Parte 25
Narra la narradora
El día se nublo más de repente, cayo una gota al suelo, luego otra, hasta más, comenzando una lluvia macilenta, pareciera que el cielo también llorara con los habitantes de esa ciudad, todos estaban reunidos en el centro de la atended; todos llevaban flores en su mano para dárselas a la recién fallecida que se encontraba en medio de todo, le habían dado una urna de cristal muy ostentosa rodeada de flores de todos los tipos, pero en especial de rosas, hermosas y rojas rosas, nadie podía aguantar el dolor en su corazón, los ciudadanos habían ganado y perdido una heroína, una protectora, una madre que cuida a los que ama, a sus seres queridos.
Todos le pusieron las flores alrededor de la urna, los amigos y compañeros de ella se acercaron al sarcófago y derramaron unas ultimas lágrimas para alejarse lentamente, pero no todos se alejaron, un mutante no podía soltar la mano de su amada, la tomaba suave y firmemente, se inclinó hacia ella y beso su frente por última vez, se encontraba devastado y destruido, ver el cuerpo de la persona que le entrego su corazón, su alma, su cariño, su confianza, ya no estaría con él. Con dolor soltó su mano y se alejó, derramando varias lágrimas por el camino, cada gota lo quemaba y lo hacía sufrir, no podía pensar el hecho de dejarla ir al más allá, pensaba que la tendría hasta el día en que ya no respirarían, pero ahora, ella se fue primero, y él seguía con vida, la ira y tristeza aumentaba más y más, creía que si hubiera hecho algo al respecto, pudo haber evitado todo este suceso, pero no pudo hacer nada.
La ira creció más que el desconsuelo, se culpaba a el mismo por la muerte de esa chica, la culpa en su interior era demasiada, que se podía apreciar en sus ojos y en la forma en como apretaba los puños y los dientes, el cielo se oscureció más y salían rayos y truenos de este, eran creados por él, de sus manos salían rayos eléctricos y sus ojos brillaban de un color blanco algo segador, el clima empeoraba más y más como el cólera en su interior, si seguía así podía hacer que los rayos tocaran los edificios causando un incendio.
Dark Raphael: Leo cálmate! ¿No ves que podrías destruir a ciudad con esos rayos? –Tomo el hombro de su hermano mayor para intentar tranquilizarlo-
Dark Leo: ¡¿Cómo quieres que me calme Rapha?! ¡¡La persona que más amo en el mundo se ha ido!! ¡¿Entiendes?! ¡¡IDO!! –El clima declino más-
Dark Donnie: Por favor Leo, cálmate, hazlo por ella –Apenas escuchar eso, el clima regreso a esa lluvia de abatimiento-
Dark Leo: *Shif* Y-yo... Solo quiero... Tenerla de vuelta... -Cayo de rodillas mientras más lágrimas caían por su rostro-
Todos abrazaron al mutante para consolarlo, era una perdida muy lúgubre, pero aun así, debían resistir y ser fuertes por ella, por eso se lo prometieron, se limpiaron las caras con firmeza y orgullo, no dejarían que esto los derribara, su amiga no quería verlos tristes, querían verlo mucho mejor que lo que eran antes.
Leonardo: La vamos a extrañar, pero siempre la tendremos en nuestros corazones, fue la promesa que le hicimos... -Dijo el mutante de cinta azul-
Trollino: Eso no lo dudo, llevara una gran parte de nuestro cariño, pero está bien que se lo lleve, para que pueda saber que la quisimos muchísimo –Hablo el azabache mientras miraba el cielo-
Fransely: -Se tocó la insignia y miro al frente- Y yo no le fallare en darme el puesto de líder, lo honrare en su memoria!
