~Caroline~

No quería que pasara lo mismo, estaba harta de ser menospreciada o excluida en cuestiones de amor.
Solo volver a recordar aquel momento en él Aroon me dejo al conocer mi verdadero ser, aquel momento que espere que el respondiera un "Sí, acepto" pero se combirtio en un "Alejate monstruo, tu no eres la mujer que amo. Esa mujer esta muerta para mi".

No quería volver a sufrir, no quería romperme más de lo que ya estaba. Pero el destino nunca está de mi lado.

Mirar a Edward con Lucia, revivió aquel sentimiento de insuficiencia, ira, rabia, miedo y sobre todo soledad.
El destino me volvió a escupir en la cara, pero esta vez estaba harta de levantarme y pensar que todo mejoraría. Tenía miedo. Miedo de salir lastimada, miedo de ser insuficiente para alguien. Tenía miedo de vivir lo mismo una vez más.

«Todo mejorará, encontraré una manera de salir de está.» era lo que siempre me decía pero esta vez no funcionaria.

Caminé por los fríos bosques de Alaska, estar en este lugar siempre me tranquilizaba. Esta vez fue diferente, tenía ganas de explotar, quería hacerlo y esta vez en mucho tiene.pi me lo permití.
Las lágrimas salían sin control, estaba cansada de demostrar que soy fuerte, estaba cansada de esperar un "y vivieron felices para siempre" cuando esa frase nunca estuvo escrita en mi cuento.

Siempre quise ser una princesa para que el principe se enamorara de mi y tener un final feliz; no se puede soñar con los ojos abiertos en algún momento tenemos que despertar de ese hermoso sueño y enfrentar la realidad, una triste realidad.

Mis lágrimas se habían solidificado convirtiéndose en hielo. A pesar de estar sentada en la nieve esta no era tan fría como solía ser para mi antes.

No quería sufrir y la mejor manera era poner a dormir a mi demonio y despertar a mi loba, pero tenía miedo. Miedo que esta triste historia se repitiera y el corazón de la princesa no sea mas que cenizas al terminar de leer el cuento.

- No as cambiado en nada Caroline. -expresó una voz a mis espaldas.

- Estoy un poco sentimental pero no es nada. Solo es cuestión de tiempo para volver a ser la misma.

- Supongo que te quedaras un tiempo sola para organizar tus ideas. En ese caso toma esto.

- ¿Qué es? -pregunté refiriéndome a la maleta que me entrego.

- Ropa, comida y las llaves de mi antigua casa. Queda te cuanto quieras, pero tampoco te acostumbres mucho.

- ¿Entonces no me puedo quedar el tiempo que quiera? -pregunté, para luego soltar una risa que mas parecía de demente.

- Te iras pronto, lo se. Pensarás mucho pero al final tendrás el valor de enfrentarlo, la Caroline que conozco no se quedara por mucho tiempo o eso espero.

- Gracias Kylan, al parecer el que ha cambiado eres tú.

- Intentó ser mejor solo para ella, pero mi momento de brillar todavía no ha llegado. Ya veras te sorprenderás al ver el cambio que dará esta triste historia. -lo dijo para luego desaparecer.

El silencio volvió. Me dedique a ver que contenía la maleta que Kylan me entrego. Lo primero que encontré fue una nota.

«Tu decides si quieres seguir tus viejos pasos o cambiar tu historia por una mejor.

Pst: No me decepciones estúpida.»

Si definitivamente esta carta era de Kylan. El era una persona anormal en pocas palabras y su único objetivo en la vida era recuperar lo que el destino le arrebato, su felices para siempre.
El había sido feliz una vez pero nada dura para siempre y gracias a una maldición de los Dioses y el destino todo cambio.

Seguí caminando hacia el pueblo mas cercano, con las indicaciones del mapa que estaba en la maleta junto a un par de ropa, me había cambiado de ropa al instante después de todo mi vestido estaba sucio y un poco rasgado. Las personas con las que me encontraba en el camino me miraban con algo de lastima, eso debe haber sido causado por mi mal aspecto y las lágrimas de hielo en mi cara.

No tenía intenciones de regresar pero tampoco de quedarme en este pueblo.
Necesitaba encontrar paz, volver a encontrarme entre tantos pedazos rotos en mi interior. Tenía que recordar la Diosa que soy, aunque eso me tomara algo de tiempo.

La casa era amplia y estaba libre de nieve, pude observara a un señor quitar la poca nieve que faltaba ser removida de la casa.

- Usted debe ser la amiga del dueño, pase todo esta listo. -lo dijo con una sonrisa amable y continuo haciendo su labor.

El interior de la casa era algo acogedor, tenía colores fríos y se notaba que no había sido ocupada por alguien en mucho tiempo a pesar de estar completamente limpia. Me pase por el lugar hasta que lleve a una pared que estaba llena de fotos, en las fotos estábamos los tres Kylan, yo y la reina roja o así solíamos llamarla.
Recuerdo pasear por el bosque junto a ellos, eramos muy felices pensábamos que podíamos derrotar al mundo pero las cosas nunca suceden como las planeas. En otra fotografía me encontraba con mi hermano mayor Derek, siempre lo considere así después de todo tuve una familia hasta que empezaron a excluir me y al final me exiliaron. No era mas que un estorbo para ellos para todos, hasta que los conocí a ellos dos. Ellos dos fueron mi salvavidas mientras yo me ahogaba y nadie se daba cuenta.

No quería seguir recordando más, el pasado duele y más cuando los recuerdos no son agradables. Mi vida fue perfecta hasta que descubrí mi potencial mi poder y desde ese entonces se convirtió en un desafío, una maldita pesadilla.

Fui directo a la cocina, no era muy espaciosa pero si acogedora. Abrí por instinto el congelador esperando encontrar comida allí dentro, estaba de suerte está se encontraba llena de deliciosos alimentos. Gracias Kylan parece que si piensas. Creo que no pasaré hambre por un tiempo o no necesitare ir a comprar alimentos por un tiempo, sabia cocinar no tan bien pero si lo suficiente para no morir de hambre o intoxicada.

No quise subir a ver las habitaciones del segundo piso, me encontraba cansada. Solo quería dormir, cerrar mis ojos y que todo a mi alrededor desaparecerá. Mis párpados empezaron a pesar cada vez más hasta que todo dejo de tener sentido y me sentí a gusto en el mundo de los sueños, donde podía imaginar que todo estaba bien, que todo era como yo deseaba.

Carta que le deja Kylan a Caroline.