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EPILOGO

Mirad la nota del final es importante.

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Algo dentro de mí siempre me decía que algo muy importante que alguna vez tuve, me faltaba. Pero, con el paso del tiempo, aquel pensamiento se fue yendo junto con los años. 

Muchas veces me quedaba mirando hacia la ventana, como si esperase a alguien... aunque nunca llegaba aquello que esperaba. Algunas veces cuando miraba hacia algún punto fijo, podría observar pequeñas sombras que se movían libremente por todo el lugar, pero al volver a la realidad aquello nunca hubo existido. Pensé, en que quizás estaba algo ida de la cabeza al ver todo aquello, pero mi hermano siempre me decía que eran simplemente imaginaciones mías, y que no me preocupara por cosas como esa.

Desde hace unos años por alguna misteriosa razón <que nadie me dijo> ya no tendría ningún mayordomo más. 

Pero también fui descubriendo nuevas cosas, como; que aquellas sombras que antes veía, no eran sombras ni nada por el estilo, eran pequeños duendes que vivían en las paredes de mi casa. Algo demasiado curioso, además de que yo era una de las únicas que los podía ver <o eso creía>, hasta que un día vi a mi hermano hablando con un ave bastante raro. Cuando lo vi mejor, vi que era una arpía...<si, ese ser que se supone que es una leyenda y es de la mitología... Pues resultaba que estaba delante de mis narices>. Quizás sea algo genético <que pueda ver estos seres>, pero como siempre, hice lo primero que se me vino a la mente.

- ¡Tú también los ves! - Grité mientras salía de mi escondite, en el cual me escondía observando a mi hermano y a aquel ser.

Escuché un grito por parte de aquella arpía mientras se me quedaba mirando con cara de pocos amigos. Lo primero que se me vino a la mente fue correr, y eso fue lo que hice. Corrí como sino hubiera un mañana.

- ¡_____! - Escuché el grito de mi hermano - ¡No corras! ¡Así será peor! - Le escuché gritar, pero ya era demasiado tarde, ya estaba corriendo hacia una salida.

Seguí corriendo por mi vida, mientras aquella cosa me seguía demasiado veloz para mi gusto. Salté por una de las ventanas que se encontraban en la segunda planta. Me agarré a la enredadera de la ventana y bajé por ésta a gran velocidad. Cuando llegué al suelo corrí hacia el bosque mientras miraba hacia el cielo, observando como aquel ave volaba por el cielo esperando a algún descuido mío para atacarme.

- ¡_____! - Al escuchar mi nombre miré hacia la derecha - ¡Por aquí! - Me gritó de nuevo. Yo asentí y me dejé guiar por aquella voz.

Nada más llegar hacia donde aquella voz me indicó, le observé. Un precioso lobo de color rojizo que miraba hacia aquella arpía y le gruñía. Por instinto me puse tras de él. Sabía perfectamente que aquel lobo lo había visto en algún lugar, pero ahora mismo no caía en donde.

Miré hacia la arpía y la observé alejarse de allí, con temor hacia aquel lobo.

Aquel lobo se dio la vuelta y me observó. Poco después caía al suelo de culo al darme cuenta de que aquel animal era Kid, al ver como aquel lobo se convertía en un ser humano, el cual era Kid.

- ¡¿Kid?! - Grité nada más verle.

- No hace falta que grites - Bufó mientras me ayudaba a levantarme - No deberías de sorprenderte tanto de ver a tu prometido - Sonrió con malicia.

- ¡Como no quieres que me sorprenda! ¡Eres un híbrido! - Le grité mientras suspiraba y me levantaba con su ayuda - Podrías habérmelo dicho antes - Suspiré con frustración.

- Lo siento, preciosa. Pero se lo prometí a alguien - Me dijo mientras se acercaba a mí y me daba un corto beso en los labios.

- Bueno, bueno - Suspiré mientras le correspondía - Aunque te sonará raro, pero por alguna razón ya había visto tu forma de lobo - Dije confundida.

- No le des importancia, quizás me hayas visto por aquí en el bosque - Me sonrió.

- Quizás tengas razón... - Dije mientras suspiraba nuevamente. Toda aquella situación era demasiado extraña y familiar.

- Además no entiendo como siempre te encuentro huyendo de algo - Se rió mientras comenzaba a andar. 

- No es mi culpa si esas cosas siempre me persiguen - Refunfuñé mientras me puse a caminar a su lado.

