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Capítulo 2

Mi corazón late como loco, no son tantas horas de vuelo pero no puedo evitar sentir un pánico terrible; he vomitado dos veces, mis manos tiemblan y Taehyung a mi lado no entiende el porqué de mis actitudes.

No sé cómo explicarle que tengo miedo de que Jungkook haga alguna estupidez, se que es un maniático, ¡El hombre italiano está loco! Pero ese italiano loco es el padre de mi hijo.

Taehyung entiende mi punto y me advierte que si se trata de una manipulación para llamar mi atención, va a golpearlo y me sacaría del país.

Aún así no puedo evitar sentirme tranquilo, quizás por hecho de que han sido casi dos meses sin verlo o por esa descripción que me ha dado el señor Miller; ese hombre que ha descrito no puede ser Jungkook.

— Déjame ir contigo.

— Que no Tae, has ido conmigo a Italia, luego a Jeju deberías descansar.

— No puedo descansar si se que estarás cerca de ese hombre.

— Taehyung, ese hombre no va a tocarme ni un solo cabello, además sabe que estoy embarazado.

— Eres un cabezón de lo peor.— Se cruza de brazos, pero si molestia dura muy poco cuando el taxi se acerca a mi casa.- prométeme que vas a llamar si algo sucede, ¡Prometelo!

— ¡Que si!

El tiempo en el avión paso increíblemente lento, pero una vez llegamos a Busan es como si volara, he tardado menos de lo que pensé, así que espero que haya debatido cualquier estupidez que pasara por su mente en esos momentos.

— Jimin...- Tranquilizó a Tae dándole un beso en la mejilla y bajo del auto recogiendo mi maleta en la cajuela. No estaba listo para verlo tan pronto, pero sabía que el momento llegaría.

La mayor sorpresa es darme cuenta que su auto no está dentro del garaje, para alguien que ama tanto su vida lujosa como ese auto, es extraño, pero paso de el y la segunda sorpresa me espera más adelante; el marco de la puerta está destrozado, la puerta tiene un hueco al nivel de la cerradura y las astillas en el suelo siguen ahí. ¿Ha sido reciente? Entonces al abrir la puerta de mi casa, el interior es peor de lo que crei, jadeo impresionado cuando veo todo tan destrozado, hay vidrios por doquier, mi casa es un desastre de botellas rotas, la poca ropa que he dejado en el closet está esparcida por aquí y por allá; tengo ganas de llorar y conforme avanzo me doy cuenta que realmente ese hombre estuvo vuelto loco en este lugar.

Dejo la maleta en medio del camino y voy directamente a mi habitación; no estoy listo para verlo, pero necesito una jodida explicación para lo que mis ojos están viendo, mi cama está desordenada, todo está patas arriba y el no está en ese lugar. Mi instinto me grita que voltee hacia la puerta de mi baño y lo que descubro me deja en el limbo de la desesperación.

Sus pies están heridos con cortadas, tiene un edema enorme en su tobillo, pero todo eso pasa a un segundo plano cuando veo en su mano, ese frasco de pastillas que tiene aferrado.

— ¿Jungkook? ¡¿Qué has hecho?!- Me desespero, corro hacia el tomando su cabeza entre mis brazos, el hombre no es ni la sombra de lo que conozco, está pálido, demasiado delgado, tiene una barba crecida y ojeras. Intento con toda mi fuerza sentarlo, me toma más de lo que creo, siento su pulso, siento su corazón.

Mis lágrimas están a punto de salir de mis ojos, mis dedos se van a su garganta en un intento de hacerlo vomitar; lo intento, parece dormido, parece estar inconsciente y cuando pierdo la calma, empiezo a llorar mientras intento hacerlo botar las jodidas pastillas.

Hace la primera arcada, lo tomo con fuerza impulsandolo al retrete, muevo los dedos en su garganta y cuando veo que no puede contenerlo más, saco los dedos; el empieza a vomitar y yo puedo sentir un alivio, aunque ahora soy una magdalena que llora sin parar.

— ¡Jimin!- Y por primera vez agradezco que Taehyung no me haya hecho caso, porque cuando lo veo y el me ve, es como si una luz divina apareciera en medio de la oscuridad más agobiante que existe.- Dios mío.

— Llama a una ambulancia.- El asiente aterrorizado, Jungkook deja de vomitar y en ese corto momento donde nuestras miradas se cruzan, puedo jurar ver el alivio en su mirada, pero su cuerpo débil ya no resiste más y queda desplomado encima de mi.- ¿Qué hiciste Jungkook? ¡¿Por qué eres tan imbécil?!

No puedo evitarlo, tengo un nudo en mi garganta, lo único que me reconforta es saber que está respirando y que haya vomitado esas pastillas; pero se que hay tantas cosas mal en este momento, que el haberse tragado esas pastillas podría ser el menor de sus problemas, el alcohol que ha bebido, su delgadez, el edema en su tobillo, los cortes en sus pies, ni siquiera he revisado el resto de su cuerpo y me duele en el alma verlo de una manera tan deplorable.

— La ambulancia viene de inmediato, ¡Joder Jimin, ese hijo de puta está loco!

— ¡No lo llames así!- Miro su rostro pálido y demacrado.- Atesora a su mamá con su vida.

— Tanto como a su vida ¿No? ¡Esto no es normal Jimin!

— Tae no, no es el momento por favor.- Él parece comprenderlo, suspira y se va al suelo mirando a Jungkook de cerca.- ¿Qué voy a hacer?

Siento las manos de Taehyung tomar mis mejillas, limpia mis lágrimas y besa mi frente.

— Lo llevaremos al hospital, esperaremos el diagnóstico medico y llamaremos a su familia, esto no es trabajo tuyo, estás embarazado eso ya es suficiente.- ¿Dejarlo en el hospital? - ¿Jimin has escuchado? Debes mantenerte al margen, esto no ha sido culpa tuya, fueron sus decisiones

— Si.- Las lágrimas vuelven a salir de mis ojos; la sirena de la ambulancia se escucha y Taehyung se levanta en busca de los paramédicos, mis manos se van a las mejillas vacías de Jungkook acariciando su piel.- Estás demente, vas a volverme loco.

Descubro que aún y después de todo lo que pasó, no hay nada que me duela más que verlo inerte subir a esa ambulancia en la camilla.

Porque estoy enamorado de ese hombre, incluso si es el más imbécil del mundo.




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