ambos miramos hacia la puerta, en donde Azucena tomada de la mano de un niño, de más o menos de su edad. Busca a su mamá por todos lados. Luego sus hermosos ojos azules me miran. — ¡Ned! — suelta un chillido. Antes de venir corriendo hacia mí. Dejando al otro niño solo.
Suelto a Yull, me arrodillo en el suelo extendiendo los brazos hacia ella.
Quien salta a ellos. La tomo en el aire y la abrazo con fuerza. Es imposible no amar a la pequeña Su. Es tan hermosa y adorable, es un pequeño ángel.
Beso su mejilla en un sonoro beso.
— ¿Me extrañaste? — le pregunto cuando ella deja apretar mi cuello, en su fuerte abrazo.
Tiene algo muy parecido con Yull. Ambas son muy posesivas conmigo. Y para que mentir yo también con ellas.
— Siiiiii — grita mientras aplaude. — Estañamos a ned.
— Yo también te extrañe hermosa.
Hace un día que no la veo. Ya que a la mañana va a la guardería y yo a la escuela. Y a la tarde entre el trabajo y el entrenamiento. No pude venir a verlas.
— ¿Azu? — la voz de un niño me distrae.
Miro hacia abajo, un pequeño de cabello negro. Con un bastón para ciegos, extiende su mano buscando a mi pequeña.
— Abajo, abajo — pide.
Con cuidado la bajo. Ella le toca la mano al niño, quien inmediatamente sonríe.
— Azu — pronuncia.
— Osel — dice ella.
Miro a Yull.
— Se llama Russel, es uno de mis estudiantes. Su madre todavía no llego por él.
— Ah, podemos esperarla. Ya que dudo que Azucena quiera irse.
Ella mira como Azucena, guía a Russel hacia la sala de canto. Ella toma mi mano, ambos lo seguimos. Para cuidarlos.
Al llegar a la sala, veo como ellos juegan. Ella le da una muñeca y el, toca con sus dos manos el objeto.
Su le explica cómo debe jugar.
— Viste como los niños no discriminan. No juzgan, ellos son felices entre ellos.
Miro a Yull quien mira orgullosa a su hija.
— Es que los niños no saben discriminar, los adultos les enseñan.
— Tienes razón. Le tomare una foto, se ven tan lindos.
Sonrió mientras veo como ella le saca varias fotos. Le envía un par a la madre de Russel. Quien le pide disculpas y dice que está llegando.
—Aunque él, la toca mucho — digo entrecerrando los ojos. — Digo que mínimo dos metros de distancia.
Yull suelta una carcajada.
— No seas un papá celoso — dice riendo. Luego se calla al darse cuenta de lo que dijo. — Digo... es decir...
— Seré un papá celoso, cuando tenga doce. Antes no, pero tendré las manos de ese niño vigiladas — aseguro.
Ella me mira boquiabierta.
No habíamos hablado de este tema. Ni siquiera cuando su tía Marta, nos dijo que yo ya era alguien importante en la vida de Azucena.
No es que ella me pidió que fuera su figura paterna, solo se diera. Es como enamorarse, uno no elije de quien se enamora. Simplemente pasa.
Así paso con Azucena, simplemente paso.
— Así que...
— Si, seré papá celoso.
Ella no me mira, pero si la miro a ella. Esta sonriendo, sé que está de acuerdo.
— Yo también seré mamá celosa.
Le extiendo mi mano libre hecha un puño. Ella la choca.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro