XX. Cosas a las que te debes adaptar tras una cirugía bariátrica
Una cirugía bariátrica es un procedimiento que te cambia la vida por completo. Marca un antes y un después bien definido y, para muchos, significa mucho más que esto: es un renacimiento.
Hay cambios grandes para lo que debes estar preparado desde antes y que sí o sí se deben atravesar, y muchas cosas a las que deberás adaptarte:
1. El aprender a comer de nuevo, progresando desde una alimentación 100% líquida los primeros días después de la cirugía, pasando por los purés un par de semanas después, hasta llegar a una prácticamente normal en unos meses. La tolerancia de cada paciente será el indicador de qué tan rápido puede avanzar. Algunos pacientes, como yo, no tienen intolerancia a nada y al poco tiempo pueden comer cualquier cosa sin que les haga mal. Otros pacientes, mayormente los que tengan bypass gástrico, tendrán mayores problemas para tolerar los alimentos. Algunos podrían no poder comer harinas y dulces sin que esto les provoque un malestar terrible (más bien conocido como síndrome de dumpling). Esto podría ocurrir solo al principio, o perdurar toda la vida. Varía de paciente en paciente.
2. Y aprender a comer lento y en pequeñas cantidades. Nuestro estómago sabe cuánto le entra, pero nuestra cabeza debe amoldarse al nuevo paradigma. Los primeros meses mi estómago tenía un tope: 100 gramos de alimento (ahora es más). Si me apresuraba a comer porque estaba apurada o algo ansiosa, me entraba muchísimo menos porque me atoraba o me llenaba antes. Comiendo lento, masticando todo muchas veces hasta que tuviera la consistencia de una papilla (si ya no era papilla), podía entonces llegar a comer toda mi ración. Pero al principio me costaba y me llenaba antes. Muchas personas no pueden concebir el llenarse tan rápido y se fuerzan a seguir comiendo. Esto es un error grave, ya que el comer de más provoca vómitos y malestar, además que a la larga podría hacer que el estómago se estire, que aumente mucho su capacidad y, por ende, que se vuelva a engordar, incluso llegando al mismísimo punto de partida. Es por esto que la ayuda psicológica al paciente bariátrico antes y despues de la cirugía es FUNDAMENTAL. De esa forma podemos ir adaptándonos a los cambios sin que nuestra psiquis sufra en demasía. Todos los cambios producen altibajos emocionales que todos sufrimos, y el prepararnos psicológicamente para todo esto desde el día 1 es lo mejor que podemos hacer.
3. Las reuniones sociales ya no serán lo mismo. Pues sí, cuando te reúnas a comer con otras personas pueden pasar varias cosas. Para empezar, si vas a casa de alguien se preocupará por preguntarte si tiene que hacer algo diferente para ti, lo cual suele ser el caso durante los primeros meses tras la cirugía. Después de eso, a no ser que tengas necesidades especiales por algún motivo, podrás adaptarte a comer de lo que haya. Es buena idea al comienzo ofrecerte a llevar cosas que tú sí puedes consumir para quitarle un peso de encima al anfitrión. Si estás en el primer mes puedes llevar tus papillas. Más adelante puedes colaborar llevando ensaladas (es muy normal que las comidas estén compuestas al 100% por hidratos y carnes y el llevar ensaladas ayudará a tu dieta). Puedes ofrecerte a llevar un postre rico y saludable para todos, puedes llevar bebidas no gasificadas, etc.
Cuando te encuentres comiendo puede que los demás miren tu plato y se horroricen por la pequeña cantidad de comida que ingieres. Muchas veces ni se darán cuenta, porque comes poco pero comes lento, así que puede que incluso demores más tiempo que ellos en comer. Si es una comida en familia de la que cada quien se sirve lo que va a comer, podría ocurrir que nadie se percate de nada (más que el curioso que nunca falta que quiere saber si vives del aire o qué carajos es lo que comes). Si vas a comer fuera, en cambio, te encontrarás terminando solo 1/4 del plato que pediste. El mesero se preguntará si la comida no sabía bien y quizás te ofrezca otra cosa xD, y si estás yendo a una primera cita no te quedará remedio que explicarle a quien te acompaña por qué estás comiendo tan poquito. Por suerte, en la mayoría de los lugares puedes pedir llevarte lo que te ha sobrado, pero sueles irte del lugar con una sensación de incomplitud.
Si sales a comer con mucha gente estás en desventaja, porque los gastos se reparten por igual y a nadie se le ocurre que el bariátrico pague solo lo que consumió, eh xD
4. Serás el centro de atención por un tiempo, más que nada si vuelves al trabajo después de las vacaciones como yo, o si te tomaste licencia de un mes después de la cirugía y vuelves con muchos kilos menos, y también a medida que te vean bajar de peso progresivamente. Me atrevo a predecir que este ser el centro de atención dura al menos un año, o hasta un par de meses después de que tu peso ya esté estabilizado y todos los que te rodean se hayan acostumbrado a tu cambio. No faltarán los que hagan comentarios respecto a tu peso y tu figura, ni quienes te insten a "cuidarte para no volver a engordar" y estén pendientes de lo que comes en público para preguntarte si "eso puedes comer" y si no te va a engordar. Habrá momentos en los que la gente te aliente a seguir así, y podrá ocurrir que tiempo antes de que consideres que has llegado a la meta te pregunten si "piensas seguir bajando", y digan que "si sigues así terminarás desaparenciendo". La gente siempre va a opinar, y a veces se meterá demasiado en lo que no le compete. A veces serán de muchísimo apoyo, y muchas otras veces sería mejor que se quedaran callados. Preguntarán mucho por los números: "¿Cuánto pesas?", "¿cuánto vas bajando?", "¿cuánto pesabas antes?", etc. Al principio quizás lleves con orgullo el número que vas bajando. Después de un tiempo quizás te de vergüenza decir el número que llevabas antes, porque es un fantasma del que preferirías deshacerte... Y quizás llegue el momento en el que quieras gritarles a todos: "NO SOY UN NÚMERO". Creo que así me siento 60 kilos abajo del peso que llegué a tener.
También podrá ocurrir que te cruces una vez finalizado tu proceso con gente que no te veía hace mucho tiempo y que casi se horroricen al verte y piensen que una enfermedad te hizo adelgazar tanto. "¿Qué te pasó?", me preguntó una ex colega hace un tiempo en el supermercado. Pues sí, hay que asegurarles que una se encuentra saludable y mejor que nunca. Esas caras de súper asombro jamás dejan de impactarme.
5. Deberás adaptarte a las medidas de todo. Estabas acostumbrado a temerle a las sillas blancas, a quizás no entrar en las butacas de cine o estar demasiado apretado en algunos sitios. Que había lugares estrechos por los que no podías pasar, y que la ropa que te podías poner era demasiado ancha. Entonces creerás cuando ya hayas bajado suficiente que aún no entras por esos lugares, o que aún debes comprarte ropa grande. Te mirarán raro cuando no quieras sentarte en una silla pequeña y te excuses diciendo que allí no entra tu trasero, o cuando pidas un talle XL en la tienda y quien te atienda ya esté yendo por un M. Al principio cuesta. Te seguirás viendo gordo en el espejo, seguirás escogiendo ropa grande, no sabrás cuánta comida comprar... Pero poco a poco te irás adaptando y sabrás amoldarte a todo. Yo ya voy a una tienda y puedo elegir la ropa que sé que me va a entrar sin siquiera ver los talles, y ya no me pasa como antes que terminaba eligiendo ropa demasiado grande o demasiado pequeña. Y una de mis mayores satisfacciones es esta: poder ir a una tienda y elegir LO QUE QUIERO, y no la única prenda en todo el local que sé que me va a entrar.
¡Y sí que vas a tener que comprar mucha ropa! Lo ideal es no comprar tanto cuando estás en medio del tratamiento sino ir comprando solo lo necesario, en lo posible ropa económica, o no habrá bolsillo que lo soporte.
6. Recibirás mayor atención del otro sexo (o del mismo, si es tu elección y te mueves en estos círculos). Yo estaba acostumbrada a que nadie me mirara (al menos con deseo). A caminar por la calle tranquila sin reparar en nadie, a hablar con los hombres sin esperar que nada ocurriera. Por eso cuando empezaron a mirarme no supe dónde meterme ni cómo reaccionar. Todo empezó antes de mi cirugía cuando ya había bajado unos 15 kilos (y eso que seguía obesa). Recibí la atención de un chico en la feria del libro de Guadalajara y fue una cosa jamás esperada. ¡¿Que alguien se pusiera a coquetear conmigo?! Hacía muchos años que no me pasaba, y al haber estado casada tampoco lo esperaba.
Luego la atención masculina fue subiendo exponencialmente. Los taxistas me miraban por el espejo retrovisor, me empezaron a decir cosas en la calle, desconocidos que había visto por ahí me buscaban y agregaban en Facebook porque les había gustado... Empecé también a tener miedo al acoso, del cual me sentía protegida por mi "manto de gordura".
Y también me tuve que acostumbrar a la idea de que era atractiva, y empezar a aceptarme y gustarme a mí misma, para poder aceptar eventualmente una cita con un chico.
Seguro que hay cosas de las que me olvido, pero esto resume la mayoría de los cambios que he ido atravesando y a los que me he ido adaptando poco a poco.
Me gustaría que me dejaran por aquí cualquier pregunta que les gustaría que les respondiera sobre mi adaptación a los cambios tras mi cirugía bariátrica y tanto descenso de peso :)
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