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Capítulo 20{Charlas profundas y no tan tranquilas.}


Capítulo 20

{Charlas profundas y no tan tranquilas.}

William.

Suspire con nerviosismo.

El día no había comenzado del todo bien. Papa todavía no había aparecido, no era algo que me sorprendiera. Pero pude ver la mirada triste y desolada de mi mama. La mueca de enfado en la cara de Benja y el disgusto en la cara de Kevin, eran evidentes.

Al parecer el único no desilusionado era yo. Es momento de ponerme "los pantalones" y empezar a hacerme cargo. No solo por el dinero, sino por los chicos.

No me gusta nada como es Kevin. Como trata a mama y como trato a Yull anoche. Hay cosas que puedo cambiar, si le muestro cual es el buen ejemplo.

Cuando veo que mama dispone a levantar la mesa.

— Kevin, levanta la mesa — ordeno. — Mama cocino, es justo que nosotros limpiemos.

Este me mira entrecerrando sus ojos. Sé que debe estar matándome de mil formas distintas. Pero siendo sincero. Me da igual.

— ¿Perdona?

—Te perdono — respondo cínico. — Es hora de que las cosas cambien — dije determinado.

— ¿Te crees mi padre? — pregunto molesto.

— No, soy tu hermano mayor. Y viendo que nuestro padre, nunca te dará un buen ejemplo. Creo que tendré que hacerlo yo.

— ¡Basta chicos! — interviene mama. Quien se había mantenido callada. — Odio verlos pelar.

— Entonces, dile a tu hijo. Que no se crea mi padre, porque hablando de valores morales. Él es igual o peor. Porque todos vemos la clase de hombre que es papa. No lo esconde, en cambio. Will se esconde detrás de sus buenas notas y cara angelical.

Las palabas de Kevin. Me dolieron, me dolieron demasiado.

¿Soy igual que mi padre?

<< Él es una mierda. Tú puedes que seas una basura...>>Como siempre, no ayudas conciencia.

— No le hables así a tu hermano — lo regaña mama. Se lleva las manos a la cien. Acaricia con cuidado esa zona.

— No me sorprende que lo defiendas — masculla. — Si es tu favorito. Tan favorito que metes a sus amantes a casa y no te importa lo que la pobre Keity piense.

<< Él pendejo pega duro. >>

Me había quedado sin palabras. Baje mi cabeza avergonzando, porque él tiene razón. No en la parte de amantes, ya que Yull nunca seria eso para mí, sino el parte de engañar a Keity.

— ¿Acaso esa dulce niña? — mama me pregunta horrorizada.

Levanto la cabeza, lo que veo en sus ojos. Me lastima.

Decepción. Eso es lo que veo en sus ojos.

Miro a Kevin, él tenía una sonrisa de suficiencia. Sabía que él ya había sido demasiado corrompido por nuestro padre. No tiene empatía, ni siquiera un poco de tacto.

— Esa dulce niña, no es más que una zorra barata — mascullo.

— Ya me tienes arto — grito Benjamín. Dejándonos completamente descolocados. Nunca lo había visto así. Enojad. — Siempre te metes con Will, solo porque es mejor que tú. Y hablas de Yull, como si la conocieras — le reclama. — Mama, Will no es como papa. Él es bueno, nos ayuda con la tarea y nos lleva al colegio — me defiende.

Siento un nudo en la garganta. No sabía que decir, muchos sentimientos y pensamientos. Volaban en el aire.

Yo no podía hablar. Me sentí aturdido, sabía que no era alguien libre de pecados. Pero no me consideraba tan mala persona como mi padre. Cuando escuche a Kevin, hablar así de mí. Sentí rabia y humillación, al pensar que me parezco a él.

Pero Benjamín, piensa completamente diferente. Y eso me hizo sentir mejor. Tal vez, no soy como él, soy mejor. O puedo intentar ser mejor.

Mama se nos quedó viendo a los tres.

— Lamento tanto ponerlos en esta situación — solloza.

Oh no, eso no. No puedo seguir entero si veo a mi mama llorando.

—Mami — digo en un susurro. Tomo su mano. — No quería ponerte mal.

— Es que no son ustedes mis niños— dice entre sollozos. — Soy yo, soy tan tonta y débil.

— Mama tú no eres tonta — dice Benja. Quien tenía los ojos llorosos y la mirada triste.

— Si lo soy. Nunca me di cuenta del daño que les hago quedándome con él — dice en un tono más firme. — Solo quería que nunca les falta nada. Y miren, mis hijos se enfrentan entre ellos. No quiero verlos pelear, son hermanos. Se supone que deberían estar juntos.

— Lo siento mama. Siento haberte decepcionado— me disculpo.

Ella me mira y acaricia mi cara con cariño.

— Pensé que no serias como él — se lamentó.

— Y no lo soy — exclame. — No quiero ser como él. Yo tengo que hablar bien con Keity. Pero no quise engañarla, simplemente la deje de querer.

— Pero no justifica que estés con alguien más. Mientras sigues con ella, eso no se hace — me reto.

No pude seguir sosteniendo su mirada. Sabía que había actuado mal, pero no iba a hacer lo mismo de vuelta.

— Tú — dice mama mirando a mi hermano. — No hables nunca más así de una chica. No tienes el derecho a juzgar a alguien. Ni mucho menos hablar sin conocerla. Ella es buena y no tienes por qué atacarla.

— Esta bien mama, lo siento — dijo del castaño. Él tampoco pudo soportar mucho tiempo la mirada de mama.

— Quiero que desde ahora en adelante sean unidos. Y no sean malas personas, no quiero saber que siguen los mismo pasos que él. Dejar botada a su familia por más de una semana y ni siquiera preocuparse por si comemos o seguimos vivos.

Su tono de vos, era dolido. Se notaba que hacia un gran esfuerzo para no llorar. Pues, su mano apretaba con fuerza la mía.

— Lo seremos mama — dije mirando a mis hermanos. Quienes asintieron con la cabeza. — Y no te preocupes por el dinero. Yo conseguiré trabajo y dejare la natación, por unas semanas. Hasta que estemos bien.

— Yo dejare futbol — se suma Benjamín.

— Y yo básquet.

Mire a Kevin y le dedique una sonrisa. Esto es bueno.

Mama soltó un sollozo.

— Estoy muy agradecida de la clase de hijos que tengo. Verán que será por un tiempo.

Luego de eso nos quedamos callados por unos segundos. Kevin se levantó y comenzó a llevar los paltos a la cocina, Benja hizo lo mismo.

— Ve a descansar nosotros nos encargamos — le digo a mama.

— Gracias hijo — dice.

Ella se levanta y se va hacia su cuarto. Junto a mis hermanos, nos ponemos a limpiar la cocina.

***

Ya eran las seis de la tarde. La hora en la que tendría que estar en la casa de Keity.

Y como siempre, yo era muy puntual. Estaba esperando a que Keity salga de su casa. No tardó mucho en salir de su casa, sus padres estaban allí.

— Buenas tardes, señor y señora Alvares — los saludo con una sonrisa.

—Buenas tardes William — saludo la señora.

— Buenas jovencito, trae a mi hija temprano — ordeno el señor Alvares.

— ¡Papa! — lo regaño Keity.

— Esta bien Keity. Estaremos aquí antes de las ocho — informo.

La rubia pareció algo molesta. Pero lo disimulo un poco.

— Bueno, adiós ma y adiós pa — saludo Keity.

Ella entro al auto, me dio un beso sonoro en la mejilla.

— Hola cariño — me saludo con alegría.

—Hola Keity— salude.

La verdad me sentía nerviosa. No sabía cómo terminar con alguien, ella era mi primera novia.

Creo que se dio cuenta de que algo pasaba. Ya que frunció el ceño.

— ¿Qué pasa Will? — interrogo.

— ¿A mí? Nada, nada — dije.

— Sé que estas mintiendo. Estas nervioso.