Miré a mi al rededor, observando cada detalle del bosque mientras la mano de Kid se entrelazó con la mía, así guiándome hacia mi hogar. 

Después de hace unos años, Kid me ayudó mucho a superar un vacío que no sabia que era lo que me lo había proporcionado. Con el tiempo nos fuimos haciendo más cercanos hasta que nos volvimos pareja. Hará unos meses que me pidió ser su prometida y acepté... Quedan unos cuantos días para casarme con él.

~~~

Me paré en seco y observé un precioso lago, que había en mitad de un prado. Nunca imaginé que hubiera algo tan hermoso en aquel lugar. Fui a caminar pero algo me lo impidió. Observé como algo salía de aquel lago. Al segundo me di cuenta de que era una persona de cabellos ondulados y azabaches como la noche, de ojos profundos y negros como el carbón. Se quitó el flequillo mojado de la cara, echándolo hacia atrás, dejando ver unas pequeñas y marrones pecas que adornaban toda su nariz y por debajo de sus ojos mientras iba hacia la orilla y por lo que podía observar iba a por su ropa, en especifico su camiseta y sus pantalones. 

Le miré fijamente mientras observaba como cada gota de agua recorría su trabajado cuerpo. Por alguna extraña razón era algo familiar...

Noté como Kid tiró levemente de mi mano.

- ¿Qué estás mirando? - Me preguntó y me giré hacia él.

- A.... - Dije aquello mientras me giraba hacia aquella persona pero él ya no estaba - Nada...mejor sigamos andando - Le dije mientras le sonreía. 

Aunque yo sabía perfectamente que le conocía... Pero no podía recordar todo, solo algo vagamente vino a mi mente.

- Ace... - Pronuncié mientras íbamos caminando de regreso a mi casa.

Nos paramos en secó nada más terminar yo de decir aquello. Kid me miró atento.

- Te acuerdas... ¿de él? - Me miró sorprendido.

- ¿Qué? - Le miré algo desconcertada.

- Nada...da igual - Dijo suspirando mientras comenzaba a andar de nuevo.

Le miré de igual manera, no comprendía esa cambio de actitud tan radical.

Estaba segura de que algo estaba mal, por lo que yo misma descubriría que diablos ocurrió.

~~~~

Después de que Kid me dejara en mi casa fui rápido hacia donde estaba Sabo.

- ¡Sabo! - Grité y fui rápido hacia él. Entré en su habitación.

Le vi caerse del sofá en donde estaba tumbado por el susto de mi fuerte intromisión en su habitación. Al parecer el "pobre" dormía placidamente antes de que yo entra de golpe en su habitación.

- ¡Por dios, _____! ¡No me des esos sustos! - Me dijo mientras se sentaba en el sofá y se sobaba la frente. Se ve que cayó de cara al suelo.

- Dime ahora todo lo que sepas - Dije seria mientras agarraba uno de sus preciados libros de coleccionista - O ¿quieres que tu tesoro sea destruido? - Le amenacé mientras fruncía el ceño.

- No serías capaz - Me desafió. Me da pena el pobre por pensar que no lo haré.

- Bien tú lo has querido - Agarré el libro y lo abrí por la primera página la cual se la arranqué. 

- ¡Eres un monstruo! - Me gritó mientras se levantaba del sofá - Deja ahora mismo eso, no sé nada - Me dijo mientras se cruzaba de brazos. Mala elección.

Le arranqué unas cuantas hojas al libro.

- Oh vaya, aquí es el precioso momento en el que Jack cogía a Rose de los brazos por la espalda mientras estaban en el límite del barco. Preciosa escena. Lamentablemente que titanic acabara con la muerte de Jack - Dije mientras arrancaba con lentitud aquella hoja.

- ¡Ya basta! ¡Los libros no te han hecho nada! - Argumentó mientras se acercaba a mi e intentaba quitarme el libro, cosa que no conseguía - Deja de comportarte como una cría, _____ y dame el libro.

- No hasta que no me digas la verdad. ¿Por qué no me dijiste que todo aquello era real y que tú también los veías? - Le acusé.

- Por que se lo prometí a alguien - Bufó resignado mientras se cruzaba de brazos - No puedo decir más.

- Dejad de decir todo el mundo que no me lo podéis decir porque se lo prometisteis a alguien - Dije ya cansada de que siempre me dijeran lo mismo - ¿quién es esa persona? - Le miré fijamente.

- No puedo decirtelo... 

- ¡Ya basta! Dime quien es esa persona - Dije ya cabreada - ¿Tiene que ver con el nombre, Ace? - Le miré atenta y vi como se sorprendió. Bingo - ¿Quién es? - Me acerqué a él mirándolo de una manera acusatoria - Habla o le prendo fuego al libro - Saqué de mi bolsillo un mechero y lo encendí observando una pequeña llama, la cual acerqué lentamente al libro.

- Ya basta - Me dijo serio mientras de una manera rápida me quitaba el mechero - Sino te lo decimos es por tu bien, ¿no entiendes eso? - Me miró mientras soltaba un suspiro.

- No, solo quiero saber la verdad - Le miré seria y decidida.

- Hasta que no te lo diga no me dejarás, ¿verdad? - Suspiró con pesadez.

- Exacto - Sonreí. 

- Bien, bien. Pero luego todo caerá en tu conciencia. Cabezona.

Y tras decir aquello me contó todo sobre aquel chico llamado Ace...

Con cada palabra que mi hermano decía sobre aquello más sorprendida y más recuerdos venían a mi mente. 

- Así que... - Comencé a decir - aquel chico que vi en el lago...era ¿él? - Dije de una manera lenta.

- Si... siempre suele ir allí - Dijo suspirando con pesadez - Siempre va allí esperando que algo cambie o quizás solo va para recordar el pasado o recordarte... Ahora hay nuevas leyes en el cielo. Ace durante todo estos años estuvo intentando cambiar las estrictas leyes que había pero cuando volvió a por ti para que le recordaras y demás... tú ya estabas comprometida con Kid, así que decidió dejar las cosas como ya estaban... - Suspiró - Nos dijo que nunca dijéramos nada para que así tú no sufrieras y pudieras vivir sin ningún resentimiento ni nada - Agarró el libro que tenía entre mis manos - Quizás aún siga en aquel lago - Se agachó y agarró todas las hojas que había tirado al suelo - Y la próxima vez que rompas algo de esto... - Puso una voz sombría cuando dijo aquello - Morirás - Dijo serio y me miró con cara de pocos amigos.

Asentí con temor y salí de su habitación con rapidez.

Debía encontrarle. Con ese pensamiento fui hacia aquel lago de nuevo, esperando que siguiera allí y que no se hubiera ido. Tenía tantas cosas que preguntarle y... que confirmar, que uno podría volverse loco. Demasiadas preguntas sin su correspondiente respuesta.

Corrí como si no hubiera un mañana. 

Después de unos veinte minutos corriendo llegué a aquel prado en donde se encontraba aquel hermoso lago.

Miré a mi alrededor intentado averiguar en donde se encontraba Ace, pero mis ojos no alcanzaban a ver en donde se encontraba. Lo único que veía era aquel prado y lago desiertos, al igual que una calma bastante aterradora.

Suspiré con pesadez y me di la vuelta para volver hacia casa.

- Pensé que te encontraría... - Dije con un tono de dolor en mi voz. 

Tras decir aquello, puse rumbo hacia mi hogar. Pero un sonido ensordecedor me hizo girarme. Una luz parecida a la de un rayo, cayó en lo mas hondo del lago, pude ver como algo caía dentro de la cristalina y antes calmada agua.

Noté en mis tobillos <como si de unas cuerdas se tratara> me agarraron y me tiraron hacia el lago. Lo que ocasionó que me cayera al suelo y sintiera como aquello me arrastraba hacia el lago. Miré hacia lo que me sujetaba los tobillos y pude observar... ¿algas?. Aquello me dejó demasiado desconcertada, pero de momento volví a la realidad al notar lo helada que estaba el agua al hacer contacto con mis pies.

En poco tiempo tenía todo mi cuerpo bajo el agua, pero mis ojos los tenía completamente cerrados. A los pocos segundos noté como me tocaron el hombro y nada más abrir mis ojos con lentitud me quede sorprendida. Ya no me encontraba bajo el agua si no...en las nubes... digo eso porque me encontraba encima de una y a mi al rededor solo habían nubes. Miré hacia delante y encontré una gran verja de color dorada, encima de ésta se encontraban <en un puesto de mando> dos hombre corpulentos que me miraban con una mirada acusatoria y aterradora. Yo simplemente me encogí en el lugar en donde me hallaba... No entendía absolutamente nada...

