Capítulo 20
Juntar a dos diseñadores, con diferentes opiniones y gustos, era todo un desastre.
Podía oírlos discutir una y otra vez, mientras intentaban decorar un espacio para los gemelos en mi habitación, una casa más grande estaba en mis planes, pero lejos de comprarla yo realmente quería diseñarla, por lo tanto esperaría después del nacimiento para ponerme manos a la obra.
Comiendo un tazón de frutos secos, miro a Anna dibujar tranquilamente mientras repite los números del uno al diez en coreano, está aprendiendo muy rápido.
Estoy a siete meses de embarazo, mi panza ha crecido demasiado, ni siquiera puedo ver mis pies, Jungkook ha ido a ver a su madre hace dos días, papá ya no me deja trabajar, y últimamente mi vida se basa en estar en casa sin hacer absolutamente nada.
Mientras escucho la absurda discusión de Hoseok y Taehyung por decidir un papel tapiz, pienso en los nombres de mis bebés y en ellos en general.
¿Cómo serán? ¿Iguales a Jungkook o a mí? ¿Por qué últimamente se me antoja tanto la pizza?
Creo que voy a enloquecer.
La idea de que mi bebé se llame como mi madre, ronda por mi mente y no puedo evitar sentir emoción, no tengo recuerdos suyos, solo fotos viejas que mi padre aún conserva como un tesoro en casa.
Jiham
Me gusta mucho de hecho.
La puerta es abierta, Pelusin que ya no es tan diminuto, corre como rayo hacia la entrada y se emociona cuando mi hombre lo toma en brazos para acariciar esa melena que tiene, Anna también corre hacia él y yo espero pacientemente mi turno, aún sentado en un taburete comiendo los frutos secos que parecen no terminarse nunca.
Cuando lo veo, el sonríe, se acerca y me abraza desde atrás frotándo mi barriga, su respiración en mi cuello me causa cosquillas y esa mezcla de perfumes femeninos en su ropa me hace reír ante la imagen mental de las amigas mayores de su madre abrazándolo, alegando que es un hombre grande y precioso.
Viejas calientes.
— Otra vez te retuvieron.- El ríe, besa mi cuello y se posa a mi lado para degustar esos frutos secos.
— De verdad creen que tienen alguna posibilidad.
— ¿La tienen?
— Nadie más que tú.- ruedo los ojos con fastidio y bufo ante su respuesta.- Dulzura, no me pongas esa cara.
— Claro, no eres tu quien se siente en abstinencia.
— La última vez...
— ¡Ya lo sé! No podemos hasta que nazcan, lo sé, lo sé.
— Estás irritado amor.
Niego, obviamente no es su culpa, fui yo quien le pidió que me destrozara el culo y gracias a eso terminamos en el hospital por los dolores insoportables, claramente el solo quiso complacerme.
Su mano toca mi mejilla, lo miro y me sonríe para luego darme un beso tan dulce que me hace olvidar todos y cada uno de mis problemas.
— Creo que... Quiero casarme ya.- Él abre sus ojos y me mira sorprendido.
— ¿Cómo puedes decir cosas tan a la ligera?
— Quiero estar casado contigo antes del nacimiento de los niños, yo... Solo quiero eso.
El me mira fijamente y asiente con una apenas notable sonrisa, tomo sus manos y les doy un beso.
— Creo que, no es mala idea, podría ser sencillo.
"No sabes un carajini italiano tonto"
El grito de Tae me hace estallar en risas, ¿Enserio ha dicho carajini imitando el acento italiano? Jungkook también ríe y la tensión que de pronto se había creado, simplemente desaparece.
Mis bebés patean y sobresalto cuando los siento, él deja de reír y me mira con preocupación.
— ¿Estás bien? - Asiento, tomo su mano y la llevo a mi barriga, él abre sus ojos cuando siente los movimientos de nuestros hijos. De pronto nos invade el amor inmenso que sentimos por ellos, la espera es eterna, pero cada etapa ha sido gloriosa.- Tienes razón dulzura, debemos casarnos antes de que nuestros bebés lleguen.
Sonrió y lo abrazo, tengo ganas de llorar, Anna ríe cuando Pelusin muerde la punta de sus dedos, Hoseok y Taehyung siguen discutiendo, pero yo estoy felizmente sumergido en la burbuja de amor que Jungkook se ha encargado de construir para ambos, dónde nadie puede destruirnos, ni separarnos, somos él y yo hasta el final de nuestros días.
Si alguien en el pasado me diría que terminaría perdidamente enamorado de un maniático, controlador y terriblemente apuesto italiano, me habría reído, no estaba en mis planes establecer ningún vínculo.
Sin embargo, actualmente no me imagino una vida sin él, ni siquiera quiero pensar en ello, todas las cosas que me arrollaron a él, tanto las buenas como las malas, son agradecidas por mí.
La monotonía de mi vida ha desaparecido, en su lugar ha llegado la felicidad absoluta, tres niños, un perro, un hogar, una familia...
Jamás me había sentido tan lleno y feliz.
Hasta que Jungkook llegó a mi vida.
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