Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo: 17.{Mi amiga la soledad.}


........................................................Atencíon capítulo fuerte..............................................................

Capítulo: 17..

                                                                             {Mi amiga la soledad.}

Yull.

— Ven, vamos adentro — le grito a Zack. Cuando veo que el auto de Javier dobla la esquina, camino hacia adentro del edificio con Zack detrás de mí.

Entramos al ascensor y no lo miro, que se cree al venir a mi casa y hablar con William. Para colmo ponerse a pelear afuera de mi casa (bueno edificio).

Me parece un descaro de su parte. Una mala broma. Encima esta todo sucio y lleno de sangre de solo verlo me dan arcadas.

Cierro la puerta detrás de mí al entrar al departamento. Zack hace el amague de sentarse en el sillón.

— Antes te lavas — digo de forma brusca. — no quiero nada con sangre.

Él resopla, pero lo hace. Estoy acostumbrada que han lo que yo quiero y como quiero. Cuando vuelve lo miro a los ojos furiosa.

— ¿Vienes a decirme lo zorra o puta que soy? Porque creme cariño, no importa cuántas veces te lo diga. La pija nunca te va a crecer — mi tono es mordaz.

Estoy en modo venenosa. Y nadie debería meterse conmigo.

—Lo siento ¿Si? — dice frustrado. Se toma el pelo con las manos. — Solo que me llena de celos e ira saber que estabas con él.

Me rio sarcástica, tomo mi pelo y lo peino.

— ¿Y? —le pregunto con indiferencia.

— Lo siento — murmura acerándose a mí. — Yull, no soporto verte con alguien más. Sabes que siempre serás mía yo fui el primero en tu vida.

¿Cómo olvidarlo? Él fue el primer imbécil que me cogió.

<<Gran cosa. >> Pienso con sarcasmo.

— ¿Y por eso me tratas como mierda? ¿Por esa razón vas y me acusas con Damián? — grito enfurecida. — Eres una puta mierda y basura como todos ellos. La única diferencia contigo y ellos. Es que por lo menos no le pagas.

Su cara se retorció en un gesto de horror. Mi rostro es uno neutro, ya estoy curada de espanto.

— Lo siento, enserio. Perdóname — suplica. — La cague, no lo hare más. Yo no soy como ellos.

— ¿Me crees tan estúpida como para hacer caso de tus palabras? — pregunto con asco.

En un acto de locura y desliz. Me quito el buzo que tenía puesto. Dejo mis brazos al descubierto. Los ojos de Zack se abren de la impresión.

— Lo siento.

— Parece que esa es la única palabra que sabes decir — digo mordaz. — Me hizo esto y sabes que más hizo. Me metió de vuelta en ese asqueroso lugar.

— Yo pensé que...

— ¿Qué pensaste? Decirle que estábamos drogándonos o que yo te obligue y que después no quise hacerte caso. ¿Qué sientes en realidad?

La cara de Zack es de arrepentimiento puro.

¿Pero de que me sirve eso?

Mis moretones seguirán allí. No me van a dejar de doler. Mi vida no va cambiar por su disculpa.

— Quiero ser quien te cuide Yull. Quiero darte todo, perdón por haber actuado mal.

— ¡Que no! Ya es tarde — grite exasperada. — No doy segundas oportunidades — camino hacia la puerta y la abro. — Ahora vete, que tu olor a borracho y sangre me dan arcadas.

— Pero Yull...

— Pero nada. Tú eres otra de las muchas decepciones que tuve en mi vida.

Una lagrima baja por mi cara sin querer. Rápidamente la seco.

— Siento mucho no haberte cuidado cuando pude.

— Tus disculpas como siempre. No sirven y llegan muy tarde.

El no dijo nada. Camino hasta la puerta en silencio. Antes de irse dio media vuelta y me miro.

— ¿Lo quieres?

— ¿A quién? — pregunte

­— Al nerd — responde. — ¿Sientes algo por él?

Me tomo por sorpresa lo que me pregunto.

Yo ¿Querer a William?

No sé. No sé qué es querer. ¿Cómo podría decir que si lo quiero si ni siquiera experimente ese sentimiento?

