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22. La Voy A Perder

Mi Más Alejado Deseo

Capítulo 22

Esta llamada de Alana me ha dejado durante todo el día pensando ¿Un ramo de rosas? Es extraño yo no envié ningún arreglo a la casa ¿Quién pudo haberlo enviado? Lo peor de todo es que ella no se nota contenta por ese arreglo ¿No fue enviado para ella? Cada vez salen más preguntas, entonces si no son para ella ¿Son para mí? Pero quién puede enviarme un arreglo, solo ella a mi parecer, aunque Jul estaba aquí justo cuando eso pasó ¿Habrá sido ella? Pero que ganaría si Alana y yo entramos en discusión ¿Que terminemos? Sus palabras, Alana fue clara y yo acepté que fuera así.

«Te doy está oportunidad Azael pero será la última, noto que estás con ella de nuevo y hasta aquí llegará todo»

Yo se lo había dicho a ella, que Alana me había dado la última oportunidad, ella está tomando todo esto en mi contra, busca que lo que tengo con Alana de comience a destruir pero a la vez trata de seducirme y conquistarme pero no lo va a lograr lucharé por esto que tenemos.

Estoy tan cerca de llegar a casa y averiguar que es lo que sucede y sobretodo convencerla y hacerle entender que entre Jul y yo no hay nada que solo es ella, que ella es la única mujer que tengo en mi vida.

—Buenas noches familia —digo entrando a casa viéndola a ella en el sofá viendo fijamente el dichoso arreglo de rosas.

—Buenas noches —se le escucha un poco triste mientras que Jadhiel se acerca a mi para cargarlo.

—¿Cómo te fue hoy? —la noto muy seria para lo que estoy acostumbrado.

—Todo está bien aquí, te estaba esperando.

—¿Y eso porque? ¿Pasa algo? —me inquieto mucho, pensé que no lo querría mencionar.

—Primero necesito que me ayudes a dormir al niño, he tratado pero está muy inquieto y no me he sentido bien —es allí cuando noto que su mano izquierda está vendada y manchada con un poco de su sangre.

—¡¿Qué te pasó?! —digo en impulso acercándome a ella inmediatamente.

—Me corte cuando lavaba los trastes, no me fijé, solo ví cuando la sangre corría por mi mano, y era mucha, tal vez por eso me siento así y me duele como para cargarlo y dormirlo —se refiere a Jadhiel.

—¿Porqué no me llamaste? Yo hubiese venido ayudarte y llevarte al hospital.

—No hay necesidad de ir al hospital logré detener la sangre sola, y además no quería interrumpir tu trabajo.

—No me parece correcto, debiste llamarme sin importar nada.

—Solo llévalo a su cuarto, espera a que se duerma y vienes a cenar, yo te espero.

—Está bien, trataré de hacerlo rápido.

—No te preocupes.

Sin más tomo a mi hijo en brazos quién cada vez es más grande, increíble que ya tenga un año, llegó a la habitación y le coloco su pijama de dormir.

—Es hora de dormir pequeñin, así mami puede descansar tranquila, necesitamos que nos colabores —hablo tranquilamente con él mientras les coloco un par de medias para el frío.

—Ma-má —responde enseguida.

—Exacto mamá debe descansar y tú también debes hacerlo.

Lo colo en la nueva cama que es pegada a la de Alana para que no se caiga. Alana tiene mucha imaginación no sé cómo se le dió para adecuar su cuna a la cama de ella.

Él se queda profundamente dormido a los 15 minutos de escuchar un sonido suave para dormir, cuando queda así coloco su peluche a su lado y me dirijo a la sala.

La veo tan débil, le hizo mucho daño ese corte en la mano pero ¿Porque no me llamo? Ella sabe que puede hacerlo sin importar nada.

—Ya está la cena servida logré calentarla mientras lo dormías —parece que hubiese gastado toda su energía.

