-Zoro ¿Qué se supone que estás haciendo?- le gritó el rubio al marimo, si bien, ambos sabían el porqué, Sanji no creía que fuese necesario usar tanta... rudeza.

-Sabes que lo que hiciste estaba mal- habló Zoro en tono serio- Así que como niño malo que eres te daré un pequeño castigo...- sonrió el verde mientras se acercaba lentamente.

Sin poder evitarlo, Sanji comenzó a reír, no iba a ser el quién fuese castigado, precisamente- ¿y que propones?

-hm... ¿Que te parece empezar por aquí?- dijo mientras apuntaba su parte baja.

-Okey, pero sientate en la cama y espera mientras me doy una ducha- respondió con simpleza el rubio mientras entraba al baño, claro que no se ducharia. Puso a correr la llave, y comenzo a buscar algo con que atar.

Había una bata, el cinturón (la tira esta que tienen las batas) era perfecto, salió de allí y el marimo aún estaba sentado a los pies de la cama esperando que Sanji comenzara, cosa que no tardó en hacer.

-muy bien, ero-cook- sonrió coqueto- estoy listo.

El rubio quitó sus pantalones y bóxer, se senté frente a él y comenzo a lamer desde la base hasta la punta. Se detuvo un momento en aquel lugar mientras Zoro soltaba leves gemidos, luego de unos segundos, decidió meter su enorme miembro en su boca.

Comenzo lento para torturar al marimo pero empezo a acelerar a medida que el jadeaba pidiéndome más.

De pronto, el marimo comenzó a tomar su cabeza y a moverla a un ritmo mas rápido, "es el momento perfecto..." pensó Sanji mientras le hacia recostarse en la cama, haciéndole llegar un poco más cerca al respaldo de la misma, donde haría uso del cinturón de antes.

Entre jadeos el marimo comenzó a subir mientras no sospechaba de las intenciones del rubio.

-S...Sanji...- el marimo estaba en su limite, Sanji aprovechó el momento y ató sus dos muñecas en el respaldo de la cama- ¿pero que?- al notar la presión le miro con el ceño fruncido- ¡Suéltame! ¿Qué carajos significa esto?- Sanji sonrió mientras le miraba.

-sabes... una cosa que nunca me ha gustado es el hecho de que los demás tomen mis cosas, en especial mi teléfono...- le dijo mientras sonreía- por eso, esto sera un pequeño castigo para ti- soltó una pequeña risa.

-¡Suéltame! Además lo de tu teléfono se me olvido ¡¿ok?! No fue como si lo ocultara a propósito- gruño intentando soltarse.

-aun así... solo será para que no olvides- sonrió levantándose para comenzar a divertirse.

Lo hacia de manera lenta y muy sexy, mientras Zoro jalaba cada vez mas el cordón intentando zafarse. Cuando ya se hubo sacado todo, quedando en ropa interior, se sentó sobre la entrepierna de Zoro y comenzó a mover sus caderas, frotándose lentamente sobre el.

-¡Suéltame Sanji! te pondré abajo en unos segundos...- murmuró ahogando un suspiro.

- oh no, eso no pasara esta noche- sonrió malvado sin detenerse.

Le dio tres dedos para que los lamiera, mientras se movía con mas fuerza sobre el...

Bajo a su pecho para comenzar a dejar marcas en el, en su cuello, en su pecho, sacó los dedos de su boca y comenzó a tocar su entrepierna.

-mmm... parece que estas a punto de explotar- sonrió mientras mordia su labio.

-No... No juegues conmigo cejas de sushi...- dijo gruñendo el peliverde.

-solo por eso te dejaré sufrir mas...- Sanji metio uno de los dedos en su entrada para comenzar a prepararse- no dejare que me toques...- luego de unos momentos metió el segundo dedo, espero un poco para, por fin, meter el tercero.

El rubio no podía resistir más, estaba en su límite, aunque no se dejaría vencer tan fácilmente. 

-Reconocelo que lo quieres mas que yo... hace un rato que comenzaste a mover tus caderas por si mismas... así que deja de fingir...- sonrió Zoro levantando las caderas al ritmo de Sanji.

-mmm... puede que si... pero no te lo dejare tan fácil... marimo...- suspiro sin dejarse vencer.

Siguió moviéndose sobre Zoro, mientras soltaba algunos gemidos, cuando de pronto sintió una mano en mi nalga derecha.

-que car- no alcanzo a terminar y ya se encontraba bajo Zoro. Se había soltado y no lo había notado.

-ahora es mi turno de castigarte...- susurro con una onrisa malvada- es mejor que te prepares...- dijo Zoro mientras le ponía boca abajo y comenzaba a entrar en el.

-¡Ah! Zo... Zoro... Ah... ¡Ah!-  soltó un fuerte gemido cuando Zoro entro de golpe en su interior, pude sentir como su duro miembro palpitaba dentro- ah... hm... más... ah... más lento...

-nada de... hm... nada de eso...- comenzó a embestirle con mucha rudeza, y de momento comenzó a tocar ese punto que tanto le gustaba- parece que ese es el lugar...- susurra moviéndose contra ese punto.

-ah.... Zoro... hm...- Sanji genia complacido mientras Zoro no se detenía.

-S... Sanji...- las embestidas comenzaban a acelerar y eran cada vez más placenteras para ambos.

-ah... hm...- aunque le costará, Sanji escuchaba su voz más aguda y similar a una mujer, y sería vergonzoso para el, si no estuviese ocupado en algo más importante- me... me correre...

-yo tambien...- un par de estocadas más y Sanji se corrió sobre las sabanas, mientras Zoro lo hacia en su interior- esto aun no termina...

Zoro le puso de espaldas en la cama y saco su miembro para entrar de golpe. Sanji solto un gemido lleno de dolor y placer.

-¡AH!- gimio con fuerza- yo... yo no...

-pídeme más... Sanji... pídeme que te lo de mas duro...- Zoro empezó a besar su cuello y a dejar marcas en el.

-hm... Ah... más... Zoro... Dame más...- dijo entre jadeos y gemidos, apenas entendible.

-así me gusta... ero-cook...- Zoro comenzó a embestirle mas fuerte, no pudo soportar el ritmo por mucho y se corrió entre ambos- ah...

-hey, hey, hey no pienses que esto se acaba aquí- Sanji estaba mas que exhausto, pero el marimo estaba hablando en serio- ¡vamos a seguir por un rato mas!

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Al despertar en la mañana Zoro estaba cansado, había sido una noche de locos y se había dormido hace poco. Cuando abrió los ojos vio al rubio recostado sobre su pecho, con el cuello lleno de marcas rojas y durmiendo plácidamente.

Se levantó intentando no despertar al rubio, de manera casi ninja salió de abajo de él. Se levantaría a desayunar, aunque fuese un poco tarde, al menos era fin de semana y el viejo no estaba, así que el entrenamiento no le apuraba.

Llegó a la cocina con unos pantalones que se puso a la rápida, haría el desayuno quizás no sería tan bueno como si lo hubiese hecho él, pero al menos seria comestible.

Estaba listo para  preparar el desayuno, hasta que sintió como se abría la puerta de la entrada, ''quizás es Mihawk se olvidó de algo... o le dejo la llave a alguien para que me vigilara...'' pensó para si mientras caminaba a la entrada, pero no fue así, y lo peor aún, es que vio a quien menos quería ver.

-Tashigi...