Elizabeth

Me encontraba caminando a gusto por el bosque mientras me dirigía a la manada, la cual en mi parecer casi no parece una manada porque tenía en la mitad de esta un hermoso castillo el cual era de la familia real, el camino iba cantando para no aburrirme y como soy toda una artista según yo empece a cantar

Los pollitos dicen
Pio, pio, pio
Cuando tienen hambre
Cuando tienen frió
La mamá...

Mira lastimosamente no pude terminar de cantar mi canción super seria ya que un olor a sangre llego a mis fosas nasales y no es que yo probara sangre en mi vida, pero por alguna extraña razón esa sangre hacía que un sabor dulce bajara por mi garganta lo cual me ponía muy inquieta  necesitaba saber de ¿Dónde provenía ese olor exquisito?  Y ¿Por qué me inquietaba tanto?

Y como soy una persona muy curiosa decidí seguir el olor a sangre y este me guió serca  del territorio de la manada allí se encontraban cuatro vampiros, tres de ellos se estaban enfrentando contra un el cual ya se encontraba muy herido en el suelo así que decidí meterme también en la pelea y para mi suerte me encontraba con la ropa del entrenamiento de esgrima es decir un top y un pantalón algo holgado, si lose me visto muy raro pero es mejor estar cómoda además esta ropa se romperá y me quedara mi ropa buena que tengo en mi mochila para ponerme, bueno es hora del show y me transforme.

--¿De dónde salió este lobo?-- dijo uno de los vampiros que estaban pegando al chico que se encontraba en el suelo, aunque este también era un vampiro.

Cuando vi que intentaron acercarse a él era como si mi instinto o algo en mi me pidiera que lo protegiera y me puse adelante de este atacando a los que querían lastimarlo, los tres vampiros me estaban dando una buena pelea hasta que estos tres se retiraron de la pelea cuando mis ojos se empezaron a tornar con el brillo de un alfa y al parecer ellos tampoco querían problemas pero eran muy tontos ya que ni por mi porte se dieron cuenta que era una alfa pero por mis ojos si que imbéciles  y dejaron a su víctima en el suelo conmigo, este me quedó mirando con asombro y duda así que me hable por el link mental para decirle que se quede ahí y que yo sólo iba a cambiarme y este me obedeció señores, me obedeció me sentía muy poderosa además el no tenía a dónde irse por que estaba muy herido y si alguien lo encontraba seguro lo mataría.

Regrese allí cuando yo estaba totalmente  cambiada y con mi mochila, mire que él en su cuerpo tenía heridas muy graves pero lo que más llamó mi atención fue que una de sus heridas se empezó a tornar de un color negro haciendo que sus venas se tornaran negras al parecer tal vez le podían haber inyectado algún tipo de veneno o cortado con algo que haya sido bañado en algún veneno fuerte.

-- ¿Quién eres y por qué me ayudaste? -- me pregunto con mucha autoridad, como si el tuviera autoridad en estas tierras.

Pero al parecer su mirada se había dirigido a una herida mía y luego pareció que este estaba oliendo el aire, creo que  me golpee mucho en la pelea por que estaba alucinando y luego este me dirigió una mirada que yo no podía entender porque me quedó viendo con ¿Amor?

Si definitivamente me habían golpeado mucho y tal vez esto también era causado por mi perdida de sangre aunque no era mucha la sangre que perdí a mi parecer. 

-- Me llamó Elizabeth Black y te ayude por que la pelea me llamó la atención-- se lo dije mintiéndole.

--Mientes, puedo detectar cuando la gente miente--me dijo, maldigo a las habilidades que les otorgan a los vampiros.

--¿Y Por qué razón te estaría mintiendo?-- se lo dije intentando que se olvidará pero no funcionó.

-- Porque sientes esa misma conexión que yo siento y mi sangre al igual que la tuya nos estamos viendo locos-- lo dijo con cierto brillo en sus ojos.

--Pues yo no creo que sea eso, además me gusta ayudar a los demás y por eso te ayude-- y ahora que lo pienso el no me dijo su nombre.

--No te creo-- me dijo otra vez con aires de grandeza.

--No me interesa, además ni siquiera me dices tu nombre.

--Pero que descortés soy, me llamó Eiden Holvein linda -- lo dijo guiñándome un ojo.

Me quede viendo detenidamente las facciones de Eiden y es muy guapo su cabello es negro un poco largo y desordenado por la pelea, sus ojos son de un azul profundo y su piel blanca prácticamente es como un Dios Griego.

--Admirando mi belleza lindura-- imbécil.

--Se podría decir que sí, pero aquí  entre los dos yo soy mas linda que tu cariño-- se lo dije así  que este solo me lanzo un beso volado.

--Ven te llevare a un lugar para que te recuperes y mejores tu estado-- se lo dije pero este solo se acostó en el suelo.

--No puedo levantarme solo necesitó tu ayuda.

Me acerque lentamente y le ofrece mi mano pero este me jalo haciendo que terminara encima de el y nuestros rostros se encontraban a unos centímetros, mi respiración estaba acelerada por la cercanía entre los dos.

--Te pongo nerviosa verdad-- lo dijo retirando algunos mechones de mi cara y acomodándolos.

--No solo que estas apretando una de mi herida con tu mano que esta en mi cintura-- y no mentía ya que esta me estaba apretando un poco.

--Perdón no se que me pasa-- lo dijo disculpándose y yo me prepare para ayudarlo.

Mi mirada se dirigió al suelo en el cual encontré una de mis pulseras que me había regalado mi abuela la verdad no sé ni para que me regale esa pulsera pero le había prometido no quitármela y en esos instantes estaba rota en el piso la recogí, pero gracias a eso recordé que tengo un broche el cual esconde el olor a de quien lo usa así que le puse a Eiden en lo poco de la camisa que le quedaba para que nadie supiera que el se encuentra en este territorio lo bueno de este broche es que no sólo escondía el olor del que lo utilizaba también ocultaba si éste tenía alguna herida el olor de su sangre, que eficiencia la del objeto damas y caballeros.

--No te lo quites ya que eso oculta tu olor y el de tu sangre-- pero el me miro incrédulo.

--No me digas que también eres bruja-- lo dijo con diversión.

-- Pues sí, pero escondo mi olor genio.

--¿Y por qué ese broche no ocultó tu olor?-- me lo pregunto.

--Porque no estaba puesta el broche ya que este se encontraba en mi maleta-- se lo dije apuntado a la misma.

--Y ¿A dónde me llevas? No me digas que abusaras de mi -- lo dijo dramatizando.

-- Si quisiera abusar de ti lo hubiera echo allá mismo además solo vamos a un lugar secreto pero esto de ayudarte es muy cansado-- se lo dije y era verdad ya que aveces escapábamos a a terminar en el piso.

--¿Y por qué no usar tu magia?

-- Por que estoy cansada y eso solo me agotara mas -- pero entonces escuchamos pasos venir a nuestra dirección y me toco ocupar mi magia para transportarnos a ese lugar.

Ya en aquella cueva que tenia todo lo necesario para sobrevivir ropa, utensilios de limpieza, cobijas, amuladas, comida(frutas) y hasta ropa de mi hermano por si acaso venia conmigo algún día pero en estos instantes me serviría  de mucha ayuda para mi invitado.

--Ponte esto y no preguntes nada-- se lo dije dándole la ropa de Cristian y salí del lugar porque me encontraba muy dedil y necesitaba aire.

Era agradable escuchar el sonido de la naturaleza y los latidos de mi corazón definitivamente era la mejor sensación que existía pero unas pisadas me sacaron de mi trance y me regresaron a la realidad, él se encontraba sentado alado mio mirando al horizonte hasta que decidió romper el silencio entre nosotros.

-- Gracias... --lo dijo escapando un suspiro de sus labios --¿Te encuentras bien? Estas temblando y los lobos no sienten frió... ¿Segura qué estas bien? Si necesitas algo solo dime-- lo dijo mirándome con cariño.

--Si estoy bien y lo temblar es algo que ni yo misma puedo explicarlo-- se lo dije y era verdad se suponía que era un lycantropodo y ellos no sienten frió, pero yo sí sentía frió entonces ¿Qué era yo?

--Déjame abrazarte -- lo dijo el un poco apenado-- Solo lo digo para darte calor--lo dijo intentando defenderse pero era algo raro ya que los vampiros eran muy fríos y según el me daría calor bueno sigamos le la corriente.

--Esta bien... pero trae una cobija también --y el fue por ella y nos abrasamos y tapamos con la cobija pero se sentía muy bien estar a su lado.

La horas trascurrieron y lamentablemente era hora de que vaya a la  manada y alejarme de Eiden pero acordamos que mañana vendría a visitarlo después del instituto y le traería un poco de sangre para que sus heridas se curen mas rápido y este mejor.

Este  fue un día muy raro y seria mejor no contarle a Cristian y ahora que lo pienso cuando era niña y le preguntaba a él, del por que yo tenia frió y los demás no este se ponía muy nervioso y me cambiaba de tema.

Ya tengo un sospechoso y se que el sabe todo.