- No es una amenaza - Escuché detrás de aquella verja. Era demasiado familiar aquella voz...

Tras escuchar aquello, vi como de a poco la verja se abrió, pero obviamente aquellos hombres no me quitaron la vista ni un segundo de encima. Y al fin le pude ver de nuevo pero algo más cambiado...

Unas hermosas alas blancas brotaban de su corpulenta espalda, iba sin camiseta <marcando todos sus músculos>, unos pantalones cortos y negros, que le sobrepasaban las rodillas y por último unos zapatos negros. Sus facciones de la cara no cambiaron mucho, lo único que cambió un poco fue su cabello, que ahora era un poco más largo a como siempre lo solía llevar, pero aun así le quedaba divinamente.

Nada más salir él, nos miramos fijamente durante un rato. Ninguno sabía bien que decirle al otro... Había pasado demasiado tiempo, y las cosas habían sucedido demasiado rápido para el gusto de los dos. Él era un ángel y yo ahora estaba comprometida con Kid.

- Bueno... - Empezó a decir él - Veo que está comprometida con Kid - Dijo algo seco.

- Si... supongo que esas cosas pasan si me borras la memoria - Me defendí. 

- No empieces con eso ahora - Suspiró - Lo hice para que no sufrieras mi partida - Se defendió ahora él. 

- Eso lo sé, pero...no creo que fuera lo más adecuado.

- Y... ¿preferías quedarte esperando toda la vida? Ni siquiera sabía si iba a poder arreglar las cosas aquí. Eso hubiera ocasionado no poder ir nunca más allí abajo - Me explicó - Supongo que esto acabaría de una o otra manera - Suspiró de nuevo - Lo siento - Se disculpó - No pude llegar a tiempo - Miró hacia el suelo y luego me miró - Espero que seas feliz con Kid - Comenzó a irse de nuevo hacia dentro de aquella verja.

- Ace, espera - Le detuve, ocasionando que se parara en seco.

- ¿Qué ocurre? - Me miró.

- Aun habiendo pasado todo lo que ocurrió hasta hoy. Aun te seguiré amando - Y tras decir aquello comencé a irme de aquel lugar.

Ni siquiera esperé a que dijera nada. Lo mejor eran dejar las cosas como estaban. Ya no se podía hacer nada...

Volví a mi mundo, que nada más llegar me encontraba fuera del lago. 

Pero como claro está, Ace no dejó las cosas como estaban. Volvió hacia mi mundo y me agarró del brazo.

- ¡¿Cómo puedes decirme eso ahora?! - Me gritó - ¡No entiendes que ahora ni siquiera puedo tocarte! ¡¿Cómo te atreves a decir eso?! - Me gritó más fuerte aún.

- Tenía que decírtelo... - Susurré pero me logró escuchar. Por desgracia.

- ¡Eres...! - Escuché como paró de hablar - De lo que no hay... - Susurró pero al mirarle observé como con una de sus manos se tapó el rostro - Deberá perdonarme por esto tu prometido.

Y nada más decir aquello sus labios se estrellaron contra los míos. Me besó de forma lenta, trasmitiendo me todo lo que sentía por mí, a través de aquel beso. Le correspondí pero poco después nos separamos de aquel beso. Que fue el último que nos dimos.

Tras aquello nos volvimos amigos cercanos, pero nunca llegó a más. Me casé con Kid y viví con él hasta el final de mis días, pero nunca nadie excepto Ace y yo supimos lo que pasó entre nosotros dos en aquel lago. Un amor reprimido que siempre se quedó como una amistad.

Fin

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Bueno espero que os haya gustado éste final. Pero Ace y rayis era obvio que no quedarían juntos después de que él le borrase la memoria y pasaran tantos años, fueron tres en especifico, antes de que ellos se volvieran a ver de nuevo. Y que conste que éste ha sido uno de los capítulos más largos que haya hecho nunca, casi 3.000 palabras. Por eso mismo tardé más en subirlo además de que tenía que solucionar unas cosas importantes. Pero esto si, agradezco a todos los que la leyeron y muchas gracias por el apoyo, por los votos y demás.

Y otra cosa más, de la historia de Law, subiré el prólogo el viernes. Es una historia policiaca y llena de misterio, así que espero que os guste como otras que he hecho.

Nos vemos en la próxima

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