— Tu silencio me lo responde. — dice. Luego se marcha sin mirarme.

Cierro la puerta y me siento en mi sillón, tomo mi almohada me la pongo en mi cara y grito con fuerza. Dejo salir toda la ira, toda la impotencia, el llanto y la mierda que cargo conmigo todos los días.

— ¿Por qué? ¿Por qué me toco esta vida a mí? — grite a la nada. — ¿Qué quieren de mí?

Yo no puedo querer a nadie. Ni puedo ser querida, él me marco para siempre. Me dejo una huella de fuego en mi corazón y ahora solo queda ceniza.

Soy una persona que está de sobra en este mundo, todo lo que toco lo destruyo.

Me acerque a Will y le hice daño. Mi mama me quiso y la mataron.

Estoy sola, nací para estar sola y morirme sola. Esa es mi vida, una mierda que no va a tener nada más que miseria y desgracia.

¿Por qué mejor no acabo con todo?

<< Porque él siempre sabe cuándo lo intenta. >> Quito ese pensamiento de mi cabeza.

La pregunta de Zack me resuena en la cabeza.

¿Yo quiero al nerd? ¿Que sería quererlo?

Extrañarlo cuando no este. Amar su perfume. Sentirme segura con él. Sentir tranquilidad cuando está cerca, creer que todo lo malo que hice desaparecerá por un segundo con él.

Cambiar todo lo que tengo por unos minutos con él.

¿Eso sería querer a alguien? Si es así. Entonces no quiero sentir eso.

Porque sentirlo, significa que me dolerá cuando no este. Y me dolerá cuando lo pierda, porque nadie puede ser feliz al lado mío. Solo sirvo para llenarlas de veneno. Y William me importa, no quiero que termine en el mismo lugar que mi mama, bajo tierra.

La única amiga que tengo es la soledad. Aunque intente alejarme ella. nunca me deja siempre estuvo allí.

Escucho el celular sobre la mesa de la cocina, descalza salgo del sofá y lo atiendo sin ver quien me llama.

— Yulliana — esa vos fría. Que me causa escalofríos desde que soy una niña.

— ¿Si?

— Quiero que estés en el local en veinte minutos. Tienes que cumplir tu obligación — el tono que usa me asusta.

Ahogo un grito. No tengo el valor para decirle no, y nunca lo tendré. Él sabe que hare lo que me diga siempre, porque al fin y al cabo él es mi padre.

Y si Damián ordena, Yulliana obedece.

— Sí.

Corte con rapidez la llamada.

Fui hacia el baño. Tome una ducha rápida. Al salir del baño me seco el cuerpo con rapidez, dejando rojo algunas zonas.

Mi cuerpo tiembla. Sé que tengo que hacer y de solo pensarlo. La bilis sube por mi garganta.

Busco mi maquillaje. Con rapidez cubro los hematomas de mi cuerpo. No se tiene que ver. No queda lindo.

Busco mi ropa interior. Ni siquiera me fijo que me pongo. Ya que sé que haya me vestirá de la forma en la que el cliente decida.

Busco algo que ponerme, mientras peino mi cabello. Una lágrima gruesa cae por mi mejilla.

— ¿Por qué yo Dios? Miles de millones y a mí me elegiste para esto.

Tome las llaves y el celular. Salí rápido del edificio para llegar cuanto antes al lugar del encuentro. No demore mucho ya que la carretera estaba vacía.

Llego al lugar del encuentro. Un hotel fino y elegante. Por fuer aparece un lugar cinco estrellas. Perfectos para vacaciones con familia. Pero eso solo es una fachada, un lugar que oculta las más horribles perversiones y atrocidades.

Al bajar del auto. El viento del medio día me alarma de que algo va a pasar.

No tengo que mostrar mi identificación, ya que los patovicas me conocen. Saben quién soy, no disimulan su cara morbosa al verme.

Al entrar a la recepción. El aire acondicionado me cala los huesos. Quiero huir y salir corriendo de este lugar.

El ambiente es gótico. Rojo y negro son los colores que predominan en el hotel, la tenue luz da un ambiente "erótico". Pero solo para los hombres. Las mujeres solo somos el medio con el cual se divierten.