—No debiste hacerlo, necesitas descansar.

Llegó a mi cena para comer y poder llevarla a la cama pronto pero ella no deja que yo termine de cenar cuando se levanta del sofá para ir a su cuarto pero cuando volteo a verla está apunto de caer al suelo.

—Te digo que necesitas descansar y te levantas a los pocos minutos, no seas tan terca que yo puedo cuidarte sin ningún problema.

Ella no habla solo se me queda viendo, la termino de cargar en mis brazos y la llevo a la habitación donde aún Jadhiel está dormido.

—Dejame cambiarte la venda, está llena de sangre —ella solo asiente y me indica dónde están las vendas.

Le cambio su venda con mucho cuidado para no lastimar la herida, en ese instante le indico para colocarle su pijama la cuál acepta perfectamente. Luego de todo eso busco en mi habitación uno de mis pantalones de dormir y regreso a la habitación junto a ella, tomo una ducha en su baño y al vestirme me coloco a su lado.

Está tranquila, parece que la conversación quedará para la próxima, y es lo mejor.

—Azael —dice ella y creo que he hablado muy rápido.

—Sí —respondo con suavidad.

—Fue ella quien envío eso ¿Cierto?

—¿De qué me hablas?

—El arreglo lo envío ella, yo lo sé.

—¿Porqué lo dices? —la intuición de esta mujer me sorprende.

—La tarjeta, búscala y léela. Fue muy clara, ella quería que yo lo supiera.

Salgo en busca de la tarjeta, me acerco al arreglo y logro verla.

«Para mi querido ojos verdes, tus besos son los mejores que he probado en mi vida, y ni hablar lo de aquel día, fue increíble y recuerda aquello que te dije, te conquistaré así sea lo último que haga»

Evans.

Camino nuevamente a la habitación donde ella me espera aún despierta.

—Ella solo quiere molestar, no le des importancia.

—Debo preocuparme de algo Azael.

—De nada porqué yo estoy es contigo y porque a ti es a la que amo.

—Ya veremos cuánto me amas y que tan fuerte es para no caer en sus planes.

—Alana no tienes de que preocuparte, estoy contigo.

—Te lo he dicho no creo en palabras yo soy más de hechos, demuéstrame que me amas.

Se voltea dándome la espalda para minutos después quedarse dormida; pero me preocupa lo triste que se puso con esta situación. Pero decido escribirle a ella quiero saber que es lo que se le pasa por la cabeza, aunque será mejor hacerlo mañana en su oficina.

Duermo a su lado cómodamente, dormir junto a ella siempre será lo mejor, el calor de nuestros cuerpos juntos es la mejor sensación.

*****

—Buenos días —le digo a Alana que recién abre sus hermosos ojos grises.

—Buenos días amor —responde con una pequeña sonrisa.

—El desayuno está listo.

—¿Que hora es?

—Son las 8:30 dormiste bastante ¿Cómo te sientes?

—Se te hace tarde ¿Porqué estás aquí todavía? Y justo ahora estoy preocupada por ti.

—Tranquila ya llame a mi jefe le expliqué la situación y me dió permiso por dos días, así que estaré contigo hoy y mañana.

—¿Mi enfermero personal?

—Asi es mi princesa, aunque no tengo uniforme cuidare muy bien de ti.

—Te verías muy sexi de enfermero.

—Percibo algo caliente por tu mente.

—Querer verte de enfermero sería algo muy sexi.

—Creo que voy a salir.

—¿Adónde vas?

—Solo espérame aquí y no te levantes de la cama y él ya está bañado todo está listo con él no tienes porque levantarte de aquí a menos que sean necesidades básicas, y nada de fuerzas.

—Amor.

—Sí cariño.

—Ven acá —me acerco a ella nuevamente —no vayas todavía a ningún lado primero ayúdame a darme un baño sin humedecer mi mano por favor —hace carita de niña chiquita.

