18. Te Haré Feliz
Mi Más Alejado Deseo
Capítulo 18
Ha sido una semana tranquila, Azael se ha quedado con nosotros y gracias a eso hemos podido decorar la casa para que por fin llegue el espíritu navideño.
—Crees que debamos comprar conjuntos —menciona el loco chico con encantadores ojos color esmeralda.
—¿Para vestir igual? —Inquiero dudosa.
—Si, como familia y le mando fotos a mi mamá.
—Tu mamá siempre me ha caído bien pero no crees que exageras.
—Un poco pero me imaginé a todos en mi cabeza y nos veríamos muy bien —a esté hombre creo que se le zafó un tornillo.
—Está bien, si así quiere, pero solo camisetas acá no es que haga mucho frío.
—Tenemos aire en casa —responde con una sonrisa como si eso fuera suficiente para los horribles 40° grados que hacen aquí.
Luego de todos tomarnos un baño e irnos en el auto a comprar las camisetas de navidad escuchamos un poco la radio donde empiezan hablar sobre la época y lo hermoso que es vivir estas épocas en familia, y recuerdo que a mí dichosa madre se le dió de irse y ahora no sabe cuándo regresar, muy mala época para haberse ido.
—Alana.
—Dime.
—Y si invitamos a tu mamá a cenar con nosotros.
—¿De verdad? Pero no está aquí.
— Llámala e invitala para que la familia crezca un poco más.
—Se lo comentaré pero no garantizo nada.
—Por cierto... ¿Que has pensado sobre nosotros? —Su pregunta me toma por sorpresa, sé que ha estado en casa y que no ha hablado con esa mujer pero no quiero acceder tan fácil, solo han pasado dos semanas.
—Te dije que por ahora es mejor dejar el tema quieto.
—Cariño, entiende que no quiero estar lejos de ti, quiero besarte como siempre lo he hecho, abrazarte y sentir tu cuerpo cerca de mi, quiero que todo vuelva a ser como antes que hiciera todo el daño que te cause.
—¿Quieres intentarlo?
—Si.
—Porque de verdad quieres o por qué tienes la necesidad de satisfacer el deseo de tu cuerpo.
—Caramba Alana, lo digo por qué te extraño. No es hermoso estar en casa y que tú me estés esquivando la mirada, quiero abrazarte, sentirte cerca y tu no dejas siquiera que mi mano roce tu piel, mucho menos juntar nuestros labios.
—Esta bien lo admito no quería estar cerca porque asimilar que estuviste con alguien más no es la más hermosa sensación que he tenido.
—Lo sé, pero tan solo te pido otra oportunidad, te juro que no volveré hacerte daño.
—Azael, si vuelves hacerme daño o me entero de algo no habrá más oportunidades.
El silencio llegó y al mismo tiempo llegamos a los centros comerciales, bajamos del auto para dirigirnos él con Jadhiel en brazos y yo a su lado.
—Entonces es un si.
—Tal vez —digo y me adentro al primer lugar donde veo ropa navideña.
Estuvimos allí probando camisetas sin parar tratando de encontrar las indicadas para esa "Foto familiar" a la que siendo sincera también quiero una copia para traerlos conmigo siempre.
Quiero estar con él mi cuerpo lo añora y mis labios lo desean, ha estado aquí conmigo casi que por una semana y ni un abrazo de buenos días o buenas noches nos hemos dado. Por alguna razón lo estuve evitando, razón que aún no encuentro solo sé qué quería estar sola pero quiero estar con él e intentar y aprovechar esa oportunidad que él me está pidiendo.
Tal vez no la aproveche y en menos de nada vuelva a verse con esa chica, pero también está esa posibilidad de que ahora en verdad quiera estar conmigo, que no mirara a nadie más y mucho menos estar con alguien más.
Salimos de la tienda y llevamos a Jadhiel a los centros de juego para que se divierta un poco, creo que hace muchísimo tiempo no se divertía tanto gracias a qué su padre andaba muy ocupado con esa mujer y no nos sacaba a pasear como al principio.
—Esta bien —digo y el voltea a verme confundido sin saber de qué le estoy hablando.
—¿Que cosa? —Por fin pregunta.
—Lo intentaremos otra vez, espero que aproveches la oportunidad que te estoy dando.
—Me estás hablando serio.
—Si, te amo y quiero estar contigo, también con él —señalo a Jadhiel que juega con un balón — estemos otra vez como desde un principio, una familia.
—Esperame aquí —dice con una sonrisa.
—¿Adónde vas?
—No me demoro, solo espérame aquí, no te muevas.
Se va sin decir más, estoy sorprendida es primera vez que le ocurren este tipo de cosas. Estuvimos esperando ya con Jadhiel a mi lado, el pobre está cansado pero no sabemos dónde está este hombre que aún no llega y movernos sería un caos total.
Comienzo a mirar a todos lados tratando de ubicar un lugar para comprarle algo de comer al pobre, visualizo un poquito lejos de aquí un local de helados.
Regresamos al lugar donde el come un helado de vainilla y yo uno de chocolate para calmar un poco el hambre, comienzo a escribirle a su celular pero lo único que dice es que ya casi llega.
Comienzo a desesperarme y comienzo a recoger los juguetes de Jadhiel para ya irnos y que luego él nos alcance en el estacionamiento cuando de repente siento que tocan mi espalda.
—Porque hoy te prometo que seré una nueva persona y la mejor de todas para hacerte feliz a ti Alana con todo mi amor y comprensión.
—Azael —lo miro a él quien trae un ramo de rosas junto con un cofre en su mano derecha.
—Estan hermosas —digo refiriendo al arreglo que trae en su brazo.
—Yo te entrego este anillo de promesa para mostrarte que estaré contigo en las buenas y en las malas.
Miro aquel anillo que brilla en el cofre, he quedado paralizada no sé que hacer se que solo es un anillo de promesa, he visto muchos en internet pero no esperaba recibir uno por su parte, esto significa que va muy en serio conmigo, de verdad quiere estar conmigo.
—Te amo Azael.
—Y yo prometo hacerlo igual o mucho más de lo que esperas que yo haga.
Él se levanta para colocar el anillo y al levantarse me da un beso que comienza suave pero que al final termina siendo ese beso que necesitábamos desde hace mucho tiempo, ambos extrañamos sentirnos así de esta forma, unidos.
—Alana estaré contigo, te lo prometo ahora regresemos a casa.
—Y yo contigo Azael y si volvamos a casa ya el niño está cansado, debe dormir.
—No solo lo digo por eso —dice el con Jadhiel en sus brazos mientras que yo traigo el arreglo en mis brazos.
—Entonces ¿Porqué lo dices? —se acerca y me agarra de mi cintura apresando mi cuerpo hacia él.
—Eso que hace mucho tu y yo no hacemos.
—Estar yo encima de ti complaciendo todo lo acumulado este tiempo.
—Es correcto, quiero ese cuerpo junto al mío y recuperar el tiempo perdido.
—Eres un hombre demasiado convincente.
—Te haré feliz Alana, te lo prometo.
Estamos andando el tráfico está mucho más pesado, demoramos más de lo que acostumbramos pero al final llegamos, cansado pero llegamos.
Salimos del auto yal entrar llevo de una a Jadhiel al cuarto quien está profundamente dormido, pobre se canso de tanto jugar. Al dejarlo allí camino hasta llegar a la sala donde Azael me espera cuando estoy más cerca de él noto un par de copas junto a una botella de champagne.
—¿Brindamos? —es lo primero que escucho apenas el nota mi presencia.
—¿Que brindamos? —quiero oír eso que me llena de orgullos, estar juntos es increíble.
—Por nosotros, porque volvemos a estar juntos, porque somos una familia, por todo lo bueno que nos ha ocurrido.
—Hablando de lo bueno ocurrido, te tengo una noticia.
—Cuentame ¿Que sucede?
—Una empresa me contacto y está muy interesada en que yo realice mis prácticas en sus instalaciones como asistente administrativa bajo supervisión claro, pero estoy feliz mis buenas calificaciones me ayudaron a encontrar más fácil de lo que creí que sería.
—¡Felicitaciones! Me alegra tanto por ti mi amor, que estás empezando tu camino y que estás logrando tus sueños, y sé que esto será el principio de todo lo que te mereces.
—Gracias amor —respondo con una gran sonrisa.
Tomamos de nuestras copas y me acerco a él, abro mis piernas quedando encima de sus piernas sintiendo aquel bulto que ya no tenía cerca.
—Tenemos mucho que celebrar y la noche puede llegar a ser muy corta.
—Seria bueno aprovechar cada minuto señorita Stone.
—Ya me pusiste tu apellido y eso se escucha muy sexi.
—No sabes cómo me prende hacerte mía y tenerte así de cerca.
Él me carga mientras yo rodeo mis piernas por sus caderas con un beso apasionado mientras nos dirigimos a la habitación, hace días que no entraba aquí, no sentía este olor tan determinado de él.
Me coloca sutilmente en la suave cama quitando mis zapatos acercando su boca a la mía en un suave beso; aleja su cuerpo para comenzar a desvestirme y al quedar completamente desnuda él se quita su camisa y muerdo mi labio inferior al notar aquel bulto a través de su pantalón, se acerca a mi ya solo en boxer tratando de comenzar a jugar con mi cuerpo, masajea mis senos dándoles caricias para finalmente tenerlos erectos frente a su boca que comienza a chuparlos, su húmeda lengua rodea mis pezones volviendo mis quejidos mucho más ahogados por el placer que me brinda en estos instantes.
—Me encanta tenerte así, húmeda y lista para comerte toda.
—Entonces que esperas para hacerme tuya.
—Queria que me lo dijeras, eso esperaba.
—Entonces comienza ya, porque quiero sentirte dentro de mí, ya mismo.
—Con gustó lo haré, gatita.
—Me excita que me digas así.
—Y a mí me excitas tú.
Sin previo aviso y completamente desnudo él pega su cuerpo al mío, el calor que nuestros cuerpos sienten es fascinante. Las estocadas cada vez más fuertes son recibidas, él está sintiendo mi humedad y es que este hombre me hace sentir aquellos orgasmos que antes de él nunca había llegado a sentir.
Este hombre hace que mis deseo sean la mayor esperanza en mi vida, no sé si cumplan pero en estos momentos creo que sí podrían llegar hacerse realidad.
—Me alegra tanto estar junto a ti Alana.
—Y yo junto a ti.
Al terminar me da un beso para acostarse a mi lado, nuestra respiración agitada pero con ganas de querer más de aquello que tanto extrañaban nuestros cuerpos, las ganas de estar juntos siempre se sentían por más que intentamos ignorarlo era así, el deseo es estar juntos, no alejado a millones de distancia cuando podemos estar cerca.
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