El no tuvo que hablar para saber que estaba allí. El bello en mi nuca se erizo al escuchar su respiración cerca de mí. Esa sensación de querer huir, se volvió primordial.

Pero el miedo me lo impedía. ¿Cómo escapar del mismísimo diablo?

— Yulliana, hija — saluda. Antes de poder decir algo un dolor atroz. Cruza mi mejilla, me había golpeado. — Te dije veinte minutos, pasaron veinticinco.

Reprimo mis ganas de gritar o llorar, no sirve de nada. O peor aún, me golpearía de nuevo.

— Perdóneme.

Reprimo esas lágrimas traicioneras, que amenazan con salir. Odio ser así, odio ser tan vulnerable y sumisa.

No tener el valor para darle un alto a esto. No poder decir basta, no poder irme.

¿Quién me ayudaría? ¿Quién me salvaría? Si la persona que me debería amar y salvar. Es quien me causa el mayor daño.

— Aragón te espera en el cuarto 25 — me explica. — Andrea te llevara a que te vistan y te maquillen. No te portes mal y has todo lo que él te pida.

— ¿Por qué me haces esto? — las palabras salen de mi boca sin poder detenerlas. Cerré mis ojos esperando el golpe, que nunca llego.

El solo me miro de forma cínica y burlona.

— Si eres tan fácil para drogarte y acostarte con quien quieras. Puedes hacerlo con alguien y de paso darme dinero.

<<No llores, no llores. No le des el placer de verte destruida. >>Me repito a mí misma.

— ¿Cuánto es lo que te dará por mí? — quería saber por cuanto me vendió esta vez.

—Cincuenta mil dólares. Ve y se buena hija.

Me sentí tan usada y asquerosa. Eso valgo, eso vale mi cuerpo.

Pensé que me vendrías por menos, padre. Pensé pero no lo dije.

¿Qué otra salida tengo? Pedirle a alguna de las otras chicas que me comparta de lo que se meten ellas. Para poder pasar la velada.

— Y te quiero lucida. Nada de drogas, si me dan alguna queja. Esa fundación cerrara.

No, mi fundación no. Eso no.

Él sabía cómo manejarme, como manipularme. La fundación "Tu sonrisa mi felicidad". La fundo mi mama, es lo único que me queda de ella.

Sabe que si pone eso de por medio. Yo seré como un soldado en guerra, cumpliré con mi misión. Por mas asquerosa, repugnante e inhumana que sea.

— Esta bien, será como ordene.

— Así me gusta. Andrea llévate a Yulliana.

***

Estaba en ese cuarto. Ese horrible cuarto.

Tenía tan solo quince años cuando pise este lugar por primera vez. Damián se había enterado de que Zack y yo follamos. No le agrado ver a su hija ser una puta gratis. Recuerdo sus golpes y sus insultos y toda la mierda que me dijo.

Recuerdo que me trajo a este mismo cuarto. Y me dijo "Aquí aprenderás a ser una mujercita. Ya que tanto te gusta."

La puerta de la habitación se abre. Un hombre gordo y rechoncho. Entra, me mira como si fuera una hamburguesa.

— Te ves tan hermosa, Yulliana.

La forma en la que pronuncia mi nombre me da asco.

No contesto nada. El viene hacia mí.

<< Solo resiste, siempre resistimos Yull. >>

Así que solo cerré mis ojos y me deje ser.

***

— Eres una de mis mejores inversiones, amor. — susurra en mi oído.

Sus repugnantes labios me besan. Reprimo el vómito.

Tarda unos minutos en irse. Cuando la puerta se cierra. Me levanto para poder salir corriendo al baño a vomitar.

Dejo que toda la mierda salga de mi cuerpo.

Recuerdo sus manos, su boca, su cuerpo sobre mí. Y me dan más arcadas.

Cuando termino, cuando ya nada queda dentro de mí. Me miro al espejo mientras me lavo la boca.

Soy un asco, doy asco. Tengo marcas, estoy rota, estoy a la deriva.

Cómo podría querer, si nunca supe cómo se siente.

Yo nunca podre amar, tampoco me van a amar. ¿Quién amaría una escoria como yo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro