Capítulo 9
Miro a Taehyung, el mantiene su vista en la bola peluda en su regazo, mientras yo espero pacientemente una explicación que claramente no llegará.
— Puedes hablar ya ¡¿Y de dónde sacaste eso?!- El abre su boca ofendido y levanta al perro para que yo lo mire.
— Eso se llama Pelusin y es el perri hijo de tú hijastra.
Me hace callar mientras digiero sus palabras, si bien Anna me parece una niña increíble y muy linda, pensar en ella como "hijastra" me revuelve las tripas.
— Bien, has ganado, me siento de la mierda.- Me rindo tirándome en la alfombra, Pelusin corre hacia mi lamiendo mi cara, me hace cosquillas, pero soy incapaz de apartarlo.
— No tiene que ser así, he escuchado algunas cosas de la señora Minyong, y amigo....- Se tira a mi lado tomando a Pelusin para apretarlo contra su pecho.- Nos hemos equivocado con ese italiano.
Eso me hace sentir aún peor, tengo ganas de llorar, no he sido el único que sufrió por todo esto; Jungkook se la ha pasado bastante mal.
— ¿Qué se supone que haga ahora Taehyung?
— Se que será demasiado contradictorio, en mi defensa quiero decir que todos los consejos que te dí fueron desde la perspectiva de tu posición, ahora que conozco ambas partes solo puedo decir que... Ha sido demasiado sufrimiento para todos, merecen tener una vida tranquila y feliz, la señora Minyong ha ido en busca de algo muy preciado para ella, dijo que si Jungkook preguntaba por ella le dijera que no ha salido del país y que volverá en unos días.
Asiento mientras suspiro, Taehyung tiene razón, está claro que los malos entendidos nos han roto completamente, tenemos que sanar, debemos sanar, por nuestra estabilidad emocional, por estos niños que llevo en mi vientre, por el y por mi.
— Necesito conseguir un tutor para Anna, también creo que tanto ella como Jungkook necesitan un psicólogo.
— Jimin...-Lo miro, el se recompone en la alfombra con Pelusin y me mira.- ¿Harás una vida con ese hombre?
Su pregunta taladra en mi mente, la idea de tener una familia a su lado antes ni siquiera existía, ahora solo quiero que el esté bien, que esa niña esté bien y que mis hijos crezcan rodeados tanto de su amor como del mío.
— Haré una vida con el.
Taehyung se sorprende y luego se tira en la alfombra con los brazos estirados.
Acepto mi destino y cuando eso sucede todo parece pasar más ligero para mí, dos semanas se van como si nada, la madre de Jungkook ha vuelto, agradezco que lo haya hecho, yo ya no sabía cómo retener a Jungkook para evitar que fuera en busca de ella; me sorprende verla más aliviada y sonriente, dice que ha encontrado lo que hace muchísimos años fue su hogar en Seoul, Jungkook está sorprendido y antes de refutar le pido que piense claramente, la felicidad de su madre es palpable, ha recuperado algo que hace mucho creyó haber perdido ¡Es una nueva oportunidad para vivir diferente!
Solo así se tranquiliza, escucha a su mamá y se alegra al ver la hogareña casa que aparentemente había estado abandonada durante años, pero que gracias a su madre ahora podrá ser nuevamente un hogar habitable.
Ofrezco mis servicios para la renovación de la fachada, Taehyung los suyos con la decoración del interior y ella se emociona aún más, solo así Jungkook calma su agite y sonríe de la manera más arrebatadora que existe y la deja ir nuevamente por unos días más.
No hemos hablado del hotel, sin embargo este ha completado el 45% de la estructura, tampoco he hablado con papá y de solo pensarlo me da escozor en todo el cuerpo.
— ¿Todo bien?- Su mano acaricia mi cintura y me trae de vuelta a la realidad; su aspecto ha mejorado muchísimo, no hay barba, ya no está tan delgado y esas ojeras han desaparecido casi por completo.
— Necesito visualizar la obra y hacer acto de presencia en la empresa.- Su rostro refleja paz, está muy sereno y eso me hace sentir bien.- También debo hablar con papá.
