[Narra Ayato]

Espero que al imbécil de Light Yagami le haya quedado claro con quién se estaba metiendo. Yo conocía bien a L, desde que éramos unos críos. No iba a dejar que mi plan se fuera al carajo por un imbécil como Yagami.

Me tumbé en mi cama, cansado. Había sido un día largo, dado que uno no amenza a alguien todos los días. O por lo menos que yo sepa, quien sabe, a lo mejor hay gente que manda cartas de amenazas todos los días a otra persona y yo no lo sé. Pero vamos, la mayoría de las veces en esos casos, la policía acaba encontrando al responsable.

Un momento... Mierda, la he cagado. El padre de Light Yagami es policía. Podría haberle dicho que le dije lo que le dije.

Joder, soy un puto desastre. A ver, Edward, cálmate... ¿He dicho Edward? ¡Olvida éso ahora mismo, no lo has oído, has hecho oídos sordos! ¡Me llamo Ayato Amano para ti y para todo el mundo!

Tengo que llevarme bien con Yagami si no quiero que mi padre, mi hermano mayor o yo acabemos en la cárcel.

[Narra Light]

Era...Era simplemente perfecto. No había nada más que él y yo, en la dimensión del otro. No quería soltarlo, no quería dejarlo ir. Sentía que si se iba me iba a morir.

Lo deseaba, lo amaba, lo tenía. Está aquí entre mis brazos, besándome como si fuera la última vez que íbamos a vernos. Acarició mi nuca mientras yo le cogía el rostro con mi mano derecha, y sentí mi autocontrol irse a la mierda.

Se separó de mí, respirando agitadamente. El vaho me impedía ver surostro, pero supe que se había ruborizado. Había desviado la mirada aún agarrado a mí.

-L, quiero que... -empecé, pero no seguí.

Recordé que yo era Kira, que luchábamos en bandos distintos. Me preocupaba mucho más que la diferencia de edad o el hecho de que fuéramos hombres.

-Hideki...-musité.

-No me llames así -replicó-. Llámame Ryuzaki.

-Ryuzaki...Seré sincero contigo.

Al oír eso intentó soltarse, pero yo se lo impedí acercándolo más a mí. Desvió la mirada, sonrojado.

-Yo... -un ruido nos interrumpió.

Era el móvil de Ryuzaki. Tenía que sonar ahora, no podía haber sonado cinco minutos después.

Él pareció sorprendo al leer el contacto, pero no llegué a leerlo yo. Contestó, alejándose un poco.

[Narra L]

¿Qué...? No, esto no está pasando. No es posible. ¿Cómo ha conseguido este desgraciado mi número?

Me alejé un poco de Light y contesté.

-¿Sí?-dije.

-Hola -sentí su sonrisa al otro lado-. Debo advertirte que hay posibilidades de que Light Yagami sea Kira.

-Ya no sospecho de él.

-L, lo conoces bien, sabes que es Kira.

-Mira, déjame en paz. Yo haré lo que me convenga. Light Yagami no es Kira. Además, tú no trabajas en el caso. No te metas donde no te llaman. Ah, y como me llames otra vez, te juro que hablo con la policía y te arrestan por acoso. ¡Déjame vivir de una puta vez! ¡Tú ya no pintas nada en mi vida!

Colgué, exasperado. Me volví y vi a Light algo preocupado. Había oído la conversación, no me extrañaba. Tiene motivos para estar así.

-Light, no le prestes atención -me apresuré a decir, acercándome-. Es que... esta persona es alguien que quiere que seas Kira, pero desconozco la razón. Sólo...

Desvié la mirada, dudando. Pero pensé en lo que había sucedido algunos minutos atrás y volví a mirarle, firme y seguro. Me acerqué un poco más a él y le tomé de los hombros.

No pude evitar jadear cuando vi sus ojos brillar. Un tono cristalino los humedecía y, aunque falló, intentó ocultar las lágrimas.

-Light...-suspiré.

Cerró los ojos y una lágrima rodó por su mejilla derecha. Alcé mi mano izquierda y se la limpié. Él suspiró, intentando calmarse.

-Light, yo... -empecé.

Pero, aún con los ojos húmedos, me tomó el rostro con las manos y me besó de nuevo. Antes era más suave, éste beso era bruto y salvaje. Su lengua buscaba la mía con ansias, como si fuera necesario para su existencia.

Sus manos se pasearon por mis mejillas y mi cuello, deslizándose hasta mis hombros. Siguió bajando hasta mis muñecas. Aproveché para separarme, sorprendido.

-Light, ¿estás bien? -pregunté, cogiendo aire.

-Ryuzaki...-dijo-. Aunque sospeches de mí, quiero que tengas algo en cuenta.

-Vale.

Comenzó a jugar con mis dedos, entrelanzándolos con los suyos. Alzó la mirada mientras acariciaba la palma de mi mano derecha.

-Ryuga...Ryuzaki -se corrigió. Me pregunto que querrá, él no suele ser así-. Cuando me dijiste que eras L, sentí una emoción inmensa, al saber que había conocido en persona al mejor detective del mundo-Siento mis mejillas arder, y acaba de empezar-. Pensar que cuando nos vimos por primera vez fue en el examen de acceso a la universidad y que ahora... siento lo que siento, me hace el ser más feliz del mundo -Ésto va para largo-. Ese sentimiento creció a tal punto que tuve el valor para hacer lo que he hecho apenas unos minutos. Nadie se ha dado cuenta de que estoy loco por ti, algo que creo que es más que evidente -Joder... No me lo esperaba viniendo de él-. Me lo he preguntado a mí mismo un millón de veces, pero antes de que el gilipollas de Amano me llamara, me di cuenta de lo que había estado rondando por mi cabeza. Sé que nuestra relación es más profesional que de amistad -Yo ya no tengo eso tan claro-, pero te lo tengo que decir de todas formas antes de que sea tarde. No sé lo que es, tus ojos de mapache, tus capacidades deductivas, tu vicio por los dulces; sea lo que sea hay algo en ti que me encanta y hace que te ame con locura. Pero... a la hora de que tengas sospechosos de ser Kira... ten en cuenta que no te quiero sino que te amo, simplemente eso.

Mis labios se entreabrieron dejando escapar un jadeo, se me había declarado. Seguro que tenía la cara más rojas que una fresa. Él se encontraba en la misma situación que yo.

Light sonreía, con aquella amabilidad que siempre tenía. Sus mejillas también estaban teñidas de un ligero rojo carmesí. Sus ojos se encontraron con los míos, y supe que lo que sentía y lo que confesaba era sincero.

Me soltó, pero yo me lancé a sus brazos, feliz, y sintiendo una gran alegría al sentir que iba a corresponderle. No es que fuera... sólo quería hacerlo porque yo también lo quiero con toda mi alma.

[Narra Kira]

Soy un estúpido... Soy un estúpido... Soy más que eso... Soy un completo gilipollas...

Lo he jodido todo, absolutamente TODO. Y sólo porque mi lado "gentil","amable" y "sincero" se ha enamorado de mi mejor enemigo, L. Ni siquiera sé cómo llegó a ese punto, que es lo peor.

Mientras L esté delante, Light Yagami será quien me controle a mí, me impedirá hacerle cualquier cosa que pudiera perjudicarle. En este caso, les haría daño a los dos puesto que él está que no caga conL. Tengo que hacer algo, cualquier cosa... ¡Agh! Nada, no puedo hacer nada. El amor puede más que el odio, dicen por ahí.

Un momento, ¿estoy diciendo que me rindo? ¿Que yo, Kira el mesías, estoy abandonando a esta pobre gente, a merced de la gente "podrida"? Este sentimiento va a empezar a afectarme a mí también... Pues no pienso permitirlo.

Debo reconocer que al oír el plan de Amano me asusté. No quiero que L sesuicide... ¡Pero porque quiero matarlo yo! ¡No te hagas malas esperanzas!

[Narra la escritora]

Mientras Kira seguía con una enorme tensión pensando en qué hacer, Light y L seguían abrazados, éste último con los ojos algo húmedos. Se separaron, y L recordó algo.

-Vámonos ya, en el cuartel no están esperando.

-Ostias -Light rió-, es verdad.

Ruborizados, L tomó la mano de Light, y se dirigieron al cuartel.

"¡¡Light Yagami!!" pensó Kira. "¡Vas a acabar conmigo!"

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Hola!! Todo bien? Yo estoy bien, algo estresada con mi internet, que lleva varios días sin funcionar. Pero, aquí estoy otra vez. (Ok, me calmo. Es que me da coraje).

Si queréis lemmon, comentad aquí y lo intentaré subir pronto.

AVISO: no he escrito lemmon NUNCA en mi vida.

{Death-chan}