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Capítulo #22: Tres campos de batalla diferentes.

Sí los ojos humanos vieran en dirección a la Academia de seguro presenciarían una noche tranquila, nada raro, puesto que siempre era igual.
Muy diferente a lo que ojos de seres sobrenaturales verían.
Una gran domo rodeaba la Academia por completo, aunque si intentarán ver dentro de la barrera de seguro no lograrían observar nada.

Un grupo estaba suspendido en los aires gracias a la ayuda de círculos mágicos azules, de hecho, ellos eran los responsables de la barrera que ahora rodeaba la escuela. Era el grupo Sitri, y todos sin excepción trabajaban duro para mantener el gran domo narajan.

Les era humillante, su presencia parecía que nada más servía para alzar barreras. Y, así se sintieron. Humillados.
Ahora mismo Rias y su séquito debería estar dentro peleando con la nueva amenaza, era estresante la verdad, primero fue Kokabiel y ahora otra cosa de que ni ellos tenían bien claro de lo que era.

???: "Insoportable."

Así lo describió una joven muchacha de corto cabello negro. Se mantenía en el aire gracias aún círculo mágico el cual usaba como punto de apoyo, no sólo ella, sino también el resto de los integrantes de su séquito.
Ellos también tienen potencial para hacerle frente a amenazas, ¿porqué tenían que ser excluidos? No, ella no podía soportarlo.

Sona: "Soy Sona Sitri... No puedo estar excluida de cosas importantes, yo también estoy a cargo de esta ciudad, este también es mi territorio."

Susurró y así lo dijo en su impotencia. Tenía que entrar y ayudar, no podía quedarse aquí simplemente alzando una barrera.
Sona miró a su grupo, ella no era la que hacía algo y actuaba sin un plan en mente, no era una descerebrada, de hecho, si no fuera por Celestia Ralgris ella la nombrada Futuro Cerebro del Inframundo.
Sus cartas eran limitadas, pues, aunque le doliera, no habían muchos de su grupo con el nivel necesario para una batalla que incluso sacudía con fuerza el domo que ellos mantenían alzada.

Su jugada era apretada, pero, en su mente eligió a los siguientes que entrarían con ella. Tsubaki, Reya y Saji.

Tsubaki tiene las competencias comunes y capacidades de los Devils. Además, es un maestro de naginata capaz de rivalizar con Yuuto Kiba, el caballero de Rias. Ella también tiene el poder de una reina, otorgándole una mayor fuerza, velocidad, durabilidad y poder mágico. Y, lo más importante, su Sacred Gear: "Espejo Alice o Espejo del Recuerdo."
Reya, por otra parte, no era una persona tan poco destacada como muchos piensas. De hecho, la concidera una de sus mejores piezas, puesto que proviene de una familia de magos. Desconoce mucho, pero mucho de ella, pero sabía de sus capacidades, sin duda, muchas de sus estrategias tienen como pilar a Reya Kusaka.

Sona: "Y por otro lado."

Saji Genshirou. Sin duda, su mejor carta, aunque en general no destacaba en nada, su Sacred Gear que podría incluso drenar las energías de mismísimos dioses lo hacían una pieza fundamental. Su equipo de infantería estaba formado.
No se veía siendo un estorbo en el campo de batalla, ahora sólo faltaría entrar, analizar la situación y formar sus estrategias. Lo mejor de Sona es que era alguien muy adaptable, no tanto como Celestia que parecía que inclusive en situaciones imposibles lograría ganar, pero la pelinegra también tenía lo suyo.

Sin duda su plan de acción se iba realizar, pero hubo un pequeño retraso.

???: "Sona-sempai, hemos llegado."

Sona: "¿eh?"

Al voltear, lo primero que entró en su campo de visión fue un grupo muy conocido por ella. El séquito Ralgris, había llegado, algo que no perjudicaba sus planes de acción, de hecho, podían ser muy útiles.

Sona: "Ya están aquí, como tardan."

Un grupo pequeño de cuatro personas apareció. Ikki, Krulcifer, Lisesharte y Philuffy, humanos reencarnados bastante hábiles bajo el ala de Celestia Ralgris, su mayor rival.
Si bien, sus planes de entrar al Domo junto a Saji, Reya y Tsubaki no había cambiado, si tuvo que modificar un poco sus ideas al tener que ser acompañada por el Séquito Ralgris.

Sona Sitri no tenía ningún poder sobre el Grupo de Celestia, pero en ausencia de la misma, tuvo que verse en la penosa situación de tener que darles órdenes. Por eso....

Sona: "No hay momento de explicar la situación detalladamente, pero. ... ¡Saji, Reya, Tsubaki! ¡Vengan conmigo, entraremos! "

Saji: "¡¿Eh?! ¡¿Presidenta Sona?!"

Reya: "¡Bien, comprendo!"

Tsubaki: "¡Entendido!"

Las reacciones del trío fueron variadas. Tsubaki afirmó seriamente con la cabeza, Reya por otra parte se encontró casi igual a su compañero Saji, pero entendio que no era momento para cuestionarios. Por último, el mismo Saji.
No había que ser un genio para saber que ocurría dentro de la barrera, tenía miedo, el aura oscura que salía del domo era intensa y densa, e inclusive, aún con la barrera puesta, podía sentir un gran poder que errizaba su piel y cabello de manera poco agradable. Simplemente no podía imaginarse entrando allí y saliendo con vida.

Todo fue repentino para todos, Tomoe, Tsubasa, Momo y Ruruko no supieron que decir y solo pusieron una mueca de no comprender absolutamente nada de aquellas palabras.
Para el grupo Relgris, que habían acabado se llegar, estaban aún más perdidos que los mismísimos miembros del Séquito Sitri. Simplemente, nada tuvo sentido.

Sona: "No es momento de pensamientos innecesarios. ¡Ruruko, Momo, Tsubasa y Tomoe! Les encargo la barrera. ¡Ustedes, Krulcifer-san y Philuffy-san! Por favor, ayuden en la barrera junto a mis sirvientes. ¡Ikki-kun y Lisesharte-san, acompañenme por favor!"

Exclamó la pelinegra de forma seria y firme. Ahora mismo, las mejores cartas para jugar eran los elegidos por ella. Los escogidos por Sona tenían versatilidad y habilidad en el campo de batalla qué, utilizados bien, podrían ser un grupo peligroso.
No estaba menospreciando a los demás, simplemente, la seriedad del asunto no era un juego, y tenía que ser tratada con la mayor fuerza posible. Así lo consideró ella.

No había espacio a cuestionarios, había que actuar, y así sería, todos estaban de acuerdo. Pero... Alguien interrumpió.

——————
————
——

???: "Hmph, al parecer todos están ya reunidos. -Siento llegar tarde."

Ikki: "¡Presidenta Celestia!"

Krulcifer: "¡Celestia, por fin apareces!"

Sona: "Con que haz llegado... Espera... ¿Quién es esa niña?"

Al campo de batalla había llegado la demonio conocida por ser el Futuro cerebro del Inframundo. ——Celestia Ralgris. Y no estaba sola.

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???: "Ufff, por fin se marchó."

???: "¡Oye infeliz, no quites la vista de quién te quiere matar!"

???: "¡Espera Raiser!"

En un campo de batalla aparte, otros problemas se habían desencadenados después de que Celestia y Ophis se marcharon.
Issei, ahora sólo y sin ayuda se enfrentaba contra los hermanos Phoenix, y para sumarle más gravedad al asunto, su madre estaba aquí siendo un blanco fácil. Luchar y protegerla, esto le dio más problemas al castaño de lo que pudo imaginar.

Los Phoenix no sólo contaban con inmortalidad, sino también una gran magia de fuego capaz de hacer cenizas lo que tocará. Inclusive Issei, con el Balance Breaker de Bahamut activo en todo su cuerpo, intentaba esquivar el mayor número de ataques de fuego posible.
Ahora, en un arrebato de desespero por parte de Riaser, se lanzó hacia la armadura negra azabache de joyas roja. Un blanco fácil e Issei había estado esperando este momento, cuándo el rubio se puso al frente de él esquivó el golpe de llamas que iba directo a su casco, tomó el brazo del Phoenix y lo rompió.

Raiser: "Gag...."

Aquél gemido de dolor llenó de satisfacción a Issei, de verdad lo disfruto, pero no era suficiente. Aún tomando el brazo de Raiser, le levantó los pies del suelo y lo azotó con gran fuerza y violencia contra el firmamento, agrietándolo.

Raiser: "¡Buagh!"

Escupió sangre a borbotones, manchó el suelo con aquél líquido rojo. Su brazo estaba roto, y su cuerpo fue azotado contra el suelo como trapo sucio, e incluso juraría que en algún momento escuchó algunos huesos rompiéndose.

Sí fue doloroso, sí le molestó. El era Raiser del Gran Clan Phoenix, tenia a la actual patriarca del Clan Gremory, Rias Gremory, como aúna de sus perras. Sin duda, el era alguien de respetar, pero ahora... ahora lo estaban humillando. Humillación tras humillación, ¡¿Quién se creía este maldito?! Tantos pensamientos rondaban en la cabeza del rubio que incluso ya empezaba a fastidiar su cabeza.
Ruval, por otra parte, no se lanzó estúpidamente a salvar a su hermano. Este sujeto, el Ex-Sekiryuutei, apesar de ya no tener a Ddraig, ¿se había vuelto tan fuerte en tan sólo unas semanas?

No había duda, usando su aura para analizar el aura de aquél chico envuelto en aquella armadura negra que denotaba prestigio y poder, lo confirmó.
Una fuerza comparable al de un Super Demonio a inicios de camino.
Una velocidad igual al de un Super Demonio a mitad de camino.
Una armadura que le proporcionaba una fortaleza capaz de soportar golpes de Super Demonios a finales de camino.

Ruval: "Es un monstruo... Inclusive, me superó en velocidad, en fuerza estamos igualados, pero esa armadura evitará que siquiera sienta mis golpes... Una defensa perfecta."

Lo único en lo que podía decir que lo superaba y por muchísimo, era en reservas mágicas, puesto que el al ser un humanos apenas y sí podría utilizar magia, mientras que él era un caso diferente. Pero en estos momentos poco importaba, con esa fuerza, velocidad y fortaleza, dudó en atacar.
Chasqueó las muelas en frustración, sólo reaccionó cuándo su hermano fue golpeado tan fuerte en la cabeza por la el puño de la armadura negra azabache. Fue cómo ver un martillo caer sobre una pequeña esfera de cristal. La cabeza de Riaser explotó como una sandía en todo el sentido de la palabra, muriendo al instante.

Raval ya no iba a permitir más agresiones hacia su hermano. Al acto siguiente pisó el suelo con su pie con fuerza, de inmediato, una abrumadora ola de llamas de destrucción se alzó y avanzó arrolladoramente en dirección de Issei quién lanzó a Raiser hacia esa ola de fuego implacable y luego corrió hacia su madre Karen que estaba detrás suyo, la cargó en sus brazos y saltó lejos del ataque.
Por otra parte, el cuerpo sin cabeza del rubio que fue lanzado a la ola de llamas, se desintegró al instante. Desapareció cada partícula de lo alguna vez fue Raiser Phoenix en un instante.

El ataque llameante siguió avanzando y chocó con los restos de la mansión, desapareciendo múltiples escombros y dejó un terreno baldío por todo el lugar.
Gran parte del pasto había desaparecido, dejando en cambio rastros de destitución o anchos surcos de un largo sin fin, aquéllos surcos emitían un calor impresionante, tan sorprendente que inclusive el interior de los mismos brillaban al rojo vivo y vapor se levantaba al firmamento. Si humanos se acercarán, de seguro desaparecerían por el inimaginable calor que emitía.

Issei evitaba que Karen se acercara. Él no tenía problemas, puesto que su armadura rechazaría el calor sin problemitas.
Volvió a dirigir su vista hacia Ruval, y cerca a él, veía sin ninguna expresión dentro de su casco, como una llama apareció de la nada y fue creciendo hasta que tomó forma humana, el fuego se esparció, y como supuso, Raiser resucitó de las cenizas.

Issei: "Mamá, por favor. Mantente alejada."

Karen: "Gsh~ ... Ise ... ... Ise ... --Snif~ Vámonos de aquí, *Snif Snif~* por favor... Vámonos de aquí.... Volvamos a la mansión... *Snif~* Volvamos por favor... Vamos *Snif Snif* ... A ... di-di-vertirnos... *Sinf~* .... Ot-otra vez .... Más *Snif ~ Snif*

La llorosa y asustada Karen habló. Issei no supo como describirlo. Simplemente su alma y corazón se hizo trizas al verla así.
Luego, una risa sonó.

???: "¡Ja Jha Ha Ha Ha Ha Ha Ha! ¡Qué divertido! ¡Todavía debe estar traumatizada con nuestro primer encuentro, es divertido, divertido, muy divertido!

Aquél tono de voz lo pudo reconocer. Fue la voz de una de los malditos sujetos que él odiaba hasta la médula osea.

Issei: "¡¡RaaaaaaIseeeer!! --¡¿Qué le hicieron malditos?!"

Raiser: "¡Jha Ha Ha Ha! ¿Qué le hicimos? ¡Enserio! Para que lo sepas, fue increíble escuchar sus gritos de agonía cuándo le rompía los dedos, sus lágrimas fueron verdaderamente complacientes. Ah, y los golp- Urkg~"

Issei: "¡Maldito te vas a arrepentiiiiir!

Un golpe aúna velocidad sónica aterrizó en su cara y luego su cabeza volvió a explotar como sandía. Ruval apareció detrás de Issei mientras un "Se lo había dicho" salía de su boca, con una potente patada hizo que la armadura negra rodará por el suelo antes de recomponerse en un rápido movimiento.
El castaño, dentro del Balance Breaker, apuntó su mano hacia el rubio mayor. Cargó una bola roja de poder dragonico que fue creciendo y se lo lanzó a Ruval.

Aquél ataque bien podría hacer desaparecer a Ruval al instante, pero obviamente el no lo iba a permitir. Cargó una bola de fuego del mismo tamaño que él del Ex-Sekiryuutei y lo hizo chocar contra el ataque carmesí de poder dragonico.
Issei no perdió el tiempo, comprendió su error; usando los propulsores en la parte de la espalda del Blindaje Negro, voló como una bala hacia Karen, usó su cuerpo para protegerla... ¿De qué? Simple...

—————
————
———

¡¡¡Booooooooooomm!!!

El resultado del choque entre la Bola de Fuego y la Bola carmesí, fue una destructiva explosión que mandó volando el cuerpo inerte de Riaser que apenas recuperaba su cabeza, a Rival que voló como muñeco de trapo al igual que Issei junto a su madre.
La tierra se sacudió, y el suelo se fue partiendo a la mitad cuál falla de San Andrés fuese, el inmenso humo se esparció por todas las direcciones y fue subiendo hasta los cielos.

Aquél espectáculo que denotaba destrucción en todo el sentido de la palabra, fue el pare temporal de aquella pela sin fin.

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Sí se hablará de problemas verdaderamente graves, son duda sería la que vivía el Inframundo en estos momentos.
Resumiendo la delicada situación, estaban siendo atacados por una facción terrorista que, misteriosamente, tenía muchos conocimientos en sus estrategias militares. Para empeorar las cosas, la Maou Serafall había desaparecido de un momento a otro, lo cual provocó que la función que iba a realizar sobre mantener el orden social no fuera llevada acabo.

Plam—!

???: "¡Maldiciooón! ¡¿Dónde diablos está Serafall en un momento como éste?!"

???: "Cálmate Sirzechs. Sí perdemos los estribos seremos inútiles en este momento."

Sirzehs: "¿No lo entiendes Ajuka? Ahora que Serrafall no está, no hay nadie que pueda tranquilizar a la gente resguardada en los refugios. El orden social se hizo pedazos, todos están en caos y el miedo y malentendidos generan peleas en mucho de los casos. Sí esto sigue así se matarán entre sí, ¡el baño de sangre será grande!

???: "Calmense ustedes dos."

El lugar donde se encontraban era la sala de reuniones, dónde ahora estaban reunidos de nueva cuenta los Ancianos del Inframundo y los Maous, excepto la desaparecida Serafall. El que los había convocado fue Falbium quién, diciendo que era urgente, los reunió a todos otra vez.
Falbium Asmodeus, el experimentado estratega y encargado del poder militar del Inframundo. Después de que los roles de todos fueran asignados, él se tomó la molestia de verificar que todo estuviera en orden, pero se encontró con la gran sorpresa de que Serafall desapareció.

Falbium: "Por ahora hay que pensar y buscar soluciones, no discutir, como siempre lo hacen."

Fueron sus palabras. Sí bien, era cierto todo lo que decía, Sirzechs lo tomó a pecho. Aún así, su experiencia y años de vida le enseñaron que en esto momentos era mejor simplemente guardar silecio. Ya habían bastantes problemas como para generar uno más.

???: "¿Y entonces, qué hacemos ahora?"

Sentado alrededor de la gran mesa alargada, uno de los cientos ancianos preguntó.
Cabello gris largo y amarrado en una coleta de caballo, piel blanca, ojos grises desinteresados y serios al mismo tiempo.
Sólo un demonio en todo el Inframundo contaría con dichas características, y este era ni nada más ni nada menos que Jaryck Bune, el primer Bune y fundador del Clan que posteriormente se volvió parte de los 72 Pilares del Inframundo. Un sujeto que era conocido por haber estrechado fuertes lazos con los dragones, obteniendo de paso sus habilidades y poder. "El Diablo que se convirtió en Dragón" Fue su título, todos los que oyeron de él le temieron.

Sirzechs observó a aquél hombre. En un inicio fue candidato al puesto de Maou, rival suyo, pero al ffinal logró ganarle gracias a las continuaciones que tuvo él en la Guerra Civil que hubo hace un siglo.
Definitivamente Jaryck Bune, y el Lord Phoenix actual, fueron sus dos grandes problemas si en el puesto de Maou Lucifer se trataba, sólo logrando ganar por suerte posiblemente.

La pregunta de Jaryck provocó un silencio en la sala de reuniones. Nadie sabía que responder exactamente, puesto que no tenían una solución. Sí se pudiera decir de forma más simple y arbitraria; "había que improvisar".

Todos: "———"

Nadie decía nada, sólo tenían miradas de frustración al tener sus manos atrapadas.
Sí bien, estar tanto tiempo sin hacer nada mientras a fuera una guerra se llevaba a cabo no era la opción factible, nada podían hacer.
Pero alguien por fin pudo romper el abismal silencio...

Ajuka: "¿Escucharían lo que tengo para decir?"

Todos: "————"

El que había hablado era el genio Ajuka Belzebuth. De inmediato las miradas sé fijaron en él, todos esperaban impacientes lo que el hombre de cabellera verde tenía que decir, tal vez podría ser una buena idea que a ninguno de los aquí presente se les pudo haber ocurrido.

Ajuka: "¿Qué pensarían sí les dijera que estoy trabajando en una máquina del tiempo?"

Todos volvieron a quedar sin habla por aquellas palabras, no porque les pareciera asombroso o impresionante, sino todo lo contrario, les pareció ridículo.
¿Enserio, una máquina del tiempo? Ni siquiera existía magia o algún poder fuera de lo normal que pudiera manipular algo tan intangible como lo era el tiempo. Tal vez habían oído de un Sacred Gear que podía detener el tiempo, pero no era exactamente así como se decía.

El primero en reaccionar ante estas palabras fue Sirzches. Golpeó la mesa con la palma de su mano y miró serio a Ajuka. Su mirada lo decía todo. Aquéllos ojos azules marinos se fueron iluminado de carmeis en señal de su molestia.
Este no fue momento para bromas, el Maou creía fervientemente que el tiempo era simplemente algo imposible de manipular y la idea del peli verde le resultó bastante fantasioso.