<<Mejor no digas nada ahora. Es capaz de ocasionar un accidente, no se ve mentalmente estable.>>

Solo por esta vez, le hice caso a mi conciencia.

— Es que si pasa algo, tenemos que hablar. Pero ahora déjame conducir.

El camino hacia el parque transcurrió en silencio. Sin contar el sonido de la radio que aligeraba un poco el ambiente.

Cuando llego al parque. Salimos los dos del auto. Ella me toma de la mano, pero yo la quito.

— Bien, dime que pasa — presiono.

Baje mi vista hacia esos ojos verdes. En algún momento me habían enamorado muchísimo, pero ahora. Ya no provocaban nada.

Pero por la forma en la que ella me veía. Sabía que para ella, es todo lo contrario.

Y joder, la quiero. La quiero mucho, pero como fuera mi hermana.

Y por eso me duele, tener que dejarla.

— ¿Y bien?

No me había dado cuenta. De que había pasado mucho tiempo sin hablar. Aclare mi garganta.

— Yo...

— ¿Tú?

— Yo quiero terminar contigo — solté de golpe.

Al principio su cara era de "Es broma ¿No?". Pero al ver que yo no me reía. Su cara se crispo, sus ojos me miraron confusos.

— ¿Qué?

—Quiero que terminemos — volví a decir. — te quiero Keity, pero no te amo.

La cara que puso. Me dolió.

Sus ojos verdes ya no me miraban con amor. Me veían con tristeza y dolor. También había un poco de enojo.

— ¿Por qué me dejas? No entiendo —masculla. — Si me dijiste que siempre juntos— solloza. — ¿Acaso fue una mentira?

— No, en ese momento no fue una mentira...

— ¿Entonces qué cambio? ¿Qué paso?

Yull Marian. Eso paso.

Pero claramente no le diré eso.

— Es que...

— ¿Es por el sexo? — pregunto.

¿Qué?

<< ¿Qué?>>

Si eso, ¿Qué?

— ¿Qué? No digas tonterías, nunca me importo eso.

— ¿Entonces? — grito. Algunas personas del parque nos miraron. — ¿Qué paso? Si somos perfectos juntos. Somos iguales, nos gustan las mismas cosas y nos queremos — dice poniendo sus manos en mi cara. Estaba llorando, su nariz estaba roja. — Yo te amo mucho y sé que con el tiempo me amaras igual. Solo estas confundido.

— No Keity — dije firme. Quiete sus manos de mi cara. — Te mereces a alguien que te amé completamente a vos. No tienes por qué mendigar mi amor. Eres una chica increíble, pero no eres la chica de la que estoy enamorado.

<< ¿Enamorado? >>

No tengo tiempo, de plantearme mis pensamientos.

La cara de Keity pasa del llanto y dolor. A furia y enojo.

— ¿De quién estás enamorado? — grito. Me pego en mi pecho, con sus puños. Mientras me decía cosas, no me lastimaba.

Pero esto es raro.

— ¿Hay otra? ¿Quién es? ¿Por otra me dejas?

Sus preguntas eran muchas. Y lanzadas con veneno e ira.

— ¡Cálmate! — grito.

La gente a nuestro al rededor nos miraba, seguramente estábamos dando el show de sus vidas.

— ¿Qué me calme? Si eres tú el que me dejo por otra — dijo molesta.

— No te dejo por otra. Te dejo porque mereces más. Mereces a alguien que te amé y te vea como la mujer más hermosa del mundo. Nunca pienses que mereces menos, y yo no te puedo dar eso — dije poniendo mis manos en su hombro. —Lo siento Keity, pero es la verdad.

Ella me miro dolida. Las lágrimas caían por sus mejillas.

— Te amo Will — sollozo. — Me duele mucho que me dejes — volvió a sollozar. — ¿Puedes llevarme a mi casa?

— Claro, te llevo — dije. Ella bajo la cabeza. — Lo siento mucho.

Me dolía verla así, fue mi mejor amiga.

No quería lastimarla. Pero le haría más daño si seguía con ella.

Tome la decisión correcta.

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