Narrador omnisciente

La madrugada tranquila pasaba.
Jungkook se permitía jugar con su pequeño conejito de peluche, aprovechaba que su marido no estaba presente, muchos menos haría su presencia prontamente, según jeon.

—.Bello conejito... Corazón de plata... ¿A dónde es que un corazón herido viaja? —Se preguntaba jeon en voz baja, siquiera él tenía respuesta para su pregunta. Jugando con los bracitos del peluche y casi llorando por lo bajo.—

Jeon siquiera sabe por qué se pregunta algo tan tonto e inservible. No tiene a dónde ir, no puede pasar de la puerta, siquiera mirar afuera ya que las ventanas están selladas.
Su cabeza dolía por el encierro, pero tantos años habían pasado que ya estaba acostumbrado.
No tiene ni la menor idea de cuánto lleva así, encerrado y atado a aquella casa y a aquel hombre.

Se casó por amor y su amor lo traiciono, pero jeon no era conciente de eso.

La tranquilidad pero a la vez inquietud hacían su gran presencia en el ambiente.
El pequeño muchacho suspiro y continuo jugando con su peluche, su único y mejor amigo.

Y se habría permitido seguir en paz, pero desgraciadamente la suerte no tenía los mismos planes, pues una enorme sombra se posaba frente a él, dando a entender que había alguien detrás de él.
Nadie más que Kim y jeon tienen acceso a la casa, por lo que no había mucho que pensar.

Jeon lo recorrió un escalofrío y tragando saliva miro hacia arriba.
Se encontró con su amado taehyung, quien se mostraba con su rostro de seriedad.

Jungkook se sintió intimidado así que se quedó quieto y mirando. Su esposo tan solo observaba con atención.

No fue hasta que Kim actuó que jungkook se desplomó.
De un segundo al otro las posiciones habían cambiado, jeon estaba en el suelo y taehyung había puesto su pie en el pecho de su esposo. Comenzó a poner presión y pisar con cada vez más fuerza, estaba lastimando más de lo que pensaba a su esposo.

Jungkook comenzó a llorar pero eso a taehyung no me importó.
Kim se agachó un poco y tomo a jungkook del cabello para acercarse a su rostro y hablarle.

—.Luces tan patético... —Le mencionó el mayor con decepción. Jaló del cabello de su contrario y volvió a hablar.— Tan terrible... —Las palabras comenzaban a ser una daga para el corazón de jeon.— Tan... Excitante...

Lo último dejo perplejo a jungkook, deseando escapar pero no podía por su insuficiente fuerza. Podría jurar que tembló al ver cómo taehyung comenzaba a quitarse su cinturón.

Jeon sabía lo que venía.

(...)

Nuevamente Kim regresaba a su oficina en el sótano, cerrando con fuerza la puerta detrás de él, dejando a jungkook desolado en el suelo.

Jungkook tuvo razón, pues su esposo una vez más lo había maltratado. Había abusado de su cuerpo y había tocado sin culpa el pobre cuerpo de jeon.

Se le dificulta pararse, pues sus piernitas aún temblaban, su pecho bajaba y subía, pero como podía, al baño se dirigía.

Al llegar mucho no tarda en sangre vomitar, pues su garganta fue maltratada una vez más.

Observo la sangre en el lavabo y no aguanto las lágrimas un minuto más.

Oh, mi precioso jungkook...