— Hagámoslo juntos, es mi responsabilidad también.- Me recuesto en su hombro, él rodea mi cintura y besa mi cabello.- Has hecho tanto por mí estos días, debes estar cansado, odio este yeso.
— Solo faltan unos días para que te lo retiren.
— Luego viene la terapia.- Su tono irritado me hace reír, me incorporo y lo miro fijamente.- Amor, que bello estás hoy.
— Dices lo mismo todos los días.- Él se ríe y toma mis mejillas, su nariz toca la mía y yo cierro los ojos deleitandome con su cercanía.
— Te quiero.
Abro mis ojos, mí corazón es un tambor retumbante que no para de golpear en mi pecho, sus ojos oscuros me detallan, cuando lo veo sonreír me imagino el sonrojo en mi cara. Él me besa, con toda la pasión desbordante de su ser, sus manos aprietan mis mejillas mientras me pierdo en el húmedo y lento beso que mi italiano me da.
Voy a mil por segundo, me enciendo, él baja sus manos a mi cintura y me arrastra a su regazo, me subo a él, muevo mis caderas encima de su entrepierna, él gime, aprieta mis nalgas y yo me estremezco por mí hombre.
Sin embargo el llanto de Anna me alerta, él abre sus ojos e intenta levantarse, es claro que yo puedo llegar antes que él, así que no lo dudo y me aproximó a la habitación que Taehyung ha decorado levemente para Anna. La imagen de ella en una esquina llorando desconsolada me parte el alma, corro hacia ella, soy alguien sensible en algunas cosas; los niños forman parte de ello.
Ella se deja envolver por mis brazos, busca calor en mi regazo y yo acaricio su cabello tratando de calmar sus hipidos; las sesiones de Anna han sido las más complicadas, las pesadillas son cada vez más constantes y también su silencio, me preocupa que revivir los acontecimientos de su vida cause un trauma aún mayor.
Jungkook llega, intenta mantener la calma, pero lo conozco tanto que se lo mucho que le está costando todo éste proceso.
Anna deja de llorar, acaricio su espalda, Jungkook se sienta en el borde de la cama y toca mi mano, lo miro, su mirada oscura está acompañada de una capa cristalina que parece querer desbordar en cualquier momento.
— Gracias, dolcezza.- Su susurro me hace sonreír, quizás ese apodo que usa cuando quiere demostrarme que sigue siendo el quien está en mi vida.
Sigue siendo mi italiano.
Los minutos pasan, finalmente volvemos a dormir a Anna, las ganas de tener sexo se esfuman y en vez de ellas solo nos disponemos a quedar en la cama en completo silencio.
Estás dos semanas he sido tan consciente del daño psicológico que ambos tienen, pienso en las maneras de ayudarlos a enfrentarlo, quizás a olvidar todo, llego a la conclusión de que olvidar es algo un poco imposible, pero...
Reemplazar es más factible.
— Jungkook.
— Amor.
— Cásate conmigo.
— ¡¿Qué?! - Su reacción me hace estallar en una risa incontrolable, se que parezco un maniático justo ahora, pero quiero que Jungkook reemplace esos momentos que quizás en algún momento lo hicieron sentir que el matrimonio era una mierda, con otros que lo hagan recuperar la ilusión de tener una vida normal. - Diablos amor, no hagas eso, vas a matarme un día de estos.
Seco las lágrimas que me han salido por reír demasiado y me subo a su regazo tomando sus mejillas.
— ¡Cásate conmigo! - El me mira perplejo, incluso cuando sus ojos acostumbran a ser dos pozos inmensamente oscuros, está vez hay un brillo encantador que se refleja en el cúmulo de lágrimas que aguardan en su mirada. - Mi amor, cásate conmigo.
Cierra sus ojos, sus lágrimas se deslizan por sus mejillas y finalmente en un susurro responde a mi petición.
—Si, me casare contigo dulzura.
Lamento cualquier error.
🥹🥹🥹
¡Feliz año mis amores! Que en este año nuevo a todas nos llegue un italiano como este, amén.
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