CAPITULO 6:
Al llegar al final del bosque y ver un prado verde me quedé un tanto desconcertada. No recordaba tal prado en aquel lugar...y mucho menos que hubiera un lago allí. Parpadee un par de veces intentado procesar la información hasta que escuché un silbido, sacando me de mis pensamientos.
Miré hacia delante, observando a Ace mirándome, y como no, con aquella sonrisa divertida que siempre solía esbozar.
- ¿Qué pasa, nunca estuviste aquí? - Dijo burlón.
- Pues no. Ni siquiera sabía que hubiera éste lugar - Le miré frunciendo el ceño.
- Pues ya sabes que existe - Se estiró levantando ambas manos al cielo - Éste lugar desde niño me ha encantando. Hay tanta paz.
- ¿Eres de aquí...? - Lo miré desconcertada.
- Si - Fue lo único que me dijo y algo cortante - Y...¿porque trataste aquel chico...de aquella manera? - Lo miré esperando una respuesta.
- Sólo puedo decirte que le conozco pero no te aconsejo juntarte con él. Las apariencias engañan, _____ - Me miró un tanto serio - Bueno te traje aquí para dar tu próxima clase y así despejar te un poco de todo.
- ¿Enserio?
- Si.
- Pero...¿y los libros? - Miré a todos lados intentando ver si llevaba algún libro pero no hallé ninguno.
- No hacen falta los libros para enseñar. Además aprenderás mejor con la práctica. Bien empecemos. Ven aquí - Me señaló al lado suya para que me acercara a él.
- ¿Y si ahora no quisiera acercarme a ti? Hay muchos caminos de escape - Me crucé de brazos.
- ¿Aún sigues pensando que soy tu enemigo? _____ no soy tu enemigo. Aunque pienses que si... O quizás... ¿sólo intentas llamar la atención? - Se comenzó a acercar a mí - Soy tu amigo, _____ - Se quedó frente a mí.
- ¿Por qué debería creerte? Sólo lo dices porque así te pagan, no porque en realidad pienses así.
- Ya te lo expliqué una vez, _____. Me importa una mierda el dinero, sólo me importa tu bienestar... Dime, es a tu padre al que quieres llamar la atención ¿verdad? Por eso echas a cada mayordomo que te viene a cuidar, ¿no es así?
- No es de tu incumbencia - Lo miré fijamente mientras fruncía el ceño.
- A mi no puedes engañarme, _____ - Se inclinó hacia mí y me susurró en el oído - Se todo sobre ti, es algo imposible que intentes engañarme - Al escuchar aquello me sorprendí - Ya te dije que me informo de a quien cuido - Se separó y me miró fijamente para poco después sonreír me - Venga deja de jugar y vamos.
- Ya te dije que no. No voy a cambiar de opinión - Sentencié.
- Bien ¿quieres jugar? Pues juguemos. Te dejaré sola durante todo el día, no busques mi ayuda porque no lo encontrarás y después si es que sigues con vida te parecerá si quieres que te cuide o no - Al terminar de escuchar aquello, no puede evitar sentir un escalofrío por todo mi cuerpo.
- ¡Bien! ¡No te necesito! - Le grité aunque presentía que algo iba a pasar.
- Como desees - Y tras decir aquello vi como se iba de allí.
Suspire y observé el lugar, en verdad tenía razón. Era un sitio tranquilo, en donde no se escuchaba ni una mosca, simplemente al viento mover las hojas de los árboles y algún pájaro que otro cantando de vez en cuando. Me estiré y me acerqué al lago, observando lo pura y limpia que estaba el agua.
Me quité los zapatos y metí mis pies en el agua notando un poco el frescor de la fragua.
Tras las horas no volví a ver a Ace en ningún momento por lo que decidí volver a casa después de haber estado investigando aquel lugar. Comencé a caminar a casa pues ya era la hora de la comida, pero el sonido de un coche me hizo detener mis pasos. Ignoré aquello y seguí caminando hasta estar llegando a casa, cuando escuché como paraba detrás de mí aquel coche, escuchando como se bajaban de él. Miré hacia atrás y observé a dos tipos nada conocidos para mí que se acercaban. Corrí hacia casa pero un pequeño golpe en mis piernas hizo que cayera al suelo. Miré hacia mis piernas y las observé atrapadas con una especia de red, intenté quitármela pero no pude hacer nada.
Miré hacia aquellos hombres que se acercaban a mí, sin poder ver su rostro ya que llevaban un pasamontañas en la cabeza cubriendo su rostro e iban de negro. Observé como se agachó a mi altura uno de ellos.
- Bien señorita, por fin te hemos podido capturar. Llevamos mucho tiempo tras de ti y por fin vimos el momento indicado. El idiota de tu padre estaba todo el santo día poniéndote seguridad pero como eras tan rebelde, de mucho no le sirvió al final - Se río - Mh...me pregunto cuanto nos darán por ti - Me agarró del brazo.