—Esta bien será más tarde que salga.

Camino con ella hacia el baño, dónde le quitó la ropa dejándola desnuda frente a mi, y está vista es la más hermosa.

—Me vas a ver o ayudarme a bañar —Tiene la justa razón de hablarme así.

—Creo que si le agregamos una tercera opción sería una magnífica escena.

—¿Cómo cual? —muestra una pícara sonrisa en sus labios.

—Hacer el amor en el baño.

—Interesante opción.

Me acerco a ella donde sus labios no esperan mucho cuando se unen a los míos en un beso apasionado, me encanta cuando entiende todas mis señales y mucho más que esté dispuesta siempre. Beso su cuello con toda las ganas de hacerla humedecer en su entrepierna y dejo un pequeño mordisco en el lobulo de su oreja, y ella gime sin objeción.

Me acerco a sus tetas redondas para lamer sus pezones, completamente erectos dentro de mi boca y sus gemidos cerca de mis oídos no espero mucho cuando la volteo dejándola de espaldas y su hermoso culo, redondo y de buen tamaño. Le doy una nalgada dejando mi mano pintada en ella, sus gemidos son cada vez más fuertes, quitó toda ropa que traía puesta y dejo mi miembro erecto masajeando con su propia humedad para meterme en ella.

—Hazlo yá ¿Que esperás? —me encanta cuando me exige entrar en ella.

—No te preocupes que enseguida lo haré.

Me adentro en ella con suavidad y poco a poco voy aumentando el ritmo en el que iba, sus gemidos invaden el baño y es como mi canción favorita luego de andar dentro de ella, siento correrme dentro y ambos comenzamos a recobrar nuestra respiración, estamos tan agitados.

Un rapidín en el baño, pero que nos alivia por completo.

—Ahora si ayúdame a darme un baño.

—Como mandé mi ángel.

—Y que haremos ahora.

—Que tal si vemos una película.

—Suena bien —decimos mientras salimos del baño ambos en toalla.

Vemos a Jadhiel viendo sus muñecos infantiles que pasan por la televisión, y noto que tiene demasiado volúmen tomo el control remoto para bajarle un poco pero el vuelve a subirle.

—Estas sordo acaso, eso está muy alto —le digo pero ni aún así me permite bajarle.

—El siempre ve la tele con ese volumen, te cansaras de pedirle que le baje.

—Habra que llevar a qué le revisen los oídos a ver porque escucha tan alto la televisión.

—Tal vez habrá que hacerlo, lo más probable es que necesite una limpieza.

—Si puede ser.

—Y tu dónde ves tus programas.

—En tu cuarto, ve televisión como hasta las once de la mañana, se ve todos esos programas.

—De verdad.

—Si, aunque hay días que no dejo que vea televisión, no es bueno que se mantenga frente a una pantalla siempre.

—Es lo mejor.

Vamos a mi habitación y encendemos la tele para vernos una película, decidimos vernos una de acción creo que a ella le gusta ver el romance sola y no en compañía.

Pasamos un día agradable, he notado que ya está tomando un poco más de color, ayer se notaba muy pálida y no me gustó verla así creo que le alivio comer bien y descansar el día de hoy.

—¿Que harás con el ramo?

—Lo bote está mañana.

—De verdad lo hiciste.

—Si no es bueno tener algo que dañe nuestro ambiente.

—Tienes toda la razón.

Me gusta verla sonreír por eso me dolio demasiado cuando la hice llorar, y ni hablar de hacerle daño o de encontrarla triste como ayer, eso no es lo mío.

Quisiera que no viera y no se enterará de lo que estoy empezando a hacer con Jul, no sé cómo reaccionaria.

¿El dolor la hará cambiar? Tal vez se mantenga a mi lado o simplemente se vaya y no quiera saber de mi. No sé que pasaría si eso con Jul siguiera adelante.

El caos llegará a mi vida, de eso no tengo duda.

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