Capítulo 7
Abro mi boca cuando lleva la cucharilla con gelatina a mí, su sonrisa es imborrable mientras yo me preocupo por esas vías en sus brazos.
— Abre.- Lo hago y el parece complacido por mi obediencia.- Muy bien, ¿Está deliciosa?
— ¿No comerás tu?- El vuelve a llenar la cucharilla y la lleva a mi boca.
— Lo haré, después de alimentarte a tí y nuestros bebés.- Giro mis ojos y me dejó dar de comer, el ambiente es silencioso, él me cuida con una delicadeza increíble; deberíamos hablar, llenarlo de preguntas y aclarar mis dudas, pero no voy a presionarlo, él está vivo y yo muy aliviado con ello.- ¿Cómo van los síntomas?
— Recién empiezan, creo que querían ser descubiertos.
Sus manos se detienen, él me mira y niega con una pequeña y apenas perceptible sonrisa.
— Lo lamento mucho mi amor.- Sus ojos se invaden en lágrimas mientras me mira y le cuesta tragar.- No tengo una excusa, no hay nada que justifique lo que hice, sabía que debía decirlo en cualquier momento, solo esperaba que para entonces ya no tuviera ninguna relación con Victoria y pudiera ofrecerte mucho más.
Respiro con calma, necesito calmar mis ansias y esas ganas de vomitar que de repente han llegado a mi.
— Necesitaba saberlo.
— Jamás me hubieras dejado acercarme a tí, yo lo sabía.- Mi control está fallando, me siento asqueado por el sabor de la gelatina en mi boca y estás revelaciones no ayudan demasiado.- ¿Estás bien?
Niego e inmediatamente me levanto corriendo hacia el baño, descargo mi vómito en el retrete y escucho sus gritos desesperados, pobre, tiene un yeso, vías en sus brazos y las plantas de sus pies vendadas.
La puerta de la habitación se abre, escucho la voz de su madre intentando tranquilizarlo y luego siento la presencia de Namjoon en la puerta del baño.
— ¿Estás bien? Llamaré a una enfermera.
— No; solo estoy... Muy embarazado.- El sonríe, yo bajo la palanca y luego enjuago mi boca bajo su supervisión, Jungkook se ha calmado, pero su mirada se mantiene justo en mi al salir del baño.
— ¡¿Estás bien?! Debería llamar a un médico, mamá llama a un médico.- Olvidaba que ese hombre era un maniático desesperado.
— Oye, cálmate son solo los bebés haciéndose notar, es normal.- El asiente, parece tranquilizarse, abre sus brazos, su madre se hace a un lado y yo voy a el dejando que me envuelva en sus grandes brazos.- Estamos bien.
— Lo siento, me preocupo demasiado por tí, saber que tienes a mis bebés me pone un poco alterado.
En realidad el siempre está alterado.
— Creo que debería venir en otro momento.- Olvidó las personas a mi alrededor y rápidamente los veo avergonzado, su mamá trata de contener las lágrimas mientras nos mira y Namjoon sonríe con esos hoyuelos que Jin tanto ama.
— No, está bien hermano, solo dime lo que tengas que decir.- El asiente y muestra esa carpeta en sus manos.
— Recibí un correo extraño hace dos meses, supuse que se trataba de la familia de Victoria, querían asegurar de que la transferencia de las acciones fuera real y no alguna trampa tuya, por lo que me ví en la obligación de mandarles una copia del divorcio que tanto tú cómo Victoria firmaron.
— Nam ese acuerdo...
— No hablo de ese acuerdo, hablo de esto.- Estira un documento hacia nosotros, no puedo leerlo, Jungkook no me suelta, pero el parece temblar cuando empieza a leer las diminutas letras.
— ¿Desde cuándo?
— Hace meses.
— ¡¿Por qué no lo dijiste?!