Al ver aquello me quedé paralizada e intenté soltarme dándole un puñetazo pero lo único que conseguí fue sentir como me devolvía aquel puñetazo en forma de guantazo, aún mas fuerte. ¡Piensa rápido!. Escuché decir a mi subconsciente y rápidamente se me formó una idea en mi mente. Mientras me cogían como si fuera un saco de patatas moví mis piernas hasta que noté como un pequeño hilo caía sobre mi mano. Lo tense y lo acerqué con cuidado a mis piernas cortando las cuerdas de mi piel. (Nota: el hilo era una especie de hilo que construí que si se tensa puede ser un perfecto cortador de cualquier cosa, resumiendo como si llevara una cuchilla y...si preguntas fue Kid quien me enseñó ha hacerlo...no preguntéis porque él sabe hacer tal cosa...sólo imaginaros el por qué y el para qué lo construyó.) Le metí una patada al tío en la cara y logré soltarme de su agarre. Salí corriendo.
- ¡Sera perra! - Escuché a mis espaldas - ¡Me rompió la nariz! - Sonreí ante aquello y seguí corriendo.
Pero...no pude correr mucho al escuchar como dispararon delante de mí, aquello por inercia hizo que me cubriera y parara en seco.
- ¡Date la vuelta ahora maldita perra! ¡Pon las manos en donde pueda verlas! - Al escuchar aquello me giré lentamente y levante mis manos en señal de rendición - ¡Mueve solo un puto músculo y date por muerta! - Observé aquél puntito rojo que tenían las pistolas franco en mi frente, aquello hizo que me tensara - Ven aquí ¡ya! - Me gritó.
Ande con lentitud hasta ellos, aun levantaba mis manos mientras me mordía mi labio inferior y no pude evitar gritar su nombre ante mi impotencia.
- ¡ACE! - Aunque me doliera reconocerlo ahora lo necesitaba.
Escuché una risa...su risa... y poco después una ráfaga de viento recorrió mi cuerpo haciendo que mi cabello ondeara con ésta guiando mis cabellos y mi vista hasta uno de los tíos observando a Ace detrás de éste.
- Tsk ¿No puedo dejarte ni un segundo sola? Eres una chica traviesa - Sonrió de aquella manera que tanto odiaba a veces y poco después observé como aquel tipo se giro a él y le apuntó con el arma - Yo no haría eso - Se río mientras puso su mano en el largo del arma.
- ¡Levanta las manos o te vuelo la puta cabeza! - Gritó aquel hombre que nunca se esperaría que le pasara lo siguiente...
- Respuesta equivocada - Sonrió con una sonrisa terrorífica y poco después pasó su lengua por su labio inferior.
Después de aquello Ace le quitó con facilidad el arma (pegándole un codazo en la mano), lazando ésta por ahí mientras agarraba su cuello y girándolo con brusquedad hacia la izquierda, escuchándose el leve crujido de los huesos del cuello de aquel hombre. Lo observe caer al suelo y el miedo me invadió.
- ¡Seras hijo de puta! - Escuché decir al que me apuntaba con aquel arma - ¡Te mataré!
- Hm...¿estás seguro de eso? - Se río de una manera escalofriante.
- ¡Te mataré! - Apuntó a Ace y comenzó a dispararle.
Observé como su sonrisa se agrandó y como en un rápido movimiento agarro al hombre que yacía muerto en el suelo. Lo puso como su escudo haciendo que las balas chocaran contra el cuerpo inerte del hombre.
- ¡Pero serás miserable! ¡¿Como te atreves a utilizar el cuerpo de nuestro amigo como escudo?! - Dijo enfurecido.
- ¿Yo? ¿Miserable? Por favor me algas, además los miserables sois vosotros por atacar a un dama indefensa. Creo que esto es algo que no puedo dejarlo pasar y menos si estoy al cago de ella - Tras decir aquello lanzo el cuerpo de aquel hombre contra el que sostenía entre sus manos aquel arma.
Aquello hizo que soltara el arma. Ace con rapidez agarró el arma y empujó al hombre contra el suelo; con su pie, haciendo que éste cayera al suelo mientras Ace posaba su pie sobre el estómago del hombre impidiéndole levantarse mientras le apuntaba a la cabeza con la pistola.
- Se que estas ahí muchacho - Miró hacia un chico que salia de entre los árboles - Dile a tu jefe que vuelva a acercarse a ella y le pasara esto - Apretó el gatillo de la pistola y le voló los sesos aquel hombre - No me hagas que también te pase esto a ti, tira el arma - Se acercó al chico el cual temblaba - Se un buen chico ¿si? - Agarro el arma y observé como éste huyó despavorido de allí - JAJAJA ¿Se creyó que le dejaría irse? - Le escuché decir y como apuntó al chico mientras corría.
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Jeje os dejo con la intriga...¿que creía que hará? ¿Disparara o no?
Espero que os haya gustado!
Nos vemos en la próxima❤
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