11
Una tarde de fin semana Sylvia llegó con algo entre sus brazos, envuelto entre unas sábanas.
-¿Qué traes allí?-dijo Wander con una curiosidad
-La vecina de al lado me preguntó si podíamos cuidar a su bebé y acepté-
-Oww-
Él movió las blancas sábanas y vio al bebé de cabellos de una tonalidad pelirroja, ojos azules y piel que parecía de un extraño tono rosado.
-Me gustaría quedarme a cuidarlo pero invité a Hater al parque de diversiones y ya nos vamos, ¿cierto Hatey?-
-¡No me llames así! Y sí, es cierto-
-Oh, pues buena suerte-comentó Sylvia extrañada por eso
Los dos salieron juntos dejando a Sylvia sola. Bueno, allí también se encontraba Peepers pero como era de esperarse, se quedaría en su cuarto.
Ella se sentó en el sillón y sentó al pequeño bebé en sus piernas y encendió la televisión. Cambiaba de canales buscando algo interesante que ver. Luego unos pasos sonaban desde las escaleras indicando que Peepers bajaba.
-Hey Sylvi..... ¿Por qué tienes un bebé?-preguntó
-Lo estoy cuidando-
-Ya veo-
Esto llamó la atención de él, se sentó a un lado y miró al infante sin saber qué hacer. Se acercó a verlo y el niño, con sus pequeñas manos, tocó la nariz de Peepers. Él solo se quedó quieto al ver como el pequeño sonreía.
-Le agradas-dijo Sylvia
-Nunca había visto a un bebé así de cerca-
-Ok..es curioso-
Después de unos segundos se alejó avergonzado por lo ocurrido. Ella lo observó, verlo un poco sonrojado por la pena lo hacía parecer lindo. Sí, debía admitir que ahora sentía algo diferente hacia el chico, algo más que amistad.
Los dos se quedaron viendo programas infantiles por el bebé de nombre Harry, les aburría un poco pero no podían hacer algo más. Pronto alguien tocó el timbre, Sylvia fue a abrir y era la madre del niño. Lo entregó y regresó a sentarse junto a Peepers.
-Oye.. ¿Ya le contaste a Wander sobre ya sabes qué?-
-No. Lo voy a hacer. Pero por ahora, será un secreto que quiero que guardes-
-Lo haré-
Ambos se sonrieron, y, sin darse cuenta, se miraron el uno al otro, se perdieron en su mirada. Peepers tragó con dificultad, se encontraba nervioso pero no podía quitarle la mirada de encima. Se fueron acercando lentamente, iban a hacerlo, iban a besarse pero....tocaron el timbre. Ella se aclaró la garganta y se puso de pie para atender. Peepers solo agachó la cabeza con su cara roja.
Al abrir la puerta se llevó la sorpresa de su vida al encontrarse con la hermana del amigo de su infancia.
-¿Ripov?-
-Hey Sylvia... Yo, bueno..yo-
Sylvia la interrumpió y la atrapó entre sus brazos.
-Emily, Hater va a estar muy feliz de verte-
-Sí, ¿se encuentra aquí?-
-No. Salió y no sé con exactitud a que hora vuelva. Pero si gustas puedes esperar adentro-
-Ok-
Se adentró a la casa viendo todo con detalle para al final toparse con ese chico con parche que conoció en el parque.
-Hola Ripov-
-Hola Peepers-
Después de un rato de silencio incómodo comenzaron a hablar, se sentía un ambiente alegre en esa sala. De vez en cuando Sylvia volteaba a ver al chico y él solo desviaba la mirada con sus mejillas algo rojas. Pues era normal ese comportamiento, casi se besaba con ella. De no haber sido por Ripov, los dos hubieran tenido que pasar por aquella acalorada situación.
-Disculpa,pero, ¿dónde se encuentra el baño?-dijo Ripov
-Al final del pasillo-contestó Sylvia
La más joven se dirigió allí, dejando solos a Peepers y a Sylvia.
Peepers respiró profundo y miró hacia otra parte hasta que sintió a Sylvia más cerca. En efecto, ella se paró frente a él y se agachó porque él estaba sentado.
-Emm... Sylvia...-
-Calla. Tú y yo tenemos algo pendiente-
-No es cierto-
-Lo de hace un rato se quedó pendiente-
Gracias a ese comentario el blanco rostro de Peepers se tornó rojo en cuestión de segundos. Sin poder evitarlo los dos se fueron acercando, se detuvieron a cortos milímetros, podían sentir la respiración del otro, él miró su hermoso rostro para verla con un pequeño y difícil de notar sonroje. Al parecer estaban dudando de lo que hacían, hasta que Sylvia tomó la iniciativa y cerró el momento con un beso, algo torpe al principió, porque, aunque Sylvia ya había tenido varios novios, nunca era quien tomaba la iniciativa en los besos.
Ella acercó su mano a su mejilla y la tomó con suavidad, con su otra mano lo tomó de la espalda para acercarlo más a ella.
Él la abrazó por la cintura y cerró su ojo para disfrutar mucho más el momento.
-Chicos su baño no....-Ripov se quedó callada al toparse con ellos de esa forma
Ambos se separaron de inmediato al escucharla llegar.
-Muy bien, no sé qué acaba de pasar-comentó la peli-negra incomoda
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