— Jungkook, seguías aplazando ese divorcio con pretextos bastante irrelevantes, así que me asegure de hacerles firmar el divorcio sin que lo supieran, debería agradecer a Jimin el aur hayas querido con determinación divorciarte de una vez por todas.
¿El aplazaba el divorcio?
— ¿Por qué tardaste tanto en divorciarte?- El ambiente queda sumergido en un silencio después de mi pregunta, el me mira y suspira tomando sus manos.
— Victoria tuvo a Anna dentro del matrimonio, era la oportunidad perfecta para divorciarme, pero no podía dejarla con ella, está mal de la cabeza e incluso...- Lo veo respirar fuerte mientras intenta seguir con sus palabras.- La intento matar, tanto a ella como a mi madre.
— ¡¿Qué?!
— Tuve la oportunidad de irme, pero me quedé por cuidar a mi niña.- Mi corazón late fuerte, mi estómago se revuelve y trato de respirar antes de volver a vomitar.- Lo siento mucho dulzura, no es así como deberías saber todo esto
— Pues prefiero saberlo de una vez por todas.- No puedo controlar el tono de mi voz, si mirada se empaña y me aprieta a su cuerpo en un intento de que yo no huya de el.
Ni siquiera quiero hacerlo.
— Buscaré algo para que almuercen, deben comer muy bien ambos, así que...
— La llevaré.- Namjoon se ofrece a llevarla, mientras Jungkook esconde su cara en mi cuello aspirando mi olor.
Y asi pasa todo el día, he convencido a su madre para que vaya a descansar a mi casa, Taehyung no me pone barreras y acepta cuidar de ambas en mi ausencia, me siento tranquilo, cuando llega la noche le retiran las vías a Jungkook, su yeso pasará más tiempo ahí, las cortadas en sus pies han mejorado su aspecto y sus valores han subido considerablemente.
Él no se despega de mi, yo no quiero que lo haga, pero no podemos dormír en esa camilla, así que cuando la noche llega me acurrucó en el sofá cama de la habitación, mirando si perfil pensativo.
— ¿Dónde estabas?
— Jeju.
El me mira, abre sus labios, pero nada sale de ellos.
— ¿Pensabas decírmelo?
— ¿Qué cosa?
— Los bebés.
— Jamás tuve planes de ocultartelos.
Entonces la incomodidad se disipa, me levanto en calcetines y camino hacia la camilla ganandome su mirada en mí.
— Se siente diferente, no intento protegerlos de tí, se que no vas a dañarlos, es cómo... Quiero que sepan que también los quiero, es la primera vez que siento mi corazón tan emocionado por la idea de tener a mis hijos, son mis hijos.
— Son tuyos y solo tuyos.- Se incorpora en la camilla, me mira y yo le sonrio.- ¿Qué?
— Perdóname.
— Lo pensaré.- Me doy la vuelta, hago el intento de caminar al sofá, pero el me toma por la muñeca haciéndome voltear.
— Dulzura.
— Necesito tiempo y lo sabes, esto en complicado.- Asiente lentamente mientras sus manos tiemblan alrededor de mis muñecas.- Además, una buena reconciliación termina en sexo, mucho sexo.
El abre sus ojos y traga grueso.
— No me hagas esto, no sabes lo que me causan tus palabras.
— ¿Te excito?
Él asiente, yo me acerco tomo su nuca y pego sus labios a los míos en un beso lento, sensual y cargado de emociones.
— Mierda, cuánto te extrañe.- Murmura sobre mis labios.
— Pensar y tiempo.
Me separo, el queda procesando lo que acaba de pasar y yo me doy la vuelta moviendo mis caderas mientras camino.
— Nene, no me tortures así.
Me río en su cara sería, le cuesta adaptarse pero se queda quieto mirándo como me duermo, de que es complicado para el, pero a mí también me toma mucho no correr hacia el y no llenarlo de besos.
No necesito tiempo, ni pensar nada.
Se exactamente lo que quiero.
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