Sirzches: "Esto es algo serio, Ajuka. Por favor, comportarte."

Ajuka: "No estoy bromeando. De hecho, nunca lo haría. Tú me conoces muy bien, Sirzechs."

Aquélla respuesta dejó aún más confundidos a todos. ¿Enserio sí estaba trabajando en una máquina del tiempo? ¿Por qué? ¿Para qué propósito?

Ajuka: "De hecho, llevo trabajando en ella desde hace 55 años, medio siglo en resumen."

Falbium: "Una máquina del tiempo, eh. Esto es una locura, pero viniendo de ti... Jaajahh... Olvidalo. Confió en ti, más o menos."

???: "Enserio vas a creer en él, ¿eh? Aunque lo que dice sea una locura, pero bueno... Si existe un portal que puede viajar entre dimensiones, no me sorprendería que se pudiera hacer una máquina del tiempo."

Otro de los ancianos que se había mantenido altanto de todo hasta ahora, habló.
Ojos púrpuras intimidantes, tez blanca, cabello castaño, su tono de voz era grueso y tranquilo, pero refinado de cierta manera.
Hace más de mil años se le conoció como "El demonio de la ruina carmesí" y efectivamente, era el primer Bael y fundador del Clan, Zirkos Bael. El diablo que trascendió más allá de los límites demoníacos, pudiendo alcanzar aquélla fuerza llamada Poder de la Destrucción que pasó de generación en generación en los descendientes del Clan Bael hasta la actualidad, que se expandió a la Casa Gremory.

Ajuka: "Muchas gracias por su voto de confianza, señor Zirkos. Volviendo al tema, es cierto que llevo más de 55 años trabajando en una máquina del tiempo, al principio también pensé que estaba haciendo un tontería, perdiendo mi tiempo o simplemente realizando algo imposible. Pero, ahora que se que inclusive otros sujetos pudieron hacer un Portal dimensional, o quiero creer que es cierto, me eh motivado. Claro, mi invento no está ni cerca de terminar, pero... Quisiera probarlo. Si esto llegará a funcionar, podríamos evitar todos estos problemas."

Las palabras de Ajuka dejaron a todos sin habla, las expresiones serias en sus rostros lo decía todo. Nadie pensaba que algo como esto se pusiera a discusión en la mesa, pero sinceramente, ¿qué más opciones tenían? Ninguna, ¿verdad? Entonces, no había más opción qué sólo asentir con la cabeza.
Todos querían creer que era posible, si el invento loco de Ajuka funcionaba podrían solucionar todo.

El Maou Belzebuth se levantó de su asiento, con una sonrisa de gratitud por la confianza que todos tenían sobre él, se sintió bastante bien. Él también quería creer que la máquina de tiempo la cual se sentía orgulloso y estuvo trabajando por más de miedo siglo, funcionaría.
Una apuesta arriesgada, puesto que, si la máquina del tiempo funcionaba, ¿habría alguna deficiencia después de realizar el viaje? Esa pregunta siempre rondó por su cabeza. Sin duda, eso le preocupó más que nada en este loco y fantasioso plan.

???: "Con que una máquina de tiempo, eh. Interesante, pero me temo que no puedo permitir eso."

Una voz de campanilla se extendió claramente por toda la sala. Nadie reconoció aquél timbre de voz. Voltearon para ver de quién se trataba, y grande fue su sorpresa al encontrarse con una mujer rubia de pelo rizado, ojos azules, de amplio pecho y con una brillante armadura dorada que imponía respeto y prestigio.
Si bien nadie la reconoció en un instante, cuándo alas blancas se extendieron de su espalda todos lo comprendieron aún en estado de asombro.

Aquélla Arcángel que era conocida por ser la más bella y fuerte del cielo, con un aura que imponía respeto a todos los presentes en la gran sala, Gabriel, la Arcángel de doce alas que luchó en la Gran guerra de Facciones hace mil años, había aparecido para detenerlos.

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