Alison: Solo espero que pueda saber que estamos bien, seremos más fuerte por ella –Todos asintieron entre sí para sonreír un poco-
El cielo de repente se disipo dejando una luz directamente hacia la chica en su ataúd dándole un tono de primavera, era un cálido y acogedor rayo de sol, poco apoco la vestimenta de ella cambio de ser una guerrera a un vestido blanco largo de tela suave, con borde de flores bordadas en el escode y en la punta de la falda, sin darse cuenta nadie, su piel torno a su color normal, sus mechones volvieron a ser ese color celeste opaco, sus oreja de lobo aparecieron junto con su cola, la misma rayas aparecieron en sus ojos y un signo raro de color negro apareció en su frente. La pulsera volvió a recuperar su color morado precioso, pero este se volvió una bola de energía para ir donde el signo de la frente y juntarse con ella, su color negro se cambió a uno rojo intenso, la orejas se movieron un poco, y sus ojos se abrieron poco a poco, mostrando un color rojo y con las pupilas celestes.
Ella se sentó poco a poco de ataúd abierto y se estiro los brazos y la espalda, nadie se daba cuenta de nada, la muchacha miraba a los lados y por un momento no sabía que pasaba, pero recordó que había muerto, rio en su mente un momento y regreso su mirada al cielo, levanto una mano y el cielo se disipo de nubles dejando un hermoso cielo soleado, ella miro a la izquierda, su amigos miraban el cielo confundidos, pero cuando vieron adelante, sus ojos se abrieron hasta más no poder, todos no podían creer lo que veían.
Maria: Amm... ¿Por qué todos me miran así? ¿Vieron un fantasma acaso? –Dijo entre risas-
Una chispa de felicidad y alegría se encendió en el corazón de los presentes, esa sonrisa conmovedora estaba en frente de ellos, no se había ido, estaba de vuelta, gritaron su nombre con lágrimas de felicidad en los ojos para correr hacía ella lo más rápido posible, se unieron en un gran abrazo familiar, se podía apreciar en el aire ese gran amor de familia completa otra vez, todo se llenó de risas y alegría, hasta tomaron las flores de la urna y las lanzaron al aire, todos estaban muy felices al ver su salvadora viva, pero todavía no entendían el cómo, pero eso no era lo que importaba ahora, festejaban el regreso de una figura honorable, el sol brillaban y las flores volvieron a crecer entre el cemento, era pura felicidad.
Todos lloraban de alegría, en especial los amigos de la chica que le decían que jamás se fuera, ella que también lloraba de felicidad, les prometió nunca jamás irse, todo el público presente la cargo mientras gritaban ¡Hi,hi hurra! Varias veces. Pero su mirada se concentró en un punto exacto, en un humanoide mitad tortuga viéndola con amor y alegría, se bajó entre la multitud y se colocó frente a frente con él.
Maria: Dark...
Dark Leo: Mary –La abraso fuertemente- Pensé que te perdería, pero ahora –Se separa viéndola a los ojos- Te tengo de vuelta
Maria: Jeje Dark, gracias a mi mama logre volver, yo tampoco puedo perderlos, son mi familia
Dark Leo: Creo que ya sabemos tu debilidad –Sonrió suavemente-
Maria: Y es el hecho de perderlos a todos ustedes –Se volteo encontrándose con la mirada de todos- Chicos, espero que todos no hayan llorado mucho, fue un desperdicio, lamento todo este inconveniente
Alison: Lo único que nos importa ahora, es que estas con nosotros, y tenemos algo para ti –Todos afirmaron con la cabeza entre ellos-
Maria: ¿Qué cosa? –La gata se acercó a ella y se quitó la insignia del pecho-
Fransely: No fui líder por mucho tiempo, pero, ahora yo... -Le puso la insignia en el pecho- Te renombro líder de los WolfsNights!
Maria: ¿WolfsNights? ¿Lo renombraste? Porque me gusta! –Todos rieron- Me alegra ser la líder otra vez!
Todo el pueblo grito ¡¡QUE VIVAN LOS WOLFSNIGHTS Y LOS MUTANTES!!
Dark Leo: Te amo –Abrazo a su pareja por las caderas-
Maria: Y yo a ti... Darkito~ -Lo beso dulcemente-
Todo volvió a la normalidad, la gente ya no tenía miedo de los mutantes, más bien, el alcalde los nombró como protectores de Nueva York que para ellos fue un alivio, ya no tendrian que ocultarse más por el miedo de ser desterrados por ser humanoides. Nadie lloraba o estaba desanimado, ahora estaban más felices que nunca.
(...)
Continuara...
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