Capitulo 3
Narrador omnisciente.
La noche caía una vez más. Taehyung salía del sótano sin la casa mirar.
Curiosas marcas adornan su piel, rasguños y moretones, ¿Que había pasado? Pues al parecer una vez más, su máquina había arruinado.
Se encuentra con demasiado enojo encima, pasa una mano por su rostro por el cansancio y se da cuenta que la cara se ha manchado.
De mala gana se dirige al baño, limpia su rostro solo mirando al lavabo.
Se le dio por subir la mirada, encontrándose con su reflejo, se veía demacrado por tanto haber intentado.
No le importo y tras secar su rostro y sus manos se marchó.
En su habitación encontró a un pequeño muchacho recostado en la cama matrimonial. Su esposo era, se lo debía esperar.
Duerme plácidamente en un borde, dándole la espalda a Kim.
Sin pensarlo dos veces se acercó, tirando sus zapatos y su bata por ahí.
Abrazó por la espalda al muchacho, sintiendo su suave respirar, olfateando su bello aroma a gastado.
Taehyung clavo sus dedos y uñas en la piel ajena, arrebatandole un grito desgarrador al pobre de jeon. Quien despertó al instante por el incesante dolor
Kim satisfecho besa la piel de su amado, rasguñando su piel tanto como podía, dejando marcado hasta lo último de él.
—.T-Taehyung... ¿Q-qué haces? —Hablo jeon en un hilo de voz, con el gran dolor de intentó separar, más su adorado esposo no lo iba a dejar.— Detente por favor...
Comienza a rogar y su esposo no lo piensa escuchar. Siente cada fino y doloroso trazo que es dibujado por aquella mano que tanto ha amado.
Taehyung niega molesto, pero he de admitir que ama cuando su pequeño muchacho ruega por dejar de ser tocado.
Ya cansado, suelta a jeon y lo patea para después darse la vuelta.
No tardan en ronquidos escucharse, jeon asumió que ya había caído rendido.
Jeon recogió su dolor y al baño se lo llevo, limpio sus heridas e intento curar su corazón, pero esta vez el consuelo no sirvió.
Rompió en llanto silencioso, cuidando no hacer ruido y despertar a su esposo.
No debía perturbar su sueño, si después de todo.
Era su esposo y lo amaba mucho.
(...)
Tras el rato que había pasado jungkook había abandonado la habitación, se permitió bajar al comedor y buscar una solución, pues sus heridas debía curar, al menos las de su cuerpo.
Buscó y buscó hasta que finalmente encontró, un viejo botiquín, lo usaba de vez en cuando, solo cuando necesitaba realmente ser cuidado.
Al abrirlo se llevó un enorme sorpresa, sus gazas no estaban, tampoco el alcohol, las curitas o las vendas, no había nada.
Jungkook desconcertado dejo el botiquín a un lado, ¿Es qué su esposo las había tirado?
Esa duda corría por su mente, pero efectivamente había sido kim quien se había deshecho de todas esas cosas.
Jeon podría llorar, pero le tocó aguantar. Resignado fue hasta el sillón y ahí se recostó.
No se debía enojar, después de todo.
Taehyung era su esposo y lo amaba mucho.
Oh, mi precioso jungkook...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro