Mi Más Alejado Deseo

Capítulo 01

Azael Stone

Mi hijo está pronto a nacer y junto a Andrea lo criaremos de la forma más correcta, para que sea un gran niño, espero y tenga los hermosos ojos azules de su madre aún cuando ella ya no me ama me sigue pareciendo hermosa. 

Andrea y yo nos conocimos cuando estábamos empezando nuestros estudios ella en esos tiempos era chica más dulce, con esa caramelos a dulzura me enamoré de ella, estuvimos mucho tiempo de novios pero en los últimos dos años todo se había vuelto complicado, aquello que me hizo querer estar con ella desapareció volviendo todo amargo y ácido como el limón que le ocurrió no entiendo siempre fui el mismo con ella. Sé que la vida da muchos cambios pero no pensé que a pesar de la mala relación que se estaba formando entre los dos llegaríamos a tener un hijo, sus gritos y rechazos nunca me separaron de ella porque lo que sentí siempre fue verdadero.

Ella y yo seguíamos teniendo intimidad, eso siempre se mantuvo en ella, nunca dejó de decir que le encantaba tener intimidad conmigo y ella quedó embarazada en una de esas noches de pasión en las que ella dejaba esa amargura para volver a ser la chica linda y sus besos eran suaves pero con fuego en ellos causando en mí miles de emociones y el querer besar todo su cuerpo era la mayor motivación de ambos disfrutar el estar en la cama.

Recuerdo perfectamente cuando ella me dijo —estoy embarazada— esas dos palabras para mi eran mi mayor felicidad, aunque para ella no era de mucho agrado, por alguna razón el embarazo solo hizo que todo en ella empeorará mucho, puede ser eso de las hormonas que casi no entiendo, algunas familia decían que esos cambios de humor eran normal en las mujeres en el momento de gestación —sentía que me hablaban en chino, no entendía nada— sin embargo siempre trate de hacer las situaciones y el ambiente menos complejo para ella, pero solo escucha gritos y más gritos y un inquitable ceño fruncido en su cara.

—Azael. —Vuelve a gritar mi nombre.

—Dime. —Respondí a secas gracias a que ya me desanima seguir de esta forma.

—¿A qué hora estará la comida?

—Pronto, solo espera.

—Tengo hambre no quiero esperar.

—Pero te tocará ya no puedo hacer nada.

—Te ayudara pero ya tengo nueve meses estoy a poco de dar a luz y no quiero moverme tanto.

—Pero si deberías hacer lo contrario, leí que caminar y mover el cuerpo ayuda a adelantar la hora del parto y con las contracciones.

—Para mi eso es tontería.

—Pero nada te cuesta intentarlo, por que no intentas por una hora y ya, no pido que dures horas.

—Jodes demasiado, pero está bien lo intentaré pero no estaré contigo en la cocina tengo mucha calor y ya me arde la garganta por andar gritando desde acá del sofá para que pudieras escucharme en la cocina.

—Como sea solo hazlo.

—Eres todo un perdedor Azael. —Sonríe bajito  para que no pueda escucharla muy fuerte.

Estoy cocinando ya porque lleva a mi hijo dentro de ella, recuerdo que ponernos de acuerdo con el nombre del bebé fue un completo caos, sin embargo, logramos colocarnos de acuerdo y elegir su nombre ya que nos gustó el significado de él, nuestro hijo se llamará Jadhiel que significa armonía y unión algo que entre nosotros ya se había perdido, pensamos que con él podríamos mejorar las cosas entre nosotros. Tengo tantas ansias de saber cómo será mi hijo, a quien se parecerá que color de ojos tendrá, los hermosos azules de Andrea o verdes como los míos, cabello negro o castaño, todo en él es un misterio pero muero por saber qué sentiré cuando lo cargue por primera vez y pueda sentir su suave y delicada piel sobre mis brazos.

—Azael. —Otra vez gritando, parece no cansarse de hacerlo.

—¿Qué?— Grité fuerte notando lo aburrido que estaba de escuchar sus insoportables gritos diarios.

—Rompí fuente. —Ella gritó haciendo que yo saliera de forma apresurada a la cocina.

Camino a pasos apresurados para llegar a ella y confirmar lo que dijo, y si logro ver por sus piernas una gran cantidad de líquido, en estos momentos me agradezco a mi mismo haber empacado lo necesario para este día ya que ella no lo había hecho aún.

—Espérame aquí iré por el bolso, respira hondo no te estreses ni te agites tranquila. —Hago señales demostrándole cómo debe respirar.

—Andate putas que me duele todo.

—Espera que debemos llevar todo lo que necesitamos.

Me estresa cuándo no se acuerda nada así mismo era cuando le tocaba los controles no recogía nada, nunca fue capaz de salir conmigo a comprarle algo para el bebé, espero que cambie su forma porqué será difícil dejarla sola con el bebé mientras trabajo. Voy al cuarto inmediatamente tomo el bolso, las llaves del auto y bajó rápidamente, cuando vuelvo a ella la tomo del brazo y la ayudó a llegar y sentarse en el auto, —por fin Jadhiel nacerá — estoy tan feliz.

Al llegar al hospital lleno los datos necesarios y veo cómo la llevan a una habitación en la que yo no puedo entrar, ella allí sola en esa habitación tratando de dar a luz. Lo peor es que no alcanzamos avisarle a nadie llegamos solos y ahora no tengo cabeza para llamar a nadie, solo quiero que ambos salgan de allí sanos y salvos. Pero justo en estos momentos en que pienso que los quiero ver salir de allí sanos veo que la sacan a ella de la habitación y más atrás veo a la doctora que me informa que le harán cirugía que a pesar de pujar e intentar el bebé no sale, y deben intervenir por cirugía para evitar que él se ahogue y muera. —¿Puedo entrar? —Pregunto curiosamente, pero recibo un "No" por respuesta lo que significa que solo debo esperar.

El tiempo pasa y aun no sé nada de ellos que estará pasando que no sale nadie avisarme nada. Pero veo salir a una enfermera con mi hijo en una incubadora para llevárselo y le preguntó cómo está y recibo las palabras que esperaba —está completamente sano — siento un alivio al saber que mi hijo ha nacido sano y salvo, pero y Andrea.

Es allí cuando decido caminar caminar hacia la puerta donde tienen a Andrea, completamente desesperado pego mi oído a la puerta y ver si logro escuchar algo.

—La paciente está perdiendo mucha sangre doctora.

—El ritmo cardíaco está desacelerando.

—La estamos perdiendo doctora ¿Que hacemos? 

—Hay que reanimarla.

—Ya está listo doctora.

—Bien, a la cuenta de tres se alejan. 1, 2, 3, alejense.

—Nada doctora.

—Una vez más. 1, 2, 3 alejense.

—Nada doctora la perdimos.

—Hora del descenso 10:00 de la noche.

—Limpiemos todo, yo levantaré la sabana. —Habla una enfermera.

A los poco minutos veo a la doctora salir y de inmediato le preguntó ¿Cómo se encuentra Andrea? Esperando una respuesta tras el trágico silencioso minuto escucho como deja salir una bocanada de aire y con ella su voz.

—La señorita Andrea como sabe tuvimos que intervenir por cesárea para dar a luz a su hijo todo iba perfectamente bien cómo pudo notar su hijo nació sano sin ninguna complicación con él, pero con la madre si tuvimos complicaciones, ella perdió mucha sangre además que su ritmo cardiaco bajo rápidamente, intentamos reanimarla pero lamentablemente ella no sobrevivió.

—Usted me está diciendo que Andrea está muerta.

—Por desgracia así es. Si me disculpa debo retirarme tengo cosas que hacer, si quiere ver a su hijo le puede pedir a la enfermera que lo lleve a él y le indicarán cuando pueda llevárselo, pero nació sano lo más probable es que mañana temprano puedan irse, y lamento su pérdida.

—Gracias doctora. —La veo retirarse del pasillo y de mi vista.

No puedo creerlo, ella está... Andrea está muerta. ¡No puede ser! Lo último que hicimos fue gritarnos, ni un último beso nos dimos, yo... ¿Qué haré ahora? Nuestro hijo no conoció a su madre ni logró sentirla por mucho tiempo tal vez obtuvo un beso pero con la actitud que estaba últimamente dudo que lo haya hecho. 

***

Descansa en paz Andrea y cuida de nosotros desde el cielo, te prometo que a nuestro no le faltara amor en tu ausencia, aunque lo nuestro estuviera roto y que ya al final ya no sintiera nada por ti, te agradezco por haberme dejado un recuerdo de lo que una vez tuvimos y mantendré siempre en un lindo recuerdo el principio de nuestra relación.

Andrea hoy en este cementerio veo enterarte a ti y a lo que un día tú fuiste, aquella chica dulce y tierna con tu hermoso cabello negro y tus finos labios además de tus penetrantes ojos azules que me hacían ver el infinito océano en ti porque siempre lo traías en tus agradables ojos, tú te fuiste para siempre pero dejaste a un niño que me recordará siempre que tuve algo hermoso contigo y que siempre estará a mi lado.

Descansa en el reino de los cielos al lado de nuestro señor padre y protegenos a Jadhiel y a mi desde allá arriba, te quise tanto aunque todo se haya desvanecido al final. ¡Te Extrañaré!

Veo cómo poco a poco el ataúd queda debajo de toda esa tierra quedando ella completamente enterrada y que a partir de ahora estará en el cielo, desde allí verás a tu hijo crecer, dar sus primeros pasos, la primera vez que hable, cuando sus dientes comienzan a salir, todo lo vivirás conmigo pero desde allá arriba.

Dejo este ramo de rosas blancas en nombre de tu hijo como creo que puedes sentir el no está aquí con nosotros lo deje en casa con mi mamá cuidándolo, aun no puedo sacarlo al exterior es muy indefenso, no puedo creer como las lágrimas no paran de caer por mis mejillas, esto ha sido un choque muy fuerte para mí, miles de cosas pasan por mi cabeza como por ejemplo si podré cuidar a nuestro y criarlo como se debe, tengo mucho miedo, siento miedo justo en estos momentos en los que tú ya no estás la consolarme y darme uno de esos buenos consejos que solías dar continuamente, extrañare muchas cosas de ti a pesar de que en los últimos años solo se escuchan gritos de ti y ningún afecto hacia mí.

Te fuiste sin decirme por qué actuabas de esa forma, si había algo que ya no te agradaba, solo callaste hasta el último minuto de tu vida sin importar las veces que te pregunte el por qué actuabas así conmigo, espero que algún día pueda recuperarme y poder entregar mi corazón nuevamente, te cuento que me despidieron ahora pero buscaré trabajo después y arreglaré todo para facilitar el poder enviar mi currículum a muchos lugares incluyendo algunos países no importa dónde con tal de trabajar y poder brindarle algo a mi hijo y que nada le falte, que me falte a mí todo lo que este cruel mundo quiera,  sí, pero a Jadhiel jamás porque soy capaz de aguantar todo el hambre que sea pero él no.

El cielo comienza a oscurecer al parecer lloverá, debo irme también quiero ver cómo sigue nuestro hijo, me quedaría contigo porque sé cuánto te da miedo la lluvia pero alguien pequeño e indefenso me espera en casa, además pronto será hora de bañarlo, darle de comer, sacarle sus gases, y ponerlo a dormir en la cuna que tú le escogiste, «fue lo único que saliste a comprarle» recuerdo lo emocionada que estabas cuándo te encontré junto a ella llegando yo de trabajar, tenías una hermosa sonrisa esa vez y de allí no volví a verla y no la volveré a ver nunca más.

Voy en mi auto negro tratando de llevar a casa antes que la carretera se coloque peor por la fuerte lluvia que está empezando a caer, esperó que mi madre la esté pasando bien en casa sola con Jadhiel, será tranquilo o inquieto, quien sabe ya veremos con los primeros días si son de los que lloran mucho o de los que prefieren dormir y no molestan tanto, aunque agradecería que sea la segunda opción, tranquilo. Así no se me complican tanto las cosas, y será mucho más fácil la búsqueda de trabajo cuando ya tenga el mes, ahora durante estos primeros días él necesita de muchos cuidados, y solo yo puedo dárselos nadie más, cada quien busca a su rutina y yo solo debo acomodarme a mi nueva rutina,  si, la rutina de un bebé recién nacido, gracias que con la liquidación y los ahorros que tenía por allí guardados podemos sobrevivir el primer mes y un poco más, ojalá pudieses echarme la mano desde allá arriba y facilitarme un poco más las próximas circunstancias de la vida, ayúdame Andrea.

Yarenis Guzmán.